SECUESTRADOS (España-Francia, 2010), del director andaluz Miguel Angel Vivas, viene avalada por un éxito de público y crítica en Sitges, donde al parecer armó un gran revuelo.
Bien, yo intentaré hacer una crítica lo más objetiva posible, teniendo en cuenta que como habitual consumidor de este tipo de cine y fanático del género de terror, quizás no sea el más indicado para hacerlo... o quizás todo lo contrario.
Secuestrados parte de un torpe inicio donde se nos presenta la familia secuestrada, a un tedioso desarrollo donde todo lo que vemos en pantalla nos deja una sensación de dejá vú intensa: los malos secuestradores con reminiscencias a lo FUNNY GAMES y las eclosiones de violencia extrema a lo cine de terror francés; las situaciones incomprensiblemente absurdas como ese amigo que se acerca a la casa que supuestamente está perdida de la mano de dios; los duelos interpretativos que rozan la vergüenza ajena, como la escena del vigilante jurado de la urbanización (de verdad que no me creía lo que estaba viendo); la interminable secuencia de los cajeros...
Es en su parte final donde creo que radica la fuerza de Secuestrados, con un clímax de violencia en apenas veinte minutos que probablemente desagradará a mas de uno no acostumbrado a este cine, pero que a habituales de propuestas independientes y extremas (por ejemplo citar el cine de Michel Haneke en general, y no la evidente Funny Games) les dejarán nuevamente la sensación de que lo que han visto no es nada nuevo. Se suceden pues escenas impactantes con toques gore bastante conseguidos que son lo mejor del film, junto con la actuación de Manuela Vellés, bastante creíble y destacando de la justita media que reina en el metraje. Por desgracia, los malos resultan en ocasiones bastante pateticos provocando más la risa que el terror (cito nuevamente la escena del vigilante jurado, y es que de verdad no me la quito de la cabeza...).
¿Merece la pena?... yo creo que el cine de terror español lo puede hacer mejor, aunque sobre gustos, los colores.
Secuestrados parte de un torpe inicio donde se nos presenta la familia secuestrada, a un tedioso desarrollo donde todo lo que vemos en pantalla nos deja una sensación de dejá vú intensa: los malos secuestradores con reminiscencias a lo FUNNY GAMES y las eclosiones de violencia extrema a lo cine de terror francés; las situaciones incomprensiblemente absurdas como ese amigo que se acerca a la casa que supuestamente está perdida de la mano de dios; los duelos interpretativos que rozan la vergüenza ajena, como la escena del vigilante jurado de la urbanización (de verdad que no me creía lo que estaba viendo); la interminable secuencia de los cajeros...
Es en su parte final donde creo que radica la fuerza de Secuestrados, con un clímax de violencia en apenas veinte minutos que probablemente desagradará a mas de uno no acostumbrado a este cine, pero que a habituales de propuestas independientes y extremas (por ejemplo citar el cine de Michel Haneke en general, y no la evidente Funny Games) les dejarán nuevamente la sensación de que lo que han visto no es nada nuevo. Se suceden pues escenas impactantes con toques gore bastante conseguidos que son lo mejor del film, junto con la actuación de Manuela Vellés, bastante creíble y destacando de la justita media que reina en el metraje. Por desgracia, los malos resultan en ocasiones bastante pateticos provocando más la risa que el terror (cito nuevamente la escena del vigilante jurado, y es que de verdad no me la quito de la cabeza...).
¿Merece la pena?... yo creo que el cine de terror español lo puede hacer mejor, aunque sobre gustos, los colores.
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