Vestiges Neuronaux es el nuevo trabajo de Miguel A. Ruiz bajo el pseudónimo MICHEL DES AIRLINES y me atrevo a decir que si me tuviera que quedar con alguno sería con este. Me ha volado literalmente la cabeza. Mira que Le Voyage Cranien (2016), Orbiteur (2018) y Dossiers de Cabine (2011-2014) son descomunales pero lo que me he encontrado en este álbum es la fusión perfecta entre la Kosmische Berlinesa más planeadora, la etnografía abisal e inasible de John Hassell, y una brutalífica profusión de motivos melódicos orientales minimalistas (en el más amplio sentido del término) que dibujan una inteligentísima forma de componer que va más allá de lo que pudieras pretender encontrarte en un disco de estas características. Michel des Airlines suena a Michel des Airlines, y punto... pero tengo que diseccionar para comprender los engranajes.
La pulsatilidad sincopada de los secuenciadores te va a remitir a su otro proyecto ORFEON GAGARIN pero no quiero hacer de este texto un aluvión de nombres y referencias. `Hay otros mundos, pero están en este´ (que ya sabréis quien lo dijo) y por tanto la conexión con los maestros franceses Igor Wakhévitch, Magne o Vian dentro del marco ciclópeo del MISTERIO. La música de Ruíz siempre evoca misterio y búsqueda expedicionaria, siendo capaz de hermanar e iluminar lo amazónico con lo estelar (démosle aquí algo de presencia a Neuronium) a través de ese potente voltaje de unas bombillas mentales de Dendera. Impresionante que la Vanguardia antigua usara elementos (en lo pictórico o en el sonido) que aunque ahora nos parezcan totalmente antiguos, en desuso o ridículamente grandes (cuando tendemos socialmente al chip cada vez más pequeño y centralizado), lentamente y desde pequeños círculos se han ido rodeando de un fenómeno de culto casi religioso.
El mismo proceso por el que se genera una creencia ha dado lugar a un género que primero se le intentó destruir (Inquisición) con el denostado término RETRO. Pero los Profetas alemanes, franceses, rusos y por supuesto, Españoles no estaban equivocados. La simpleza de los 80 y 90 con sus Casiotones tiene su gracia, y a partir de ahí la tecnología ha hecho posible emularlo todo pero sólo los `Pioneros y los Iluminados del Sonido de la Tradición Perenne´ son capaces de comprender cómo funcionan esos ataúdes de metal y madera (cable y hueso), que tienen comunicación directa con las estrellas.
Dicho de otra manera, Michel des Airlines consigue beber de las fuentes mismas porque ya estuvo allí. Ese olvidado manantial que nadie sabe si es neuronal o físico del que los primeros compositores en los 70 bebieron. ¿Por qué es irrepetible y tan inimitable el sonido analógico de los sintetizadores de una época en la que se estaban buscando vida (social y científicamente) en otros planetas? ¿por qué esos potenciómetros, teclas, generadores de ondas y vibración de neuronas de los compositores fueron capaces de trasladar la electricidad (del instrumento y de sus cabezas) a unas partituras que jamás han reflejado sincréticamente mejor lo que la mente humana siente ante la inmensidad del Universo?. Es la década de los 70 un pliegue temporal / bisagra cultural capaz de hacer posible todo lo que se te venga a la cabeza y eso ha quedado en la memoria colectiva.... pero la memoria colectiva y el atavismo son migajas de pan serotoninérgico que a duras penas puedes ir picoteando.
Son, evidentemente, VESTIGIOS.
`Me toca decirles nuevamente no adiós, sino hasta luego. Creo que, en la vida nunca se puede decir adiós, pues formamos parte de un universo que se reconstruye a sí mismo… Somos eslabones en una larga cadena cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos y cuyo fin está todavía por forjar.´
FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE
Editado en Digipack por Verlag System y Toracic, con fabuloso diseño de Artcame y registrado en Studio Syncoxis, los cincuenta y tantos minutos de Vestiges Neuronaux se compone de cuatro temas que se desplazan con una pasmosa facilidad por la orografía creada en el mapa neuronal de Miguel A. Ruíz a través de más de 30 años de experimentación sonora. La capacidad de estremecer al oyente sigue intacta con "Orbis Mutagéne" que abre de forma abstracta y atonal unos breves instantes antes de que una pastoral melodía (muy a lo Tomita) cambie las tornas. Huele a química y fuel. Empiezan a aparecer esas pequeñas bases rítmicas secuenciadas que se mantienen imperturbables mientras la sensación de `visión remota´ la aportan toques cuasi sinfónico y progresivos. Sigue "Déflexion Aérienne"... flotantes notas de piano muy espaciadas conforman una nana para cyborgs bastardos que imitan a bebés humanos.
Tengo la sensación conforme avanzan los minutos de estar asistiendo (y creo que no me equivoco en cuanto a concepto) a un recorrido por diferentes culturas; estar asistiendo al parto de la Civilización allá en la noche de los tiempos (estallan tormentas eléctricas) y su eterno devenir a través de los milenios. Motivos mesopotámicos, potentes percusiones africanas cortadas en lo agudo se mezclan en un compost arábico arenoso (parece un santoor procesado) donde la máquina imita lo humano intentando comprender por qué la lógica de la mecánica no es aplicable al Ser Humano. Una pelicula donde todos somos protagonistas.
Impresionante cómo cambia el tema sobre el minuto 10 y parece que estoy asistiendo al levantamiento de las primeras catedrales y su fulcanéllico cúmulo de secretos. Piedra sobre piedra, el hombre siempre ha tenido obsesión por las formas; la pirámide como antena... la catedral y la torre rectangular y su giro inexorable hacia la fusión en aguja. El lenguaje ya apareció hace mucho pero ahora todo es un lamento.
Todo tiende a un cielo que curiosamente está acotado. El eco de la voz en la piedra esculpida se siente en "Ondes Crepusculaires" y su aroma medieval. Se inventa el pecado como forma de opresión (`O quam tristis et afflicta. Fuit illa benedicta´) y Vestiges Neuronaux adquiere tintes casi de Dark Ambient. 21 minutos de burbujeo y misticismo hermético en el que da la sensación de que partes de la música se ha pasado a través de campanas tubulares obteniendo un cruce entre el Ambient y la Música de Cámara y de ahí al futurismo y las vanguardias a través de bases rítmicas cuasi bailables.
Sólo queda disfrutar con la maestría de "Loop de Saturne" y su impresionante catálogo de rangos dinámicos y efluvios Kosmische. Podría estar escribiendo hasta mañana pero no puedo aguantar más la respiración.... viajar al espacio en apnea no es recomendable. ¿Últimas palabras?.... OBRA MAESTRA.
`This is the end, beautiful friend
This is the end, my only friend
The end´
MORRI(FATHER)SON
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