miércoles, 16 de diciembre de 2020

ESCALOFRÍOS OLIMPIC, PUNTO Y FINAL (a RALPH BARBY y a Alberto Cabrera)


ESCALOFRÍOS OLIMPIC comienza su andadura justo cuando el Bolsilibro hispano estaba prácticamente en vías de extinción. Atrás habían quedado aquel brutal auge del género y el plena caída libre, todavía tuvo espacio de respirar gracias a la renovación ochentera del cine de terror que de forma sublime imprimaría de sangre y vísceras estos últimos coletazos del papel de pulpa. 

Rafael Barberán Domínguez, nacido en Barcelona en 1939 es uno de los grandes del género y su seudónimo de rigor, unido a la psique colectiva de una generación. RALPH BARBY, con mayúsculas y con más de un millar de títulos en su haber, decide crear su propia línea de colecciones tras el cierre de Bruguera. EDITORIAL OLIMPIC se dedicaría a recoger los nuevos trabajos de Barby, obviando a otros autores y dando una cierta coherencia argumental y estilística a las colecciones. La línea dedicada al terror (la otra creo que era Western) contaría con 37 títulos hasta que finalmente, y ya con unos kioskos metidos en otros menesteres, en Junio de 1989 "La Gaviota Caníbal" pondría punto y final a la aventura de ir a comprar el periódico, el paquete de pipas y el bolsilibro de rigor.

Las portadas son encantadoras (conozco a aficionados que las odian) pero para mi gusto tienen toda esa potencia de los primeros montajes a color de las fotonovelas, uniendo collages imposibles y dotando de cierto surrealismo al resultado. Barby junto a Curtis Garland serían los dos grandes artífices del género de terror pulp hispano. Los más serios en cuanto a resultados y de más calidad (dentro de los a veces ignominiosos cánones extraños y códigos de honor del Universo Bolsilibresco). Si en uno de ellos te encontrabas una infumable historia calcada de cualquier film de Serie B, al siguiente que te lees rozas lo sublime con Gore en estado máximo (muy Giallesco a veces) o retorcidas historias tan rara vez redondas por culpa de la poca extensión (96 páginas)... vaya, que no daba para meterse mucho en la psicología de los personajes. 

Todos los clichés habidos y por haber, incluído ese machismo férreo hispano circense, va dejándose de lado en esta nueva oleada de Bolsilibros ya que la percutora presencia de Bruguera ya no ejercía su censura y libro de estilo. Pues bien, tras años coleccionando, puedo decir que por fin he completado ESCALOFRÍOS OLIMPIC gracias al aporte (cómo no, siempre hay alguien que te ayuda a rematar la faena) del amigo ALBERTO CABRERA a quien va dedicado como homenaje este pequeño texto.

Gracias Alberto por el número 27, "Las Sádicas Doncellas". Como siempre, el Karma del Coleccionista te lo devolverá con creces.


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