miércoles, 9 de octubre de 2019

LOS BENEFACTORES DE INDY o CÓMO COMPLETAR UNA COLECCIÓN A LO LARGO DE DÉCADAS


Hace 4 años un tal CHARLY KLINGER irrumpió como un torpedo en mi vida para ayudarme a añadir piezas a ese enorme rompecabezas que es la colección GRANDES AVENTURAS ASTRI (aquí lo explico un poco), aquí conocida entre los amantes del Pulp como la infame INDIANA JAMES. Si alguien duda de que exista la exploitation cañí, debería hacerse con alguno de estos bolsilibros que son lo más irreverente que te puedes echar a las retinas. 

Pues bien, el bueno de CHARLY KLINGER en 2015 me dio una serie de alegrías y desde entonces pues algún que otro número ha caído hasta quedarme totalmente anclado en una falta... el ominoso número 50. Hace varios meses un tipo se pone en contacto conmigo, dícese coleccionista de Indy también y que busca el número 9 para terminar su colección, y puesto que en unos determinados foros y grupos en que yo andaba metido por entonces decía que lo tenía repetido, se preguntaba si todavía lo tenía. Claro que... puestos a indagar, la publicación era de 2015!!!!!!. 


Pero mira qué casualidad, qué tino, que cosa más kármica... que ALVARO REDONDO, que así se llama mi benefactor, dice que tiene un número 50 repetido y que intentará hacer gestiones para mandármela (vive/trabaja en el extranjero). Y ahí queda la cosa, yo me olvido, y un día visitando el buzón abro la correspondencia (preciosa palabra) y ahí está.... LAS MIL Y UNA DACHAS, número 50 de GRANDES AVENTURAS ASTRI, a la sazón última mella de mi colección (y última aventura del personaje, porque los siguientes números sablearon a Rambo, Depredador o Cocodrilo Dundee) que tras décadas de salvaje búsqueda, queda completada una vez más gracias a esos benefactores en la sombra. Benefactores en la sombra que son personas que desinteresadamente cabalgan el Karma y lo cogen por los cuernos, haciendo feliz a otros y que de buen seguro el destino les retornará en Dádivas generosas todo lo que han dado.

A ellos, ESPECIALMENTE a CHARLY KLINGER y ALVARO REDONDO va dedicada esta misiva.






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