miércoles, 20 de noviembre de 2024

#34 FANCINE: CRÓNICA MARTES 19

Como casi todas las dudas del tipo `esta película tendría que verla pero aquella otra es que hay que verla´, me dejo llevar y decidir justo en el momento de sacar la entrada. Me apoyo en la mini cornisa, miro al infinito, soplo al viento mi flequillo, entrecierro un poco los ojos, inspiro profundamente, no fumo pero doy una calada invisible y lo peor... exhalo el humo invisible, muevo el cuello de lado a lado desactivando los nudos musculares, pongo mirada interesante al infinito y me desnudo, me pongo en la posición del hombre de vitrubio y dejo que los designios me invadan, pienso en Leonardo da Vinci pero no lo exteriorizo, me toco la.... la acreditación y dejo que decida por mí la experiencia. O Vigalondo o las Motosierras; misma hora, dos posiblidades. Multiverso. 

Ustedes me conocen de otras veces, de habernos leído e indagado. Vuelvo a vestirme, la gente detrás se va impacientando un poco, canto 3 mantras y me dirijo inexorablemente a la puerta de entrada. Ya sabéis lo que elegí, no?.

Infinite Summer (Miguel Llansó / Estonia, España; 2024)

Durante las vacaciones de verano, Mia y sus amigas prueban una app para meditar que produce experiencias psicodélicas y afirma alterar sus formas corporales. Cuando una de las chicas acaba en el hospital y la otra escapa de milagro, Mia se enfrenta a la disyuntiva entre salvar a sus amigas y confesar ante la policía o unirse a ellas en un viaje hacia lo desconocido. 

No sabía nada del realizador del nacido en Madrid y afincado en Etiopía, Miguel Llansó, desde aquella irreverente y magistralmente divertida Jesus Shows you the Way to the Highway de 2019. A un ritmo más pausado y con temas de fondo como el transhumanismo, la medicación trascendental, las aplicaciones y la tecnología, Infininite Summer es una joyita a reivindicar plagada de momentos lisérgicos visualmente muy bien llevados a cabo y que bueno, para mí podría ubicarse a la perfección dentro de la sección Fantástico Nacional. Cine por tanto de autor, distinto y sin vocación de taquillazos, pero con un tremendo encanto y es que al fin y al cabo, este es el tipo de películas que más disfruto de FANCINE.

El surrealismo y lo bizarro en Llansó se han estilizado mucho más para centrarse en un relato coherente plagado de reflexiones y que transmite sosiego y calma en sus fotogramas. Me encanta el ritmo narrativo casi surrealista que tiene y la resolución me parece perfecta dentro de su arriesgadísima propuesta que, tal y como se ve en los créditos (de sus dos anteriores películas también) tiene que tirar bastante de coproducciones para financiarse. Os invito a que busquéis algo de la vida y anécdotas de Llansó porque no tiene desperdicio. Eso sí, me hubiera encantado algún cameo de Daniel Tadesse.

Jupiter (Benjamin Pfohl / Alemania; 2023)

La familia de una adolescente cae en un culto cósmico que promete la salvación a través de una existencia superior en Júpiter. En este contexto, la joven debe decidir si sigue a sus padres o forja su propio camino en la Tierra.

Remake de un corto del mismo nombre y mismo realizador germano Benjamin Pfohl, Jupiter es un drama en toda regla con trasfondo sectario, sutiles aromas a Thriller en su último tramo y que nos mete de lleno en ese saco de la vulnerabilidad en la adolescencia, la responsabilidad paternal y por supuesto, la peligrosidad de las ideas en momentos de debilidad existencial. La película en sí no está mal, es de buena factura y las interpretaciones son correctas pero para mi gusto es algo plana e insustancial en su acabado. Predecible al máximo (lo cual no tiene que ser un defecto pero aquí lo es), como experiencia cinematográfica va justita, a lo que no ayuda en nada la resolución final de la trama.

Pero a ver, la realidad es la que es y Jupiter trata de reflejar algo real y en eso cumple a la perfección. Me resulta curioso y chocante el orden que he elegido hoy para las películas y las similitudes entre Infinite Summer y Jupiter (vale, similitudes relativas) pero es que la segunda acaba siendo el reverso oscuro y tenebroso de la primera.

Chainsaws Were Singing (Sander Maran / Estonia; 2024)

Tom y María se enamoran a primera vista, pero su romance se ve interrumpido con la súbita aparición de Killer, un maniático con una motosierra, que secuestra a María y la lleva a su guarida. Mientras tanto, para rescatar a su amada, Tom intenta perseguir al psicópata con ayuda de Jaan, un tonto de buen corazón a quien se encuentra en el camino, y un par de torpes policías. 

Quien no entienda que los Festivales de Cine están hechos para que películas como esta Chainsaws Were Singing puedan existir es que están algo despistados. Multipremiada, genial, divertida y aberrante a partes iguales, estamos ante un capítulo apócrifo de Monty Python Flying Circus con trasfondo campy, gore y lo mejor de todo, convertido en un musical adictivo. Funciona a todos los niveles... en lo gore, en lo visual, en los chascarrillos y bizarrez de sus personajes, en los imposibles diálogos y en unas tonadillas que se te quedan en la cabeza. 

Me hubiera encantado una Sala 1 a rebosar, tener las letras de las canciones y a los realizadores y que toda la sala hubiéramos podido hacer coros o algo. Por cierto, impagable la escena del `solo´ de motosierra por decir una sóla, porque Chainsaws Were Singing no tiene ni un minuto de desperdicio. Desde ahora busco la banda sonora como agua de Mayo.

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martes, 19 de noviembre de 2024

#34 FANCINE: CRÓNICA LUNES 18


Llega un momento en las maratones cinematográficas en las que el Reportero de Prensa de raza, el que ama este género y acude por pasión, pierde la noción del tiempo. La ingente cantidad de fotogramas no impide que nos sintamos mal en nuestro interior... mal por abandonar nuestras responsabilidades familiares, apartar el trabajo y para colmo, sentirnos mal por no ser capaces de cubrir todo FANCINE. Me explico. Uno intenta ver todas las películas de Concurso, reflejar algo de cada Sección y si se puede, nombrar otros eventos como los Conciertos de Bandas Sonoras, los premios de cómic y relato y demás. Imagino que esta pequeña epifanía iniciática al que acude para reseñar otros Festivales como Molins, Sitges, Fantasporto o vaya usted a saber; me gusta pensar que somos como El Héroe de las Mil Caras de Joseph Campbell... partimos del Mundo Ordinario a realizar nuestra misión (Llamada a la Aventura). Nos encontramos anualmente con nuestras mentoras (la organización de Fancine) y cruzamos el Umbral Simbólico (La Sala de Cine). Nos enfrentamos a las Pruebas o Sesiones Maratonianas y obtenemos nuestra recompensa espiritual para luego volver con el Elixir (las reseñas) y renacer / resucitar nuevamente al siguiente año.

Dentro de esa parte iniciática está la PRUEBA SUPREMA. Todo lo que sabemos de cine o nos gusta, todos nuestros recursos y nuestras habilidades quedan sumidas por la duda en lo que me gusta llamar SÍNDROME DE LA PARRILLA MELLADA. Me explico; es imposible estar en todo, imposible estar en todos los encuentros con los realizadores y no dejarte alguna película de concurso. Imposible no desviarte de tus planes trazados cuando te arrecia la jaqueca o no sientes las piernas. Imposible incluso en ocasiones dialogar con las personas si el cansancio te ha pegado fuerte; no es la primera vez que me noto hablar con un discurso obnubilado que parece llegar de lejos y noto la voz pastosa y el pensamiento al ralentí.

Sin embargo DISFRUTAMOS COMO CONDENADOS. Cuatro películas discurren en un abrir y cerrar de ojos. Comemos y dormimos mal, escribir no sé ni cómo escribimos (no me da tiempo a repasar ortográficamente los textos) y siempre esa maldita sensación de que inexorablemente te has dejado algo importante atrás. Tememos defraudar a la organización del Festival, tememos traicionarnos a nosotros mismos, tememos que termine y que pase algo que nos impida volver al siguiente año. Pero oigan, a pesar de todo somos FELICES. 

Somos MANADA. Somos LEGION.

1978 (Nicolás Onetti, Luciano Onetti / Argentina; 2024)

Durante la final de la Copa del Mundo entre Argentina y Holanda, en tiempos de plena dictadura militar, un grupo de torturadores irrumpe violentamente en un domicilio y secuestra a unos jóvenes para llevarlos a un centro clandestino de detención. Lo que comienza como un interrogatorio inhumano, se convierte en un verdadero martirio.

Estoy intentando recordar alguna película de los Onetti que me haya marcado o dejado algún tipo de recuerdo y la triste realidad es que ninguna. Incluso tengo el DVD original de Francesca (2015) que se subiera al carro del Neogiallo y de su famosa Los Olvidados (2017) no me queda nada grabado en la recámara. Así que afronto esta 1978 con cautela... inicio potente, buenas interpretaciones (dantescas y añejas como corresponde) en una claustrofóbica y buena ambientación... hasta que se descubre la trama.

En el preciso momento en el que se destapa el telón, la película gira hacia un trasfondo sobrenatural / sectario (siento el spoiler) absolutamente gastado de tanto usarlo ya como recurso. El maligno y sus invocaciones no se salva de la quema ya ni aunque lo metas en plena dictadura y la misma noche de la final de la Copa del Mundo entre Argentina y Holanda. Es curioso pero se me viene a la cabeza una y otra vez la cinta turca de culto Baskin (2015) quizás por eso del giro / bisagra radical en su guión y su despliegue gore in crescendo pero claro, en Baskin es virtud y en 1978... bueno, en 1978 no sé lo que es. Tras unos interesantes 20 primeros minutos, floja flojísima e intracendente y mire usted que soy devoto del cine Argentino.

The Soul Eater (Alexandre Bustillo, Julien Maury / Francia, Bélgica; 2024)

Dos policías se ven obligados a unir fuerzas para descubrir un siniestro complot sobre la desaparición de unos jóvenes de un pequeño pueblo de montaña, así como una serie de muertes brutales que sacan a la luz una antigua leyenda sobre una criatura diabólica. 

Poco o casi nada voy a añadir yo aquí a la excelente carrera de Bustillo / Maury. Lejos queda ya Al Interior (2007), así que los realizadores están ya en toda su plena madurez creativa. Alejados del terror extremo francés (del que todavía conservan algunas micro moléculas), su anterior cinta La Casa de las Profundidades me pareció excelente, claustrofóbica y malsana así que mis expectativas eran altas con The Soul Eater. ¿Qué es lo que me ha parecido?... pues tengo que digerirlo un poco más. Hay partes de su enrevesada trama de `hombre del saco´ que me convencen, y otras que no (lo de la droga está metido con calzador, laringoscopio y colonoscopio). La factura técnica es impecable y el dueto interpretativo del belmondiano Paul Hamy (el año pasado lo tuvimos presente en Fancine con Rien Ni Personne) y Virginie Ledoyen que está algo fría en su papel de `policía atormentada que se parece a Cristina Ricci´.

Como thriller criminal se acerca a cosas como Los Ríos de Color Púrpura y con curiosas concomitancias de trama con El Hombre de las Sombras (2012) de Pascal Laugier, cuya trayectoria inicial iba en sus inicios bastante unida en estilismo a Bustillo y Maury pero si hay algo que me parece todavía más sorprendente, es su similitud con los policiacos daneses, suecos o finlandeses. Esa manera de tratar la maldad y cómo está presentada en pantalla me recuerda horrores a las series detectivescas nórdicas y su desenlace todavía más. Es por eso que tengo sensaciones muy encontradas con una película que sorprenderá a quien guste de productos muy bien masticados y regurgitados, pseudo comerciales y demás, pero que a quien esté bastante curtido lo va a dejar algo frío. Por tanto para mí es un notable bajo.

Kryptic (Kourtney Roy / Canadá, Reino Unido; 2023)

Kay sale en busca de Barb Valentine, una criptozoóloga que desapareció mientras buscaba al monstruo Sooka. En su búsqueda se dará cuenta de que está inexplicablemente unida a la criatura a la que está persiguiendo. 

Debut a la dirección de Kourtney Roy tras una impresionante carrera como artista y fotógrafa que os invito a buscar. Alucinantes sus portfolios de fotografías que estoy seguro harían las delicias de David Lynch. Por cierto, algo del cine de éste aflora en este batiburrillo de Krytic donde se juegan con las identidades, los saltos temporales y las leyendas urbanas. Muy buena la fotografía en esos entornos canadienses rurales de caravanas y cowboys alcohólicos que dan tanta grima, y con esos impresionantes bosques que te sacan el alma. 

Kryptic recuerda un poco a las road movies oníricas de bajo presupuesto que se marcara Calvin Reeder con The Oregonian y The Rumbler (2011 y 2013 respectivamente). Su protagonista, la curtida ya Cloe Pirrie, da una de cal y otra de arena con momentos mágicos y otros algo vacuos, cosa que no me extraña nada con el caos de montaje y ritmo narrativo que maneja Kourtney Roy (para mí desacertadamente). Con todo, el bajo presupuesto a veces funciona y se hace virtud dándole esa ligera pátina extraña del cine de culto a Kryptic. Llena de subcapas, si te dejas llevar es un triposo caleidoscopio de mini episodios memorables pero si desconectas un segundo, es difícil volver a flote.


Dark Match (Lowell Dean / Canadá; 2024)

Una pequeña empresa de lucha libre acepta un encargo bien pagado en una ciudad apartada. Allí descubrirán, demasiado tarde, que la comunidad está dirigida por un misterioso líder de culto con planes tortuosos para su combate.

Tremenda vacilada la que se ha marcado Lowell Dean (Wolfcop y Another Wolfcop) con una carismática panoplia de personajes de Serie B y secundarios de lujo como Chris Jericho, Steven Ogg o Michael Eklund. A los que somos de la generación del videoclub, Humor Amarillo y el Wrestling de Tele5 esto es todo un homenaje a nuestra infantoadolescencia pero ojito, con algo más. Trama y guión cuidados, efectos especiales y splatter en los momentos justos van de la mano en una rendición a una cultura casi extinta ya que desgraciadamente ha pasado a llamarse o englobarse en el término ´retro´.

Visualmente no es impactante pero ayuda mucho los tonos mates de su colorido (se me viene a la cabeca un cruce entre Penitenciary / Penitenciary II, Perseguido y los Power Rangers), su banda sonora ochentera y sus constantes guiños a esos misterios que nos envolvían antaño: ¿eran reales las peleas de la WWE?. Ninguna de nuestras mentes infantiles quería que le dijeran que no y precisamente para eso viene Dark Match y las líneas de diálogos grandilocuentes (como tiene que ser) de Chris Jericho... eso sí, me sobra el digitalizado guiño final. Nostálgica pero con más enjundia de lo que pudiera parecer.

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lunes, 18 de noviembre de 2024

#34 FANCINE: CRÓNICA DOMINGO 17

Hoy ha sido el día del despiste. La cosa es que tenía las entradas para The End y no había calculado bien los tiempo; ya un poco más calmado dentro de este carrusel constante que es Fancine, me doy cuenta de que se me pisaba casi 25 minutos con la siguiente película. Consigo cambiarla para Twiligh of the Warriors, luego me calzo Night Call y cuando salgo.... me doy cuenta de que se me han desplazado otra vez 25 minutos para poder ver (última oportunidad) Death is a Problem for the Living. Quizás un poco de IA para abarcar todas las variables no hubiera venido mal, pero como soy de vieja escuela, a mi lado tengo a Don Boli Bic que al ritmo que va la humanidad veremos a ver si no desaparece la letra escrita.

Van pesando las sesiones en las cervicales y se va poniendo alrededor de los ojos esa pátina colorada tan característica del Yonqui Cinematográfico. Cojo un revólver de esos de tambor y lo cargo con 6 ibuprofenos... voy a pegarme un tiro a ver si consigo quitarme el dolor de cabeza que empieza a asomar.

Sin prisa, pero sin pausa, esto es un breve esbozo de mis opiniones:

Twilight of the Warriors: Walled in (Soi Cheang / Hong Kong; 2024)

En el Hong Kong de los años 80, la ciudad amurallada de Kowloon funciona como lugar seguro para todo tipo de pandillas y refugiados. Hasta allí llega Chan Lok-kwun, un hábil luchador que se embarcará en una violenta venganza al ser estafado por el jefe de una temida Triada.

Dos horas de guantazos volantes y lo que hacen los efectos digitales.... tener todavía al bueno de Sammo Hung (toda una leyenda) repartiendo a diestro y siniestro en esta cinta en la que Soi Cheang cambia el registro de su anterior y policiaca Limbo (2021) o la más reciente (que no he visto) Mad Fate (a su vez una especie de Spin-off de Mad Detective). El resto es sencillo de contar; si eres adicto al cine de Hong Kong ochentero, esto va a entusiasmarte porque no ha perdido un ápice de su encanto: coreografías, saltos, peleas imposibles, vaciladas alucinantes... eso sí, llega un momento en la película que a nivel audiovisual me anestesio y tengo que evadirme mentalmente. 

Muy bien realizada técnicamente, pocas pegas se le puede poner a una película con tanto encanto. Villanos con pelados alucinantes, dientes de oro, cicatrices anormales y poderes extraterrenos de Kung Fu vienen a ser los protagonistas actuales que se movían por esas cintas de videoclub en los 80 en los que escuelas de artes marciales y los malos malísimos se enfrentaban de forma redentora en los últimos 30 minutos. Amistad y tortazos a tutiplén.

Night Call (Michiel Blanchart / Bélgica, Francia; 2024)

Mady, un joven estudiante que trabaja de cerrajero por las noches, recibe la llamada urgente de una chica para abrir una cerradura, pero la puerta que la joven quiere abrir no es la suya. En una ciudad en crisis por las protestas raciales,  Mady solo tendrá una noche para encontrarla y demostrar su inocencia.

Debut al largometraje de Michiel Blanchart que se ve que tenía un buen fondo económico para rodar un thriller que conecta más con la simpleza del cine americano. La película la resumo rápido en un `corre que te pillo´ intrascendente que no la salva ni la presencia de actores conocidos; guión facilón, previsible, fotogramas nocturnos impecables y poco más voy a añadir. Me cuesta creer que haya realizadores que quieran imitar el cine de Hollywood de malos malísimos corriendo sin freno detrás de una bolsa de dinero. 

Eso sí, te la presentan con unos buenos 15 minutos primeros para diluirse como un azucarillo. Para olvidar sinceramente y una verdadera lástima aunque imagino que los ultra adictos a la acción nocturna la disfrutarán bastante. 

Else (Thibault Emin / Bélgica, Francia; 2024)

Anx, un hombre introvertido, y Cass, una mujer segura de sí misma, acaban de iniciar un romance. Poco tiempo después, estalla un misterioso virus en el mundo que provoca que los infectados se fusionen con su entorno. Atrapados en su apartamento, la pareja debe enfrentarse a esta terrible amenaza. 

Hacía mucho tiempo que un debut no me dejaba tan clavado al asiento como esta impresionante Else. Body Horror, pandemias, metafísica y una espiral alucinante a nivel visual que viene a ser el equivalente a mezclar Tetsuo con el Cronemberg existencialista. Intimista y de ritmo pausado, claustrofóbica a muchos niveles, la película tiene un implacable ritmo que te mastica y regurgita en sus cambios corporales, en unos efectos visuales muy analógicos y una trama que parece urdida por Ligotti, Lovecraft, Kafka y Mariana Enríquez a partes iguales. 

Desde unos créditos iniciales que parecen un viaje por las capas tegumentosas de un libro de medicina, al desangelador clímax final que se torna drama cósmico, Thibault Emin se ha marcado un debut de esos que no dejan indiferente. Eso sí, hay que tener estómago para algunas partes que, si bien no es tanto lo que se ve, si es crudo lo que sugiere y ahí doy un 10 al diseño de sonido que ayuda a que la imagen se te vaya metiendo por los poros hasta que el espectador se funde (nunca mejor dicho) con la pantalla. Película a Concurso que parte como una de mis favoritas junto a Maldoror.

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domingo, 17 de noviembre de 2024

#34 FANCINE: CRÓNICA SÁBADO 16


Tras la tormenta llega la calma y el ritmo habitual de sesiones y actividades en FANCINE. Estoy muy contento con la compacta selección que me he fabricado este año que lo he cogido con tantas ganas que de momento me estoy bebiendo las sesiones como si nada. No estoy demasiado reflexivo este año... no me apetece volverme a meter en esos cenagales debates sobre la caída del cine en salas o ese depredador auge de las plataformas digitales que, haciendo una especie de hipérbole con los sellos discográficos grandes, acaban siendo amebas de las grandes ideas; todo lo fagocitan para defecar luego productos audiovisuales de consumo fácil y rápido. Por tanto, queda disfrutar de lo que nos gusta mientras dure y eso pasa por el apoyo personal a iniciativas culturales tan potentes como este Festival.

Los que se quedan en casa, hagan sus exámenes de conciencia. Siempre hay una excusa para no participar y yo, como cada vez más mayor que estoy, me doy cuenta de que los problemas siempre se multiplican. Es difícil buscar un resquicio entre las responsabilidades para seguir siendo uno mismo pero ojito con esto... si perdemos la identidad, ¿qué nos queda?.

Si estoy escribiendo esto ahora es porque me lo he trabajado en mi entorno. He hecho de este evento algo lo suficientemente importante en mi calendario como para que a base de tesón (14 años y casi 30 de espectador) no se me ningunee ni alteren mi escala de valores. Eso lo saben en mi familia y en mi trabajo. No es un capricho, es un modo de vida. ¿Cuál es el tuyo?.

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Una ballena (Pablo Hernando / España, Italia; 2024)

Cuando Ingrid aprieta el gatillo, sus víctimas no saben quién les ha disparado. Su habilidad para infiltrarse y desaparecer sin dejar rastro la convierte en una asesina implacable. Pero ese poder proviene de otro mundo, un lugar habitado por criaturas, haciéndola menos humana cada vez que lo utiliza.

Hay que darle su mérito a Pablo Hernando porque no es nada fácil unir lo alegórico, el thriller y lo sobrenatural y salir bien parado. Con una sobria fotografía y constantes quiños alegóricos a la mitología de Moby Dick, se nos presenta un Neo Noir ambientado en la frialdad constante de unos astilleros bilbaínos y su submundo criminal. La trama que en inicio es muy sencilla, se va ramificando y esconde diversas subcapas en el personaje de Ingrid que se ve llevada de forma constante a otro plano de realidad en el que flota el horror cósmico Lovecraftiano (al menos en imagen). 

Ingrid García se calza por tanto a la perfección el traje de sicario a sueldo y no flaquea ni en la parte más terrena y criminal ni en la más arriesgada fantasía que se nos propone en la pantalla. Relato de redención en cierto modo, y con apabullantes efectos visuales que se usan en su justa medida. El resto lo deja Hernando al espectador que es el que va navegando entre referencia y la verdad es que me hubiera encantado hacerle preguntas a su director. Sin querer hacer spoiler, es alucinante cómo hila la historia del esperma (`espermaceti´) de ballena con el comercio (ilegal) que se hacía hace siglos en el Cantábrico con ese aceite que por cierto, precisa extraerse del cráneo de los Cetáceos y una bala en la cabeza es lo que usa el personaje de Ingrid en sus ejecuciones. 

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El Instinto (Juan Albarracín / España; 2024)

Abel  es un brillantísimo arquitecto que padece agorafobia. Su carrera corre peligro a causa de esta patología y la única opción que le surge para remediarlo es la intervención de José, un adiestrador de perros profesional, que está convencido de que puede ayudarle a superarlo.  

Encuentro con su director Juan Albarracín y la productora Carmen Navacerrada para presentarnos su ópera prima El Instinto y que muestra que a base de buen hacer, los actores a veces precisan de este tipo de proyectos distintos alejados del mainstream. Lo borda por tanto el dueto interpretativo de Javier Pereira y un enorme, magnético Fernando Cayo. Sucia, brutal y descarnada con un fotograma granuloso y primeros planos (arrugas y sudor a raudales) que remiten al western crepuscular. 

La trama, una inquietante muestra de juegos de poderes narrrada con férreo pulso que puede recordar a las cintas más perturbadoras de Hanneke o las primeras realizaciones de Yorgos Lanthimos o Romain Gavras (sobre todo por la excepcional `Notre Jour Viendra´). Clímax in-crescendo, ambiente cerrado y claustrofóbico y toda esa densidad decrépita de los juegos de poder humanos que acaban desembocando en una espiral de violencia. Consigue Albarracín llevar a buen puerto el suspense y dar los detalles justos y concretos para el dibujo de los personajes en escasos cinco minutos iniciales, tabicándose el resto de la trama a base de interludios prologados por un desasosegante inserto de documentales de caza y adiestramiento. Muy recomendable.

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Maldoror (Fabrice du Welz / Bélgica, Francia; 2024)

Cuando dos chicas desaparecen, Paul Chartier, es destinado a Maldoror, una unidad secreta creada para vigilar a un peligroso delincuente sexual. Cuando la operación fracasa, harto de los límites del sistema judicial, Chartier se embarca en solitario en una búsqueda para atrapar a los culpables. 

Deseando estaba ver lo nuevo de Fabrice du Welz, director que ya me dejó clavado al asiento con sus tres primeras cintas Calvaire, Vinyan y sobre todo Alleluia. Miembro de esa nueva ola del terror francés extremo a la que pertenecieran Alexandre Aja, Xavier Gens, Pascal Laugier, Yannick Dahan y quizás aunque en menor medida el argentino afincado en Francia Gaspar Noé. Maldoror se tiñe de oscurísimo thriller basado en eventos reales que marcaron la infancia del propio Fabrice tal y como nos presenta en un pequeño vídeo exclusivo para el Festival al inicio de la proyección. 

A lo largo de 155 minutos asistimos a un tour de force narrativo que nada tiene que envidiar a cintas relativamente comerciales como Asesinato en 8mm, Zodiac o Seven, pero que se aleja de ese submundo palomitero gracias una personalidad avasalladora que se destila en cada fotograma... desde esa larga escena de la boda siciliana a trepidantes descensos a los oscuros recovecos de la perversión humana, todo ello llevado de la mano por una fascinante banda sonora y unos devastadores, alucinantes créditos iniciales. Además, Du Welz es lo suficientemente inteligente para hacer una película de autor donde otros habrían caído de lleno en ese inane, vacuo y plano género del True Crime.

Reparto de lujo con un magnético Anthony Bajon (El Creyente, 2018), Alba Gaïa Bellugi y los camaleónicos Laurent Lucas, la ineludible Beatrice Dalle, Alexis Manenti y Sergi López. Perfectamente equilibrada y de asfixiante ritmo narrativo, Fabrice du Welz se adapta a la perfección al Thriller como ya demostrara en Message from the King (2016) o la reciente Inexorable (2021) pero no pierde en absoluto la frescura y visceralidad de sus inicios. MAGISTRAL y una de mis favoritas a Concurso.

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sábado, 16 de noviembre de 2024

#34 FANCINE: CRÓNICA VIERNES 15

Impresionante cómo es esto del tiempo y su devenir. No me quiero entretener en disquisiciones filosóficas pero aprovechando que tengo el teléfono de Euclides le he mandado un watsap para pedir explicaciones (de momento no me contesta). 

14 años aquí escribiendo sobre FANCINE a pesar de todo tipo de trabas personales y externas. Ya de entrada iba yo algo liado mentalmente y había escuchado que venía la Dana, y claro, uno que aparenta estar en el mundo pero realmente está a lo suyo, pues estaba casi que preparando mis Dvds de Expediente X para que Dana Scully me los firmara. Fruto de tal error de cálculo los cielos me han castigado con una tromba de agua que no sólo se ha llevado por delante la Gala Inaugural o la suspensión de la Jornada del Jueves, sino también el primer caso `real´ de miedo a VENIR A MÁLAGA.

El síndrome de No Venir a Málaga queda bautizado desde ahora mismo siendo el primer caso estudiado el realizador irlandés Damian McCarthy que estaba invitado a hablar de su nuevo film Oddity (ya estuvo por aquí con la estupenda Caveat). La ciudad parece que no se ha resentido nada en su nivel de `Turistosis´ pero se cree que desde el inexpugnable Ayuntamiento se ha creado una crisis divisoria en la que una facción de políticos (creo que se les llama así) se han revelado y andan chapando bares y abriendo lugares culturales... dicha facción ha generado actos no violentos pero sí bastante mal vistos y dicen que se les va a juzgar por: desenterrar ruinas del pasado para exhibirlas, intento de abrir salas de conciertos y cultura para el común de los mortales, uso indiscriminado de armas físicas como libros o discos o cantar el criminalísimo mantra de 1978, `todo ser humano tiene derecho a una vivienda digna´.

Andando así revueltas las cosas digo que esto del tiempo y su discurrir queda reflejado en el FANCINE de este año, centrado en la Inteligencia Artificial que hasta ahora yo creía que era como una especie de suplemento vitamínico para los políticos que no alcanzaban la media habitual de raciocinio. Dicho lo cual, parece ser que la cosa va por otro lado y ante las desgracias sobrevenidas en la geografía española por estas trombas lodosas de agua, el ser humano demuestra una vez más que está por encima de los que los dirigen y que al fin y al cabo, no necesitas más que manos amigas para quitar el `loddity´ de las calles.

Sobreponiéndose a todo, una vez más, la organización de FANCINE demuestra ORGANIZACIÓN y nos trae todo puesto en bandeja para adentrarnos una vez más en los recovecos del Cine Albéniz y uno está aquí para contarlo, con más o menos inteligencia, pero os puedo asegurar que sin nada de artificios.

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The Rule of Jenny Pen (James Ashcroft / Nueva Zelanda; 2024)

Stefan Mortensen, un juez misántropo que se acerca al final de su carrera, sufre un derrame cerebral que lo obliga a ingresar en un asilo de ancianos. Allí, se encuentra con Dave Crealy, un antiguo paciente que aterroriza perversamente a los otros residentes utilizando a su muñeca, Jenny Pen. Se produce un enfrentamiento entre los dos hombres, que se intensifica hasta convertirse en violencia y horror.

Tras la seca, brutal y despiadada cinta Coming Home in the Dark, para algunos gratuita y para mí un genial ejercicio de thriller sin concesiones, James Ashcroft se lima un poquito en la más estilizada The Rule of Jenny Pen que cuenta con un reparto de lujo. John Lithgow y Geoffrey Rush (ganador de un Óscar por Shine en 1997) dan un giro a sus registros para meterse dentro de personajes ambiguos atrapados dentro de las propias reglas de una claustrofóbica residencia de ancianos. Muy bien rodada y con un guión sutil, la cinta nos muestra una curiosa vuelta de tuerca del Bullying pero esta vez entre ancianos. 

Sin trucos efectistas ni vuelcos insalubres en la trama, The Rule of Jenny Pen acaba siendo igual de cruel que Coming Home in the Dark pero en el plano existencial de la vejez y la enfermedad. Las interpretaciones son tan magistrales que uno acaba perdonando algunas reiteraciones innecesarias y vuelve a reafirmarme en que el thriller y terror que nos viene de Oceanía suele venir cargado de muy mala baba. A mitad de camino del género de suspense de `vecinos inquietantes´ y el `survival horror´, pero con el suficiente drama para darle empaque y afortunadamente huyendo de escenas de violencia innecesarias como habría sido lo habitual con el cine yanqui. Fabuloso Ashcroft y esperando con ansias qué nos trae el futuro.

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Tú no eres yo (Marisa Crespo, Moisés Romera / España; 2023)

Tras una larga ausencia, Aitana vuelve a casa por Navidad y encuentra que sus padres la han sustituido por una desconocida que usa su ropa, duerme en su cuarto y a la que tratan como a una hija. Aitana descubrirá una verdad perturbadora y sangrienta. 

Encuentro con los realizadores Marisa Crespo y Moisés Romera que tras el laureado corto 9 pasos se lanzan al largometraje con esta acertada Tú no eres Yo que voy a intentar comentar por aquí sin spoilear nada. Con un buen guión in crescendo que aun no siendo excesivamente complejo sí que está bien urdido, el espectador se ve metido dentro de un tour de force / carrousel terrorífico donde se pasa por varios tipos de géneros de terror... desde lo alienante a lo claustrofóbico, desembocando en lo preternatural. Con guiños a La Semilla del Diablo o Wicker Man, es cierto que acaba recordando en alguna medida a Get Out aun siendo el guión anterior a la de Jordan Peele, cosa que nos explican Marisa y Moisés junto con innumerables anécdotas de rodaje. Por cierto, destaco la fabulosa interpretación de Jorge Motos.

Hubiera sido muy fácil caer en la trampa rodando una cinta excesivamente comercial, pero Marisa y Moisés han jugado a la perfección con los recursos disponibles para traernos una pequeña joyita de esas que acaban convirtiéndose en cintas de culto. Cierto es que recuerda a The Invitation, que tiene un ramalazo al Horror Folk que está de moda, pero afortunadamente Tú no eres Yo tiene la suficiente identidad como para erguirse notablemente con identidad propia dentro de su pesadillesca premisa y demostrando una vez más el excelente estado del Fantaterror hispano.

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Cloud (Kiyoshi Kurosawa / Japón; 2024)

Ryosuke Yoshii trabaja en una pequeña fábrica de Tokio, mientras se gana la vida revendiendo productos por Internet. Una vez conseguido un beneficio considerable, abandona la fábrica y se traslada al campo para empezar una nueva vida. Cuando parece estar en la cresta de la ola, empiezan a producirse incidentes sospechosos a su alrededor.

Una de cal y otra de arena me da siempre el bueno de Kiyoshi Kurosawa. Vuelta al thriller en esta Cloud que no es ni de lejos Creepy (2016) ni mucho menos Retribution (2006) y por supuesto, atrás queda muy de lejos el culto de Kairo (2001). Y no se me entienda mal... no está mal en sí Cloud, pero da la sensación en su tramo final que el guión hace aguas y todo el suspense acumulado acaba diluyéndose como un asesinato homeopático. Destaca la grisácea fotografía urbana, el buen hacer de la cámara que demuestra las tablas del japonés... pero es que llega un determinado momento en que el barullo hace acto de presencia y uno ya no tiene claro si esto es Reservoir Dogs, primeros Coen o Autopista hacia el Cielo a la japonesa.

Con todo, hay momentos destacables pero ese clímax que trabaja Kurosawa durante el largo (en todo el sentido de la palabra) metraje está para mi gusto tirado por la borda con un nefasto cierre. Pero oigan, para gustos los colores.

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Oddity (Damian Mc Carthy / Irlanda; 2024)

Darcy, una vendedora de curiosidades y autodenominada médium, decide descubrir la verdad sobre la brutal muerte de su hermana gemela, ocurrida un año antes. Para ello, contará con la ayuda de un aterrador maniquí de madera.

Vuelve McCarthy al horror sobrenatural de tintes dramáticos tras la excelente Caveat (2020) que ya nos trajo la presencia del director irlandés que por motivos Danáticos ha decidido no estar presente. Oddity tiene toda la añeja presencia de los cómics de la EC o Creepy, con un sólido guión e interpretaciones y esa nocturna fotografía de interiores que tan bien explotó en su anterior film. Por cierto, esa figura de madera remite a la leyenda / cuento del Gólem en el Folklore judío.

No voy a añadir demasiado en esta reseña porque se trata de una película de obligado visionado para el amante del terror sobrenatural. Es digno de estudio la gran cantidad de realizadores y cintas tanto Irlandesas como Británicas que usan como fórmula el folklore unido al drama, el karma como retribución y la impecable, limpia fotografía. No voy a decir que Oddity sea perfecta (para mí Caveat es mejor en su simpleza) pero es evidentemente una de las películas de género del año. Simplemente espero que este brutal salto de Mc Carthy no lo lleve a diluirse como un azucarillo en el café en cuanto le tienten los dólares.

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viernes, 8 de noviembre de 2024

UMSINDO Y YO, CHARLANDO SOBRE COSAS DEL MONTÓN (CARA A CARA CON UN ZULÚ)

La cosa es la siguiente. El artista JAVIER ENTONADO, más conocido como JAVIER ENTONADO, ARTISTA, me escribe y me cuenta una cosa que parece el guión de una película porno donde los protagonistas son viejos y viejas cintas magnetofónicas que dispuestos a darnos sus últimos estertores, se permiten maquillarse una vez más para una última función.... o quizás para relanzar toda una carrera. Esta es la imposible, agreste, teratogénica historia de UMSINDO OMGCOLILE donde yo formulo preguntas a las respuestas de Entonado justo antes de que él me las envíe y de entre las dos billones y media de éstas, os rescato las que han dado forma verbal conocida y que bien pudieran parecerse a una entrevista. El resto ha sido reciclado y mandado en un contenedor espacial políglota a una escuela de glosolalia en la ruinosa Albión.

+ Bueno Javier, tengo que reconocerte que no me esperaba esta salida por peteneras. Nos hemos ido encontrando con Poliedro Kobold, Uhurú, Jet, Arin Dodó, Los 3! y un buen montón de proyectos ya. Si mi memoria no me falla; nuestros caminos se unieron a partir de una reseña que hice en 2017 del recopilatorio `Vanguardias y Ruidos´ de 2008…. Pero es que UMSINDO OMGCOLILE me ha provocado dos cólicos, invertir el peristaltismo y dejarme crecer un pene anexo por si me falla el principal. A lo que voy y antes de nada, explícame el nombre.

¿En qué preciso momento Umsindo Omgcolile es invocado desde el mundo de las ideas a este plano de la realidad? Por favor, te agradecería que me dijeras día, hora y segundos exactos para los lectores más exigentes.

Lamento no poder decir la hora, minuto y segundo exacto de cuando se empezó a fraguar Umsindo Omgcolile, pero no iré muy desacertado diciendo que fue alguna noche de la primavera de 2022 cuando Aitor Montes Odriozola y yo nos decidimos a hacer derivas sonoras con un cassette “mono” de 1981, una Fostex de 4 pistas de 1993 y después, hacer las mezclas con el mítico Pentium III en el que se grabó gran parte de Poliedro Kobold. Además, Aitor aportó unos auriculares para usar como micro y un montón de pedales de efectos para adulterar lo que ya de por sí estaba adulterado al registrarlo con ínfima calidad de sonido. 

Pero antes de explicar otras cosas me gustaría hablar de Aitor porque sin él no hubiera sido posible hacer esta aventura. Precisamente fue él quién me incitó a sumergirme en sonidos asquerosos y sucios (precisamente eso mismo es la traducción de Umsindo Omgcolile, en zulú), aunque yo no me hice rogar mucho, ya que tenía desde hace mucho tiempo las ganas de crear un proyecto Lofi, que hasta ahora no había conseguido. Ya sé que tú me has dicho muchas veces que todo lo que tengo es bastante Lofi, pero hasta esta vez no lo había sido hasta este extremo. Entre Aitor y yo hemos conseguido grabar, 15 discos creo que son, con un sonido realmente lamentable, algo que desde el punto de vista estético y conceptual me ha interesado siempre.

Aitor viene del punk (de hecho, tiene un grupo llamado Perro Muerto) y desde que nos cruzamos vi que nos entendíamos perfectamente para hacer este tipo de cosas, porque, aunque él tenga pinta de punkie y yo de oficinista, los gustos son muy similares y nos encanta hacer “mierda” musical… de hecho los discos de Umsindo Omgcolile suenan como si estuviéramos metidos en el retrete de un batiscafo.

Aitor, desde que estoy con él, es el promotor de las iniciativas y yo soy el que las desarrolla, y hacemos un buen equipo.  Por ejemplo, el proyecto que ha propiciado esta entrevista, Ubuciko Bodoti (significa “arte basura”, también en zulú), es también iniciativa de Aitor. Un día llegó diciendo que porqué no cogíamos cintas de cassette en desuso, grabadas con cualquier cosa (desde Julio Iglesias hasta los Chunguitos o desde Pink Floyd o Eric Clapton a Golpes Bajos…), y nos poníamos a grabar encima la música de Umsindo Omgcolile intercalando fragmentos de la cinta original, y después que regalásemos esas cintas hechas a mano metidas en un tarro de aceitunas gazpachas. Esa idea me puso en funcionamiento y desde mayo de 2024 me he puesto frenéticamente a grabar cintas (he hecho ya 18 series de 10 cintas cada serie, siendo cada una de ellas distintas entre sí y personalizadas) y he ido desarrollando la idea original poco a poco.

+ Precisamente eso de las `Series´ es lo que me tiene más descolocado. A ver ¿cuando surge el proyecto ya tenías pensado lo de las series o es algo posterior? ¿Hay algún tipo de planificación previa?

No, no ha habido ninguna planificación previa, eso se me ha ido ocurriendo sobre la marcha. Ya te dije que Aitor puso la primera piedra, la idea inicial, y yo he seguido desarrollándola después. Estoy haciendo series de 10 cintas cada una de ellas, porque me pareció buena idea lo de hacer tiradas limitadas y muy personales. Ya voy por la serie 19…seguramente haré en el futuro segundas o terceras ediciones de alguna de las series. Pero eso ya lo iré decidiendo a medida que pase el tiempo. 

También es un ejercicio de improvisación la confección de las cintas, porque depende del estado en que se encuentran, la duración que tengan, si vienen con caja o no, si las presento en un bote de altramuces o en una caja “pija” de colonias de marca, o en una caja de bombones o de “manolitos”. Voy aprovechando los materiales que me encuentro y los voy reciclando. No hay nada planificado previamente, me dejo llevar por el instante. Hay entregas que he hecho con paquetes realmente cursis para encubrir esas cintas grabadas con ruido asqueroso (Umsindo Omgcolile en zulú), siempre utilizando material de desecho, de ahí lo de Ubuciko Bodoti (arte basura, también en zulú).

+ Quizás es una pregunta estúpida, pero no sé qué significan esos números que pones en tu bandcamp debajo de las letras (ver imagen) UMG, OMG, SIN, CO, DO y LILE. ¿Están separadas por algo en particular?

Jajajaj pues la verdad es que vamos a parecer estúpidos, pero no… no hay ninguna explicación para ello. Cuando he visto la pregunta no he sabido qué responder, porque yo no le busco ni le encuentro ningún significado especial, más allá del gusto estético, que me parece muy bueno. 

Lo que he hecho es preguntarle a Carlos del Olmo (que es el autor del logo y responsable de las imágenes) y curiosamente me ha respondido lo mismo, que no tiene ni idea ni se lo ha planteado, simplemente le gustaba así, con las sílabas separadas y con unos subíndices en ellas. Evidentemente, sin ánimo de ofender, parecemos más estúpidos que la pregunta jajajajajaj…

+ Dices en una de las cintas que se trata de un proyecto que `se especializa en sonidos e imágenes sucias y asquerosas grabadas en cinta magnética de baja calidad, persiguiendo la póetica y la estética koboldiana de lo inservible´…. Así que me lo has puesto a huevo para que te pregunte: ¿qué diablos es la poética / estética Koboldiana?

¡!Esa frase no es mía jajajajaj!!! (es de Pedro Pablo Gallardo, de la revista Procedimentum). Pero me parece que refleja exactamente lo que pienso: los kobolds, que se dedicaban a la minería, tiraban la mena (lo que tenía valor económico) y se quedaban con la ganga (lo inservible). 

A mí, siempre me ha interesado el lado proscrito del arte, y Umsindo Omgcolile y Ubuciko Bodoti lo veo como una continuación de todo lo que he hecho anteriormente, aunque en un grado más extremo. De hecho, hay cintas que estaban rotas cuando me las han dado. Las he limpiado, arreglado a mano, etc… y las considero como una especie de obra conceptual. 

Me interesa más la idea que la propia música que podría haber ahí: ¿se podría decir como una negación de la música o del arte? Un ejemplo: en la serie 16 hay una pieza de 10 minutos realmente insoportable. Es una caja de batería por el lado derecho de los auriculares y un plato por el izquierdo, haciendo casi todo el rato lo mismo. Además, grabada en 4 pistas y reproducida en una. Resultado: algo totalmente soporífero y de un minimalismo desesperante. La antítesis de la música que siempre me ha gustado escuchar; pero ahora, después de un proceso evolutivo de largos años, es lo que me apetecía grabar. Y sonando horriblemente mal. Una especie de Harakiri acústico, una carga de profundidad sobre las bases del rock que tanto me impresionó en otros tiempos: un “suicidio sofisticado”.

+ Bueno vale, entonces cambio el sentido. ¿Qué significa lo Zulú en Javier Entonado?

Jajajaj pues nada en especial. Utilizo ese idioma porque me ha gustado su sonoridad en esas palabras. Fonéticamente funcionan muy bien esos nombres, son muy poderosos cuando los nombras y me gusta. Pura estética, ya ves. No hay nada más profundo, si es eso lo que quieres preguntar. No tengo ni idea de la cultura zulú ni del idioma, no voy más allá de la película de Michael Caine.

Aunque bueno, ya sabes que a mí siempre me ha gustado jugar con distintos idiomas sin tener ni idea de cómo hablarlos, simplemente por la fonética de las palabras, que las utilizo como un instrumento más y que intentan darle a la obra un significado subliminal más que literal.

+ En el mismo texto comentas que `es una investigación sobre las reproducciones de baja definición´. Afirmas que el Lo-Fi genera unas condiciones especiales que obligan al espectador (imagino que oyente) a esforzarse. Reflexionando sobre esta frase se me ocurre algo así como un Test de Rorschach acústico. ¿Qué puedes contarme tú del asunto? 

Pues que lo interesante de ese planteamiento es que cada oyente se monte su propia película sobre lo que suena, y como se oye en condiciones tan deficientes, el oyente podrá participar activamente en la obra que está escuchando; será un participante más de esa composición, al imaginar sonidos que quizá no se reflejen en la grabación. Una cosa muy entretenida para quien quiera valorarlo. 

Estamos acostumbrados a que nos lo den todo hecho y nos lo den masticadito. Una grabación Lofi (y especialmente las de Umsindo Omgcolile y de la “marca” Ubuciko Bodoti) suenan tan mal que podrían obligar al oyente a tomar la iniciativa… o mandarlo todo a hacer puñetas y decir: “¿PERO QUÉ CLASE DE PORQUERÍA ES ÉSTA?", que también es otra opción, claro.

+ Hablas del oyente, pero…. ¿quién diablos es para ti el oyente perfecto de algo como Umsindo? ¿Crees que tiene algún tipo de salida comercial?

Pues, para empezar, no creo en eso de que exista la perfección. Desde mi punto de vista es un invento que nos meten en la cabeza desde que nos empiezan a “educar” y creo que eso solo sirve para crearnos ansiedad y más de un trauma. El “cuento del artista atormentado” para poder crear no va conmigo. Yo me lo paso muy bien creando cosas, que probablemente no servirán para nada, pero que me mantienen muy vivo y despierto. Y siempre estoy contento y alegre y me río mucho con esas pantomimas relacionadas con la perfección e iconografías de ese tipo. 

Así que no creo que exista o que haya un oyente perfecto para Umsindo. Me imagino que, principalmente, la gente que atiende a nuestro proyecto tendrá iniciativa propia y unas ideas que quizá quieran desarrollar a partir de las nuestras; esa será su principal motivación, por eso no creo, ni pretendo, que tenga una salida comercial (ni falta que hace, no buscamos eso por otro lado), porque normalmente estamos muy condicionados por la tecnología actual y el ritmo que lleva no favorece para nada nuestra propuesta.

+ Has elegido un formato peculiar. Cintas de cassette rescatadas e intervenidas. Sabiendo cómo sueles gastártelas en lo performático y que llevas el espíritu Dadá casi que en el tuétano, ¿qué tanto por ciento hay de musical, de irónico y de humor respectivamente en cada cinta? 

Muy buena pregunta. Ya te he comentado antes que se podría considerar como una obra conceptual (porque muchas cintas que me dan están en malas condiciones o incluso rotas; también porque mucha gente no tiene ya reproductor de cassettes y no hay posibilidad de escucharlas). Considero que esto es como el punk: es más una actitud, considero eso más importante que la música en sí. Los Sex Pistols tenían esa actitud, pero en realidad hacían R&R, un poco más salvaje, pero R&R al fin y al cabo. Umsindo Omgcolile y sobre todo Ubuciko Bodoti tiran mucho de la ironía y el humor… y algo de música. Eso, una actitud. Y dicho sea de paso…mucha palabrería, pero seguramente no servirá para nada, aparte de pasar muy buen rato.

+ Pues me surge una curiosidad. ¿No os habéis planteado el mismo proyecto, pero a nivel audiovisual con cintas de VHS?

Sí, nos lo planteamos, pero claro, por razones técnicas (no tenemos reproductor y grabador VHS doble para grabar, como la pletina que utilizo para los cassettes) no podemos hacerlo. Pero bueno, tampoco se descarta para un futuro, quién sabe…

Aunque también me podría plantear hacer un proyecto conceptual con esto: confeccionar las cintas de VHS con la idea de que nadie las vea.

+ ¿Qué puedes contarme sobre el apartado gráfico / portadas de cada cinta? 

Pues ahí está el toque especial de Carlos del Olmo, improvisador plástico imaginista, el “auténtico MoDo”, como yo le llamo. Su obra pictórica es fundamental para el concepto de Ubuciko Bodoti (el que incluyéramos sus obras en la confección de las cintas también fue idea de Aitor). 

+ ¿Es posible que podamos disfrutar de Umsindo Omgcolile en directo? Dicho de otra forma, ¿cómo diablos sería un concierto de la Serie 8 en una Sala llena y a rebosar de fans de UMSINDO?

Bueno, pues el pasado marzo ya pudimos disfrutar de un concierto en directo, que está grabado en el disco 15, me parece, de Umsindo Omgcolile y en junio repetimos aquí en Madrid. 

De este último concierto hay un vídeo hecho por Luis Lamadrid, video artista y un tipo con una visión y una actitud igual que la de Aitor y la mía; tercer miembro de Umsindo, ya que esto no es solo un proyecto musical…con las imágenes de Luis y la música grabada por nosotros estamos haciendo varias películas de distinta duración. Queremos llegar hasta las 8 horas mínimo. Un proyecto audiovisual y que trasciende lo musical.

+ Vale, estoy perdiendo pie. ¿Cómo se encuadra el videoarte en el Dadaísmo anticonstructivo de Umsindo Omgcolile? ¿En qué consiste la labor exactamente de Luis?

Pues para contestarte a esto necesito la ayuda de Luis (porque yo no me veo capacitado para afrontar una pregunta tan sesuda), que me comenta lo siguiente: “En la interacción con la música improvisada el vídeo desarrolla un lenguaje propio que amplía las fronteras del videoarte.

Los conceptos de ‘música electroacústica’ y ‘música concreta’ ponían en relieve la introducción del sonido grabado con medios electrónicos en las composiciones musicales. El vídeo de improvisación se centra en la idea de que las composiciones musicales introduzcan elementos visuales en movimiento. La proyección de vídeo en vivo es considerada como una improvisación con un valor artístico equivalente a la actuación de los músicos. La creación musical, que tiene de por sí una naturaleza muy abstracta, encuentra con la incorporación del vídeo un valor añadido. Se establece un dialogo entre los artistas de libre improvisación con el espacio y su carga simbólica. Este contraste sirve de inspiración a los improvisadores y ancla la lectura de la pieza para los espectadores; asimismo, con la interacción y la música improvisada el vídeo desarrolla un lenguaje propio que enriquece los recursos expresivos del videoarte”.

Creo que no necesita más aclaración, ¿no?... o bueno, mejor aún, como aclaración esta pequeña muestra: https://vimeo.com/843118718 (nota aclaratoria: VISITAR EL ENLACE BAJO LA PROPIA RESPONSABILIDAD DE CADA UNO, NO ME HAGO RESPONSABLE DE LA CORDURA DE NADIE).

+ Vamos a hacernos una colonoscopia mutua, pero empiezo haciéndotela yo. A ver… SERIE 17. Por favor, hazme un favor y defíneme tú qué diablos está sonando por mis altavoces ahora mismo.

Pues lo que está sonando son una serie de grabaciones de canciones “pop” grabadas por mi hace más de 30 años en una Fostex de 4 pistas y reproducidas en una pletina de 1 sola pista, por una cara está “al revés” y por la otra no. Deconstrucción del pop rock que siempre me gustó, pero que a estas alturas ya no me dice nada. Un escalón más del proceso autodestructivo que estoy empeñado en seguir. Curiosamente, esas canciones me parecían una porquería hace 30 años y las guardé en un cajón. Reproducidas así me parecen mucho más interesantes.

+ Has usado si no me equivoco (SERIE 2) remezclas de tu proyecto POLIEDRO KOBOLD; por otro lado, en la SERIE 4 hay una plétora de artistas y en tu bandcamp pone textualmente ` Grabado en la sesión de MoDo Kollectiv en EKO (Madrid), el 18 de marzo de 2023, con un cassette mono de 1981, en cinta magnetofónica. Este es el resultado del "Estado de Registro" vivido esa mañana´. En la SERIE 5 también creo que tiras de registros propios. La pregunta (o no pregunta) es la siguiente: ¿cuál de las SERIES hasta ahora publicadas te parece más musical a nivel digamos `estructural o convencional´ y cuál crees que es un atentado terrorista contra los tímpanos del oyente? 

La serie 2 es una “proclama dodoísta de honesta autodestrucción”. El rock, en mi opinión, no se quiere morir, o no se quiere dar cuenta de que ya se ha muerto hace mucho. Es como un zombie, un muerto viviente. Así que he decidido “matar al rock” de una vez (al menos para mí) y enterrarlo de una vez por todas. He cogido mi disco de Poliedro Kobold y me lo he cargado y lo he destrozado…

En la serie 4 está el registro de una performance que hicimos en MoDo Kollectiv, un grupo de improvisación libre multidisciplinar que formamos hace unos 3 años y que para mí es el Arín Dodó que me gustaría haber formado hace 15 años y no pude por distintas razones. Ahora ya es realidad ese proyecto en MoDo Kollectiv. Mi papel en ese colectivo es el de estar en “Estado de Registro” (expresión de Miquel Àngel Marín); grabo lo que sucede, en audio o en video y después lo reinterpreto. Utilizo la cámara o el cassette, o lo que tenga a mano para registrar el evento como si fuera un instrumento más, interaccionando con lo que veo y oigo, incorporándome a la performance que está sucediendo. De hecho, mi presencia y mi actitud cambian cuando entro en ese “Estado de Registro”. Y todo con una idea lofi. En las series 4 y 5 es lo que aparece, una reinterpretación de lo que sucedió en esas jornadas.

Sin duda la serie 19 (que todavía no te la he mandado) es la más musical, la más convencional. Porque está grabada de forma íntegra mi querido disco de Poliedro Kobold, que fue grabado inicialmente en cinta y así es como me gusta que esté. Ya te he comentado que he decidido autodestruirlo, pero como estoy lleno de contradicciones, he decidido también dedicarle una serie porque soy fan incondicional e irracional de Poliedro Kobold, mucho más que de todos los proyectos posteriores.

Y las series de la 14 a la 17 sí, se pueden considerar como un atentado terrorista, porque, como ya te he comentado en alguna de las respuestas anteriores, es la antítesis de la música que siempre me ha gustado escuchar, es realmente insoportable y soporífero, pero conceptualmente muy interesante a mi entender.

+ Vamos a ir cerrando: proyectos de futuro de ENTONADO en general. Despídete a tu gusto y como quieras…. Este es tu espacio.

Ante todo, gracias por la libertad que me das para responder y por el trato que recibo en tu espacio. Es un placer haber trabajado en esta entrevista durante estos días.

Los proyectos de futuro de ENTONADO son variopintos. Como tengo una vida bastante rutinaria, me aburro bastante y no paro de dar vueltas a la cabeza para entretenerme y pasar un buen rato. Pues ahí van unos cuantos (irrealizables o no):

1) Marion TNT Free Blues: es un proyecto musical. Como ya te he comentado antes, en la serie 2 hice remezclas de Poliedro Kobold con la intención de cargarme el rock que tanto me ha gustado siempre. Esto es algo parecido: somos un trío (Chema Pastor a la batería, Juancar Castillo a la guitarra y yo a las voces, armónica y acoples) donde hacemos versiones de blues clásico o blues rock y las vamos destrozando de forma paulatina a medida que va avanzando la pieza. En mi opinión, la única salida que le queda al blues y al rock es destruirse a si mismo, porque ya se ha convertido en algo anodino y convencional, y ese proceso de autodestrucción pasa por la improvisación libre (repito que es una opinión muy personal). Quizá ni siquiera esta sea una salida, y debería inmolarse directamente, porque tiene ya poco que ofrecer este rock y este blues tan viejecito. 

2) Ahora voy a contar un proyecto performático: como ya estoy entrado en años y mi aparato urinario ya no funciona como debería, he pensado que no estaría mal como performance mear repetidamente en las puertas de edificios institucionales o gubernamentales y si me pillan, alegar que como soy ya una persona que empieza a chochear y con problemas de vejiga hiperactiva o de próstata, no puedo evitar mis problemas de incontinencia urinaria y el cuerpo y la mente me pide depositar mis orines en esos centros tan respetables; sin saber una razón exacta, simplemente me siento desplazado de forma inevitable a hacerlo allí, como si fuera un imán. 

Obviamente, esto se quedará en mero proyecto, porque como soy un cobarde no me atreveré a hacerlo. Pero como idea me parece de lo más divertida, me rio pensando en la cara de imbécil que tendría yo diciendo esto a quién me detuviera por hacer de forma repetida la misma acción. Un acto puramente lúdico, porque como reivindicación de cualquier tipo no se si sirve, porque los poderosos al final siempre nos machacan. Pero sí, me imagino que con mi cara de imbécil alguien se mosquearía…


3) Otro proyecto de performance: convertirme en el primer “perroflauta pijo” de la ciudad. Como tengo un familiar que es comprador compulsivo y me regala gran cantidad de ropa que compra, sin estrenar y de marcas pijas, siempre voy hecho un pincel. Mi idea es ir vestido así a hacer malabares en los semáforos…aunque tampoco creo que lo haga nunca, porque no tengo ni idea de hacer malabares jajajajajaj.

4) Disfrutar de mi “rincón de pensar”: tengo en mi casa una pequeña habitación con una silla y una lámpara de lava. Paso más de un rato ahí sin hacer nada, simplemente dejando a mi mente que vaya donde quiera mientras miro a la lava cómo sube y baja. No necesito viajar ni a la montaña ni al mar, siempre que pueda viajar por el interior de mi mismo. Es más económico e intenso, y mucho mejor que toda la oferta de estímulos superfluos a los que nos tienen acostumbrados.

5) Último proyecto…este sí está empezado: seguir siendo la pareja del Capitán Sardina, esto es, Javi Picanzo, otra de las múltiples personalidades de ENTONADO. Para muestra, este pequeño vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=h0W7BOL-jtA&t=11s. Me encanta. A mi me parece anárquico, irreverente y cómico. Quizá no lo sea, pero a mi me lo parece. Una performance que parece una pelea de borrachos en un bar (o de nuestros queridos representantes públicos en el parlamento).

Como ya ves, te he rellenado la última parte de la entrevista hablando de chorradas que se me ocurren. El motivo es que después de tantos años, he explorado muchas facetas artísticas o no artísticas y he encontrado un espacio donde puedo expresarme libremente y con un lenguaje propio. Ahora me interesa más la parte lúdica de todo esto y me interesa disfrutar de lo que hago sin tener la ansiedad de intentar avanzar en ese lenguaje y descubrir cosas nuevas. Considero que estoy en un punto de estancamiento creativo, pero no lo digo como algo negativo, al contrario, creo que he llegado a un lugar que quería encontrar y estoy bastante satisfecho de todo lo que he creado hasta ahora.

Así me despido, 

atentamente,

Javier Entonado (Arín Dodó, Poliedro Kobold, MoDo Kollectiv, Umsindo Omgcolile, Ubuciko Bodoti, Javi Picanzo…)

https://umsindoomgcolile.bandcamp.com/



DEL MITO A FANCINE, Y DE FANCINE AL LOGOS. #34 FANCINE....

El Mito del Eterno Retorno. La Caza del Peyote. El Ritual de las Cosechas Anual. 

Del Mito a Fancine, y de Fancine al Logos.

La necesidad sacral del ser humano por recrear su aparición se perpetúa a lo largo de los tiempos en una epifanía `ad nauseam´. Los amantes de FANCINE somos como los cazadores huicholes que ineludiblemente emprenden cada año una travesía física y espiritual desde Jalisco y Nayarit hasta llegar iniciática y físicamente a Real de Catorce en San Luis Potosí que Artaud describiera a la perfección en el ineludible clásico `Viaje al País de los Tarahumaras´. Y yo te cuento aquí y ahora que nuestro peyote está en el Cine Albéniz o lo que es lo mismo, nuestro WIRIKUTA. 

Lugar de culto, peregrinaje y creación.... ¿del mundo?... bueno, no lo sé, pero de NUESTRO mundo seguro que sí. 

Cada año recreamos nuestro propio nacimiento. El ritual de dar a luz a FANCINE una y otra vez mediante sacrificios en forma de fotogramas recopilados en películas, y cada película un `hikuri´, peyote o dosis de terror espectral, utopías sanguinolentas o animaciones sutiles. No nos distrae que nuestro entorno esté cada vez más desacralizado, lleno de adoradores de plataformas digitales y falsos creyentes. NOSOTROS, los que creemos, necesitamos sentir el malestar de la butaca en nuestro coxis, el acre sudor del que está cuatro filas atrás, a ese que nunca calla o a otro que se ríe bajo, mediante y ante cualquier circunstancia en la pantalla.

Atravesar gustosos ese túnel útero cinematográfico que va desde la Gala Inaugural a la Gala de Clausura. Somos alimentados por el Cordón Umbilical y nos comemos la Placenta. ¿Por qué?.... bueno, porque queremos y podemos.

Yo, como CREYENTE, hago mi anual recreación del Mito del Nacimiento de FANCINE y durante el evento, vivo en otro plano dimensional. Bebo del Soma y me alimento del hostigamiento, y vierto palabras aquí en una Pantalla que nace, muere y renace por CATORCEAVA VEZ.

Vivo, luego existo.

Del mito a Fancine, y de Fancine al Logos.