jueves, 5 de noviembre de 2020

CAVE DWELLER - "WALTER GOODMAN [OR THE EMPTY CABIN IN THE WOODS] (AESTHETIC DEATH ADCD072, 2020)

Hace casi un año que reseñé el impresionante Hiraeth de los americanos P A N D O (aquí), disco de difícil clasificación y que se sale de cualquier estándar que te puedas imaginar máxime si uno tiene en cuenta que el sello encargado de la edición es Aesthetic Death. CAVE DWELLER, proyecto en solitario de Adam R. Bryant ahonda en ese sustrato Folk experimental que se atisbaba entre líneas en Hiraeth pero apartando el metal y metiéndose de lleno en un espectro Ambiental (Dark por supuesto) que alea de forma exquisita lo orgánico con las grabaciones de campo. 

Puestos a comparar quizás podríamos citar una mezcla entre los proyectos acústicos de Steve Von Till y Scott Kelly (Blood & Time) con el Folk psicodélico de Fursaxa (Tara Burke) y esos primeros devaneos con lo electrónico en Current 93 (aunque aquí no me atrevería a citar la palabra Neofolk). Priman los detalles minimalistas en un compost anímico de 36 abigarrados minutos parecido a yacer despierto durante eones en lo profundo de los bosques transcendentales de Henry Thoreau. Sentir/ser consciente de esa mezcla del agua corporal con la tierra/humus atávico... reintegrarte mediante disolución en una observación atenta de todo lo que acontece a tu alrededor. 

Presentado en un precioso digipack de seis paneles, libreto de 24 páginas plagado de fotografías, la grabación de Walter Goodman (or the Empty Cabin in the Woods) se realiza en Uncle D´s Backyard Bare Hole para posteriormente tratarse por la batuta de Greg Chandler en los Priory Recording Studios. Diez piezas de una belleza inusitada, de carácter intimista que queda patente en las descripciones del proceso creativo reflejadas en el libreto. 

Al más puro del citado Scott Kelly, guitarra acústica en mano y con manipulaciones de feedback con pedaleras, "Ancestor" se abre como un viejo sendero en un bosque anciano ("plant the seed and echo through me your intangible laughter / your roots will spread to crush bones into dust and dirt / with this movement, cyou control the soil"). La forma en que los glitches electrónicos irrumpen y se disuelven recuerdan a ese primerísimo Industrial Noise de David Tibet y el uso magnificente de la voz y la acústica son toda una declaración de intenciones. Aunque no extremadamente ritual, sí que hay algo de esto en CAVE DWELLER hasta el punto de traerme a la cabeza a Blood of the Black Owl

Sureña, casi campestre, "Why he Kept the Car Running" posee una vértebra a lo Wovenhand / 16 Horsepower. El ruido se usa como un instrumento más, distorsionándose a placer en una masilla maleable sobre la que pilotan la guitarra eléctrica y un viejo Microkorg. Como los mandamientos de una vieja secta apocalíptica redneck, siseante o una sepsis incipiente, se deslizan voces limpias y una gutural en segundo plano. Un largo fade out de acústica y grabaciones de campo de animales y naturaleza hacen de puente orgánico a la intimista "The Call". Para más datos, la Gibson clásica usada perteneció a algún integrante del centro de veteranos de la WWII de Northampton.

Imparable el avance de calidad con "The Death of Walter", con maravilloso recitado y ambiente lúgubre al más puro estilo Martial y (ahora sí) Neofolk. El uso de gaitas aporta una grandilocuente muralla apuntalada por grabaciones en Mount Greylock. Corta pero intensa. Sigue "Where Trees Whisper" con la excepcional voz femenina a dúo de Ariel E. B. Kane. Piano, percusión mínima cuasi bluesera a lo Badalamenti/Lynch con crujidos de estática eléctrica incluídos. 

"Upon These Tracks" es otro corto recitado sobre sonido de raíles, trenes y sensación de estación de paso. Las enigmáticas letras y el modo en que está todo tratado puede remitir a Coil o a los más cercanos en el tiempo Cyclobe aunque de forma abrupta se pasa a "The Secret Self" (que es básicamente guitarra y un timbre de voz homiliesco) y la más rockera y letánica "Your Feral Teeth" con unos teclados muy Post Punk/New Wave que me pillan totalmente descolocado.

Cierra el disco la instrumental "Bliss" (grabada en York Beach, Maine) y esa vuelta al origen en "The Return", bestia monumental de seis minutos... agónico crescendo de piano y voz susurrante a los que se añaden ecos de Darkwave preciosistas y un épico final que pone los vellos como escarpias.

Una maravilla. Ultrarecomendado.

https://www.aestheticdeath.com/releases.php?mode=singleitem&albumid=4861

https://cavedweller3.bandcamp.com/album/walter-goodman-or-the-empty-cabin-in-the-woods

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