Quizás creáis que es viento cósmico lo que peina hacia atrás vuestros flequillos pero no; son mis orejas batiendo de forma sincopada con la alegría que siempre me invade cada vez que recibo una entrega nueva de las Ediciones Toracic. Sí, sé que a día de hoy hay sellos como Verlag System, Geometrik, Rotor, Munster Records y otros haciendo una grandiosa labor de rescate de uno de los músicos de electrónica más versátiles y auténticos de este país.
He escrito mucho sobre mi obsesión (sana o no, no lo sé) de Miguel A. Ruíz, y no voy a repetirme). A lo que me refiero es a que tengo una predilección difícil de explicar con esos CDR marca de la casa que fabrica Miguel con un inusitado cariño, de forma artesanal, siguiendo una misma línea argumental en cuanto a colores (en los últimos destaca una rugosidad hipnótica del papel), formas de impresión y demás que me tienen encandilado. Michel Des Airlines (Michel Delacroix para los íntimos) me voló la cabeza en 2018 con Orbiteur (reseña aquí) y el previo Le Voyage Cranien de 2016.
Curioso que cada trabajo de Ruíz sea distinto del anterior, bien sea bajo el contexto Orfeón Gagarin o cualquiera de las decenas de colaboraciones que pueden provocar un dolor de cabeza entre los coleccionistas mas acérrimos (sudé sangre para conseguir el magnífico vinilo de 1991 Encuentros en la Tercera Edad). En lo plástico se nota a leguas que es un pionero y que viene de fabricar ediciones en cassette en plenos años 80. Las portadas son minimalistas y si no supiera quién es mi mente se iría a la Música Concreta, al Fluxus o quizás a la industria propagandísta soviética. Pero no, esto es cañí como una jodida Sota de Bastos.
A pesar de ser un pionero, sus colaboraciones con jóvenes promesas denostan un espíritu inquieto como pocos y os recomendaría especialmente Wüste Land de Zytoscape con Giron (aquí), los discos de Dekatron II colaborando con Sentionaut y, ya que hablamos de este último, vamos a ir adentrándonos en los entresijos de Dossiers de Cabine y es que incluye tres temas que se editaron en el Split de Michel Des Airlines junto a We Are the Hunters ("Devil´s Tower", "Return of the Space Gods" y "Globular Clusters").
Pasamos a la música. Escuela Berlinesa pura y dura con efluvios de esas paraciencias que entraron por las fronteras españolas desde Francia con las Pseudociencias y el estudio arqueológico paracientífico de lo ProtoHispánico, de las Líneas de Nazca (o El Lugar Donde Viven los Videntes) y en definitiva, lo que me gusta llamar "las otras pirámides" en referencia a esas moles peruanas en comunión con complejas urbes enterradas en la selva y que muchas de las cuales siguen viviendo el sueño de los justos en espera del machete que las descubra.
Michel Huygen (sí, otro Michel) lo captó a la perfección en su música de Neuronium (no hablo de lo que hace ahora porque no me interesa la música homeopática. Carlos Guirao o Santi Picó posiblemente tuvieron pesadillas febriles con todo esto y una atenta observación de las hipnopómpicas pinturas de Tomás C. Gilsanz podrían acarrear perderse en un laberinto existencial de puro vértigo. Los que confunden electrónica planeadora con la New Age deberían flagelarse con la lista de la Nurse With Wound de Stapleton y leer con atención nombres como Patrick Vian (si pudiera tirarle de las orejas a Stapleton le diría que pusiera a Michel (otro Michel) Magne... y ojo que todo esto no es para quitarle méritos a Jarre, Vangelis y nombres más conocidos en cuanto a lo franchute o griego, o Schulze y Tangerine Dream en cuanto a lo alemán.
Dossiers de Cabine (2011-2014) está compuesto con Doepfer eurorack modular & sequencer, Kawai 110F synthesizer, Roland JX3P, Waldorf Microwave, Roland Strings RS202, EMU Vintage Keys, Arturia Minibrute, Roland TR606. Posteriormente se masteriza en Estudio Syncoxis y se abre con la maravillosa "Devil´s Tower".
Vientos espaciales sobre los que empiezan a burbujear las sinusoidales ondas en espiral características del estilo. La versatilidad de Ruíz hace que sus temas no paren quietos nunca y salga de su zona de confort por lo que siempre hay un pie en la experimentación; al menos tres capas que se van trenzando en una textura post apocalíptica que habría hecho masturbarse a más de un escritor de Sci Fi de los 60. Me encanta como rompe el tema en el minuto 3 con una opalescente melodía al más puro estilo John Hassell y el Cuarto Mundo... perdonadme pero esto está a la altura de cosas del susodicho y de Brian Eno, pero volvemos a aquello de la Sota de Bastos.
Sigue "Return of the Space Gods" en una tesitura parecida (fueron compuestos para el split con We Are The Hunters) pero es más insistente. Los sonidos suenan vintage como una postal comida por lepismas y el título del tema es puro Von Daniken. No tengo el número de teléfono de J.J. Benítez pero con esto se inspira el tío para 20 partes más de Caballo de Troya. Alucinantes los efectos que emulan voces y la sensación siempre de estar cayendo en "Lenticular Forms"; melodías convexas de pátinas épicas (no sé si me explico) mientras una insistente y mínima forma melódica irrumpe como un metrónomo. Al minuto 5 he trasformado ese soniquete en una voz robótica recitando en cuneiforme. Sublime.
"Critical Mass" es quizás el corte más asequible y simple en estructura. Por momentos parece que estuviera destinado a bailarse en una discoteca estelar porque tiene incrustaciones de Música Disco al modo de vetas en un meteorito... pero ojo, que otra de las virtudes de Michel Des Airlines es meterte en cada tema atisbos oscurísimos que se asemejan al Dark Ambient (unas veces en primera línea, otras veces al fondo de forma sutil). Planeadora como pocas es "Solstice Mission"... luminosa, evanescente y con recitado en francés que pone los vellos como escarpias. Música y voz se alían para conformar una de las sensaciones más álgidas del disco (para mí la sensación es como el jodido solo ese de saxo que se marca Pierre Gossez en Rendez-Vous y su funesto significado).
"Uranus Frequen Flyer" me recuerda a Orfeón Gagarin y aunque es electrónica al ciento por ciento hay pasajes que parecen de Rock Progresivo. Fantástica los sonidos aflautados sudamericanos de la intro de "Tiwanaku" (seguro que Don Jiménez del Oso usa la melodía para hacer programas allá donde esté). Quien haya llegado hasta aquí debería parar y reflexionar sobre la cantidad enorme de melodías trascendentes que Ruíz despliega... con lo que hay aquí otros graban diez discos.
El tramo final de órdago. Homenaje a Albedo 0.39 imagino que inconsciente en "Ferrite Starseeds" y "Globular Clusters" (también del Split citado), que sigue la senda de todo lo escrito. La palabra Pionero es preciosa y me voy a quedar con su segunda acepción de la RAE: "Grupo de organismos animales o vegetales que inicia la colonización de un nuevo territorio".... ¿Quiénes somos y de dónde venimos?... ¿Somos el producto de una Panspermia inimaginable?... al caso me da lo mismo, porque nunca, nunca se recreará mejor el sonido del Cosmos que con las notas que estos músicos (Michel Des Airlines incluído) sacaron de sus potenciómetros.
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