miércoles, 19 de octubre de 2022

OCEAN GATES - "OCEAN GATES" (BOOMLAND RECORDS BMLND001, 2022)

Por alguna razón, en los dos últimos años el norte de España está copando muy pero que mucho el espacio en el Blog. Desde circuito de salas a fanzines, pasando por bastantes proyectos de toda índole. Es el turno de una banda cuya formación se metastasia a diversos momentos y elementos de mi vida y me explico. OCEAN GATES se forman en Ferrol (Galicia) cuando miembros de Looking for an Answer, banda de culto cuya genealogía puede abarcar dos estanterías de mi sección Metal, se ponen en contacto con Nuria, del proyecto DEADMASK que tanto prometía y que por desgracia se cayó tras un Ep y un Split en Doomentia. Total... que la cosa es que estos dos miembros de LFAA son Moya (batería) y Santi (bajo, y que ya había formado parte de Deadmask). Y digo que me llega todo en un momento muy particular porque hace unas semanas que me viene llamando la atención ese proyeccto INERTH que pulula por ahí pero que todavía no he catado (me los han recomendado, pero no me da ni la vida ni el bolsillo), all margen de ese hilo umbilical fino pero existente con Machetazo, JM Dopico, Ruinas, Nashgul, Premature Burial y la gran cantidad de otros proyectos de Galicia que últimamente estoy escuchando.

Pero no nos liemos porque la propuesta de Ocean Gates se hunde directamente en las profundidades del Hard Rock setentero de raigambre Psych y con trazas alérgenas de lo que para mí pudiera ser una especie de vuelta de tuerca al Traditional Doom de Maryland pero cuidadín con esto, que solo son ligeros detalles. Aquí prima una gran influencia del Punk, algo del Glam (menos), y todo metido en una cazuela de Doom Rock que viene a ser como si a los míticos The Dictators les pones cantante femenina y le das pinceladas de Occult Doom bajándoles el tempo. ¿Funciona?... vaya que sí, y creo que una de los aciertos es el aire garajero del asunto, porque aunque se terminen confirmando como quinteto con la adición de Mito (Holywater/Window Pane) y Rubén (Ursus) a las guitarras, la mezcla y masterización de Javier Ustara en los Mpire Studios (Madrid) le da ese toque atemporal que tienen este tipo de proyectos. Dicho de otro modo, voz en primer plano, lánguida y efectiva, y por detrás un despliegue de guitarras con puntito de suciedad, Lo-Fi o como queráis llamarlo. 

Pero claro, hay algo que se me escapaba y no sabía concretamente lo que era. Tras decenas de escuchas acabo conectando el compost sonoro de Ocean Gates con la parte más oscura de la primera NWOBHM, y sin dudarlo, con el Heavy Metal alemán de yo que sé... desde Accept a Warlock pero ojito que la pátina mate del sonido va virando lenta pero inexorablemente al Doom Rock, cierto que sin llegar al grado plúmbeo de bandas de la península como Grajo, un pelín de eso sí que hay... y qué diablos, también de los vascos The Wizards o los catalanes Saturna. ¿Dónde está la clave? Sin duda en el juego de dobles guitarras incansables que te llevan a esos primeros tiempos de los Maiden o si me apuras a las épicas cabalgadas de unos Wishbone Ash que se hubieran aleado con la teatralidad de Alice Cooper o Blue Oyster Cult. Para finalizar, destacar como veremos luego lo perfectamente medidos que están los tiempos en el álbum. Subidas, bajadas de intensidad y esa carga mayestática marcial de "Beyond the Veil" es puro años 70 en las suites más inspiradas del Prog (no el sinfónico, que ese me da urticaria).

En el apartado técnico, el álbum es vestido de gala por el sello Boomland RecordsAlejandro Tedín, de Heresie Design Studio se encarga del artwork en una mezcla de expresionismo alemán y pesadilla Buñueliana. Fabuloso el acabado, todo sea dicho... desde las galletas del vinilo al insert. Nos metemos en materia pero antes comento que el disco se lanzó en el fatídico año pandémico de 2020 que como todos sabéis, es como si no hubiera existido para la cultura así que afortunadamente ahora nos estamos poniendo al día con todas las cositas que fueron saliendo y merecen muy pero que mucho la pena. 

Vale, pincho la Cara A. Abre la acústica para el bajo eléctrico en "The Equinox Warriors".... varios segundos bastan para que entre como una puñetazo la base rítmica y ese doble juego de las guitarras que, al menos en lo que se refiere al inicio del álbum, se enclavan en el Space Rock con ecos psicodélicos oscurantiles que tanto se está desarrollando en la última década en la península. La voz de Nuria irá mutando a lo largo del álbum, y cosa acertada para mi gusto, es más cercana al Proto Punk Garajero que a otra cosa lo cual le permite dejarse de virtuosismos y centrarse más en soltar soflamas ácidas como una pila de litio dejada en pleno desierto. De forma sutil, vuelve el bajo a cabalgar el asunto como una excelente línea que sirve para construir "Snake Circle", de clarísimas reminiscencias a la NWOBHM en la forma en que se deslizan los riffs de guitarra; la solista remacha una melodía con toques Doom mientras la guitarra principal subraya algunos pasajes con mini-solos muy conseguidos y, todavía más arriba, la voz de Nuria crece con respecto al más tímido corte anterior. ¿Hay Celtic Frost? sin duda que lo hay y puede que la voz de despiste pero esa forma apelmazada y mate podría virar tanto al Thrash como hacer lo que hace... quedarse en un excelente Heavy Metal clásico de tintes oscuros.

Destaca un fantástico interludio instrumental que aunque no llegue a los desvaríos de los Grand Funk o MC5, tiene empaque para producirte las pertinentes alucinaciones lisérgicas (cascabelitos mediante, por supuesto). Me recuerdan mucho a ese pedazo de disco que sacaron los Cabalgata Cósmica, a ratos a los Acid Mess.... lo importante es que el Boogie Swing está y se le esperaba en "Night Shift" con un regusto retro que me entran ganas de irme al armario a ponerme un chaleco vaquero con cuello de lana sin nada debajo y dejarme un bigotón ancho como una tarjeta de crédito. Nuria por su parte sigue y sigue creciendo y adueñándose de la música, cosa que me deja patidifuso porque "The Equinox Warriors" parecía indicar otra cosa. Y hablaba más arriba de medir bien los tiempos y la importancia de un buen tracklist... de cómo cada tema tiene que ir en su sitio y es por lo que "Stormchild" y su interminable espiral de riffs de guitarra circular revienta la Cara A (por cierto, es una versión de los oscurísimos Trespass). Base rítmica a la vieja usanza, con la pegada de aquellos Tygers of Pan Tang, Girlschool, Blitzkrieg, Holocaust o evidentemente primeros Maiden (hostia, es que esos parones y arranques de la batería huelen a laca del pelo), mostrándose las voces aquí en todo su esplendor de registros. ¿Y por qué hablamos de Doom Rock?. Vale, vamos a darle la vuelta al vinilo y te cuento.

La percusión se espacia ostensiblemente y se torna machacona junto al bajo. Las guitarras bajan un pelín la velocidad y estamos en un entorno que, si bien no podemos decir que sea Jex Thoth o Blood Ceremony, lo cierto es que el señor Lee Dorrian se llevaría su polución nocturna correspondiente. "On the Way Out" es un brutal ejercicio de estilo 70´s a lo (por favor, coger con pinzas) NecromandusWitchfinder General. Quizás más Rock de base, pero con los elementos suficientes para que tengan la inteligencia de marcarse una cosa que era muy común en los 70. Un corte épico y cargado de Folk (tipo Pentangle) y que aquí responde al nombre de "Beyond the Veil", donde reina dueña y señora la voz de Nuria sobre bases de acústicas campestres y olor a fogata y astillas de pino alepo. Entra la percusión basándose en un tono marcial sobre el bombo y si esto no respira Doom que venga Dios y me pellizce el escroto izquierdo con la mano izquierda (por aquello de los senderos y tal). Y cuidadín con el final tarareado del corte y las palmas que joder, ponen los vellos de punta. ¿Es un disco perfecto? Sin duda no, tiene defectos.... pero "Beyond the Veil" es de 10. Que un disco de estas características haya vuelto a hacerme mover la cabeza a estas alturas creo que es por algo, sepa yo transmitirlo o no con palabras.

"Royal Dockyard" pisa el acelerador y te arropa vistiéndote de cuero, estribillos pegadizos y remaches para dejarte el cuerpo perfectamente amoldado para el final. "The Curse" cuenta con una de las mejores aperturas en cuanto a guitarras se refiere, con riffs pegadizos, machacones y una producción roma que le viene que ni pintado al disco y me atrevo a decir que no desentonaría para nada dentro del catálogo del sello Black Widow junto a gente como los italianos The Black y qué curioso, darme cuenta justo ahora que la nueva edición de BOOMLAND RECORDS sea un rescate de los italianos ochenteros Arpia. ¿Deseos de futuro?... quizás salir de esa zona de confort y atreverse con algún instrumento de viento, un farfisa o quizás órgano y theremin. O que hagan lo que les dé la gana, quién soy yo.

MUY, MUY RECOMENDADO para amantes de el sonido que ya he descrito lo bastante. Por cierto, ahora ya se me puede pellizcar el huevo derecho si afirmo que la guitarra suena a Slash del Appetite for Destruction en "The Curse". ¿Y quién soy para afirmar esto? Hostias... pues yo, el de los cojones morados.

https://oceangates.bandcamp.com/album/ocean-gates

https://boomlandrecords.bandcamp.com/album/ocean-gates

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