Para inaugurar el 2021 os traigo la reseña de la segunda entrega del llamado UNKNOWN ARTIST, más conocido como Artista Desconocido o también "sé quien es pero no puedo decirlo" o "como lo digas te mato". Fiel a su costumbre de bucear en los entresijos de la mente humana, su primera entrega se llamó La Última Mirada, dedicado en su totalidad a la figura del infame Albert Fish. Todos los detalles de aquella edición la podéis consultar aquí.
Este segundo trabajo se titula Terrorismo Moderno (El Ciego que Vio la Horca) y al igual que el anterior, llegó a las oficinas del sello MARBRE NEGRE sin apenas información. Contextualmente construído alrededor de los atentados producidos en Japón en el Metro de Tokio mediante Gas Sarín a cargo de la secta conocida como Verdad Suprema en 1995 (Aum Shinrikyō / オウム真理教 / Oumu Shinrikyō), y de la que Shoko Asahara era su artífice ideológico. La ejecución se realizó mediante ahorcamiento y es precisamente la reproducción de una mini-Horca lo que acompaña a la edición especial del Cd en un A5. La galleta del cd es la icónica imagen del levitamiento de Shoko Asahara, quien por cierto tras los atentados fue detenido meditando en una habitación incomunicada. Si no me equivoco, tanto la fotografía de la portada como la del interior son imágenes de archivo de la época.
Si la polémica no está servida, la secta continúa a día de hoy bajo el nombre de ALEPH, y encabezada por Fumihiro Joyu, un integrante que estuvo en prisión por motivos diferentes a los de los atentados que acabaría renegando de la agrupación en 2007 y fundando Hikari no Wa (El Círculo de Luz / 光の輪 Hikari no Wa). Ni que decir tiene que el gobierno japonés tiene a toda esta gente bajo vigilancia a día de hoy.
Musicalmente es una suite de 40 minutos dividida en tres movimientos. Arranca con ruidismo ambiental mezclado a la perfección con un Dark Ambient cinematográficamente oscuro. Silbidos que emulan maquinaria ferroviaria y ecos producidos por el paso del aire a través de infectos túneles subterráneos hasta que aparecen los consabidos y necesarios samplers vocales (siempre perturbadores) con ciertos detalles percusivos muy orgánicos para ser simplemente electrónicos (podría ser una batería real). Se van acentuando los detalles de Harsh Noise sin llegar a los extremos, jugando con texturas sinusoidales que mutan a minimalismo en el segundo tramo de 20 minutos pero ojo, cuando hablo de minimalismo no va por la parte del concretismo sino porque se aprovechan los recursos a priori simplistas para engordar la atmósfera... y es que la sensación de claustrofobia cuando te pones los auriculares es importante.
Voces procesadas en barítono espectral campan a sus anchas. Agónicas, deformadas, se acompasan a un ritmo lento y procesionario con atisbos melódicos sugeridos, nunca evidentes. El tempo abotargado ayuda a crear un cierto estado de hipnosis. Entramos directamente en un tercer movimiento que empieza abstracto y muy experimental, bordeándose por lo que parece un loop infinito de cuenco tibetano. Tras la tragedia, toca recoger los cadáveres... subidas y bajadas de ruidismo metálico y el elemento disruptivo magnífico de voces en japonés de esas que suelen escucharse por megafonía en grandes superficies.
Minuto 4 y todo va subiendo inexorablemente de intensidad en un perverso clímax que bordea de nuevo el Harsh Noise, el Power Electronics y en general, el sonido de la miseria. Un absceso ciclópeo que te estalla en la cara en forma de Electro Pus.
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