martes, 9 de octubre de 2018

ACID MOTHERS TEMPLE AND THE MELTING PARADISO U.F.O. - SALA X (Sevilla, 9 de Octubre)


Otro de mis sueños cumplidos. Cabalgar meteoritos desbocados al son de "Pink Lady Lemonade" en La Sala X de Sevilla con la decimonovena encarnación de los ACID MOTHERS TEMPLE. En esta ocasión, es un bestial solo de batería al que se añade un bajo en modo motorik el que da inicio al famoso standard de la banda japonesa, que hasta ese momento del concierto estaban moviéndose por su faceta más Space Rockera convencional. A partir de aquí, se desató el caos como sólo el Psych más épico puede hacerlo. No sé si duró un minuto o una hora y media o tres días porque con AMT todo se elonga y acorta como esas teorías de la física cuántica que hemos convertido en dogmas.

Ya no es que Kawabata Makoto parezca un guitar hero traído mediante bucle temporal de los años setenta, o que Higashi Hiroshi aunque creas que esté allí, en el mismo escenario, realmente yace en el Satori o en viaje astral por plena estepa sideral en las cercanías de un Monasterio Budista o que Satoshima Nani esté fornicando con la batería en el escenario ante nuestras narices.. súmale a todo un grueso bajo de titánicas proporciones en la figura de Wolf y para colmo, cual sota de bastos alucinógena, la extraña, perturbadora figura sonriente de Jyonson Tsu

Todo esto aumenta ese encanto especial de una banda carismática como pocas y que creen en lo que hacen. Lástima que no estuviera para la ocasión la reincorporada últimamente Cotton Casino, un espectáculo en directo (a tenor de los vídeos que tengo).

Desde las caídas libres de abstracción Psych Noise gruesas cercanas al ruidismo al puro Blues Rock. Da lo mismo, ACID MOTHERS TEMPLE me han dejado sordo (me quité los tapones, idiota de mí) para una temporada. Vaya directazo que tienen los japoneses. Tengan en cuenta las largas giras que se pegan y el fructífero, inasequible árbol genealógico de ediciones que adornan su discografía.. da igual, la magia no decrece porque ese Codex Gigas camaleónico parece no tener fin.

No voy a comentar nada más. Maravillosa tormenta de rayos a la vuelta, reencuentro con caras conocidas y la satisfacción de haber visto a una de las bandas más grandes que ha parido el Cosmos.
























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