"En 1966, la joven Kristen (Amber Heard) es ingresada en una institución psiquiátrica, donde conoce a otras chicas perturbadas con sus respectivos problemas... y a otra que se le aparece por los pasillos al caer la noche." (FILMAFFINITY)
Es triste observar como los grandes clásicos van cayendo poco a poco en la autoparodia y los manierismos y fórmulas ya hace tiempo agotadas. Lo que a priori podría haber funcionado en THE WARD como un buen ejercicio de cine ochentero nostálgico se acaba convirtiendo en un mal chiste tantas veces visionado que aburre hasta el sopor.
Desde ARRÁSTRAME AL INFIERNO de Sam Raimi, en la que éste intenta resucitar épocas gloriosas a lo EVIL DEAD, hasta los subproductos SCREAM del señor Wes Craven, y pasando por los telefílmicos bodrios de la FANTASTIC FACTORY de Brian Yuzna y los últimos coleteos de Stuart Gordon (quizás solo salvable EDMOND por su oscura propuesta). Ni siquiera los grandes nombres de Dario Argento provocan ya nada más que miradas de sospecha entre los aficionados al género, sabedores que nada nuevo se cuece bajo el sol.
Casualmente, todos éstos directores han intentado relanzarse bajo el auspicio de la serie MASTERS OF HORROR, donde quizás sus propuestas tengan mejor cabida al ser un formato de serie que puede disimular mejor los errores manifiestos de los largos metrajes.
Sería quizás Tobe Hooper el más centrado de ellos, que sin hacer demasiados alardes sí que ha realizado dos buenos ejemplos de cine de terror a la antigua usanza como son MORTUARY (2005) y THE TOOLBOX MURDERS (2003). La primera es todo un desfile de topicazos ochenteros con toques de comedia que a pesar de las malas críticas y tal, creo que merece la pena por algunas de sus hilarantes escenas y su ejercicio de nostalgia. THE TOOLBOX MURDERS fue el intento de Hooper de volver a la crudeza de LA MATANZA DE TEXAS, que sin ser una joya entretiene bastante como los Slashers gore de antaño...
Sin embargo John Carpenter creo que ha perdido el norte.... y ya de paso todos los puntos cardinales. THE WARD es infame mires por donde la mires; desde el irrisorio manicomio en el que se desarrolla, pasando por sus protagonistas y sus traumas, para acabar con la consabida sorpresa final que te deja con una intensa sensación de haber perdido el tiempo con algo que te han contado ya miles de veces.
Evidentemente, todo esto es una opinión, y habrá quien haya visto en THE WARD la quintaesencia del espíritu del cine de los ochenta. Gustos hay para todos y como ya he dicho en mas de una ocasión, creo que hace falta una nueva generación de clásicos para revitalizar el género.
Desde ARRÁSTRAME AL INFIERNO de Sam Raimi, en la que éste intenta resucitar épocas gloriosas a lo EVIL DEAD, hasta los subproductos SCREAM del señor Wes Craven, y pasando por los telefílmicos bodrios de la FANTASTIC FACTORY de Brian Yuzna y los últimos coleteos de Stuart Gordon (quizás solo salvable EDMOND por su oscura propuesta). Ni siquiera los grandes nombres de Dario Argento provocan ya nada más que miradas de sospecha entre los aficionados al género, sabedores que nada nuevo se cuece bajo el sol.
Casualmente, todos éstos directores han intentado relanzarse bajo el auspicio de la serie MASTERS OF HORROR, donde quizás sus propuestas tengan mejor cabida al ser un formato de serie que puede disimular mejor los errores manifiestos de los largos metrajes.
Sería quizás Tobe Hooper el más centrado de ellos, que sin hacer demasiados alardes sí que ha realizado dos buenos ejemplos de cine de terror a la antigua usanza como son MORTUARY (2005) y THE TOOLBOX MURDERS (2003). La primera es todo un desfile de topicazos ochenteros con toques de comedia que a pesar de las malas críticas y tal, creo que merece la pena por algunas de sus hilarantes escenas y su ejercicio de nostalgia. THE TOOLBOX MURDERS fue el intento de Hooper de volver a la crudeza de LA MATANZA DE TEXAS, que sin ser una joya entretiene bastante como los Slashers gore de antaño...
Sin embargo John Carpenter creo que ha perdido el norte.... y ya de paso todos los puntos cardinales. THE WARD es infame mires por donde la mires; desde el irrisorio manicomio en el que se desarrolla, pasando por sus protagonistas y sus traumas, para acabar con la consabida sorpresa final que te deja con una intensa sensación de haber perdido el tiempo con algo que te han contado ya miles de veces.
Evidentemente, todo esto es una opinión, y habrá quien haya visto en THE WARD la quintaesencia del espíritu del cine de los ochenta. Gustos hay para todos y como ya he dicho en mas de una ocasión, creo que hace falta una nueva generación de clásicos para revitalizar el género.
No hay comentarios:
Publicar un comentario