sábado, 14 de noviembre de 2020

FANCINE 30: SESIÓN III (VIERNES 13)


Sentado en mi butaca esperando el comienzo de la sesión de Dinner in America, capto una interesante conversación que define el espíritu de Fancine. Una chica le comenta a un chico (ambos estudiantes) que tienen que aprovechar al máximo el momento porque seguramente los estudios al año siguiente los lleven de Erasmus fuera (o algo así) y por tanto, van a tener un año o dos en que no van a poder disfrutar del festival. Esto que puede ser una tontería, es tremendo si se analiza bien. Hablaban entre ellos de los amigos, de cómo el boca a boca hace que la gente acuda a las salas y esa camaradería tan sana que da el compartir los hobbies. Yo he sentido auténtica desazón cuando por alguna razón no he podido estar al 100%. Se me quedaba un nudo extraño al ver cómo pasaban los días y yo andaba en otras historias. 

Son los llamados `años en blanco´.

Yo recuerdo mis años `en blanco´. Cuando empecé a trabajar y no me coincidían los turnos, cuando tenía prácticas hospitalarias... tiempos extraños en los que uno no puede controlar del todo su destino... la adolescencia tiene parte de ritual de iniciación, y parte de `deriva´ insalvable. Los primeros conatos de libertad total no se dan hasta que uno ya está medianamente establecido y comienzan otro tipo de problemáticas. Por tanto, cada año hay que vivirlo como se presente y con las circunstancias que haya que salvar, porque nunca sabremos qué diablos traerá Fancine 31. ¿Quién iba a decirme que después del sabotaje coreano habría algo llamado Covid 19 que haría palidecer aquello?. 

Cada Fancine que pasa estoy más agradecido a la organización por su labor y por no tirar nunca la toalla. Por navegar entre mares de adversidad y mantener el espíritu intacto. Por cuidar a la gente como yo y a otros tantos reporteriles que por allí se acercan con su ilusión al máximo... cuidadito porque poca gente más honesta vas a encontrarte que aquellos que son seguidores del fantástico. Más o menos `frikis´, más o menos `raros´... pero somos jodidamente honestos. Nos desvivimos por nuestros géneros de cabecera y si tenemos que arrimar el hombro y mover el Albéniz varios metros atrás porque sabemos que si a alguien le falta 1 euro para una entrada y debajo hay monedas... joder, lo hacemos. 

A todos esos otros reporteros, medios, blogs, páginas y amantes del fantástico que año tras año también estáis ahí os deseo el mayor de los regalos que es la pertenencia física a esa enorme Horla Fancinera. ¿Demasiado acaramelado hoy?... bueno, os dejo con frases de mi libro de autoayuda:

"Soltar lo que nos daña es un gesto de amor; di NO al estreñimiento"; "Jamás puedes obligar a nadie a cambiar, cada quién es como quiere ser... incluso los Power Rangers"; "Cuando te caigas y llegues al suelo, piensa que ahora solo puedes ir hacia arriba (diente más, diente menos)".


DINNER IN AMERICA
Adam CARTER REHMEIER (Estados Unidos / 2020 / 106’)

SINOPSIS: "Un rockero punk a la fuga y una joven fanática de su banda emprenden juntos en un inesperado y épico viaje por los decadentes suburbios del Medio Oeste americano".

¿Es posible que me lo haya pasado tan bien con una película tan cargadísima de clichés como esta?. Pues se ve que no soy el único porque esta comedia punk arrasa allá donde se proyecta y algo tienen que tener su pareja protagonista para ello. Empieza cargante, con ganas incluso de salirme de la sala... pero le doy una oportunidad y acabo metido dentro de una historia de amor de esas que se te quedan clavadas por mucho tiempo. Dinner in America no es arriesgada, ni tiene giros de guión apasionantes... leñe, ni siquiera su lodoso humor te hace reírte; lo que engancha es la magnética relación entre sus dos protagonistas y cómo acaban complementándose dentro de su inadaptada burbuja social.

Luego está el tema de la música, del punk, de las riot girls y todo eso. Si bien la música hace su acto de presencia, no es el eje sobre el que pivota pero el tema principal es eso, un temazo. En definitiva, es tan irregular y tan incoherente que acaba enganchándote de pleno como producto de entretenimiento salvaje.


BEASTS THAT CLING TO THE STRAW
(Yong-Hoon KIM / Corea del Sur / 2020 / 108’)

SINOPSIS: "El destino de un mediocre grupo de desgraciados comienza a converger. Joong Man encuentra una bolsa llena de dinero en el vestuario de la sauna en la que trabaja. La novia de Tae Young se ha dado a la fuga con el dinero que él ha robado. Además, aparece misteriosamente un cadáver. Mi Ran empieza una relación con su joven amante, quien se ofrece a matar a su marido maltratador… Así empieza este juego en el que solo puede sobrevivir el más fuerte".

Impresionante debut de Kim Yong-Hoon en uno de los mejores thrillers coreanos que llevo vistos en estos últimos años. Bien hilada, montada y rodada, con las explosiones justas de violencia del género, sus personajes están trabajados detalladamente en cada una de las subtramas. Ágilmente rodada, sin histrionismos innecesarios que a veces abundan en lo asiático gracias a unas excelentes interpretaciones (la gran mayoría del reparto os sonarán porque están curtidísimos ya). 

Destacar el ritmo narrativo y cómo se mantiene el suspense (de dónde viene el dinero por ejemplo) hasta el final. Además, un par de giros en los últimos instantes resultan magníficos y refuerzan la potencia inusitada de Beast That Cling to the Straw (basada en una novela, por cierto) nada habitual para un debut.

A continuación, de forma apócrifa, os suelto un par de reseñas más de películas que por azares del destino he visto hace unas semanas por otras vías:


ALONE
John HYAMS (Estados Unidos / 2020 / 100’)

SINOPSIS: "Una viajera recientemente enviudada es secuestrada por un despiadado asesino, hasta que escapa al bosque, donde deberá luchar contra los elementos mientras acecha su perseguidor".

Aunque la filmografía de su director no sea para tirar cohetes, sí que se ha marcado un magnífico y tenso thriller con regusto clásico (juego del gato y del ratón, secuestrador y víctima). Pero hay trampa claro... y es que es un remake de la sueca Försvunnen (2011), lo cual para mi gusto le resta enteros en cuanto a originalidad. El actor Marc Menchaca está fantástico y la opresiva y agreste ambientación en plena naturaleza como siempre cuando se usa bien, acaba siendo otro protagonista más.

Lo dicho, entretenido pero no original claro. La historia en sí está más que trillada. Resumiendo: loco conoce a chica, chica huye de loco, loco encierra a chica, chica escapa del loco, ambos corren (como locos) y acaban luchando en duelo a muerte con redención incluída. 


LES TRADUCTEURS
(Régis ROINSARD / Francia, Bélgica / 2019 / 105’)

SINOPSIS. "Aislados en una lujosa mansión sin ninguna posibilidad de contacto con el mundo exterior, nueve traductores han sido reunidos para trabajar en el último tomo de uno de los grandes éxitos de la literatura mundial. Pero cuando las primeras diez páginas de la novela aparecen publicadas en Internet, y un hackeador amenaza con desvelar el resto a no ser que se le pague una fortuna, la pregunta es inquietante: de donde viene la filtración?".

Otro buen thriller francés alrededor de unos traductores de libros que son "reunidos" para hacer una traducción simultánea de un best seller. Algo tramposa, de ritmo flojo y con personajes de esos que acabas odiando... especialmente una tontísima interpretación de Eduardo Noriega, que parece no haber avanzado nada en sus registros personales desde Tesis. Para mi gusto demasiado artificioso e irreal pero se deja ver aun a sabiendas de que el giro final no va a pasar a los anales del cine de suspense.

***
Para la vuelta a casa estoy haciendo una lista de posibles nuevos proyectos para recuperar la economía en la ciudad y seguir gentrificando y diluyendo más nuestra esencia. A ver qué os parecen: una estatua de la libertad en la entrada del puerto de Málaga, pero con la cara del alcalde; una pista de patinaje de hielo que baje desde el Castillo de Gibralfaro; quitar las aceras del centro de Málaga y poner agua a tutiplén para que quepan Góndolas y tal; una réplica del Monte Rushmore pero en vez de las caras de los presidentes americanos poner las 4 de Antonio Banderas en 4 registros distintos; quitar la plaza de toros y poner un Ring de la WWE.... en fin, se aceptan propuestas. 

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