sábado, 20 de octubre de 2018

JAVIER PIÑANGO & JUAN ANTONIO NIETO - "AFTERGLOW" (PLUS TIMBRE LP001, 2018)


Tras aquel derroche de oscuridad que supuso Two Unfocused Cardinal Points (reseña aquí), los dos veteranos ruidistas JAVIER PIÑANGO y JUAN ANTONIO NIETO vuelven a unir fuerzas en el torno del sonido. Allí los definí como Electro Chamanes... es decir, individuos capaces de transformar la realidad y la percepción a través del sonido electrónico. Puente entre dos mundos a través de sonidos de procedencia terrena pero que son transformados en codas abstractas de ruido atonal como ese "Human Unrestlesness" que abre el nuevo disco Afterglow, primera referencia física de la hasta ahora Netlabel PLUS TIMBRE.

En el tema en cuestión los ambientes ominosos se ciernen sobre el oyente y no es hasta varias escuchas atentas que se te va revelando un mundo de posibilidades. El tratamiento del sonido es exquisito y tan real y orgánico como frotar la raíz de una muela con estropajo metálico... las sensaciones a flor de piel.

"Stranger Than Fear" es todo lo contrario. El sonido nos llega más amortiguado y parece que todo ha sido filtrado por un tamiz que elimine esquirlas del sonido para redondearlos como las piedras en la rompiente de un mar; y es en forma de extrañas olas emborronadas que el tema nos pone en la tesitura de un paisaje extraño. Las imprimaciones mentales variarán para cada oyente pero lo acuoso del procesamiento hace que dudemos de la realidad de lo que estamos escuchando. No es un Field Recording pero Piñango y Nieto deforman y moldean hasta crear un ecosistema donde lo mismo pueden habitar focas eléctricas que inhumanas gaviotas rapaces llevándose ondas del KORG para alimentar a sus crías, que ya de por sí sólo existen como bucles imposibles de potenciómetros. 

Pero no lo saben, y ahí radica la fuerza de la existencia. Da igual si eres o no real porque lo importante es cómo te percibas y cómo interactúes con el medio. A partir de ahí, el micro o macrosistema que exista y se derive de tí puede ser físicamente exacto, físicamente cuántico, o simplemente construido meditante sinapsis. 


Así funcionan los trastornos mentales profundos, y así funciona el sueño. "Sleep, Not Oblivion" es el corte donde se esboza una melodía aunque bien es cierto que esta resulta tan peligrosa como la afilada punta de un hueso en una fractura abierta. Rota, biselada y en ángulo con el resto de lo que está ocurriendo en el tema, discurre durante todo el minutaje un pulso vibrátil que parece querer cobrar vida en la forma de algo discernible (campanas, puertas que se mueven...). Se trata de una emulación de lo cotidiano que sólo existe dentro del diámetro de la cobertura de un grueso cable.

"Dreamy Dissonance" pone fin a este enorme trabajo por todo lo alto. Una nana aberrante para dormir a engendros mecánicos donde es difícil discernir qué es sonido real y qué está generado. Da igual, lo importante es imbuirte de esa estática donde los chasquidos parecen pelotas de ping pong aunque quién sabe, lo mismo son fracturas espontáneas en las trabéculas esponjosas de un osteoporótico. Todo depende de tu grado de complicidad, por supuesto.

Esa íntima comunión con el oyente queda establecida desde la misma sugerente portada de ALMUDENA VILLAR. fantástica muestra de cómo hacer un artwork sugerente y opresivo a su vez. Sobre esta y muchas más cuestiones he tenido el honor de charlar un rato con estos auténticos maestros del Ruidismo:
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En vuestro primer trabajo en colaboración, Two Unfocused Cardinal Points, os definí como Electro-Chamanes. Carontes capaces de transmutar y dar la vuelta a la realidad mediante el sonido. En Afterglow destiláis una oscuridad enorme y diría que mas abstracta que en el previo. ¿Cómo os definís a vosotros mismos y a lo que hacéis? ¿Qué grado de catarsis/psicorragia expresiva hay en vuestra música?.

JUAN ANTONIO:  El grado de catarsis depende, aparte de nuestro estado, de la calidad del equipo y de la atención del público. Ambas cosas inspiran y hacen que demos lo mejor de nosotros mismos.

JAVIER: Es difícil definirse, creo que en todo lo que hacemos, juntos y por separado, hay poca premeditación, es más bien la generación intuitiva y a través del sonido de un “algo” inconsciente. En mi caso concreto solo me circunscribo a la herramienta que utilizo como instrumento principal, el sintetizador, y a la exploración de timbres, frecuencias, texturas, etc, que me ofrece. A partir de ahí lo que sucede simplemente fluye. Lo que es cierto es que más allá de la querencia que podamos tener los dos por la oscuridad, cuando trabajamos juntos ese fluir sonoro se hace aun más y más oscuro. Pero como digo no hay una premeditación en ello.

¿Cómo se conocen Piñango y Nieto?. ¿Cómo es un concierto de ambos y qué similitudes y diferencias hay entre vosotros y vuestra forma de abordar/entender la música?. Tenéis un pasado de culto en bandas muy idolatradas, así que casi que diría que habéis tocado todos los palos…

JUAN ANTONIO: Creo recordar que afianzamos nuestra amistad en Valencia, en el ciclo Off-Herzios, comisariado por nuestro común amigo Edu Comelles.  Ya en Madrid coincidimos en un concierto y decidimos hacer una improvisación conjunta que quedó mejor de lo que nosotros mismos esperábamos. Tras este primer concierto decidimos improvisar en todos los conciertos en los que coincidíamos. A veces lo hacíamos incorporando a artistas tanto nacionales como internacionales. Los conciertos del dúo son completamente improvisados aunque intentamos recrear el ambiente de nuestros discos. El haber participado y hacer cientos de conciertos con otros grupos nos da lo que se conoce como “tablas”,  que nos ayudan a superar todo tipo de problemas que se pueden dar en cualquier concierto.  

JAVIER: Sí, el factor Comelles hizo de imán entre nosotros (ja, ja). Creo además que ha habido un progresivo proceso de complicidad entre ambos. Y de admiración mutua. Fundamentalmente somos dos amigos que a la vez somos fans entregados del trabajo del otro. En lo puramente sonoro, todo esos conciertos e improvisaciones conjuntas nos hicieron ver que, trabajando con sistemas y herramientas diferentes, uno desde lo digital y otro desde lo analógico, lográbamos construir un TODO homogéneo. No deja de tener gracia que nosotros mismos a menudo seamos incapaces de reconocer lo que hace cada uno cuando escuchamos nuestros discos.


Este País no trata bien a los pioneros. La electrónica en casi todas sus vertientes (menos la festiva) es una forma de expresión para minorías. ¿Qué es la electrónica y el ruido para vosotros?. 

JUAN ANTONIO: Tan solo son instrumentos  para canalizar las ideas que tenemos en la cabeza que, en definitiva, es de donde parte todo. La electrónica o el ruido, no son el fin sino el medio para conseguirlo.

JAVIER: Son efectivamente ese medio del que nos valemos para generar el sonido que queremos crear. Ni más ni menos. En cuanto a lo que comentas sobre los pioneros, estoy de acuerdo, básicamente porque uno de los problemas fundamentales de este país es la falta de memoria de algunos y el puro desconocimiento por parte de muchos de esa misma memoria.  No solo sucede con este mundo nuestro, sucede con todo o casi todo. Desconocimiento, falta de pedagogía, normalización… El problema no está en que a alguien le aburra o no le guste lo que hacemos, el problema radica en que no lo conozca o no tenga medios para conocerlo, escucharlo y formarse una opinión.

A pesar del enorme currículum que portáis y que incluso habéis puesto música a instalaciones oficiales o dado nombre y envergadura a Festivales, me da la impresión de que todo esto ocurre en una línea musical paralela distinta a la oficial. Sois a la vez el testamento apócrifo y la vanguardia electrónica de este país desde hace décadas, impartiendo talleres y animando a nuevos compositores. ¿Qué es lo último que os sorprendió en electrónica y qué necesita un artista de vuestro estilo para ser diferente a los demás?.

JUAN ANTONIO: En los últimos años me ha vuelto a sorprender la cercanía con los pioneros de la música electrónica. Absolutamente modernos y vigentes (Varèse, Stockhausen, Parmegiani, Else Marie Pade, Ligeti, etc). No nos consideramos totalmente rupturistas con respecto a ellos. Quizá lo que intentamos es dar una vuelta de tuerca a sus ideas, ya que ni la situación ni los medios técnicos son los mismos. Lo que necesita un artista independientemente de su disciplina artística, es la personalidad, el riesgo y tener las ideas claras. El talento también ayuda...

JAVIER: En mi caso debo confesar que cada vez me desconecto más del mundanal ruido, o sea, de todo eso que suena hoy, más allá de un extenso pero próximo círculo de creadores sonoros de todo el mundo con los que siento afinidad. Y dentro de ese círculo, extenso pero próximo, puedo decirte que cada equis tiempo aparece un disco que me sorprende por el enorme nivel del mismo, por ser la confirmación absoluta de que el artista que lo firma ha traspasado ese umbral de lo interesante, incluso lo bueno, para alcanzar otra dimensión. No hace falta irse lejos, el trabajo de artistas de aquí, de nuestro entorno, como Carlos Suárez, Antonio Luis Guillén, Edu Comelles, Avelino Saavedra, David Area, etc, es sobresaliente. Pero si tuviera que poner un ejemplo de esa “sorpresa” que es una confirmación radical, diría que Dal Verme y su “Silence Tempus” es un ejemplo perfecto de lo que quiero decir. Por último, ¿qué necesita un artista para ser diferente?: compromiso con su obra y consigo mismo, rigor, un sonido personal y reconocible. Y como dice Juan Antonio, el talento también ayuda…

La transformación y moldeamiento del sonido es un arte con el que trabajáis todos los días. ¿Cómo os sentís ante la nueva ola de músicos electrónicos que parecen haber encontrado un filón inagotable?. Particularmente tengo la sensación de que gente como vosotros, Miguel A. Ruiz, Rafael Flores, Suso Saiz o Polonio no están lo reconocidos que debieran mientras otros surgen de la nada con decenas de ediciones.

JUAN ANTONIO: No creo que la idea de Miguel, Rafael, Suso, Polonio y tantos otros sea obtener “reconocimiento” aunque el reconocimiento siempre te anima a seguir creando. Que surjan nuevos artistas es fundamental  para que la escena musical de “riesgo” tome oxígeno. Hay gente muy buena que necesitan algo de apoyo para no perderlos. Nosotros intentamos hacerlo con el GRS (Grupo de Resistencia Sonora de Madrid), programando a artistas de distintas generaciones, sexos y métodos en un espacio en el que pudiesen presentar su trabajo dignamente y que llegaran a un público mas amplio.

JAVIER: Pienso lo mismo, y que efectivamente hace falta un contexto apropiado de medios, modos y atención para que el panorama vaya renovándose adecuadamente. Por otra parte añadiría que hay factores como la autoexigencia y el rigor con uno mismo que son fundamentales en la trayectoria de, por ejemplo, estos artistas que citas. Y hablando de ediciones, poca autocomplacencia y mucho filtro en su larga trayectoria. No lo olvidemos nunca: lo importante es si hay solidez en lo que se publica o no.


En Afterglow se juega al engaño y sonidos que a priori pudieran parecer orgánicos son generados mediante impulsos y ondas. ¿Cómo ha sido el proceso de trabajo y creación de Afterglow y cómo os distribuís las tareas a la hora de componer?.

JUAN ANTONIO: Una de las peculiaridades de Afterglow es que los sonidos aparentemente más “naturales” son en realidad los mas electrónicos, y viceversa. Para componer nos mandamos pistas con improvisaciones que, tras transformaciones radicales, mutan en algo diferente. Las mezclamos, dándoles el ambiente que tenemos en mente para la totalidad del disco y que formen entre sí parte de una unidad homogénea.

JAVIER: Es verdad que en Afterglow se acentúa ese juego de engaño entre lo orgánico y lo electrónico. De hecho creo que ese juego de confusión forma ya parte inequívoca del dúo Nieto & Piñango. En cuanto al proceso de grabación y composición, es como explica Juan Antonio un ir y venir de pistas, a menudo a partir de impros mías de sintetizador, que van mutando poco a poco, con un ensamblado final por parte de Juan Antonio y un chequeo posterior de todo ya en conjunto. Sin embargo en directo trabajamos a partir de la improvisación pura y dura, siempre moviéndonos en las mismas coordenadas sonoras de los discos, eso sí. De modo que tenemos dos vías de trabajo complementarias, en estudio y en concierto, que exploran de diferente manera un mismo espectro sonoro. 

El anterior disco me parecía más asequible mientras que este me parece hermético y no es hasta que lo escuchas decenas de veces que se abre en toda su magnitud. En la Cara B en “Sleep, Not Oblivion” una suerte de melodía parece querer profanar nuestro estado de meditación llegando a rozar ese Dark Ambient marcial que surcaba Two Unfocused Cardinal Points. La pregunta es, ¿qué diablos es un Ruidista?. 

JUAN ANTONIO: Un “ruidista” no es mas que un músico que emplea timbres inaceptables para otras músicas y para oídos poco experimentados.

JAVIER: Es así, aunque creo que hay algo que diferencia al “ruidista” de alguien que trabaja con ruidos, un “ruidador”, que es un concepto con el que yo me siento más identificado. Sin embargo para mí un “ruidista” es alguien que pone en ESE RUIDO el objeto final y único de lo que hace.

Vuestra música es bastante oscura y cinematográfica. ¿Qué compositores os influenciaron y admiráis más?. ¿Algunos otros estilos que os gusten fuera de la electrónica?.

JUAN ANTONIO: Supongo que cada música que escuchas y que te sorprende, deja un poso, aunque los mismos músicos lo desconocen. Nosotros no pensamos en componer tratando de ir en la “onda” de tal o cuál artista. La imitación no me parece un buen negocio.  Mas que estilos lo que nos interesan son ciertos artistas de muchos géneros. Cada uno los suyos. Aunque en general son gustos compartidos.  

JAVIER: Estoy de acuerdo en ese matiz cinematográfico, de hecho uno de mis compositores favoritos de siempre es Bernard Herrmann. Aparte, podría decirte muchos nombres que han pesado en lo que hago en diferentes momentos de mi trayectoria, efectivamente de muchos géneros, de hecho el propio término “electrónica” se me queda pequeño, no sé muy bien ni donde empieza ni donde acaba. Por citar nombres, así del tirón: Bernard Parmegiani, Frank Zappa, Morton Subotnick, Faust, Varèse, Joy Division, Tim Buckley, Sun Ra, Eliane Radigue, Penderecki, Laurie Spiegel y un larguísimo etcétera…


El juego del engaño es llevado al extremo con el maravilloso artwork de Almudena Villar. Me encantaría que ahondárais en el diseño y el aspecto gráfico porque es muy interesante y me recuerda al más sombrío Ambient de Cold Meat Industry.

JUAN ANTONIO: Almudena lleva años trabajando con nosotros. Es una gran e imaginativa fotógrafa  que comprende al instante qué tipo de imagen cuadra para los distintos discos (17 portadas hasta el momento) en los que ha colaborado. En los dos discos que hemos editado empleó radiografías de esculturas de santas realizadas por ella en un bunker industrial. Para nosotros la imagen gráfica es sumamente importante. Una mala imagen puede empequeñecer un buen disco.

JAVIER: Almudena tiene ese “algo” reconocible y único de lo que hablaba antes al referirme al aspecto diferenciador de los grandes artistas. Tú ves una de sus imágenes y automáticamente sabes que es de ella. Y si no conoces su trabajo, también automáticamente te atrapa lo misterioso y enigmático que hay en esa imagen. 

Hay una frase del texto promocional sobre la que quisiera que reflexionáramos. Decís que Afterglow se ha realizado para materializarse expresamente en vinilo. ¿Qué quiere decir esto?. 

JUAN ANTONIO: Plus Timbre nos propuso hacer un vinilo. La limitación de su duración nos imponía, si queríamos que sonara mejor, ajustar la extensión de los temas.

JAVIER: Exacto, en este caso sí que ha habido una idea premeditada por las imposiciones del formato (un LP) en cuanto a extensión total y duración de los temas.


Es curioso además de que se trate de la primera referencia del hasta ahora netlabel PLUS TIMBRE con el que veníais editando bastante en digital. ¿Qué pensáis del auge del vinilo y el cassette?.

JUAN ANTONIO: Mucho me temo que el auge del cassette y el vinilo obedece a la política comercial de las grandes discográficas multinacionales. La música digital es mas fácil de copiar, los vinilos no y son mas caros. Mayor beneficio. La torticera campaña de que los CD's son vulgares, no son cool y los vinilos sí, es ridícula. Lo malo es que esta manipulación ha calado en las pequeñas discográficas independientes, que han de invertir un dineral para sacar un vinilo. Sacar 100 vinilos sale por más de 1000€, la misma edición en CD sale por menos de 200€. En todo caso seamos conscientes de que los equipos caseros en los que se va a escuchar la música son cada uno diferente y muchos de ellos pésimos (por no hablar de la gente que los escucha en el coche o en el móvil). A mi entender tanto el vinilo, como el CD o el cassette son sistemas óptimos de escucha, pero que la nostalgia no nos envenene.

JAVIER: Yo creo que ese auge tiene que ver con esa política comercial que explica Juan Antonio y también porque la inexistencia hoy en día de un formato predominante hace que, a la hora de plantearse una edición física de un disco, se tenga en cuenta también el propio objeto en sí. Y a la nostalgia, sí, ese contínuo  y bastante cansino revival que hace que periódicamente vuelvan a ponerse de moda o estar en auge instrumentos, tecnología y fetiches antiguos. 

¿Qué pensáis de la politización de la electrónica?. Está claro que desde el Power Electronics al Death Industrial la electrónica ha servido como modo de expresión de los instintos más oscuros del ser humano. A la vez, otros se han hecho hueco haciendo banderas del sonido. ¿Profesáis alguna ideología en vuestro sonido? (ojo, en vuestro sonido).

JUAN ANTONIO: Cualquier artista que trabaje enfrentado a los grandes poderes tiene una ideología. Si no se cumplen los “mandatos” económicos de las compañías discográficas, sus editoriales o la SGAE, estás tomando una opción ideológica incómoda. Pero el sonido no está bajo ninguna bandera. Hacerlo es pervertir la música en sí.

JAVIER: Yo solo creo en actitudes y en que esas actitudes estén presentes en el sonido de una manera sincera y valiente, que no tiene por qué ser ni evidente (fácilmente evidente quiero decir) ni panfletaria (siempre tan fácil, también). En mi opinión cuando uno asume el riesgo como camino a seguir, entendiendo por riesgo el abstraerse de lo convencional, de lo impuesto, de lo procedente, eso en suma que yo llamo irporlibrismo (de ir por libre), está asumiendo una posición política absolutamente comprometida y clara.


¿Digital o analógico? ¿Portátil o sintetizadores? ¿Power Electronics o Jean Michelle Jarre?. Una pequeña batería de preguntas para conoceros mejor y despedíos como os apetezca.

JUAN ANTONIO: ¿Digital o analógico? Tanto da, se elige uno u otro dependiendo lo que necesites para hacer tu música y el dinero que puedas invertir. Digital a mí me sirve, y ademas es la única manera que tienes de viajar, sin facturar tu equipo y cruzando los dedos. Después de haber tocado con pesados sintetizadores analógicos durante años, yo prefiero un sencillo y ligero laptop, me da todo lo que necesito para hacer mi música y es barato. De Jean Michelle Jarre lo único que me gusta es su señora…... Charlotte Rampling.

JAVIER: ¿Y por qué elegir entre una cosa y otra sin dar espacio a ambas? Como suelo decir, para mí lo básico es lo que suena, no como esté generado eso que suena. Y aunque básicamente trabaje con un entorno analógico, no me considero integrista por lo que estoy abierto a cualquier herramienta que me sirva para crear lo que quiero crear. Eso sí, a Jarre no le aguanto ni le he aguantado nunca. 

JUAN ANTONIO & JAVIER: Dicho esto, solo queda agradecerte tu enorme interés y el haber planteado una entrevista con tanto fondo como ésta.


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