jueves, 17 de enero de 2019

MIKEL URAKEN - "IZAKI BIZIDUN BERRIAK (MISE EN SCÈNE, 2018)


I. Ohar labur bat:
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Cuando dedicas tu tiempo a escribir una reseña musical, ya sea de forma profesional o bien amateur como yo; si empleas ciertos adjetivos o sacas a la palestra a determinadas bandas para comparar un sonido, bueno.... cuando eso ocurre está claro que has fracasado en el intento de penetrar la epidermis de un disco tan profundamente bien urdido como el nuevo trabajo de MIKEL URAKEN. Es la línea divisoria entre un texto que pueda ser aprovechado para algo y otro que sólo vale para la pura y dura promoción. Por norma general prima lo segundo, causa del bajísimo nivel periodístico musical de este país (salvo honrosas excepciones). 

Me explico mejor. Si usas el término SWANS estás haciendo trampa, querido reseñador o reseñadora. SWANS, para bien o para mal, son marca registrada... son el equivalente musical a un Síndrome Médico. Un síndrome puede llegar a englobar tantas cosas que en ocasiones acaba diluyéndose como un comprimido efervescente, y usar esa trampa/atajo para hablar de un disco no hace bien a nadie. Ni al lector que busca información ni a la banda o músicos que intentan desentrañar ese fruncido de cejas del respetable. 

Hay más atajos. Están EINSTURZENDE NEUBAUTEN, están NEUROSIS... en general se trata de bandas con un alto nivel experimental, recorrido discográfico y una paleta estilística tan ecléctica que de forma inevitable, y si no quieres pringarte demasiado en una crítica, pues tendrás que usar. Es que a mí me vas a perdonar pero las dos columnas de revistas, fanzines y publicaciones que rodean mis hemisferios cerebrales a veces crían bocas de dolor cuando leo algunos textos. No porque en sí esté mal usar esos atajos, creedme, sino porque sé que se puede hacer mejor aunque corras riesgos. 


Hablemos de RIESGO. El riesgo existe en tanto en cuanto enfrentándote a una pantalla en blanco intentas tornar las palabras SWANS o LÏSABO o NEUROSIS, lo que sea,  y emplear términos descriptivos que sean acordes (o no) a lo que a tí te está sugiriendo una música. Si te equivocas no pasa nada. Si no das pie con bola tampoco. Al menos estás siendo coherente contigo mismo y estás mostrándole RESPETO al artista que está leyendo un texto sobre su música, aunque en el fondo esté pensando que estás totalmente ido de la cabeza si su música te ha sugerido eso. Y ojo con confundir lo que estoy diciendo con CULTURA MUSICAL. Se puede o no se puede tener cultura musical y caer en los mismos errores una y otra vez. Cito otro término: PERDURABILIDAD.

La perdurabilidad de un texto es lo que lo hace grande. Nunca por encima de la música, pero sí grande como para merecer la pena ser leído, o recordado, o guardado en el caso del papel. Esa falta de perdurabilidad es una de las principales causas por las que ya no compro ninguna publicación musical hispano parlante en formato revista. No tienen PERDURABILIDAD porque no hay RIESGO y el RIESGO a veces es PASIÓN y a veces es ERROR. Que lo que leas aquí sea un error es un riesgo que corro yo. Que perdure o no... bueno, tampoco me importa. Mañana puedo estar muerto.


2. Nor, zer eta zergatik:
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Pues el disco es el tercer trabajo de MIKEL URAKEN tras aquel fantástico Neguaren Ostean, que reseñé por aquí y aproveché para hablar largo y tendido con el autor. Os remito al texto para ahorrarme presentaciones:


Lo primero que me llama la atención de Izaki Bizidun Berriak es el diseño. Un digipack imitando a un gatefold impreso en las dos caras y que al tacto es una delicia. Poroso, cargado de vida y de los tonos marrones acuarelados del fabuloso artwork de Asier Garcia Azkue que supera con creces lo realizado en el anterior Lp en solitario del artista de Santutxu

Ancestral envoltorio para un epifánico disco plagado de texturas, crescendos, titánicos mantras que transcurren en una dimensión paralela que resulta de llevarse el Folk al tronco del encéfalo y arrebatarle la cansina etiqueta de lo rural, campestre o costumbrista. 

Para ello Mikel Uraken (voz, guitarra) se rodea de unos músicos de alto calibre como son David Tobal (batería), y Gorka Pardo (bajo). La grabación es en los Estudios Garate y la masterización en 2noisy Estoduioa (Azpeitia). Otro aspecto a destacar serán las letras, en lengua madre y que si no me he equivocado traduciendo el libreto, se reparten entre  Gorka Erostarbe, Aiert Goenaga, Gotzon Barandiaran y el propio Uraken. Perdón si he omitido o me he equivocado en algún dato.

Partiendo de la base de que Uraken militaría en la banda ya de culto LOAN, que con tres trabajos revolucionarían la escena en lo que a Post Rock, Doom y sonidos agrios se refiere, el contraste que me llevé con la fiereza contenida en Neguaren Ostean fue grande (misma rabia, distinto método), pero a pesar de lo pétreo de su propuesta quedó tan orgánico, cercano y visceral que me tuvo obsesionado un buen tiempo. Pues bien, olvidad todo lo anterior porque Izaki Bizidun Berriak deja a todo lo anterior a la altura del betún.


3. Los nuevos seres vivos:
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"Gizakia Naizela" abre el disco con una guitarra agreste a la que pronto se suma una base rítmica compacta. Las voces de Mikel se muestran algo más introspectivas que en anteriores trabajos alejándose un poco del enquilosado espectro del cantautor. Uno de los aciertos es el nivel en que queda la voz en la mezcla, muy a la par del resto de instrumentos y sin tapar nada. Se captan influencias de LOAN en los mantenidos e intensos hiatos donde prima el Post Rock, claro que sí, pero también de la tribalidad de AKAUZAZTE

Cosa curiosa, hay un punto casi Pop en los punteos de guitarra y la repetición mántrica de los vocablos en Euskera, que le sientan a la perfección al disco, dicho sea de paso. En ningún momento del disco se precipita nada; las melodías son orgánicas y duran lo que tienen que durar y si es necesario repetir un bucle hasta el infinito, así se hace (no hay más que escuchar el fabuloso fundido a la nada del primer corte).

"Lantu Mamuen Dantza" es el más corto pero es posiblemente de los que más cerca estén del Folk Vasco y sus grandes nombres (MIKEL LABOA) pero el uso atmosférico y melódico de la voz puede recordar a bandas que coquetean con el progresivo y lo espacial incluso. El bajo se marca un acompañamiento fantástico y la guitarra se desborda hacia la distorsión (no sé, podría decir SONIC YOUTH) en la mini Jam que cierra.

Pero de buen seguro el tercer corte, "Norantza Bakarra Galbidea?" es el que me pone con los sentidos totalmente alerta. Un fuzzero, decadente y Lynchiano toque de las guitarras, una batería lenta, mortuoria, en procesión eterna... y lentamente va arrancando un mantra vocal hipnótico. Está claro que es imposible separar esto de los lentos despegues de algunos cortes de los últimos SWANS, pero hay más, mucho más. 


Si se trata de una homilía, no sé el Credo, si se trata de una advertencia, merece la pena arriesgarse a incumplirla. Guitarra minimalista, lenta entrada de un cambio en el ritmo en el minuto 5 con la batería capitaneando una suerte de marcial danza. Me miro al espejo y en vez de pupilas tengo espirales. Estoy jodidamente drogado de música, cargado de una psicodelia plomiza, lenta hasta la agonía y que de repente, como si se apiadara de mí, sube el tempo para coger carrera en el despegue. Y la voz, y el mantra ("Zelatan, zelatan, zelatan, zelatan"... ) que no se calla y que se derrama en mis sesos como aceite hirviendo... alucinante. Es como si fuera el Dopesmoker del País Vasco pero en vez de humo de marihuana lo que me está volviendo loco es el humo de la quema de rastrojos.

Hablábamos de eclecticismo y ecléctica es "Instant Bat", que tira bastante de Lo Fi y Noise Rock. Machacona y enterrada en distorsión, con parón estratégico para cambiar de tercio y transformarse en una canción de cuna con la voz de Uraken meciendo nuestras emociones como si de un jodido psicoanálisis se tratara esto. La base rítmica subrayando cada palabra que suelta la voz en un maravilloso diálogo emocional que se va expandiendo hacia terrenos en que no es difícil acordarse de MOGWAI o SIGUR ROS.


"Besteen lekuan" o "Egun Argitan" tienen su puntito de Rock Alternativo, bastante inclasificable y poniendo el punto de mira en los años 90 y el Shoegazing pero la voz está cerca de una melodía tradicional vasca lejana y atávica. El épico eco de las altas y escarpadas montañas y su sempiterna neblina quizás transforme la voz en esa algodonoso, pegadizo tono con que son susurradas casi las letras. Los cánticos del segundo tema acompañando el aumento de la intensidad son toda una orgía de sensaciones.

"Ordu Herdoilduak" abre la puerta a ese arriesgado saco del NeoFolk, con cosas como SANGRE DE MUÉRDAGO. Si las voces fueran rasgadas y se usara la percusión de otra forma el Black atmosférico y pagano que se estila hoy día entraría a la perfección en más de un tema del disco por cierto. Lo que es encomiable es el nivel de intensidad que se alcanza tanto en los momentos de poner toda la carne en el asador como las rendiciones más sosegadas. Todo esto y más en "Ordu Herdoilduak", otro de los momentazos estelares de Izaki Bizidun Berriak.

Si crees que la cosa acaba aquí, "Bai, Ikusi Zintudan", armónica incluida, te da el momento de introspección necesario para que te fundas con los parajes norteños. Crepuscular, nostálgica y evocadora.

Una canción de amor para los muertos que aman a otros muertos, o una canción de odio para vivos que aman a otros muertos, o para vivos que tocan a los muertos canciones de amor.




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