miércoles, 11 de octubre de 2017

BLUSA - "K" (NOOIRAX / ITACA RECORDS; 2017)


Regreso inesperado de la longeva banda sevillana BLUSA, que tras su segundo trabajo "¡Toca Breakbeat, Perro!" de 2014 se disuelve en un mar de silencio. Con un sonido bastante diferente que su anterior disco, este "K" resulta más fresco y original, moviéndose a placer entre una exquisita electrónica que se licua en melodías Post Rock netamente instrumentales. 

En cualquier caso, antes de meternos en materia, podéis recordar aquella reseña si os apetece:


En formato trío, BLUSA en 2017 son Daniel Barja (guitarra), Curro Molina (bajo, programaciones y diseño artístico) y Antonio Ortiz (batería y sampler). Editan en digipack y vinilo con NOOIRAX y la malagueña ITACA RECORDS, que a paso lento pero seguro sacan discazos como CRÓ!, KERMIT o BUFFALO. Grabado y masterizado en Marzo de 2017 en ESTUDIO 335 (Domingo Díaz), y con un espectacular diseño plástico a cargo de CURRO MOLINA de los propios BLUSA, donde texturas abstractas de tonalidades verdosas y azuladas dan un cierto matiz acuarela al resultado. Dicho lo cual, y arrancando motores, creo que lo primero que tendría que hacer la banda es quitarse eso de post - rock sureño de las promos, entre otras cosas porque da lugar a engaño. 


La música de "K" es tan exquisita y llena de matices que abordarla desde una etiqueta semejante distorsiona la realidad. El corte que abre el disco es "#2" y lo primero que notas es que la electrónica a lo STEREOLAB o los espaciales SCHWARZ se mezcla a la perfección con atmósferas y pasajes que parecen sacados de JARRE o VANGELIS o incluso del rock más progresivo y sinfónico. El minimalismo preciosista de "#3+#1" es soberbio con casi ocho minutos de guitarras que juegan a cabalgar espirales, y una base rítmica que tiene mucho de MOGWAI y similares alejándose gracias a los cielos de los oscurantismos vacuos de los clones de ISIS, PELICAN o CULT OF LUNA

Puestos a arriesgarse, creo que aquí hay mucho de STEVE WILSON e INSURGENTES por ejemplo, y de rock espacial meditabundo con PINK FLOYD por bandera... y si no escuchad las emisiones de radio desde otro planeta que abren "#9"; la maestría en que se van sumando los instrumentos es la de una banda que lleva ya bastante en el candelero y sabe lo que quiere. No sobra ni falta ninguna nota de guitarra, y los temas duran lo que tienen que durar, si alargamientos innecesarios. "#7" y su obsesivo riff de bajo que parece repetirse hasta la eternidad. Capto toques a PYRAMIDAL, LUBIANKA, DOMO y en general toda esta nueva ola de psicodelia que tan buenos discos nos está dando.

"#6" se va deslizando como poperas pompas de jabón espaciales en una lámpara de lava en modo eterno. Maravilloso fondo de teclados con algo de los PHONOCAPTORS (sin el surf) o KAUFER (modo cinematográfico "on"). Se revisitan a los últimos ANATHEMA en "#4", especialmente en esas bases rítmicas de carreteras espirituales que coquetean con PORTISHEAD. Los casi diez minutos de "#10+#11" son el Grial para los que buscan la curación del alma. Toques a YAWNING MAN pero en versión cósmica; no todos los desiertos son de arena. La electrónica nunca llega al noise, pero sí se vuelve más abstracta en el crescendo eclesiástico del corte, adquiriendo la textura de una vieja iglesia sobre la que cae una lluvia especial... una lluvia donde el agua es sustituida por acuarela de tonos lapislázuli. Soberbio.

Un disco apasionante sin duda que aunque tenga en cd gracias a la banda, me acabaré pillando en su respectiva edición en vinilo porque me ha volado la cabeza y estoy seguro que va a ser uno de los discos del año. 





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