(PORTADA Y DISEÑO DE MARA B. STONES)
Imaginemos una gran peonza de madera de teca en la que cinco sacros ángulos conforman un pentágono áureo. En cada extremo de este inmenso artilugio habitan Juanjo Sánchez, Jesús Alonso, Justo Bagüeste, Juanma Cidrón y A.L. Guillén. Como cualquier polígono regular que se gire y rote sobre un eje, lentamente se va asemejando a un círculo (Ouroboros) mientras los músicos van vomitando su extrañamente dulce hiel a través de instrumentos percusivos, de cuerdas, electrónicos o de viento, porque el lenguaje no conoce fronteras ni el continente contenido.
La realidad sonora se va paulatinamente centrifugando, y el jazz, la electrónica de combate, el free o las grabaciones de campo no son más que pálidos reflejos cuando la peonza alcanza la velocidad máxima. El Centro (Centrum) gira en la intersección de líneas del eje (Kentron), provocando la fuga (Fugere) que progresivamente hace que las densidades moleculares se conviertan en escaleras divinas por las que ascendemos a Samadhi o Ain Soph. ALONDRA SATORI tocan lo supremo a través de sonidos que miran tanto a las estrellas como al espacio que hay entre célula y célula de tu cuerpo.
Una absoluta celebración de lo sagrado en noches mágicas como esta de Níjar que evocan e invitan a separarte en moléculas. Mezclarte y copular con las notas de unos músicos en un altísimo estado de gracia para dar a luz vástagos de conocimiento elemental que se conviertan en los nuevos profetas de un mundo sónicamente muerto. Un renacimiento a través de la música con ALONDRA SATORI dirigiendo la nueva sinfonía de la creación.
Absolutamente imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario