"Dora, su segundo marido Bruno, y Marco, un niño hijo del primer matrimonio de ella, van a la casa de campo que era del matrimonio antes de que ella cayera en una profunda crisis a causa del supuesto suicidio de él. El chalet parece estar poblado de fantasmas: Marco alterna momentos de infantilismo con momentos en los que parece estar poseído por un espíritu que lo induce a rechazar a su padrastro y a ensañarse contra su madre. Dora, a pesar de los intentos de reacción y la afectuosa presencia de Bruno, manifiesta señales de desequilibrio mental cada vez más frecuentes. (FILMAFFINITY)"
Ganadora en el Festival de Sitges de 1978 del premio al mejor guión, el gran Mario Bava nos sumerge en una onírica trama llena de matices mezclándose el Giallo y el Terror Sobrenatural a partes iguales. Lo cuidado de la trama, fotografía y música refuerza un film típicamente de factura italiana, con los clichés propios de este cine, lleno de primeros planos, psicotrónicos momentos que no parecen terminar nunca y desenlaces inesperados.
Película por tanto imprescindible para los amantes de los géneros antes citados y que gusten de bucear en las filmografías malditas de tantos y tantos maestros olvidados.
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