jueves, 9 de septiembre de 2021

SPUTNIK TRIO - "WHAT THE HATE" (RAW TONK RECORDS RT052, 2021)


"Hay gente que lee el futuro en los posos del té o el café... yo soy más de dilucidar el porvenir en las manchas que deja la mierda en el papel del culo y no me irá mal cuando mi apartado postal está bastante lleno y estoy recibiendo multitud de quejas. Cuando recibí los 3 papelitos (por decir algo y es que uno me vino metido en un sobre A4) de los integrantes de Sputnik Trio y los interpreté, no me quedó más remedio que gritar aquello de WHAT THE HATE!." CORONEL MORTIMER, Entrevista en NY JAZZ JOURNAL, 1959.

La sesión que os traigo se graba en La Mina Estudios (28 de Febrero, Sevilla). Grabación y mezcla son de Nacho García en los Happy Place Estudios (Sevilla). Artwork de Colin Webster y referencia número 52 ya para Raw Tonk Records en su particular estilo de digipacks fabricados a mano.

A siete años de aquel debut homónimo con Raw Tonk Records o la molécula ampliada con Colin Webster en Spain is the Place (2016), con paradas en directo en Live Betrayal (2016, Sentencia Records), pues ya tenía ganas de una continuación y escuchar el desarrollo natural en el sonido del trío Tejero (saxo), Serrato (contrabajo) y Díaz (batería). Primeras escuchas me reafirman en una cosa y es la mejor a todos los niveles de una mezcla acertadísima que se basa en la dureza y sequedad del sonido. Es como si se hubiera encapsulado el álbum y en ambiente de laboratorio le hubieras extraído la humedad. Duro, compacto y seco... no hay pausas de hidratación, resultando de ello una inmediatez que ayuda muchísimo en esas partes virtuosas de Tejero / Díaz abordando el saxo con sordinas imposibles (por ejemplo "Morguel Cry", hasta el punto de que el saxo baja al espectro de lo percusivo, y lo percusivo sube a niveles de viento haciéndose ambos casi indistinguibles). Esto permite dejar huecos amplísimos para que el contrabajo suba a la superficie de forma violenta, ya sea en momentos de desnudez de la cuerda pellizcada o con ese roce plañidero del arco (ese descenso mortuorio al inframundo acuático de "Time Hunters"). 

Si eres seguidor del Free Jazz pongamos desde Coleman hasta nuestros días, debieras estar de acuerdo en que si algo destaca en What the Hate es la dificultad de encasillamiento en una escena u otra (europea o americana) y más complicado todavía es establecer un período de la historia. Marcando una línea argumental que pivota alrededor de la mólécula Díaz / Serrato antes, durante y después de la descomposición de Orthodox como trio a duo (ahora otra vez trio), es muy palpable el crecimiento de ambos músicos y lo que antes podía indicar algún leve filo romo o pequeña tosquedad, se ha limado hasta resultar fluído y fresco, cosa que curiosamente no pueden decir muchos que llevan toda una vida dedicada a lo Avantgarde. Por tanto, es importantísimo el fundido del Doom de Orthodox en el desarrollo de Sputnik Trío ya no en estructura, sino en disolución absoluta de las estructuras... si antes había una cierta querencia por querer navegar dentro de un diálogo asequible o algún pequeño corsé sutil, por fin y de forma natural se llega en What the Hate a la emancipación nihilista de un sonido circular completo... es decir, ellos mismos deconstruyen, derrumban y crean a placer; dueños y señores de sus designios y no me cabe la menor duda de que si este milagro (entrenamiento) alquímico ha sucedido ha sido por la impresionante paleta expresiva de alguien como Ricardo Tejero, soplador del Ultramundo y Alfarero de la Saliva que Suena. 

Le da lo mismo alargar las notas hasta parecer nanas fúnebres que acortarlas en ráfagas cortantes; usar sordinas infrahumanas que alcanzar altísimas notas y motivos melódicos Coltranianos o incluso tarareables al más puro estilo Ayler (los menos en este álbum). Creo que lo que mejor define What the Hate con respecto a anteriores trabajos del trío, es que forman un TRIÁNGULO EQUILÁTERO perfecto. 


W........................ H A T

Los 8 minutos del homónimo "What the Hate" no dejan lugar a dudas. Abriéndose con percusiones minimalistas (pequeñas ráfagas de la caja) y el saxo alto en terrenos propios de Parker o Brötzmann, destaca la cada vez más depurada (control) técnica de Serrato al contrabajo que para mis orejas tiene un pellizco parecido al de Barry Guy o al menos su manera de moldear me remiten a sus primeras composiciones con el sello Inktakt. Sube muchísimo la intensidad, se añaden de elementos de Free Europeo actual con fuertes y paquidérmicas bases rítmicas donde brillan las fantásticas mini melodías abstractas en sábana de Tejero (allá por el minuto 4) sobresaliendo como la pus en una herida infectada del tejido conectivo de la potentísima percusión de Díaz que lejos de bajar el ritmo sube el pulso para que el saxo se explaye en una segunda parte (minuto seis o así) mucho más americana (Coltrane / Coleman). Impresionante cómo se funde la percusión con los punzantes andares del contrabajo en un solo muro rítmico; inexpugnable farallón sonoro que curiosamente conforme avanza nos trae el lado más melódico de Tejero que baja su afinación casi al tenor e incluso podría darle al clarinete. 


T H ..........................E

"Shade Break" es ante todo un impresionante y triposo viaje oxidado por el espectro bajo del sonido. La batería se convierte en ese ente antropomorfo y estilizado que los críticos especializados llaman PERCUSIÓN mientras que la sordina y el contrabajo tocado con arco se funden de forma natural vibrando dentro de un mismo espacio. Si te vas a la lejanía para captar el todo, se trata de un drone a tres bandas rayano en el Noise con remaches de la Impro más salvaje (esa que en mi humilde opinión no está tan lejos del Industrial). Es por ello que cuando ya por el final surge la melodía circular del saxo te da la sensación de que has estado a punto de palmarla y alguien te ha tendido un cable... vaya barbaridad Tejero aquí y qué manera de medir los tiempos. Vueve a homenajearse la figura de Dolphy en "A Call for Eric" que para mí podría estar en un disco de Hidden Forces Trio. Lo más cerca que vamos a estar del Hard Bop es aquí, en las sincopadas notas de saxo, las fantásticas líneas de bajo y la saltarina batería... y yo, que no soy especialista en nada, no tengo claro si Tejero acorta sus notas para parecerse a la trompeta de Freddie Hubbard o está haciendo justo lo contrario y empuja la bolita de espirómetro más y más alto. No me da tiempo a pensarlo demasiado porque se pasa rápido a "Mongrel Cry".

Como si fuera la maquinaria de un puñetero tren, así va arrancando a trozos. Todo constreñido al mínimo en sonido pero máximo en peso molecular. Tejero sopla tanto sin sonar que en vez de los pulmones se le hinchan los testículos; el toque de la cuerda de Serrato es tan gordo que tarda dos Kali Yuga en ir de derecha a izquierda y juraría que a Borja se le ha caído la cartera con las monedas y las llaves en la caja y ahí anda rebuscando 5 céntimos. Minuto 4 y estamos en pleno ensayo de la Spontaneous Music Ensemble reducida a trío (bien pudieran ser Trevor Watts, John Stevens y Barry Guy por lo que a mí respecta). Moldeado de texturas que van adquiriendo el empaque del chirrido de un columpio oxidado por la niebla en el londres de 1966. 


H ........................ATE

Improvisación a la británica en su más pura esencia aunque de forma lenta e inexorable se va preparando el terreno (el arco, la bajada del tempo...) para la malsana, lenta suite final que ha dado en llamarse "Time Hunters". 15 minutos de Drone Doom Jazz a lo The Kilimanjaro DarkJazz Ensemble, The Mountfuji DoomJazz Corporation, Ensemble Economique, Bohren & Der Club of Gore o los mismísimos Orthodox. Un flujo constante de sonido que se rumia una y otra vez en soterradas líneas que se elongan. Platillos tocados de forma espaciada y un bajo destensado y tocado con arco son toda la base de música de cámara que necesita Tejero para soltar un largo ejercicio respiratorio de (venga, me lo invento) Kunkalini Jazz que bien pudiere haberse grabado con digeridoo tocado en una hormigonera. Ligeras variaciones que se disfrutan más con auriculares que hacen la sensación acústica más táctil... digamos que se convierte en una experiencia interactiva y todo tu ser vibra (parece que tienes a Borja rozando los platillos de bronce dentro de tus tímpanos, a Serrato tocando el bajo con tus cuerdas vocales y el aire de Tejero saliéndote por el culo como una maldita flama tórrida de Agosto).

Atentos a cómo va subiendo el bajo a partir del minuto 10 en un loop apabullante de sensaciones mántricas. Un puto viaje meditativo al fondo de tu entrecejo de aúpa; el contrabajo se acaba mimetizando en una zanfona, Borja toca el bronce de forma casi sugerida al más puro `campanadas de muerte´ mientras Tejero ha pasado a fundirse con el aire y lo mismo no es Tejero y es una Shruti Box o  ya no se sabe lo que es aire y lo que es Tejero o incluso Tejero es una Shruti Box de Aire. 

Uno de los discos del año. WHAT THE HATE.

https://rawtonkrecords.bandcamp.com/album/what-the-hate

https://sentenciarecords.bandcamp.com/

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