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https://www.edictoralia.com/avelino-saavedra-obra-plastica-y-mas/
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Desde las pútridas ciénagas necro verdosas del sureste de Pensilvania nos llega uno de esos proyectos que se instalan en tu psique como un parásito hasta que te acaban colonizando por entero... ROT COVEN, duo de apabullante Noise Industrial Doom ultra extremo formado en 2020 pero que cuenta con dos miembros que vienen ya colaborando desde hace prácticamente dos décadas. Su cariz experimental y eclecticismo da para bastante pero así de sopetón, así que imaginad una mezcla entre algunos discos de los SPK, Khanate, Skullflower, Ramleh y la pulsatilidad de Throbbing Gristle, SWANS o Einstürzende Neubauten mezclada con los discos más EBM de Controlled Bleeding. Cuando sumes estos ingredientes te darás cuenta primero de que te vas a quedar corto, y que es mejor simplificar resumiendo con que el tremebundo doble disco, Nightmares Devour the Waking World es en resumidas cuentas un desafío séptico al oyente que equilata a la perfección la aspereza del Harsh Noise con un Doom de corte experimental y avantgarde que podría recordar a los siempre olvidados Zaraza. Algo así como si una cósmica Deidad Perdida te lanzara una pedrada con un tirachinas existencial.
Evidentemente, estos sonidos sólo pueden salir de la siempre acertada apuesta de AESTHETIC DEATH que se marca un fabuloso doble digipack que incluye por un lado en el CD 1 el disco Nightmare Devour the Waking World (subtitulado como Phase I y que se editó en digital en 2023 y aquí masterizada para la ocasión), y un álbum nuevo en el CD 2 llamado Phase II que es de 2024. El resto de los créditos se va para el artwork / logo de vieja escuela de Nate Vaught (Brainvault Studio) y masterizado de Tom Waltz (Waltz Audio Mastering) tras grabación que se realiza en In the Murder Shed (2023/2024).
La críptica formación se compone de miembros que han estado o están en Sun Wound, Celestial Furnace, Six Billion Light Years, Teeth Engraved With The Names Of The Dead y más proyectos que ahora no logro identificar. Aquí, y en la esquina orinada del meteorito que subyace detrás de Orión, Rot Coven son:
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Seamos claros. La primera vez que escuché a Songs of rage and impotence - 1LL0~ Remixes del sevillano afincado en La Hague, Guillermo Martín-Viana (pintor, diseñador gráfico, programador, músico y artista multimedia) me costó creer que fuera una edición de Oigovisiones Label de Málaga. No porque no pegue en su estilo, que si que lo hace, sino porque por algún cable suelto que tengo por ahí dentro la música de este brutal quinteto me ha remitido a esa vuelta de tuerca del Spiritual Jazz conectado a la electrónica de sellos como International Anthem de Chicago o Souffle Continu de Francia (por ejemplo, aquella espectacular edición de In Fractured Silence donde colaboraban los Nurse With Wound). Tengo que reconocer que no sabía de su trabajo y ya me he hecho la flebotomía de castigo correspondiente, máxime teniendo en cuenta que la escena underground Sevillana me la tenía bastante trabajada aunque claro, más por la vertiente Jazz a la que se accede por el Rock y el Metal (escúchese, léase, investíguese Hidden Forces Trio, Sputnik Trio, Malheur, Proyecto Ocnos...) y no desde la perspectiva de la electrónica aunque creo que no ando muy desencaminado que este álbum suena como todos los artistas anteriores pasados por la turmix del gran David Cordero.
Oigovisiones Label me hace el trabajo con este perfecto resumen de su trayectoria: `Guillermo Martín-Viana (1995) es un baterista, compositor y artista visual de origen sevillano. Su versátil carrera artística le ha llevado por algunos de los principales escenarios de los Países Bajos (Paradiso, Het Concertgebouw Kleine Zaal, Paard, Oerol, Zwarte Cross, Parkpop, Melkweg, De Ruimte), así como por una gran variedad de salas de todo el mundo (Corea del Sur, Nepal, México, Italia, Japón, Bélgica), tocando estilos tan diversos como hard bop, cumbia, música electroacústica, jazz, klezmer, free improv, ska y thrash metal´.
Para entender bien del todo la base de este proyecto, hay que insistir en que `material del que parte es fruto orgánico de las composiciones de Guillermo para un «cuarteto de jazz extendido». Esto en manos de 1LL0~ (Guillermo junto a Juan Luis Montoro), quienes ya participaron en nuestro Acto de Fe, aporta una riqueza musical con la que traspasan libremente estilos y mezclan ambient, jazz, impro, electrónica, progrock o electroacústica sin complejos´.
Leído el anterior texto había algo que no me cuadraba y es que creía controlar todo lo editado por OV LABEL pero tras una corta investigación averiguo que efectivamente, no tengo el recopilatorio Acto de Fe (2020, creo que agotado), donde los citados 1LL0~ hicieron acto de presencia. Necesito hacerme con esto porque encima sale mi admirado Miguel Souto o mi amigo Pepo Galán... aunque eso ya es otra historia. Pues bien, seguimos dando detalles; Sons of Rage and Impotence se graba en vivo como cuarteto de Jazz con Danilo Mormandl (guitarra eléctrica), Raúl Santana (teclados), River Adomelt (contrabajo), Juan Luis Montoro (electrónica) y Guillermo Martín-Viana (batería) para posteriormente abordarlo desde una postproducción añadir efectos, modelado de sonido y demás virguerías (instrumentos base muteados, ondas de ruido pseudo-aleatorio, algoritmos en SuperCollider....) y transformando el álbum en crudo en esta otra cosa que ha dado en llamarse como digo, Songs of rage and impotence - 1LL0~ Remixes. Y es imposible no hacer hincapié en el excepcional trabajo artístico artesanal de Oigovisiones Label que fulcanellizan el vinilo con:
Dicho lo cual, aprovecho para decir que en la edición física (porque esto ha salido en vinilo) viene una tarjeta diseñada por Sophie Czich que si mis datos no son erróneos, son para la descarga de la grabación jazzera en bruto sin remezclas. El resto del apartado técnico se nos va al clásico inconmensurable mil veces nombrado en el Blog Francisco Ureba y sus Trafalgar Estudios, quien además hace la mezcla con Guillermo y Juan Luis. La masterización corre a cargo de Murat Çolak (GERYON). Apartado gráfico como digo de Sopie Czich y si queréis coincidencias, pues resulta que Juan Luis Montoro que hace la electrónica ya participó en el álbum Interlingua Musical del ruidista tartésico Ortiz Morales que reseñé por estas lides.
Línea de contrabajo muy a lo Mingus para abrir "Trains are Better than Planes [1LL0~ remix]" sobre un fondo de electrónica pseudo-selvática al más puro estilo de Eno o John Hassell. Luminiscente y evocadora el procesado de la guitarra eléctrica que transita rozando el Jazz Rock desértico e incluso diría que el Space Rock crepuscular de unos Yawning Man mientras notas burbujeantes ultracósmicas me hacen dudar de que no se trate de algún álbum perdido de la época de la Kosmische Alemana. Glorioso como los teclados parecen derrapar hacia un Hammond y la sutilidad de una batería que deja muchísimo espacio para que se desarrolle en primerísimo plano el bajo que está particularme enorme. Lejos de decaer se va en ascenso directo en un in crescendo épico con multiplicidad de capas vertebrando una suerte de Drone Jazz cósmico de alto voltaje.
La grandilocuencia del anterior contrasta con "Callejeando - an Ode to Tourism [raw]", que si no me equivoco se ha respetado tal cual del álbum original. Pianos más lento que Satie tras una dosis excesiva de Diazepam se van derramando en una melodía circular tipo caja de música que conforme va avanzando añade más notas, sube el tempo y entra el contrabajo creando un mistérico clímax Noir que aunque no es ni Cool Jazz ni Avantgarde.... es algo a medio camino que gusta primero por el uso de melodías no previsibles, y por el otro por su roce tangencial en terrenos más Free (sin llegar a la abstracción de Cecil Taylor a quien cito por ser un corte guiado por un piano fabuloso). Por cierto, otra vez impresionante Adomelt al contrabajo. Sigue "Callejeando (your hometown is now a theme park) [SC]" con efectos percusivos de Guillermo que me remiten nuevamente tanto al Cuarto Mundo de Hassell como al glorioso MU de Cherry / Blackwell. Selvático, claustrofóbico y amenazante conforme se va trenzando con toda una vorágine de ruidos de todo tipo propios de la electroacústica pura y dura, todo ello desmenuzado para el gran público en clave de Free Jazz angular.
"Don’t be Afraid of Being Underestimated" cierra la Cara A con cinco minutos que empiezan con un dorne de contrabajo tocado al arco, mayestáticos cascabeles y teclados y en general, algo parecido a la electroacústica sombría que conecta con el Dark Ambient. Aquí la guitarra se explaya haciendo dupla con la batería de Guillermo que junto con el flujo drónico en segundo plano provoca desasosiego en el oyente... el tema más jazzero hasta ahora y para mí el que más me ha sobrecogido. Estalla la guitarra al punto de conectarse con lo metalero y por momentos me parece estar metido en uno de esos discos de Tzadik o de Doom Jazz que parecen mezclar Klezmer con Doom (y evidentemente Jazz) tocados a un tempo tan lento como el devenir de un Kali Yuga.
La Cara B la ocupan los 22 minutos de "Paz (para mi madre) [Extended version]" cuyos pastorales inicios remiten a los Popol Vuh más introspectivos y es que sin querer meterme demasiado en el tema, hay muchos elementos en común con el Progresivo setentero aquí y allá. Flotante Ambient orgánico de corte mántrico e hipnótico en el que irrumpen etéreas voces oceánicas (Alba Careta) embarullada en una base compacta y barroca muy del estilo del malagueño Pepo Galán. Lo que parecen flautas tipo Ney (que es una Turkish Kaval a cargo de Tomás Carrasco Gubernatis) copulan con las espirales notas de una guitarra española, (Moa Edmunds Guevara) que zurce una bella melodía levemente sugerida y que se completa por entero en el cerebro del oyente a modo de puzzle. Si mezclas Hassell en el disco que sacó con los Harmonia, le metes a The Orb y hierves a punto de ebullición en el caldo del Prog Folk... bueno, si haces eso es que estás tan mal de la cabeza como yo. Eclecticismo, experimentación, emanación para un corte que bebe de toda esa corriente que mezcló lo oriental con la Kosmische (Deuter, Popol Vuh, Schulze y especialmente por la guitarra, Sergius Golowin (Lord Krishna von Goloka).
En resumidas cuentas, un vinilo de adquisición obligada limitado a 100 copias exquisitamente editado con buen gusto y hacer por OIGOVISIONES LABEL.
https://oigovisioneslabel.com/portfolio/songs-of-rage-impotence-1ll0-remixes
Me complace traeros hoy la reseña de la segunda edición del naciente sello OMINOUS SOUNDS dedicado al Dark Ambient, el Ritual y sonidos aledaños. Tras el excelente recopilatorio Rituals from Ancient Europe (podéis pinchar en el enlace para leer la reseña), sale este fabuloso Withering of Reality´s Presence de MONOTONE MURK de Malta, álbum que viene a confirmar las buenas sensaciones que me produjo el tema "Manifestations" del citado recopilatorio. Proyecto formado en 2020 y centrado en un Drone Ambient de corte ritual profundamente influenciado por cosas como AGHAST (ya lo pone el texto interior donde se dedica el último corte a Andrea Haugen Nebelhexë) y soporte tradicionalista como la `Sophia Perennis´ de Guenon o el controvertidísimo Evola en su andamiaje contextual / inspiracional. Como lecturas complementarias también recomendaría a Aldous Huxley en su La Filosofía Perenne, Ananda Coomaraswamy o Fritjof Schuon.
La edición en digipack (50 copias) no especifica el artwork pero me parece Inteligencia Artificial, cosa en la que no entro que ya peino demasiadas canas. Compuesto a modo de viaje sensorial a través del decaimiento del mundo moderno, y haciendo enroque espiritual con la inexorable decadencia corporal, abre "Transvering Sensory Desert" en un tono de Dark Ambient bastante sosegado pero nunca estancado que se disfruta mucho más a volúmenes altos y con auriculares. Suerte de iniciático viaje hacia en interior de la psique, pérfida traspolación de lo material a lo psicológica en una cópula sagrada con la membrana hematoencefálica, son 9 minutos envolventes en los que se hace especial hincapié en una atmósfera aterradoramente cósmica que por supuesto bebe de lo cinematográfico.
Sin perder nunca ese tono apocalíptico que lo imprima todo, "Beyond Sombre Conduits" usa elementos distintivos de corte ritual como acampanadas percusiones, partes de instrumentos de cuerdas procesadas / loopeadas con una angularidad Pendereckiana y una pátina orgánica que lo recubre todo como detritus (sin llegar al Harsh Noise, pero sí como herrumbre férrea flotante) en una lluvia postnuclear. Cuando uno intenta pensar en imágenes que se deriven de lo sonoro, piensa en las pinturas de un Caravaggio que hubiera nacido en el año 2055 y estuviese haciendo arte contemporáneo basado en la Divina Comedia... y es que en conjunto la aleación alquímica entre sonidos Industriales y Clásicos está muy bien conseguida hasta el punto de que vuelvo a citar (lo hice en la reseña de Rituals From Ancient Europe) a John Watermann y su Calcutta Gas Chamber o evidentemente Aghast). Me encanta cómo se disuelve el tema con abotargadas, espaciadas percusiones de tambor y un clímax absolutamente desolador.
"Doctrine of the Four Ages" tiene algo de Dungeon Synth, o al menos su epicidad es manifiesta. Conceptualmente no lo sé, pero imagino que la inspiración hinduísta / védica está ahí con la contraposición entre el Kali Yuga y el Satya Yuga... y por supuesto, no me meto en temas ideológicos tradicionalistas o perennianos (que los controlo porque leo, y el que lee sabe) porque no es mi misión ni interés. Me centro en lo cultural, la música y el arte que mientras sea respetuoso, tendrá cabida aquí. Ayuda muchísmo a la atmósfera el homiliesco sampler vocal (no logro identificar de quién es) que cambia de tono en "Mirrors and Nooses", sutil pero efectiva muestra de cómo esta música podría perfectamente encajar en un juego tipo Survival Horror como mi amado Silent Hill. Lo mejor del buen Dark Ambient es que si lo escuchas sin apresurarte, los cambios de ritmo surgen un efecto mucho mayor como es el caso de esa melodía pseudo Synth que se repite monolíticamente en la retaguardia.
Sigue el bloque compacto de "Ennui I" y "Ennui II" donde se aboga por un tono mucho más melódico en una suerte de nana estelar para mecer estrellas muertas o nonatas y es que me digo, ¿puede una estrella nacer muerta?. No es descabellado citar a la Kosmische más oscurantista, a Schulze y a otros eternautas pero bueno, imagino que todo dependerá de la longitud de onda de los hímenes timpánicos del respetable oyente. Mención especial para la melodía infantil, circense y casi de caja de música y su excelente deformación, elongación y contracción del tempo sobre notas sutiles de piano. "Flesh Departure", como dije más arriba dedicada a Andrea Haugen Nebelhexë, cierra el ourobórico ciclo vital con un anti clímax de exquisito Drone con ecos cósmicos que te lleva sin prisa en un viaje hacia atrás de desintegración cárnica a través del fuego hasta que te ves abocado a ese esfínter iniciático que une la individualidad del yo con el Cordón Umbilical de la primera esencia, aliento o Atman.
Muy recomendado para los amantes de estos estilos.
https://ominousounds.bandcamp.com/album/withering-of-realitys-presence
Me enteré de la existencia de esta banda sonora del AWFF (Almería Western Film Festival) en un bar de Saigón al que fui a parar tontamente. Me quedé dormido en el puto desierto de Almería y como resulta que las dunas se mueven, y el tiempo ya no es lo que era y va a su arbitrio, pues con dos narices llegué a Saigón no me pregunten cómo. La cosa es que me enteré porque en Vietnam son muy amantes de la música de Javier Arnal (su lúbrica y gonadal mirada entrecerrada que les recuerda a sus ancestros); y bueno, entre una vaporosa nube de almizcle y fijando la vista, di a parar con un altarcito donde se veneraban allí juntitos Canciones Defectuosas (2016), Tus Besos (2018), El Impostor (2023) y The Liars (2021) y un Cd (bueno, eran dos pero esa es otra historia) que me pillaba por sorpresa.... esta banda sonora del Almería Western Film Festival imagino que de su última 14ª edición (de un sitio llamado Tabernas no puedes esperarte nada malo, evidentemente).
De Saigón me vine pronto y en Bus, que no tenía la Duna de vuelta pasaba a deshoras y bueno, a lo que voy, 40 arenosos minutos que se graban y mezclan en La Casita Rosa Estudio por el propio Javier, para luego masterizarse en los Sudblock Studios, usar fotos de Sergio Lucas y maquetar Marco Roca. Resulta fascinante cómo "Walking Under the Fire of Sun" (Sintonía Original) y su bandurrial deje de cuerdas, su repetitivo y ominoso cuadro melódico y sus cánticos melosos me traen a la cabeza una versión pornográfica de Ringo... y es que ostias, no siempre tiene uno que andar disparando balas. A partir de aquí se suceden pequeñas piezas / scores muy interesantes como el Country crepuscular de "Barro", algo así como una instrumental bastarda de 16 Horsepower. Me encanta la afinación lejana y casi `espacial´ de la guitarra. También me resulta curioso cómo las bandas sonoras de Western acaban enrocándose a la perfección con el Surf, pero eso sería para un ponzoñoso artículo de psicología Junguiana que no estoy dispuesto a realizar.
"Polvo" es muestra de lo que he dicho más arriba. Arrastrada y pérfida, recuerda a Javier Colis en determinados momentos en los ataques con eco de la eléctrica que se acompasa dúctilmente con la acústica. Los pequeños toques sinfónicos por lo visto son de algo que desenterraron sin querer el pellejo seco de Elmer Bernstein (o sería Goldsmith?) creyendo que era otra cosa, y como ya se sabe que con agua todo se recupera un rato, pues allí dio el tío sus últimas 3 clases magistrales. Sigue la magnífica "Walking Under the Fire of Sun" (Versión Mexicana) con el gran Javier mascando las letras como si fuera tabaco... ruido de cadenas y una epicidad a flor de piel. Y como el tío encima es elegante, se traga el tabaco mascado y silba. Cánticos indios y arpas, acordeón, violín y banjo en "El Cruce" es el punto exacto donde se cruzan Wovenhand con Guido y Maurizio De Angelis.
Muy estilizada "Cuervos" con algo de Los Chatarreros, de Colis, de toda esa amalgama de implocóctel ruidista de nuestros primeros (algo antes) 90 pero de Despeñaperros para abajo con una ominosa armónica in crescendo sobre la que se yergue el pétreo Spoken Word decadentista de Arnal (`waiting for another corpse´). Una tras otra como tiros caen "Walking", la evanescente coda para crujido de mecedora y silbido leporino para crescendo ruidoso "El Fin", la amenazante y Chatarrera "Tierra" o la bonachonamente campestre y cuasi experimental "Aire", temas que se van sucediendo con un nivel altísimo de composición que hace a este álbum algo más que una simple BSO de un Festival... y es que AWFF tiene la suficiente impronta y empaque para funcionar como un ultracohesionado disco de Rock Desértico (añada usted la etiqueta). La cosa es que cuentan que en Tabernas, debajo de las piedras no hay alacranes sino Arnalcranes, una especie que surgió tras una cópula entre... bueno, no es fiable el dato... la cosa es que hay otros Hijos de Puta, pero están todos dentro de Este.
Suenan caballos y una guitarra española acortijada te sierra el alma con esa clara calma antes de la "Dinamita". Ritmos latinos, palmas y sacar en procesión la espina dorsal de Xavier Cugat para tirarla luego a una cuneta (forajidos!). Anochece en el circo y todo se vuelve espectral.... chicharra y banjo sobre drone, combinación perfecta para que vaya haciendo efecto el mezcal. "Adiós" es un minuto y pico que es lo que deberías en tardar en pillarte una copia:
https://javierarnal.bandcamp.com/album/awff-original-soundtrack
The Ritual Fires of Abandonment es el segundo de los cuatro largos de los americanos MINSK, editado en 2007 y uno de sus discos más laureados que inicialmente saliera por Relapse Records pero que tras años descatalogado los insignes belgas de CONSOULING SOUNDS vuelven a traerlo de vuelta en todo su esplendor (doble lp con varios colores y el precioso digipack de toda la vida). Hablar de MINSK es complejo ya no sólo por sus diversos cambios de formación, como por su críptica y hermética tableta de sonidos y texturas. En este disco, los de Chicago eran Christopher Bennett, Timothy Mead, Sanford Parker y Tony Wyioming con diversas colaboraciones que detallaré más adelante.
En el apartado técnico, el disco se produce, graba y mezcla por Sandford Parker en los Volume Recording de Chicago para posterior masterización de Collin Jordan (The Boiler Room). Cuenta además con letras basadas en escritos de Khalil Gibran y finalmente artwork y layout se van para Orion Landay y Anthony Couri respectivamente. En cuanto a sonido, se mueven en una suerte de cruce entre el tribalismo triposo de los últimos Swans, los abigarrados riffs de guitarra de cosas como Pelican, Isis, Cult of Luna y demás pero para mi gusto mucho más oscuro y enraizado en un Avantgarde que les lleva a retorcer (sobre todo a nivel percusivo) patrones que en principio pudieran recordar a Neurosis, Uffomamut, Yob o Unearthly Trance pero que afortunadamente poco a poco va adquiriendo su propia personalidad única e intransferible, posiblemente por esa manera de aunar Sludge, Hardcore, Doom, Psicodelia con partes Ambient y Tribales.
A pesar de haber pasado 18 años desde que se publicó, su oscurísima lisergia alquitranada, las incursiones en atonales abismos ultra poliédricos y la absoluta barrabasada de Parker a la voz eleva a The Ritual Fires of Abandonment a esas marmóleas antesalas del Olimpo. Abre el disco la descomunal (casi 15 minutos) "Embers"; un patrón percusivo `hacia atrás´ y cascabeles crean una pátina tipo Dead Can Dance en su Spiritchaser (1994). Hace acto de presencia un hipnótico bajo y psicotrópicos toques de sintes en lo que es una apertura de gran empaque épico. Las voces, casi un cántico susurrado y donde colabora Gladys Couri, remiten a bandas de Prog setentero, cosa curiosa porque la mala baba que se va acentuando tipo Neurosis (quizás tipo A Sun that Never Sets, 2001) casa a la perfección con lo anterior y cuando uno se da cuenta han pasado cinco minutos como un suspiro y el corte estalla en todo su esplendor Sludge Doom machachón, cósmico y estilizado. El arreón final, puro Uffomammut / Unearthly Trance en toda su gloria y epitafio de piano y sintetizador.
Siguen dos cortes muy interesantes. "White Wings", con un trabajo alucinante de los teclados y efectos tipo eco dentro de un tema eminentemente paquidérmico de esos que invitan al despiece. Arreones de guitarras apelmazadas que recuerdan a Boris / Neurosis o incluso a los High on Fire. Pseudo monásticos cantos casan a la perfección con el registro limpio de Parker a las voces, hasta que entra la instrumental "Mescaline Sunrise" para alborotar todos los neurotransmisores posibles... Ambient desértico y crepuscular, líneas de guitarras meditabundas y espaciadas y en suma, algo así como los Yawning Man apurando los últimos trozos de peyote mientras se apagan las llamas de la hoguera en un desierto ignoto. Sin solución de continuidad, todo da paso a la monolítica "The Orphans of Piety", quizás algo más enclavada dentro del Doom Avantgarde en sus primeros y sinuosos compases, y luego tirando de esa vertiende del Occult espacial tipo NAAM, ANCESTORS y otros grandes olvidados del panorama musical. Desde aquí toda una alucinógena sábana de bases rítmicas, cánticos que recuerdan muy mucho a Swans hasta que todo desemboca en la aterciopelada línea de saxo de Bruce Lamont que nos mete de lleno en el oscurantismo submundo del DoomJazz.