viernes, 30 de septiembre de 2022

ADAY BRUQUETAS & JOSÉ VERONA - "DORAMAS, EL ÚLTIMO CANARIO" (LOS 80 PASAN FACTURA, 2022)

Aunar la labor etnográfica y el folklore Canario con la música y la poesía andan detrás de este interesantísimo proyecto de DORAMAS editado por Los 80 pasan Factura. La figura neblinosa de Doramas (Gran Canaria, c. década de 1450 - Arucas, Gran Canaria, 20 de agosto de 1480) abarca desde su subida desde lo plebeyo hasta el liderazgo de su pueblo como un noble, curioso cuando en sus primeros años de vida era considerado lo que se llama un `trasquilado´, que en el nivel de capas sociales de la Canarias primitiva viene a ser lo contrario de la nobleza. Nobilísimos («Achimencey»), Nobles («Achiciquitza») y Villanos («Achicaxna») eran por ejemplo en Tenerife los estratos sociales mientras que en Gran Canarias aludimos a dichos nobles (`guayres´, que según el filólogo Juan Álvarez Delgado el término se nos va a algo así como noble, viejo, sabio y jefe tribal) y a los citados `trasquilados`

Y claro, nuestro aborigen Doramas se lía a golpe de espada en plena resistencia contra los vilipendiados Reyes Católicos en su particular intento de Conquista de las Islas (intento de anexión a la Corona de Castilla de 1478) y este, que aprieta un huevo con el otro, se va ganando su estatus de (ahora sí) `guayre´. Curiosa viene a ser la etimología de Doramas que va desde `narices anchas´ a `hombre de eterna sonrisa´... la siempre curiosa intervención de la filología pone su granito de arena en desentrañar el pasado del conocido como `El Último de los Canarios´. Lo cierto es que tampoco pretendo aquí cortar y pegar toda la larga historia, entresijos, batallas y tribulaciones de un personaje movido entre la leyenda y la realidad.

DORAMAS es el proyecto musical que une a José Verona (letras, voz y coros) y Aday Bruquetas (guitarras, piano, teclado, bajo y arreglos) para musicalizar eventos vitales de la vida del Canario Insigne en forma de una fabulosa (coger esto entre pinzas) Opera Folk Rock. Conscientes del carácter setentero del asunto, cuentan con batería en la figura de Enrique León y el aroma Folk de las cuerdas del Timple, instrumento tradicional que toca a la sazón Oliver Montesdeoca. El álbum lleva detrás un amplio trabajo de investigación importante pero tampoco quiero aburrir demasiado con nombres. Fabulosos me parecen algunos detalles del libreto como el `retrato figurado de la Princesa Guayarmina´, el grabado sobre la `masacre de aborígenes canarios en la Gomera´ obra de anónima o la misma fotografía de la estatua perdida realizada por Abraham Cárdenes.

Por tanto y ya sea el acercamiento al disco de tipo musical como de interés histórico, se encontrará el oyente en pequeñas piezas que construyen una suerte de suite (de ahí la conexión con el sinfonismo setentero) que a ratos navega hacia aguas Folk que luego entra en terrenos propios del Hard Rock o el Progresivo (en este caso, los detalles a lo Triana o el rock andaluz para mi gusto son más que evidentes). Para que todo este andamiaje no se venga abajo y le de credibilidad al asunto se necesitan dos cosas que creo que han hecho a la perfección. La primera y principal, huír de estribillos grandilocuentes y golpes de efecto que conviertan esto en un remedo de Mago de Oz, lo cual hubiera traído consigo que directamente no estuvieras leyendo esto aquí. Lo otro y primordial, es el tremendo trabajo tanto poético como histórico que ambos artistas saben confeccionar para que cierto carácter didáctico flote en cada uno de los cortes. Dicho de otra manera: aprender cosas escuchando.

Abre el disco "Preludio", donde tras unos instrumentos de viento entran unas líneas de teclados meditabundos que sirven para irnos imbuyendo del carácter épico de las Islas Canarias en pleno Siglo XV. Conquistas, anexiones y sangre... la sangre de (tal y como dice el libreto), apoyada por la Iglesia en su nauseabundo mantra Espada y la Cruz. Bombásticas orquestaciones cargadas de épica dan paso a la poética "Doramas", cuyas letras hablan por sí solas: `cuenta la leyenda historia / de un plebeyo y noble hombre / que luchó toda su vida / por la igualdad entre hombres. / Primero entre los suyos / después contra los invasores / siempre alta llevó la frente / defendiendo sus valores.´. Voz muy cercana a lo Trianesco (no por el deje andaluz que no lo hay, sino por el espíritu) y una línea de guitarra sencilla que repite la melodía de los teclados. Rompe luego todo con la entrada de la base rítmica con las vocales subiendo octavas. Los versados en las Ópera Rock de los 70 sabrán más o menos a qué me refiero.

Trobadoriana y de cierto cariz medievalesco, "La Torre de Gando (Diego de Herrera en Nombre de Dios)". Excelente los toques de la timpla, algo así como una bandurria a mis orejas y una forma de entonar muy distinta de la voz (es curioso, pero me ha recordado a los Bladimir Ros zaragozanos). Los teclados a lo largo de todo el disco muestran un nivelazo considerable, con versatilidad y variando los modos anímicos de la historia. Hace acto de presencia el rock setentero más Hard en "Abenohara (Amor Prohibido)", correcta pero que no es demasiado de mi estilo (cuando algo se acerca al AOR y lo elegante me pongo nervioso). Sigue "Batalla del Guiniguada", mucho más interesante a mi parecer y que introduce guitarras más acres, con distorsión contenida y progresiones de escalas al más puro estilo Hard de los Black Sabbath en The Headless Cross. Los teclados nuevamente excelentes en un pequeño himno de batalla sonoro que resuena en sus letras belicosas: `y de tanta destrucción / Maninidra y Doramas retiraron a los suyos / esperando los refuerzos de Tenessor´

Seguida, el piano arropa el inicio de "Los 80 Cristianos" que cuenta una maravillosa historia de redención en la que 80 cautivos castellanos salvaron la vida de la quema gracias a la intervención de una Harimaguada o sacerdotisa. Musicalmente es difícil eludir las influencias de Yes o grupos a lo Asia y similares, y toda esa plétora de discos conceptuales del Prog sinfónico. Con todo, prefiero sin dudarlo el Folk de la tonadilla "Pedro de Vera", para mí muchísimo más interesante en todos los sentidos... desde lo vocal hasta lo musical (las percusiones de Bodhran o parecido y ese soniquete que suena parecido a la gaita que imagino será el sinte), además que rezuma de todo ese carácter bilioso de los pliegues de cordel con sus excelentes letras. El final, como no podía ser de otra manera, se titula "El Último Canario" y se mete de lleno en los andamiajes musicales de la más pura Ópera Rock. Marciales percusiones, paradas y arranques dramáticos y la voz tipo bardo contando los últimos momentos de Doramas.

Estés cerca o no de estos estilos, es maravilloso cómo puede aprenderse escuchando música. Doramas funciona (porque funciona y muy bien) como un todo y no puede negarse cómo Jesucristo Superstar de Camilo Sexto ha influenciado tanto como el Hard Rock de toda la vida, casando a la perfección con unas letras muy trabajadas. He tenido una potente sensación de `deja vú´... de esos discos de los 70 y 80 que tanto me arroparon en mi adolescencia y que si bien ya no escucho, siguen ahí influenciando a generaciones por venir. Si encima te cuentan una historia tan genuina como la de el `trasquilado´, bienvenido sea.

https://www.los80pasanfactura.com/store/p115/Doramas._El_%C3%BAltimo_canario._____Aday_Bruquetas_-_Jose_Verona.html

lunes, 26 de septiembre de 2022

VAINA - "FUTUE TE IPSUM (ANGEL WITH MANY FACES)" (AESTHETIC DEATH ADCD 086, 2022)


Ask yourself...
What is left of your god, when you undress it from all the names, texts, ceromonies, rituals, aestetics and music... All of that what gives form to your god and makes it concrete. Cut all its connection to religion, tradition and culture. What is left then?

What is the source of your god?
What is its true
nature

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Ante todo, lo primero que debo decir es que ✥ FUTUE TE IPSUM ✥ Angel with Many Faces no es un disco para todo el mundo. Tienes que ser muy abierto de orejas y dejarte llevar... cualquier intento de acercarse a esto con los parámetros habituales del metal extremo no van a dejarte disfrutar de lo que considero un discazo como la copa de un pino. ¿Dónde se editan estos híbridos extrañísimos? está claro que siempre, siempre, en Aesthetic Death. Y no es porque haya altísimas dosis de experimentación o algo excesivamente rompedor sino la forma en que todo conforma un puzzle electro bailable con ínfulas mántricas y Black Metaleras que lo mismo pueden recordarte a los experimentos avantgarde EBM de Satyricon que al Mortiis de The Smell of Rain. Pero ojo, e insisto, no es eso. Centrar esto solo en algún tipo de Black electrónico es un grave error y quizás si hacemos un ejercicio de imaginación y mezclamos algo tan a priori imposible como el Industrial de Theologian con Unholy, podríamos acercarnos a una parte de lo que aquí suena. Es más... creo que esto podría haberse editado perfectamente en Cold Spring.


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Partes orquestadas, bases programadas, largos pasajes de Dark Ambient teñido de voces susurradas, femeninas o con Vocoder en extrañísimos y devastadores tramos hipnóticos de belleza devastadora; solos de guitarra lejanos, progresivos y cercanos al debut de Yearning. Arrebatos orientales, toques Trip Hop o pasajes a lo Samael (Passage o Eternal).... bienvenidos a VAINA de Finlandia, proyecto de Santhir the Archmage que salvo alguna colaboración, viene encargándose del asunto desde 2017 (dos Eps y otro largo previos). Ala, creo que ya he soltado la parrafada. Vamos con más detalles.

VAINA en finés parece hacer referencia a un imperativo tipo "que seas maldito" o algo así, mientras que la joya de la corona es para Futue Te Ipsum que viene a significar (mejor en inglés): FUCK YOU. Santhir the Archmage se encarga de todos los instrumentos (donde más destaca en mi opinión es en la guitarra). Mezcla en Kyysirppi Laboratory y masterizado de Greg Chandler en los Priory Recording Studio. El aspecto visual si no me equivoco es obra de Stjin Van Cauter, destacando una alucinante portada que mejora cuando la tienes en las manos (nada de pantallas). Un morado sobre gris plata y el resto del libreto bastante minimalista. Como siempre, una sola escucha no te abrirá el abanico de posibilidades que da el disco (muy habitual en estos géneros) además de que escuchas parciales no llevan a nada. Esto se toma como una sola dosis... cada corte se complementa con otro y la nada hace el todo. Vamos al asunto.


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"Oppenheimer Moment" abre con cuerdas acústicas asordinadas, percusión minimalista y cánticos rituales. Perfecta intro que da paso a los ocho minutos de "I1", estallido repentino de Black Metal de corte avantgarde plagado de riffs distorsionados (toquecito a Gnaw Their Tongues), doble bombo programado insano (acordáos de los Limbonic Art) y cambios de tiempo muy logrados. Las voces van de las puramente Black a otros coros limpios en la retaguardia... excelentes los toques de algo que parece una campana o platillo tibetano (programado o no, queda de lujo). Es curioso, pero el obsesivo uso que se hace de las melodías me recuerda a oscuros proyectos de HOLY RECORDS como los Chaostar, Legenda o las partes más electro de Misanthrope (salvando las distancias). El tema muta sobre sí mismo a partir del minuto 3. Un prolongado silencio da paso a un pasaje con toques Doom y Dark Ambient pero que con las baterías programadas que juegan al baile llevan al conjunto a un tono psicodélico bastante marcado. Insisto... el trabajo de guitarras es excelente y el tempo arrastrado va eclosionando en un Black de tintes Industriales ultra adictivo.

El asunto se va enrareciendo con "HCN", burbujeante interludio de teclados cinematográficos que van in-crescendo (joder cómo me recuerda a John Carpenter en Escape from New York). Sigue la monumental "Yksikuisuus", con épica melodía de guitarra, piano y toques de Black Metal atmosférico que lentamente van dirigiéndose conforme se añaden sintes a un tema de Black depresivo sinfónico. La sensación general es lúgubre y priman los contrastes entre el piano lento y la batería rápida, quizás demasiado sintética para mi gusto pero la pulcritud de la guitarra me hace olvidarlo pronto. "About:Blank" arremete con Techno (¿recordáis el proyecto Diabolos Rising/Raism de Mika Luttinen de Impaled Nazarene y Magus Vampyr Daoloth de Necromantia?... pues algo así) y unas letras repetidas `ad nauseam´ que se pegan en los tegumentos: "Escape to darkness, kill all light, black is the triumph, that has no site".


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Tras la maligna y correcta "Raping Yer Liliith", entramos en terrenos experimentales con "πυραμίς" (pirámide). Sobre un fonde de piano tristón, sonidos de un electrocardiograma y sábanas de sonido ambientales a lo Brian Eno se sucede una guitarra en espiral. Hay base rítmica pero es simple acompañamiento para un voz que susurra. Sin lugar a dudas es mi corte preferido, con mucho en común con lo que están haciendo estos últimos años los italianos Canaan. Cuando llega el minuto 6 y se queda ese pitido en comunión con la plúmbea melodía de los sintes y los espaciados toques del platillo se abraza el Funeral Doom cósmico y espacial de los mil y un proyectos de Stjin Van Cauter. Mención especial al tramo final con voz en vocoder.... soberbio.

Tramo final de órdago. Flipante la bailable, oriental y con toques femeninos (vuelta a Diabolos Rising) "--. .-. . . -.". Increíble pero cierto, entra el Rap de por medio en una de las cosas más psicotrópicas que me he echado a las orejas desde hace mucho.... y las letras, toda una declaración de intenciones ecológicas: `Melt into the danger / Melt into the green´. Esto o lo amas o lo odias, no creo que haya término medio así que mejor lo escuchas y listo. Otra intro instrumental ("Todestrieb") da paso al descenso a los infiernos de "Minä + Se", que arranca con atisbos a Bethlehem para ir hundiéndose en una litúrgica coda dividida en cuatro actos diferenciados: Dormivlegia, Dissociation, Clímax Paradise e Insula Mortuorum

Cantos operísticos, trémolos interminables de guitarras... no se me ocurre cómo definir los 11 minutos que cierran uno de los discos más extraños que he tenido oportunidad de escuchar estos meses. Si bien es cierto que sobran algunos minutos, lo sublime y arriesgado de otros pasajes lo llevan directo a mi estantería de rarezas imprescindibles. SOLO PARA MENTES ABIERTAS.

https://www.aestheticdeath.com/releases.php?mode=singleitem&albumid=5448

https://vaina.bandcamp.com/album/futue-te-ipsum-angel-with-many-faces-2

martes, 20 de septiembre de 2022

GARDEN OF WORM - "ENDLESS GARDEN" (PARIAH CHILD CD020 / NASONI RECORDS 228; 2022)

Activos desde 2003, la banda Garden of Worm procede de Finlandia y este Endless Garden de 2022 viene a completar su brutal transformación desde una banda de Doom con toques progresivos a un ente hundido casi que de pleno en la Psicodelia y el Avantgarde pero ojo, su forma de abordar la acidez es lo suficientemente oscura y poliédrica para acordarse del magnífico duo Pombagira o de los Crumbling Ghost. Pero claro, estamos en Finlandia y no en Noruega, que sí que es un sitio donde abunda el Progresivo de corte Folk extraterrestre como los Tusmorke o Alwanzatar. Casi siete años desde el anterior disco, de Endless Stones lo primero que me deja absolutamente tocado es la impresionante portada de Tommi Musturi, historietista finlandés muy premiado y que pertenece al colectivo Kutikuti (tiene obras editadas en españa como Paseando con Samuel o Sr. Esperanza)

Endless Garden se edita en formato Cd por PARIAH CHILD y en LP por NASONI RECORDS, tras haber pasado la banda tanto por Svart (Idle of Stones) como por Shadow Kingdom (el homónimo Garden of Worm), demostrándose así el carácter ecléctico y único de unos músicos que han ido madurando un sonido propio verdaderamente difícil de clasificar. La formación que había permanecido casi que estable en 20 años se transforma ahora un poco; Erno Taipale (guitarras, voces, acordeón harmonio, flauta y batería) que toca en Seremonia, otros que tal bailan, y al igual que Sami Arju (voces y bajo) han compartido filas en agrupaciones como Blueprint Human Being Devilish Decibels. La única baja con respecto a los primeros dos discos es la batería de Mikael Suvanto que decide concentrarse en su otra banda Ghastly, relegándose la tarea en Taipale junto con la guitarra principal. Eso sí, la formación de trío se completa con la guitarra solista de Antti Korpinen.

Si bien está claro que el Doom de los inicios queda bastante lejos, y que la impronta que flota sobre el álbum está dentro del Prog y el Psych, bajo mi punto de vista las etiquetas no hace justicia a su sonido... veamos, ni de lejos se han transformado completamente en el tipo de banda de Space Rock que pulula por Nasoni, Transubstans, Sulatron o Subliminal Sounds. Largos pasajes instrumentales, influencias de King Crimson (el nombre de la banda lo toman de uno de sus temas), y cierto aire meditabundo, lánguido y flotante haciendo escala en ese sonido particular que tenían (y tienen) los germanos Mirror of Deception pero cruzados con algún toque entre un híbrido bastardo entre Yawning Man, Dungen y Revelation. Raro, ¿no?... pues escúchate los dos cortes que cierran el disco y me cuentas. 

Se abre con la instrumental "Hands Up, You're Free". Sosegada y ambiental, con una guitarra que va siguiendo una magnífica escala ascendente mientras la base rítmica arropa el ambiente con un desértico ritmo plúmbeo; entra la flauta y la segunda guitarra algo más distorsionada llevando al conjunto a esa aspereza sueca de los Dungen pero más lentos y menos desquiciados. De seguido, "Name of Lost Love" con una sencillísima base ríttmica muy deudora del Rock Espacial pero que se va enrevesando con esa manera decadente de cantar (me recuerda muchísimo a Crumbling Ghost) y, cosa curiosa, no puedo quitarme de la cabeza "In the Temple of Love" (Sisters of Mercy) en los primeros compases. Impresionante cómo se va cargando todo de una complejidad sutil con diálogos entre la batería y la flauta, cambios de tiempo y letras cantadas a varias voces.

(formación clásica)

"The Flood" es una preciosidad que roza el Canterbury y el Folk Prog de bandas como (otra vez) Dungen o Circulus (menos locos, eso sí). Impresionante el pseudo-interludio con un clímax muy hermético y abstracto de voces semientonadas que contrasta con esa belleza campestre (con voces de Kielo Kärkkaäinen) que abría los primeros compases; en los últimos segundos hacen un círculo casi completo y sigue "White Ship" con unas tesituras similares y algo del aroma de los In The Woods del Omnio y Strange in Stereo. Muy bueno el contraste de afinaciones entre las dos guitarras, el uso se secos parones y algún que otro riff que no desentonaría para nada en los Yawning Man. Lo que es curioso es que el sustrato de fondo aunque sea difícil de percibir sigue conservando esa forma que tienen de destilar la melancolía las bandas finesas. 

El harmonio hace algún toquecito aquí y allá, quedando casi siempre en la retaguardia y mezclado con el resto de instrumentos (al igual que la guitarra, que esboza simples notas atmosféricas). Estamos en los siete minutazos de "Autumn Song" y el Psych nos sale por los poros. Más que estructura de canción, parece totalmente una Jam lisérgica en una secta apocalíptica perdida en vaya usted a saber qué bosque finlandés, que flota y flota (no sé si hacia el interior o el exterior) hasta que estalla en un petardazo de Heavy Psych de alto octanaje con base rítmica motorik al más puro estilo Mars Red Sky o Yuri Gagarin. Las voces, metidas de lleno en esa forma de entonar propia del Doom de Maryland me vuelven absolutamente majara.... y mientras los trémolos de la flauta muy al fondo recordándome a entes bizarros como los Aqua Nebula Oscillator, Sylvester Anfang II y similares. Sigue la introspectiva "Heart's Waste", otra perla cargada de guitarras extrañas, sincopadas, a penas sugeridas y letras para la reflexión  (`why among the stars / should there be one / you may not see´). 

(Photo of Daniel Nyman. Taken at the Überkraut evening on 29.8.2015, Kirjakahvila, Turku)

Los 9 minutos de "Sleepy Trees" comienzan con un cargado ambiente Pink Floydiano hipnótico y mántrico con drone flotante del harmonio en la retaguardia. Base rítmica y voz tejen con fluidez una base claramente Doom; aunque las etiquetas quieran virar hacia otro lado, lo plúmbeo del tempo y la melancolía reinante impriman una depresividad muy marcada... sí, es cierto, hay flautas....pero parecen tocadas a base de extertores de difuntos y sobre el minuto siete el tempo es tan agobiante que parece Funeral Doom con unas letras agónicas al extremo (`misguided by light / now wings of dusk fly through this / endless garden / feathers touch the sky / I lie awake in the dark / and wish this moment draws out to forever / playing hide and seek with the dawn´). 

"In the Absence of Memory" cierra esta maravilla de disco a base de contrastes. Desde ritmos netamente psicodélicos a partes arrastradas cercanas a cosas como Warning. Fin de fiesta con un pasaje instrumental que estalla en riffs distorsionados a lo Sabbath y una voz en plena escena del Occult Doom. Tengo la sensación de que Garden of Worm han jugado con mi mente en una realidad paralela con un álbum que se va abriendo y abriendo conforme lo vas escuchando. 

Una absoluta maravilla.

https://www.pariahchild.co.uk/garden-of-worm-endless-garden-digi-cd/

https://nasoni-records.bandcamp.com/album/endless-garden

viernes, 16 de septiembre de 2022

ORFEON GAGARIN - "SALMOS FUNICULARES" (ARTIFICIAL OWL RECORDINGS AOR02, 2021)

He soltado ya bastantes ríos de tinta sobre la música del grande Miguel A. Ruiz. Y digo tinta porque precisamente a él le dediqué un extenso artículo en el Fanzine MOEDULAR, a propósito sobre todo de la magna reedición del celebérrimo y homónimo Orfeon Gagarin (Verlag System, 2019), uno de los proyectos más rompedores de Miguel. Como no me gusta repetir conceptos ni árboles genealógicos, os dejo una entrevista que pude realizarle con motivo de su magnífico Voces a 45rpm (Geometrik/Munster, 2019) de hace unos años que recomiendo os leáis antes de seguir para situaros en contexto... y paso directo a lo que hoy nos atañe que no es otra cosa que la continuación de uno de mis cosmo-proyectos Electro-Ambient favoritos.

Bajo el extrañísimo nombre de Salmos Funiculares, y con diseño alucinante de Alonso Urbanos, ORFEON GAGARIN nos trae un álbum bastante más enfocado al Ambient que en anteriores ocasiones pero ojito, que aquí lo de Ambient puede llevar a errores. La composición entre 2019 y 2020 se materializa en los Toracic Studio bajo (bio asistencia) de Polypodium Borametz, siendo la edición obra del sello americano Artificial Owl Recordings en dos ediciones que van desde la cassette limitada a 50 copias al vinilo con impresionante acabado en mármol de vetas rojas. 

Y difícil... difícil voy a tenerlo para meteros en la secta sonora de estos salmos sonoros derramados al amparo de viejos cables de telesféricos, así que os dejo este críptico texto del bandcamp:

“Many cable-car psalms (thanksgiving telegraphic-covenants) have individual pastoral superscriptions, ranging from lengthy oscillations to a single word. Over a third appear to be musical directions, addressed to the `leader´ or `choirmaster´, including such statements as `with electroacoustic instruments´ and `according to sine waves´. Others appear to be references to types of musical compositions, such as `A Tritium Psalm´ and `Song for Megawatt´, or directions regarding the occasion for using the cable-car refueling.”

Vale, y ahora, ¿cómo describo yo lo que os váis a encontrar? La Cara A engloba los 8 primeros "Salmos Funiculares" que sin solución de continuidad nos mete dentro de un flujo de electrónica sosegada pero plagadísima de detalles a los auriculares. Dicho de otro modo, no hay interrupción entre corte y corte como si de una suite etérea se tratara (el único corte será darle la vuelta al plástico para los "Salmos Funiculares" que van del 9 al 11). Prima cierta sobriedad en los ambientes que lejos de quedarse anclado en un Ambient/Drone estático busca todo lo contrario... imprimir en el oyente la sensación de cinética aletargada de un alunizaje visto bajo los efectos de una dosis quizás excesiva de opiáceos. 

Bien sonidos generados, bien sinusoidales ondas procesadas hasta lo litúrgico, rezuma todo un cierto toque espiritual. Tras un despegue inicial asistimos a una plétora de caleidoscópicas fugas de sonido electrónico que se entrecortan y dialogan entre sí de forma pausada (los salmos precisan de la aprobación del séquito) dando la sensación de estar colgado en un funicular que atraviese un ciclópeo abismo sin fondo. Toques tribales propios de la música Industrial arremeten de forma obsesiva como si estuviéramos escuchando a Esplendor Geométrico reconvertidos a una religión que les capase los impulsos Harsh terroristas (con las pirulas de la Policía del Espacio). 

Es ese tono tribal lo que le da a la música de Ruiz en este disco el toque a engranaje repetitivo `ad nauseam´ como base rítmica, mientras diferentes samplers, sonidos generados o lo que sea se mueven por la retaguardia (trenes, rieles, cables que se tensan y destensan, llegadas y partidas, chasquidos de estática...). Si bien hay partes que me parecen totalmente metidas dentro de la Música Concreta, Minimalismo, Dadá o incluso el Fluxus, al rato me callo mis palabras cuando sábanas de Kosmische lejanísimas pero que se van intensificando dragan todo lo anterior. 

Cuando una especie de flotante melodía a lo primeros Popol Vuh o Schulze pero sin perder la esencia pastoral aparece en los últimos minutos todo se torna catedralicio, como grabado bajo el viejo retablo de una Catedral desprendida de la Tierra y que vagara en gravedad cero por el puñetero cosmos... órgano inclusive. Alucinantes los detalles robóticos robando a la música de cualquier atisbo de humanidad... como si estuviéramos asistiendo a una versión sonora acelerada de la descomposición tecnológica de una nave estelar abandonada a su suerte. 

Por cierto, tras múltiples experimentos he averiguado lo que dice la voz procesada: "te voy a dar una hostia que te voy a poner en órbita".

Sigue la fiesta con la Cara B o `quién sueña con cencerros de ovejas eléctricas´. Rebaño estelar conducido por estepas electromagnéticas. Otros 3 salmos restantes que continúan por la senda Kosmische, quizás incluso con detalles cinematográficos sobrios que bordean la clásica contemporánea con esas angularidades propias de compositores polacos. Pero esto es electrónica... o electroacústica, que yo no soy demasiado purista. Si en la Cara A notaba más el uso de generadores de ondas, aquí me parece que los sintetizadores pasan más a un primer plano aunque si uno agudiza las orejas captará a la perfección insertos de `mini collages´ sonoros que rehúyen cualquier tipo de estancamiento (maldita sea si en los compases finales no se me viene a la cabeza TOMITA). Cierran los casi seis minutos de "Losantos", en clave bailable al más puro estilo Esplendor Geométrico... una oda a la construcción de temas mediante glitches, errores y Harsh. SOBERBIO.

https://artificialowlrecordings.bandcamp.com/album/salmos-funiculares

https://toracic.bandcamp.com/

martes, 13 de septiembre de 2022

NASTY SAVAGE - "ABSTRACT REALITY" (ALONE RECORDS AR127-LP, 2022)

Si bien es cierto que posiblemente el debut homónimo de Nasty Savage o el Indulgence sean más quintaesenciales que el Penetration Point, sigo quedándome sin duda con este último por el brutal nivel de madurez musical y lo retorcidas que se vuelven las guitarras, las intrincadas bases rítmicas y una voz que no tiene ni el más mínimo interés en agudizar nada, solo escupirte bilis coagulada en la jeta (algo así como Slayer a mitad de revoluciones y para mi gusto y afortunadamente, con pocos toques de Power de la época que irían soltándose de lastre por el camino). Ya no sé si es por la inquietante portada del fallecido Van Dercar un poco al estilo de los trenecitos de los coches de pasajes del terror de la feria de mi pueblo, o por esos tempos y cambios de ritmo que tanto influenciarían posteriormente a bandas como Death y sobre todo, bajo mi punto de vista, Obituary, pero el disco me parece una salvajada atemporal por la que poco a pasado el tiempo. Difícil es entender el paso al Death Metal sin bandas como esta o Possessed.

¿Años? Pues 1989, Tampa (Florida), con una contraportada como mandan los cánones con una brutal fotografía en la contraportada; sin camiseta el revienta televisores y showman vocalista Nasty Ronnie, otro con gorra que reza Pussy Posse... todo para una banda maldita por excelencia, sobre todo a nivel de bajistas; Fred Dregischan (que tocaba desde el temprano 1981 abandona la banda por una lesión de la mano), Chris Moorhouse que se mata en un accidente de coche un año antes de Penetration Point (mismo año en que fallece el ilustrador, ocultista y escultor Van Dercar) y en las sucesivas reuniones de la banda pierden en 1998 a Craig Huffman (batería) y ya en la reunión de hace unos años, Richard Batemand de un ataque al corazón. 

Bien, justo poco antes del pelotazo de Thrash a medio tiempo y progresivo (coger con comillas) del citado Penetration Point que ya sale bajo el auspicio de Rotten Records (fundada por Spike Cassidy de D.R.I. y por aquel entonces entroncada a Roadrunner / Roadracer), Nasty Savage estaban con Metal Blade e imagino que para cerrar contrato (no lo sé, esto es de mi cosecha), se marcan un alucinante Ep con su formación más clásica y que ahora, para gloria del coleccionista (se había reeditado que yo sepa solo como bonus en la reedición de Indulgence), ALONE RECORDS lo rescata en vinilo bajo licencia de Metal Blade, con insert y respetando la gloriosa y nada común portada de Van Dercar (os invito a buscar un cuadro que tiene llamado `Witch Retreat´ del 72) quien por cierto creo que no pondría obra suya a ninguna otra banda de metal. 

Por tanto, Abstract Reality sale en dos formatos (elige tu propia aventura): vinilo negro y splatter transparente con detalles oro y azul, con remasterización para de Martin Furia de un disco que se graba en el 88 en los Morrisound Studio de Tampa para luego masterizarse en Miami (los Criteria Studios / Fullersound). La formación... bueno, pura historia: Curtis Beeson (batería), Ben Meyer (guitarra), David Austin (guitarra), Nasty Ronnie (voces) y Chris Moorhouse (bajo y quién le iba a decir que iba a fallecer meses después de accidente de tráfico al igual que Cliff Burton dos años antes). ¿Y qué voy a contaros sobre la música que ya no sepáis?. Abre la compleja, obsesiva y con voces que parecen como dobladas con algo de eco (le da un aire malsano que por desgracia no se mantiene luego), "Abstract Reality". Fiel a su nombre, las guitarras se marcan riffs entrelazados nada habituales siguiendo una misma melodía pero puntuándose con agudos ultra marcados excelentes. Esos parones, los riffs coetáneos de Death de Schuldiner y el bajo que es un martillo pilón con quiebros sincopados que anteceden un solo de guitarra con pasaje instrumental glorioso. La voz es como cuando uno estudia febril un examen y va subrayando con violencia los textos... No sé si atreverme a decir que suenan adelantados a su tiempo porque sería excesivo pero de seguro que no es el típico sonido Tampa (pero sí que lo es...). 

"Unchained Angel" es más corta y a la yugular, con un trabajazo enorme de las guitarras que, muy curioso, van más aceleradas que su posterior Penetration Point. Digamos que Abstract Reality es mucho más Thrash que aquel. Coros gritones y Beeson remachando lo que pilla. Con todo, lo que más me llama la atención es la forma de cantar de Nasty en "Eromantic Vertigo", la joya de la corona aquí, que unido a los riffs en espiral y al taladrante bajo dan cierto efecto surrealista y onírico al corte. Quizás aquí sí que suenan bastante más Powerthrash pero dentro de la aureola naciente de Technical Thrash de su tiempo. Cambios de ritmo del bajo, silencios medidos de la bateria y las guitarras segando todo lo que pillan a su paso. Cosas así de intrincadas estaban ya haciéndolas los Watchtower de Austin en Energetic Dissasembly (85) o el posterior (89) clásico Control and Resistance. Tampoco quiero ahondar en esto e irme a Coroner o Voivod. Hoy no va de eso.

Cierra el Ep y la Cara A la speedica e hímnica "You Snooze, You Lose"... ¿He dicho que cierra la Cara A? Pues sí, porque la B está dedicada en esta ocasión a un impresionante etching con el logotipo de la banda que queda de la hostia.

MUST HAVE en toda regla.

https://alonerecordsshop.com/collections/releases/products/nasty-savage-abstract-reality-ep-12-clear-w-splatter

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lunes, 12 de septiembre de 2022

PIANO SOUNDS (1983-2020). Obra pianística de Emilio Calandín (LIQUEN RECORDS LRCD015, 2020)

Piano Sounds, nueva edición dentro del catálogo de Liquen Records (Valencia), explora la obra pianística compositiva de Emilio Calandín (Valencia, 1958) abarcando un periplo que va desde inicios de los 80 hasta el presente. Generalmente, los discos de piano solista suelen atascárseme bastante a la hora de reseñarlos y creo que la razón primordial es mi falta de acervo musical; si son de base jazzística conecto mejor con las referencias pero en el caso de Calandín es la Clásica Contemporánea lo que abunda en su obra, terreno que controlo bastante menos. Pero claro, hay un detalle en las composiciones de Calandín que no puedo dejar pasar por alto; compone como un pintor y pinta notas como un poeta japonés compone Haikus. Dicho de otro modo, su por lo general aletargado tempo, su comedido uso del silencio y sus explosivos contrastes entre glissandos o clústeres de notas provocan en el oyente una compleja sensación de plenitud y casi de vértigo, de introspección y choque, de caída inversa..., pero no quiero adelantar demasiado. Lo que sí os pido es que perdonéis mi falta de conocimiento a la hora de expresar las técnicas y los posibles fallos que pueda cometer al describirlas. 

Cualquier atisbo de academicismo en mi prosa es pura coincidencia. Para cualquier duda, consulte en su Asklepeion más cercano. Sobrepasar las dosis, SIEMPRE.

Piano Sounds se edita en formato digipack con grabación / mezcla de Paz Guillem Martín y Ximo Calatayud Buñuel, siendo la masterización obra de Enrique Soriano que por cierto ha conseguido una consistencia y prístino sonido muy encomiables (creo que los detalles más concretos podéis leerlos mejor aquí). En los ropajes, maravilloso dibujo de Victoria Cano (os dejo enlace a su página). Para terminar los créditos, son los pianistas Antonio Morant Albelda, Bartomeu Jaume y Diego Fernández Magdaleno los encargados de dar vida a las composiciones de Calandín y os vuelvo a remitir al enlace a Liquen Records para que ahondéis en sus currículums y detalles de la obra, así no repito conceptos que puedan hacer muy farragosa la lectura.

Antonio Morant Albelda, Emilio Calandín, Diego Fernández Magdaleno i Bartomeu Jaume.

Diego Fernández Magdaleno abre con "Preludi, Riflesi e Trasparenze", dos obras en sí mismas, "Preludio", homenaje evidente a Erik Satie de 1983 y luego refundida en "Preludi, Riflesi e Transparenze" años más tarde para acompañar la exposición pictórica de la artista romana Hermana Galdi. Maravillosos tres minutos obsesivos y andantes, con ese regusto balsámico de las obras de Satie (Gymnopédie) pasada por cierto aire soñador, profundamente mediterráneo a la italiana hasta el punto de que me cuesta no pensar que podría haber adornado cualquier pasaje de Sacco y Vanzetti y aunque salvando las distancias, la composición exhala esa desenvoltura casi `de la infancia´ de las composiciones menos rocambolescas de Morricone (ese piano obsesivo en "Chi Mai"). Romanticismo e impresionismo dibujando en un lienzo musical al pie de un acantilado plagado de casitas encaladas, mediterráneo amable y tan transparente que el azul del cielo anula el horizonte.

A continuación Antonio Morant hace lo propio con "Ricercare" (1989), pieza que ya deja entrever la vanguardia de lo aleatorio en Calandín. Salto bastante contrastado con la primera pieza debido a la tremenda libertad que da Calandín a Morant a la hora de improvisar unas líneas lentas por lo general, rozando la música concreta y minimalista (estoy tentado de decir que usa recursos de la electroacústica), pero que de repente se ven subrayadas por exabruptos, caídas y movimientos juguetones, radicales y con notas tan cortas que parecen cuerdas pellizcadas. Es como si se le arrebatara la vibración a la nota antes de tiempo para que el efecto percusivo sea mayor. Maravilloso.

Bartomeu Jaume se encarga del bloque compuesto por "Voci del Fiume" (1993) y "Acróstico" (1995), de 9 y 15 minutos de duración respectivamente. "Voci del Fiume" se inspira en el Siddharta de Hesse y nos vuelve a mostrar a un Calandín que deja al intérprete espacio para hacer suya la obra. Sigue la pauta estilística del corte anterior pero quizás acentuando más ese toque sinusoidal (armónicos) de las notas, casi vibrafónicas y con un deje oriental no exento de cierta épica en los momentos en los que líneas más graves acechan los agudos... una especie de amenaza se cierne sobre el oyente que ve cómo la estructura se rompe y es agitado en un oleaje de notas donde vuelve a brillar la aleatoriedad. Mano derecha e izquierda dialogan en dos idiomas diferentes pero que pueden entenderse perfectamente el uno al otro, demostrando que la música en estado puro se mueve por sendas anti Babelianas. "Acróstico" sin embargo ya muestra un cambio de estilo importante; estructuralmente vertebrado a partir de traducir las notas a la poesía tradicional japonesa (Haiku), asistimos por tanto a pequeñas y reiteradas escalas que ascienden, paran y se puntúan por obsesivos juegos de dos notas y vuelta a las escalas en ascenso. 

El conjunto posee mucha carga dramática y resulta bastante exigente para el intérprete, que afortunadamente (Jaume) no solo la aborda a la perfección sino que la dota de una pasmosa fluidez. Los silencios, muy marcados, y el contraste muy evidente entre lentitud y bloques explosivos muy cortos definen sobre todo la composición a partir del minuto 7. El Haiku es silencioso por naturaleza pero Calandín lo pela como una fruta y lo lleva a un terreno distinto, como si hubiera resuelto algún tipo de enigma o enredo mental. 

Damos un salto a 2008 con "Tres Naipes del I Ching", dividida en 3 secciones cortas interpretadas por Antonio Morant. Abre "Ch´ien (lo creativo)", con mistérica apertura de cinco pellizcos del cordal que explotan en un agresivo vuelco sobre el teclado a lo Messiaen, dando una sensación de celeridad (lo creativo) a base de notas que estallan en contrapartida de otras que se ven arrasadas por golpes secos de la otra mano. Genial el cambio de registro en "Kuan (la contemplación)", cargada de cierta pesadumbre acaracolada, continuada por una incesante sucesión de notas agudas y todo un cortejo de recursos para finalizar con templanza y sosiego. Para terminar este bloque, "Sung (el conflicto)" se viste de abstracción y se torna mucho más orientalizante que las previas. Por cierto, maravillosa esa nota serrada con sordina que pone punto y final a cada episodio; una nota para el primer naipe (Ch´ien), dos para Kuan y tres para Sung.

Sigue Morant en "Epitafio" (2009), homenaje póstumo a Ramón Barce y de tono bastante fúnebre. Se usa el pedal y la resonancia como fondo para que esquirlas agudas y espaciadas de la mano derecha reciten su particular homilía de respeto al difunto. La última pieza, también interpretada por Morant, y de 2020, es un homenaje al que fuere profesor de Calandín, Francisco Llácer y como su nombre indica, "Fuga" derrama sus notas tal y como un pintor lleva su pincel cada vez más lento a ese lugar donde todo confluye.

http://liquenrecords.com/2020/11/22/piano-sounds-1983-2020-obra-pianistica-de-emilio-calandin/

viernes, 9 de septiembre de 2022

OLIVER - "STANDING STONE" (GUERSSEN RECORDS 065, 2022)

Siempre me pareció curioso que las técnicas del momento no permitieran hacer un verde correcto para The Incredible Hulk allá por el año 1962. Harto de grises y verdes y sus aleaciones pigmentosas, Goldberg decidiría colorear en color batracio para la posteridad, y algo así es lo que le sucede a la portada de Standing Stone de OLIVER, disco de culto puro y duro (luego analizaremos eso), y que a la postre su portada estaba planeada en color azul (llegaron a salir copias en dicho color) pero claro... año 1974, letras negras sobre azul... aquello era complicado de leer así que se decidiría ese verde oliva que podéis contemplar y que hostias, tampoco ayuda demasiado a los nervios ópticos. Por cierto, no deja de ser curioso que la autoedición saliera bajo el auspicio de OLIV RECORDS, de Oliver, pero que haga referencia al color oliva de la portada. Y diréis... joder, vaya mierda de introducción. ¿De qué estará hablando el tipo este?. Pues os estoy relatando el envoltorio de un disco de culto de Acid Folk, Psych Blues y bizarradas varias que ha exhumado para gloria del coleccionista el sello Guerssen. 

Puede parecer extraño que haya entrado a contaros de este disco por la portada, pero no es baladí que la gran mayoría de `pressings´ privados de Psych rural de los 60 y 70 contara con este tipo de portadas planas y simples, como así demuestran las infames reediciones bootlegs y piratas de Erebus o Radioactive o Bamboo y Phoenix (estos sobre todo en la escena japonesa) aunque para tranquilidad de todo el mundo, James Plummer ya fue condenado en 2005 mediante juicio de rigor tras denuncia por la familia de Hendrix y es que claro, una cosa es sacar sin derechos discos de granjeros sin nombre, y otra de Hendrix... cosas de la vida. Sigo un poco más. 


(reedición de 1992)

Toda esta reflexión sobre cubiertas y colores viene a colación de que no puedo quitarme de la cabeza la portada de Fith Flight y su único disco, Into Smoke Tree Village (1970), otra rareza de guitarras fuzzeras y órganos a cargo de cuatro compañeros de instituto; la simpleza de AWOL de Black Orchids o la simple pero efectiva cubierta de Under The Burning Sun (1978) de VIIth Temple, especie de remedo apocalíptico de The Doors. Agrupaciones de hippies cristianos (Wilson McKinley, 1971), granjeros con banjos, experimentadores de proto drone en el 76 (Cosmic Beam Experience de Francisco), adoradores de excrementos (Does Their Own Stuff! de Hot Poop, 1971)... y es por todo ello que me atrevería a decir que si el Garaje Rock era moneda común, todo el resto que iba saliendo era la calderilla y todavía mejor, dentro de esa calderilla se colaban auténticas monedas de oro y una de ellas es sin duda OLIVER. ¿Y cuál es el nexo de unión en todo este submundo?. Pues generalmente se cumplen una serie de premisas que son: tiradas autoeditadas, oscuridad absoluta en torno a sus miembros hasta que no llegan las reediciones ilegales y por lo general, el descubrimiento fortuito de algún coleccionista en mercadillos, almacenes o algún máster de cinta incluso en un altillo.

Sigamos. ¿Y quién es Oliver Chaplin? La década de los 70 estuvo absolutamente plagada en Inglaterra y Norteamérica de músicos y bandas que durante veinte años habían sido impregnados del nacimiento de `otra forma de música popular´; el nacimiento de un estilo (rock) y su consabida evolución hacia la Psicodelia, el Prog o el Folk Rock y bueno, esa forma contestataria de ir contra el sistema imperante. Las vacas sagradas son harto conocidas y poco hay que hablar de ellas; tenemos a los Captain Beefheart, a Syd Barrett, el pantanoso Blues de Robert Johnson... y es que hay algo casi intachable en las tres décadas que van del 50 al 70; era raro la familia, viniera de donde viniera y tuviera el estatus social o racial que fuera, que no hiciera sus pinitos con algún instrumento. La música era parte de la educación, aunque otra cosa son los resultados, evidentemente. Oliver Chaplin, con tres hermanos más habitando una granja en Suffolk, van moviendo sus inquietudes (sobre todo guitarra) hasta formar bandas locales como The Rebels, The Avengers o Giles and Oliver (con uno de sus más avezados hermanos a la guitarra) pero todo eso ya lo tenéis en el excelente texto de Richard Allen que viste el libreto.

En esta micro-escena de granjas también se daba eso de las competiciones y las Battle of the Bands del Garage se veían reflejadas en enfrentamientos con otros vecinos, caso de Ivan Pawle que llegara a ser teclista de Dr. Strangely Strange. La familia Chaplin se muda al mágico entorno de Gales a otra granja en las montañas Preseli de Pembrokeshire donde se cree que partieron originalmente las piedras de Stonehenge que imagino tendrá algo que ver con el título Standing Stone. Estamos hablando de localización telúrica en lo atávico pero también en lo sonoro, con maravillosos festivales donde campaban a sus anchas The Incredible String Band o vecinos de la talla mental de ni más ni menos que Nik Turner de Hawkwind y tampoco es desdeñable la conexión con el Canterbury a través de esos dos enormes monolitos que son los dos primeros álbumes de Soft Machine.

Al mismo tiempo que Oliver Chaplin entra en la universidad, su hermano convierte una especie de mansión cercana a la granja en una comuna hippy al igual que estaba ocurriendo en Alemania (desde Amon Düül, Faust, Sinoah o Kalacakra) hasta América con Yahowa o Sun Ra como padre cósmico egipcio en el Jazz. Pues bien, pillan un sistema de sonido y junto a su hermano empieza las mini giras por pubs, fiestas o largas improvisaciones al estilo de los citados Yahowa 13 pero sin la mística acuariana de aquellos (digo esto porque las Jams en la mansión podían prolongarse durante días), con varios instrumentos por allí tirados y la posibilidad de unirse a la marabunta sonora para quien andara por allí. Se suceden actuaciones, formación de grupos y mira por donde, en plena aparición del Progresivo el hermano Chris empieza a trabajar para la BBC con máquina para corte de vinilos y contactos con Decca y es precisamente aquí donde Standing Stone empieza a forjarse de una manera tan particular que me recuerda a la primeriza magia de Conny Plank para hacer trucos de estudio en el Kraut cuando no había recursos. Efectos de guitarra, una Fuzz Box, TEAC reel to reel de 4 pistas y bastante trabajo de postproducción para conformar 200 copias de un Lp (digo 200 pero he encontrado datos que van desde las 200 a las casi 500).


(test pressing original)

Escuchado a fondo el álbum, es inevitable que se te venga a la cabeza los Captain Beefheart pero claro, según Chaplin, todo lo que escuchaba era el Blues de Robert Johnson, Chuck Berry y Elvis Presley (por ahí he leído que el primer disco de música que compró fue allá por 1991). Interesante es la referencia a Magical Power Mako de la hoja promocional de Guerssen con lo que coincido plenamente porque los experimentos del joven Mako en su época pre-adolescente en la excelente caja Hapmoniym que abarca del 72 al 75 tiene muchísimo de este espíritu musical y economización de los recursos que se escucha en Standing Stones. Por lo demás, finales de los 60 y hasta mediados de los 70, el mundo musical fue una auténtica eclosión de pus excéntrico donde afortunadamente, y gracias a casualidades imposibles, podemos disfrutar de tamañas obras a día de hoy. Digo esto porque hasta 1990 en un mercadillo no aparece una copia y el álbum no empieza a reivindicarse como pieza de culto (no es esta ni la primera ni la última vez que algo así ocurre); la distribución por parte de su hermano Chris a la BBC y a radios, los escasos contactos con John Peel y la casualidad de que Virgin todavía no era un sello sino una tienda, llevaron a Standing Stone al ostracismo y posterior olvido. Hay una salvajísima anécdota en el libreto donde Oliver explica la frustración ante el vuelco total de Virgin hacia el Tubular Bells de Oldfield... no era común discos de semejante calado grabados por un solo músico (ambos se graban en el 73).

¿Qué es lo peor que le puede pasar a un álbum de estas características?. Pues que lo que a todas luces iba a ser un disco `oficial´, por causas del destino acaba bajo la etiqueta de `edición privada´, que básicamente es lo mismo que decir que te la comprarán tus colegas y tus padres. Además (imaginad la época) son discos con nulo trabajo de artwork y que no ayudan visualmente ya no solo a venderse sino a reconocer el estilo. A pesar de que la pareja de Oliver tenía muchos contactos musicales (desde trabajar en Glastonbury hasta Hillage o Zappa), o de incluso ganarse el beneplácito de JJ Cale en un olvidado Pub en Highbury (llegó a invitarle a una Jam session impresionado por la técnica y versatilidad a la guitarra), Chaplin dejó pasar el tren pasivamente hastiado de la industria musical y bueno, no es hasta ahora que GUERSSEN saca la segunda reedición usando como fuente el master original (hubo una previa en 1992/1995 en Lp y Cd respectivamente) con trabajadísimo libreto con fotos que no verás en ningún sitio y un texto brutal acompañando tanto al CD como a las diferentes versiones del LP. 

Resulta también intrigante la existencia de una tercera edición de 300 copias no sé si autofinanciada por el propio Chaplin de extrañísima portada de la que poco o nada sé (imagino que será de los 90 tras descubrirse el disco y ante las peticiones del disco original por coleccionistas, quizás Chaplin se fabricara una tirada para satisfacer tanto al bolsillo como al oyente, que comer tenemos todos que comer)... aunque investigando parece que las `liner notes´ son de David Wells del conocido sello Grapefruit así que no sé que pensar.

(reedición francesa posiblemente a cargo del propio Oliver, numerada a mano y de 300 copias)

"Off on a Trek" es una corta pero preciosa apertura con la acústica en plan Folkie y voces con tono que me recuerda algo a un cruce entre Bolan y Sergius Bolowin... aleación perfecta entre Blues y Folk que se continúa magistralmente con la lisérgica "Trance", con efectos fuzzeros pero ojito que no hay sonidos sintéticos aquí... todo proveniente de la grabación directa de la guitarra hacia un micro y ese mágico enlace que surgió en los 60 conocido como `Direct Injection Guitar´. Es por tanto de reverenciar el enorme trabajo de mezcla y trucos diversos en el estudio de su hermano Chris Chaplin, creo que figura totalmente a reivindicar en este álbum que hace que no se note (ni falta que hace) la ausencia de una base rítmica. Lo curioso de este corte es lo moderno que resulta.... casi parece anteceder el rock desértico con tintes Proto Grunge que vendría casi que 15 años después aunque no nos engañemos, aquí lo que prima es una acidez que ríete de un zumo de exudado de pilas de litio. Indudable la calidad de Oliver a la guitarra soltando un riff tras otro y caracoleando con voz cazallosa.


(una de las nuevas ediciones de GUERSSEN)

Creo que no lo he dicho pero hay sonidos de insectos pululando alrededor de las seis cuerdas y no sé en qué medida son la base (nuevamente trabajo de Chris) de ese cuasi drone extrañísimo que rodea la introspectiva "Flowers on a Hill", de preciosa melodía de guitarra pero con un trasfondo sobrio impresionante en la retaguardia y cortísima aparición de una flauta para unir el corte con la helada "Freezing Cold Like an Iceberg", donde aquí sí que se me viene a la cabeza Magical Power Mako... al menos al inicio porque luego vira todo hacia un Blues Folk extraterrestre cuyos efectos de reverb, distorsión y ecos analógicos (con incursión en el Lo Fi) harían las delicias de Lynch. Maravillosa al estilo campestre "Royal Flush", otra vez con flauta y un sonido de la guitarra acústico alucinante que se torna eléctrica y ponzoñosa como si se hubiera registrado mientras Chaplin tocaba con ella metida dentro de una ciénaga de lo pegajosa que resulta. La forma en que se pasa del Blues al Folk sin duda te llevan a los inicios del Canterbury, a los The Incredible String Band, Fairport Convention y tal, pero aquí todo es tan rarísimo que me quedo con la similitud con Captain Beefheart y sus excéntricas (estentóreas) vocalizaciones... poneos "Cat and the Rat" y decidme que esto suena a año 74 porque para mí el tiempo ha dejado de medirse con las medidas que tenía instauradas en mi cabeza. Rarísima la guitarra, la distorsión y cierto aire a Chrome pero ultra ralentizados y sin percusiones y sí, sé que en la época hay artefactos mutantes de este tipo (ejemplo clásico, The Unicorn de Peter Grudzien de ese mismo año 1974 que os recomiendo encarecidamente). 


(primera edición azul o la prueba de mi oculista cada vez que me gradúo la vista)

No quiero ni imaginar cómo habría sonado Oliver Chaplin con una banda completa de músicos. "Instamatic" se dobla entre guitarra y banjo con todo ese rollo acelerado que imprimía Scott Joplin al Ragtime (pero en piano evidentemente) aunque me quedo con las experimentales "Telephone" o la más posterior "Multiplex". Mandíbula colgando a la altura de la hierba del campo, uso un filamento de esparto como hilo dental. Una bastardada DIY que es una puñetera genialidad y con tantos detalles que no quiero describirla. Prefiero que la experimentéis.... la música y las semi-mascadas vocalizaciones que tela, tela marinera. Tan rústico como hacerme una trenza con los cojones cogiendo prestado el huevo de un amigo como tercer elemento en discordia. Siguen joyitas como "Getting Fruity" algo más normales dentro de la brutal anormalidad de Standing Stone o dicho de otro modo, cómo hacer la austeridad una virtud ("Tricycle", el Blues del Delta al ralentí de "Motorway" o la pseudo-balada "Primrose") y darle una hostia a la industria musical. Nada, absolutamente nada en este álbum suena normal y se intuye incluso ese aroma mental de Syd Barrett en "In Vain" con percusión de dedos sobre madera y tonadilla cargada del temblor de dedos de los primeros y brutales antidepresivos.

El tramo final es de órdago. De los casi cinco minutos de "Orbit your Factory", que perfectamente podría haberse grabado por Devendra Banhart ayer, sosegada, pastoral y con pájaros de fondo (impresionante cómo va mutando la guitarra a una melodía oriental de corte árabe muy sutil) a la vanguardia rocosa en "Tok Tic", con un truco de cintas haciendo un curioso sampler percusivo que acompaña todo como si de Trip Hop en clave Lo Fi de la edad de piedra se tratara.

"Where´s my Motorbike" termina la leyenda de un álbum absolutamente imprescindible para rastreadores de la escena Acid Folk (rural o no) de una época difícil de repetir.

https://oliverchaplin.bandcamp.com/album/standing-stone

https://guerssen.com/es/producto/standing-stone-ltd-green-vinyl/

martes, 6 de septiembre de 2022

ABIGORUM - "VERGESSENE STILLE" (SATANATH, DUPLICATE, VOID WANDERER & BLACK BLOOD RECORDS; 2021)

Es la tercera vez que os hablo de ABIGORUM, la banda formada por Aleksey Korolyov, dueño de Satanath Records al que posteriormente se uniría el alemán Tino Thiele (Sandra Batsch ya no está en la formación). Os recomiendo pasaros antes por las reseñas de Spectral Shadows, split junto a Striborg, y la del magnífico Exaltatus Mechanism (2020) donde se resume mejor la trayectoria. 

Lo que decía, por fin tengo entre las manos Vergessene Stille, el flamante segundo largo de Abigorum (aunque ahora que me informo, me entero que ya tienen otro split rulando por ahí), coeditado entre Satanath, Duplicate, Void Wanderer y Black Blood Records para abarcar nada más y nada menos que cinco formatos: Cd, Lp en dos versiones, Cassette y Digibook. Artwork obra de Luciana Nedelea y sonido apesadumbrado como nos tienen acostumbrado a medio caballo entre el Black y el Doom. Letras íntegramente en alemán y bueno, lo mejor es meterse de lleno en un disco que no tiene término medio; o lo amas o lo odias.

"Erhebt eure mit Blut gefüllten Hörner" abre el disco con un clímax devastador; épico y a medio tiempo, con guitarras ultra desangeladas y cortantes como el puto permafrost. Tempo claramente metido en el Doom y voces de Tino `Flutch´ Thiele a lo Burzum por los cuatro costados, aunque vaya, que perfectamente podríamos encuadrarlo en el timbre vocal de Carpathian Forest, Nortt y toda la posterior ola de Black Doom depresivo que pulula por ahí. Plúmbea base rítmica (recuerda muchísimo a los primeros Dimmu Borgir) con un sonido (no sé si la batería es real o programada) tan feo y necrótico que juraría que puedo coger una tetania escuchando esto. Impresionante cómo el corte se va retorciendo sobre sí mismo hasta el punto de dejar que fluya y pase a un primer plano una guitarra en plan solista soltando una melodía devastadora, todo para volver luego a ese malsano clímax existencial de bandas como Bethlehem, Deinonychus y demás progenie (tirando más al Black atmosférico, se entiende). 

Flipantes la crudeza de la producción y los pasajes introspectivos, lánguidos y ultra hipnóticos en los 11 minutos que dura el tema. Una nana nihilista, crepuscular y que exuda una decrepitud sonora como hacía mucho tiempo no escuchaba en una banda de este género y ojito porque advierto que si no eres de estos estilos lentos, obsesivos y poco dados a los cambios puedes llegar a desesperarte. Sigue la apabullante "Der geheimnisvolle Käfig"; un cañón a lo Satyricon en bucle donde se aprieta el acelerador un pelín y se aboga por una repetición `ad nauseam´ de la melodía, provocando esa sensación que me encanta notar con este tipo de bandas... irrealidad, descorporeización y un vacío que te va dragando más y más hondo. 

Se permiten parar, meter un trozo ambiental con teclados y bordear lo acústico y salir a tomar aire otra vez a la superficie con más mala hostia si cabe duplicando las voces... eso sí, se cierra como se tiene que cerrar, repitiendo el pegadizo riff de guitarra hasta que no te queda hueso sobre hueso.

Al igual que con su primer disco, me gustan mucho cuando se ponen en plan experimental a los teclados porque llegan a rozar lo cósmico. La homónima e instrumental "Vergessene Stille" empieza así para luego virar hacia un lentísimo pasaje Funeral Doom del copón, perfectamente situada en el tracklist porque permite coger aire, cambiar algo el tercio y coger con más ganas "Zerbrechlicher kleiner Geist", otros 11 minutos monumentales que esta vez tiran más por una vertiente épica tipo Summoning o los Abigor (vaya, sonido austríaco que es un vergel) e inciden en esa pátina sonora tan propia de los padres del género Black pero incidiendo una y otra vez en lo depresivo. 

Y todavía queda esa pequeña pieza de tres minutos en modo outro llamada "Rast und Abschied" que os la dejo a vuestras mercedes.

https://abigorum.bandcamp.com/album/vergessene-stille