jueves, 11 de noviembre de 2021

FANCINE 31: GALA INAUGURAL Y PISTOLETAZO DE SALIDA

No sabía cómo empezar este texto sinceramente; aquí ando con mis gafas empañadas por el caliente y potente café que me estoy inyectando cuando una mirada hacia abajo, al ominoso filo de la pantalla, me desvela que hace 11 grados de temperatura. Justo al lado, la fecha: 11 del 11 de 2021. Y por cierto, como reportero de Prensa, es mi onceavo año consecutivo cubriendo FANCINE. Cosas de la ciencia que coincidan tantas cifras imagino yo... no sé, quizás esto sea como la combinación de un candado que no girará hasta que no cumplas ciertos requisitos. Tal y como la paradoja de Schrödinger no sé si la parte de mí que está dándole al teclado es la viva o la muerta. El tiempo ha pasado tan rápido que tengo la sensación de que entre la Edición 30 y la 31 no ha habido nada... como si con una inmensa goma hubieran borrado todo o doblado la página para hacer coincidir los dos recuerdos.


Pues bien, lo primero es que estoy más que agradecido (como siempre) a que la organización me haya dejado un hueco, más si tenemos en cuenta que el llenazo de ayer en la Sala 1 del Albéniz creo que fue histórica. He pasado un (literalmente) un AÑO DE MIERDA, viendo películas reales en mi centro hospitalario de trabajo. Desde dramas a luchas por el poder, desde cosas de zombies y sangre a la utilización de aparatos que bien podría enseñarnos a manejar José Corbacho en su rol de El Científico Loco a esa ya sucesión de olas del Sars Covid 19 que parecen partes de Fast and the Furious (eso porque sois algunos muy jóvenes, pero Kárate Kimura tenía muchas más partes, algunas hasta ilegales). Dicho todo esto, sentarme a disfrutar de esta edición del Festival no ha sido sencillo. A pesar de tenerlo todo atado desde el principio del año, las altas burocracias se empezan siempre en dinamitar el bienestar de uno pero un giro de Cubo Rubik permite que esté aquí un año más dando la tabarra. 

Cuando me siento en la butaca, es como el giro de la gorra aquel de Stallone en Yo, El Halcón. La tranquilidad me embarga y una potente sensación de seguridad mental arropa hasta al más inquieto. FANCINE ha nacido y crecido como un huevo de dinosaurio amparado al calor de sus seguidores, los más fieles del lugar, y que no se dejan sobornar por prácticamente nada. En una era tecnológica extrañísima plagada de enemigos como el streaming, las plataformas audiovisuales y esos paquetes promocionales de a euro, cuesta casi creerse que una legión de espectadores quiera, reclame y siga apostando por la sensación del cine en versión original y con los encuentros con los directores (este año, ni más ni menos que la leyenda cáustica de BILL PLYMPTON nos espera junto a un montón más de realizadores y quien por cierto ha diseñado todos los gatetes).

Miro hacia delante (bueno, hacia atrás) y José Corbacho está haciendo carantoñas con la Vicerrectora Tecla Lumbreras a la que para la posteridad llama Petra. Hace unos instantes asistía al montaje músico visual de Cabezazoo y Azael Ferrer; parpadeo y esto entrando en la Sala.... huele a Máquina de hacer humo. Vuelvo a parpadear y Corbacho y Tecla, envueltos en humo, flotan por encima de mí al son de los impulsos electrónicos de Cabezazoo. y es ahí, en esta fugaz visión onírica donde se me revela todo: los de FANCINE no querían decir 

"NOS HACE FALTA LA FÍSICA CUÁNTICA", sino que un maño dijo: "CUANTICA FALTA NOS HACE LA FÍSICA"

Que comience el espectáculo:

Silent Night (Camille Griffin; Reino Unido 2021)

"Nell, Simon y su hijio Art están preparados para dar la bienvenida a sus amigos y familiares para la que promete ser una perfecta velada navideña. Perfecta excepto por un detalle: todos van a morir". 

Debut al largometraje de Camille Griffin con plantel de lujo (Keira Knightley, Matthew Goode o Lily-Rose Depp) y nada más y nada menos que sus tres hijos como protagonistas, destacando Roman Griffin Davis en un intenso papel melodramático (a quien por cierto ya vimos en esa joyita que es JoJo Rabbit). Excelente guión (no en vano creo que ganó dicho galardón en Sitges) se aúnan un exquisito humor negro en una comedia (de situación) que se va mezclando poco a poco mediante un giro sutil a un contexto apocalíptico. 

A lo largo del film, se van sucediendo hilarantes momentos (a la británica) que se alternan con el puro drama, pero sin dejar en ningún momento a la moralina hacer acto de presencia. Así, Silent Night es más dura de lo que a pudiera parecernos y su lanzado final es todo un tour de force narrativo de exquisitez minimalista. Hacer este tipo de películas apocalípticas no es nada fácil, menos cuando la comedia es el elemento que lo vertebra todo. Creo que la elección de proyectarla en la Gala Inaugural es acertada; dejarla para la Clausura, y salir a las calles con los adornos navideños puede cortocircuitar la psique de cualquiera. Me da la sensación de que estamos ante un clásico instantáneo, el tiempo lo dirá.

A veces te das cuenta de que para hacer una gran película y transmitir emociones tienes que tirar de lo práctico y sencillo. 

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Pues doy por inaugurada la edición 31 de FANCINE, que a mi modo, guste más o guste menos, cubriré en la medida de mis posibilidades neuronales. Este año hay sesiones matutinas así que quizás cada crónica tarde un poco más de lo acostumbrado. O no, vaya usted a saber. Sobre lo que hay en cartelera, los eventos organizados y todo, no me seáis perezosos porque en la web del festival lo tenéis todo. Aquí se intentará dar una visión no sé si distinta pero intentando transmitir sello propio.

O no.

Hasta mañana.


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