Hace casi 20 años, en el CANTO XIV de la excelsa publicación de culto MALDOROR, el grandísimo Pedro Ortega entrevistaba a TRAJEDESALIVA y recreaba su particular universo a la perfección con la siguiente descripción:
"¿Qué es un traje de saliva? Sólo me viene una imagen a la mente, y es dulce y cariñosa, para nada obscena. Un ser humano besa el cuerpo desnudo de otro ser humano, empezando por la frente, los párpados, la nariz, la boca, y meticulosamente, desarrollando este ritual de envolver por completo al otro con el fluido de uno. Es para mí una metáfora de proximidad, de amor, la impregnación del uno con la esencia del otro".
Sin embargo, quizás ese traje muta y se adecúa a las circunstancias en este fabuloso Ultratumba, editado 21 años después de Mima (Free Records, 2000) tras ese primer ejercicio de epicidad oscura y apocalyptic folk que resultó ser El Cuerpo y la Ciudad (Splat, 1999). Y digo que ese traje muta porque la esencia que imprima este oscurísimo nuevo trabajo del dúo bien pudiera reflejar la acción de amortajar a un ser que transita hacia el otro lado mediante la Saliva. La Saliva y poderosa fuerza en la Mitología... el Colo Colo mapuche se alimenta mediante saliva que succiona en lo profundo de la noche; Kvasir, dios de la mitología nórdica, es creado por la saliva del resto de dioses; la saliva de Cerbero es mortífera de necesidad y en el Popol Vuh se la cita como dadora de vida.
Mon Ninguén (sintetizadores) y Una Vena (voz y letra) trascienden cualquier etiqueta imaginable y subliman su sonido alejándolo de cualquier comparación con otros entes oscuros de la época como bien pudieran ser El Luto del Rey Cuervo o (a reivindicar) Morpheus y sí que se acercan un poco más a propuestas como las de Reserva Espiritual de Occidente o Wind Atlas. Pero claro, TRAJEDESALIVA estaban antes, y en 2003 con Mima Blanca se adentraban en los pútridos cortinajes de un cabaret pesaroso con toques a Diamanda Galas, Spiritual Front o Nico. La presencia de instrumentos de viento (fliscornio, saxo, trompeta...) y acordeón son lo suficientemente expresivos para hablar de un regusto jazzístico. Tras el Split con Chaos Condensed en 2006, han pasado 15 años hasta que hemos tenido una continuación del proyecto... y vaya, vaya continuación. Si bien el disco es más minimalista y parco en cuanto a instrumetación, la catarsis emotiva a subido a niveles casi intolerables y quizás es sólo comparable en potencia al discurso final de cualquier secta apocalíptica antes del suicidio en masa.
Ultratumba se graba entre Altamarea (Vigo) y dropD (Waiblingen, Alemania). La edición en digipack corre a cargo de áMarxe, Ferror Records y GH Records, mientras que el alucinante y saturniano artwork, que merecería artículo a parte, son pinturas de Emilie Lagarde. Un retrato familiar cotidiano pasado por el filtro declinatorio del óbito. El inframundo como pálido reflejo de la realidad o espejo de dos caras que permea la dualidad luz/oscuridad propia del ser humano.
En cuanto al sonido y a rasgos generales, TRAJEDESALIVA en 2021 son profundamente atemporales y brillam en los entresijos de una Civilización Perdida o mejor dicho, aún no creada. Sábanas de teclados que no remiten al folk... ni neoclásicos, ni barrocos ni nada que pueda recordarte al Dark Ambient más clásico, sino que brillan con una originalidad especial. Épicos pero nunca histriónicos, a caballo entre una cuidada sinfonicidad EBM (yo que sé... piensen en Clan of Ximox) y la teatralidad italiana (véase Jacula o Antonious Rex), son el fondo perfecto para los haikus fúnebres y poéticos que se destilan del fabuloso Spoken Word de UnaVena.
41 minutos que transcurren en ese lugar inhóspito y acuoso de lo Neuronal, donde se genera el pensamiento y habita el hálito de la vida; donde se lubrica el sexo antes de ser Gonadal y provocar el rubor y la piloerección. `Música Presciente´, atribulada y compleja pero que se va abriendo en abanico con la metástasis que gasta la simpleza brutal y desgarradora de las obras maestras. Si Ultratumba cuenta una historia, es tan personal como el Árbol Genealógico de Dios Padre aunque yo me he sentido invitado (o me he autoinvitado) a un banquete emocional plagado de dádivas exquisitas y donde los sabores, olores y colores parecían sacado de la imaginación triposa de un Lord Dunsany reconstituido en urbanita.
Abre el disco "Todo era Blanco". Notas difusas de Pads de teclados cinematográficos van chocando con bases rítmicas percusivas electrónicas al más puro estilo Brendan Perry en Ark (la época dorada de 4AD). Flotan sublimes filigranas que me traen a la cabeza a Cocteau Twins o This Mortal Coil, pero con un deje mistérico alucinante en la melodía central del piano, apocalíptica, lenta y monótona como esas barrabasadas de John Carpenter en su etapa ochentera. Tengo que clavarme tres alfileres en el pezón derecho para no pensar en una versión bastarda y apócrifa de Rescate en Nueva York pasada por un filtro de Dark Ambient. Se da paso a "A Casa por las Vías" de forma tan orgánica y natural que no puedo evitar acordarme de las letánicas homilías de Antonious Rex/Jacula. Entra la voz de UnaVena y sube el nivel de amenaza. Las letras destrozan cualquier psique que se precie de ser equilibrada y asoman bases pseudo bailables de Trip Hop, aroma a Coil por los cuatro costados y al Michael Cashmore más ambient y techno (The Doctrine Of Transformation Through Love).
"Familia Ferro" retuerce el sonido hacia el Industrial Noise, pero sin perder el norte. Las voces recitadas chocan con la fuerza de un agitado mar de serotonina y vibro en la misma longitud de onda que el ruido, descomponiéndome en hebras que giran en un vórtice peristáltico que desemboca en la perturbadora "Arenas Calientes". Clústeres de notas que más que sonar parece que estén respirando... exhalaciones de electrónica y un aliento a muerte anticipada muy curioso en tanto en cuanto hay momentos en la música que parecen optimistas. Unos pulmones ciclópeos que se vacían por última vez en su Ciclo Vital y voces que bailan su particular rito arcaico. "Al pequeño y a mí nos gusta pensar que de vez en cuando los cadáveres salen de la tumba con la capita de estrellas en los brazos, un sol nuevo... a veces sienten esas ganas frescas de vivir"....
En "Mamá es un Animal Morado" creo escuchar una guitarra eléctrica que llora. La poesía sale a la superficie vocalizada con la impronta mayestática de Spiritual Front... las letras hablan de enfermedad y miasmas... de una realidad que se pudre porque todos nos pudrimos y tú te estás pudriendo. La belleza del decaimiento, traspasar el punto álgido y declinar la balanza hacia la brillante derrota queda patente en "Mammillaria Sempervivi", coqueteando con la Darkwave de neón y lanzándose por derroteros cósmicos y espaciales (Neuronium) en la parte final. Sigue "Queremos Verte" y sus estremecedoras letras, repitiendo algunos motivos melódicos de "Arenas Calientes" pero llevando la intensidad emocional al punto de la Psicorragia. Afortunadamente dura solo 3 minutos porque tengo la sensación de que mis emociones han llegado al límite y que me están cantando la más triste nana de tanatorio jamás compuesta.
La homónima "Ultratumba" añade teclados catedralicios y ambiente religioso/litúrgico dentro de un tratamiento del sonido lejano, rozando el LoFi (mejor dicho diría que el sonido parece llegar desde debajo del agua). A modo de score, se repiten partes del disco o algunos motivos melódicos... hay sensación de redención en lo que escucho, de viaje que termina, de vida después de la muerte y de la vida en la muerte. Sonido en descenso, espiral inversa y un drone espectral.
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