El plano de la balsa construida es la portada que adorna NEMESIS, trabajo de la formación CONFABULATION QT, editado por ENDOGAMIC RECORDS y que cuenta entre sus filas nada más y nada menos que con A.L.GUILLÉN / ANTONIO MURGA (no necesitan presentación creo) a las guitarras, y SANCHO CAMPOS / ANDRÉS GONZÁLEZ (ambos colaboradores de la ENTENGUERENGUE ORQUESTA) a las baterías.
Grabado, mezclado y masterizado por FERNANDO ZAMBRUNO en los Pancake Analog Studio de Dos Hermanas en 2016 y editado físicamente en formato digipack aunque a tenor de lo escuchado bien podrían haberlo grabado a fuego en un misil.
Grabado, mezclado y masterizado por FERNANDO ZAMBRUNO en los Pancake Analog Studio de Dos Hermanas en 2016 y editado físicamente en formato digipack aunque a tenor de lo escuchado bien podrían haberlo grabado a fuego en un misil.
El disco en cierta medida es un homenaje explícito (así lo han dicho ellos) a Zorn y a Ornette Coleman en las estructuras musicales Free que soportan el peso del disco, pero flota también un cierto aire de rareza y bizarrez que lo lleva a cotas algo más extrañas de lo que a priori pudiera parecer.
Ya de por sí la formación de dos guitarras y dos baterías conforman un discurso narrativo musical bastante sorprendente que requiere de la complicidad del oyente... aunque no se me entienda mal, el disco tiene un "Groove" tan potente que puede seguirse a modo de viaje histórico, conceptual o como diablos queramos reseñarlo; es decir, no estoy hablando de un disco de improvisación hermética, sino un poderosísimo ejercicio de maestría, técnica y sentimientos que te abordan y acompañan como un viaje (marítimo) al fondo de la psique humana. A lo que básicamente me refiero es que la dualidad instrumentística hace que discernir detalles sea cosa de varias escuchas que hacen que el disco vaya ganando enteros con cada vuelta.
Un extremadamente ominoso "Le Présage de la Mouette", con una guitarra crepuscular abre llevándonos por pasajes casi expresionistas. Una línea de guitarra meditabunda, la otra intentando cortarte con su agudeza filosa cargada de chisporroteos que parecen emular gaviotas prestas a comer carroña mientras las percusiones van in crescendo. Una suerte de country marítimo, si es que eso es posible... y entrecortado, arrastrado, percutido, clavado y apelmazado a base de dos baterías en sinergia absoluta (un exceso de participios, pero me importa un huevo).
En líneas generales, diría que hay más de Henry Cow que de Zorn por aquí, o al menos es lo que me ha parecido a mí. Hay downtown neoyorquino pero mucho del avantgarde inglés, eso sí, sin llegar a la sobriedad de la música de cámara del Rock en Oposición. Escúchese "Atlantic Planimetric" donde las guitarras se vuelven abstractas y las baterías pasan a un primer plano. Toques tribales donde las cuerdas parecen cantos indígenas (escúchese la maravillosa obra "The Helliocentric Worlds" de Sun Ra) y ciertos aires espaciales.
Una brújula de instrumentos musicales completamente anómalos marcando un Norte que está en el fondo de la psique humana. Una rosa de los vientos de rumbos no euclidianos guiándonos como un Caronte puesto hasta las cejas de LSD comprado con las monedas que pagan los muertos al llegar al inframundo.
"Argus", que es el nombre del barco que rescató a los supervivientes, sigue las mismas directrices pero con una cadencia hipnótica que avanza a golpes... un claro ejemplo del "groove" que comentaba al principio de la reseña. Una sensación rítmica; un swing oleoso, sibilino y latente, que parece flotar eternamente para nunca posarse. Una amenaza de infección sonora que subyace esperando su momento merced a unas melodías de guitarras en espiral y el potentísimo funk percusivo que refuerza el asunto haciéndome dudar de si los marineros rescataron a los supervivientes o se pusieron todos a bailar Rhytm and Blues.
Y sigamos hablando de "Groove". Las dos guitarras procesadas se ven arropadas por dos baterías que crean una base tremendamente setentera, un poco al estilo de algunas formaciones que ha tenido John Zorn, y mas aún, recordándome a las colaboraciones de Marilyn Mazur con Miles Davis en sus postrimerías físicas allá por 1985.
Estas giras o conciertos quedarían recogidos en "Live Around The World", donde Mazur compartiría percusiones con Ricky Wellman. Esa paridad explosiva de los dos percusionistas y otros que siguieron y la acompañaron tenía ese "groove" al que me refiero, aunque es verdad que los aires funk y tribales en CONFABULATION QT están presentes pero en menor medida... vaya, que esto no es "On The Corner" mezclado con "Bitches Brew" pero el aroma está campando por ahí.
Sería el claro ejemplo de temas como "Décision Tragique" (de raigambre Dub) o sobre todo esa brutalidad de tema que es "Cannibalisme", posiblemente mi favorito de todo el álbum (junto con la extensión de efectos de pedal en "Èpoulards et les Requins Blancs"). Todo lo escrito anteriormente es aquí sublimado y llevado al extremo. Percusiones adictivas, guitarras que aun siendo retorcidas tienen un potentísimo swing (a veces tocando el Garage) y una esencia (vale, lo que voy a decir es quizás una idiotez) Disco pero sin ser música Disco.... no me explico, pero me cuesta definirlo de otra forma.
Probablemente si nos quedamos con la etapa eléctrica de Miles será más fácil para todos.
Las guitarras son procesadas, muy hirientes y con una capacidad brutal de inventiva. Hablar de nombres es algo peliagudo, pero un poco de Frissell y Naked City, Marc Ribot, Fred Frith y Zappa sí que sería un buen punto de partida. El tema es que la amalgama de sonidos de las cuerdas están llevadas a un paroxismo electrónico por las texturas procesadas (tocadas en vivo, eso sí) que hace que no echemos de menos un bajo en absoluto.
Esa dualidad dos guitarras/dos baterías me lleva como no a acordarme del disco "Free Jazz" de Coleman, donde el doble cuarteto se dividía las labores cada uno por un canal jugando con la inmediatez y desafiando al oyente aun a día de hoy a discernir y captar detalles.
Un ejemplo de esas píldoras guitarreras sería "Nemesis", "Confabulation!" o "Naufrage", críptico tríptico (venga, a ver quien lo pronuncia bien) con alucinantes muestras de la compenetración de los cuatro músicos creando ejercicios musicales improvisados absolutamente demenciales y con un pie metido dentro del Free o el Noise. No olvidemos las maravillas de CASSIBER, con Cutler a la percusión y Anders a las guitarras, porque creo que es un claro referente también en el sonido de CONFABULATION QT.
Magistral el cántico en "Imaginarium/", tema mántrico donde los haya con las guitarras creando una suerte de melodía casi vietnamita, oriental o vaya usted a saber de qué folleto turístico la habrán sacado. Quizás Gamelan de Indonesia y encima con un ritmazo a las baterías formando un todo cada vez más abigarrado, reduciendo sónicamente su peso molecular y ganando en sensación de amenaza. Como si estuviésemos asistiendo a un rito iniciático exclusivamente mental.
Las rendiciones finales de la bluesera y sureña "Géricault" y el microenema explícito de "Naked City Zen" ponen el broche de oro a un trabajo de una originalidad casi inédita en nuestro país. Aquí se estila lo de fuera, y tendemos a ignorar el fantástico magma creativo que nos estallará algún día en la cara... y ese día... joder, ese día recolectaré lava y la escupiré a los cuatro vientos.
Ya de por sí la formación de dos guitarras y dos baterías conforman un discurso narrativo musical bastante sorprendente que requiere de la complicidad del oyente... aunque no se me entienda mal, el disco tiene un "Groove" tan potente que puede seguirse a modo de viaje histórico, conceptual o como diablos queramos reseñarlo; es decir, no estoy hablando de un disco de improvisación hermética, sino un poderosísimo ejercicio de maestría, técnica y sentimientos que te abordan y acompañan como un viaje (marítimo) al fondo de la psique humana. A lo que básicamente me refiero es que la dualidad instrumentística hace que discernir detalles sea cosa de varias escuchas que hacen que el disco vaya ganando enteros con cada vuelta.
Un extremadamente ominoso "Le Présage de la Mouette", con una guitarra crepuscular abre llevándonos por pasajes casi expresionistas. Una línea de guitarra meditabunda, la otra intentando cortarte con su agudeza filosa cargada de chisporroteos que parecen emular gaviotas prestas a comer carroña mientras las percusiones van in crescendo. Una suerte de country marítimo, si es que eso es posible... y entrecortado, arrastrado, percutido, clavado y apelmazado a base de dos baterías en sinergia absoluta (un exceso de participios, pero me importa un huevo).
Una brújula de instrumentos musicales completamente anómalos marcando un Norte que está en el fondo de la psique humana. Una rosa de los vientos de rumbos no euclidianos guiándonos como un Caronte puesto hasta las cejas de LSD comprado con las monedas que pagan los muertos al llegar al inframundo.
"Argus", que es el nombre del barco que rescató a los supervivientes, sigue las mismas directrices pero con una cadencia hipnótica que avanza a golpes... un claro ejemplo del "groove" que comentaba al principio de la reseña. Una sensación rítmica; un swing oleoso, sibilino y latente, que parece flotar eternamente para nunca posarse. Una amenaza de infección sonora que subyace esperando su momento merced a unas melodías de guitarras en espiral y el potentísimo funk percusivo que refuerza el asunto haciéndome dudar de si los marineros rescataron a los supervivientes o se pusieron todos a bailar Rhytm and Blues.
Y sigamos hablando de "Groove". Las dos guitarras procesadas se ven arropadas por dos baterías que crean una base tremendamente setentera, un poco al estilo de algunas formaciones que ha tenido John Zorn, y mas aún, recordándome a las colaboraciones de Marilyn Mazur con Miles Davis en sus postrimerías físicas allá por 1985.
Estas giras o conciertos quedarían recogidos en "Live Around The World", donde Mazur compartiría percusiones con Ricky Wellman. Esa paridad explosiva de los dos percusionistas y otros que siguieron y la acompañaron tenía ese "groove" al que me refiero, aunque es verdad que los aires funk y tribales en CONFABULATION QT están presentes pero en menor medida... vaya, que esto no es "On The Corner" mezclado con "Bitches Brew" pero el aroma está campando por ahí.
Probablemente si nos quedamos con la etapa eléctrica de Miles será más fácil para todos.
Las guitarras son procesadas, muy hirientes y con una capacidad brutal de inventiva. Hablar de nombres es algo peliagudo, pero un poco de Frissell y Naked City, Marc Ribot, Fred Frith y Zappa sí que sería un buen punto de partida. El tema es que la amalgama de sonidos de las cuerdas están llevadas a un paroxismo electrónico por las texturas procesadas (tocadas en vivo, eso sí) que hace que no echemos de menos un bajo en absoluto.
Esa dualidad dos guitarras/dos baterías me lleva como no a acordarme del disco "Free Jazz" de Coleman, donde el doble cuarteto se dividía las labores cada uno por un canal jugando con la inmediatez y desafiando al oyente aun a día de hoy a discernir y captar detalles.
Un ejemplo de esas píldoras guitarreras sería "Nemesis", "Confabulation!" o "Naufrage", críptico tríptico (venga, a ver quien lo pronuncia bien) con alucinantes muestras de la compenetración de los cuatro músicos creando ejercicios musicales improvisados absolutamente demenciales y con un pie metido dentro del Free o el Noise. No olvidemos las maravillas de CASSIBER, con Cutler a la percusión y Anders a las guitarras, porque creo que es un claro referente también en el sonido de CONFABULATION QT.
Magistral el cántico en "Imaginarium/", tema mántrico donde los haya con las guitarras creando una suerte de melodía casi vietnamita, oriental o vaya usted a saber de qué folleto turístico la habrán sacado. Quizás Gamelan de Indonesia y encima con un ritmazo a las baterías formando un todo cada vez más abigarrado, reduciendo sónicamente su peso molecular y ganando en sensación de amenaza. Como si estuviésemos asistiendo a un rito iniciático exclusivamente mental.
Las rendiciones finales de la bluesera y sureña "Géricault" y el microenema explícito de "Naked City Zen" ponen el broche de oro a un trabajo de una originalidad casi inédita en nuestro país. Aquí se estila lo de fuera, y tendemos a ignorar el fantástico magma creativo que nos estallará algún día en la cara... y ese día... joder, ese día recolectaré lava y la escupiré a los cuatro vientos.
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