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Si bien a los asesinos en los años 50 se los retrata en el cine como personajes atormentados y al filo de lo antisocial, hay que esperar hasta estas primeras películas para ver a un "asesino en serie" realmente perturbado (la mirada del protagonista de Peeping Tom es hipnótica y desangelada), empleando en este caso la cámara de vídeo como extensión de su personalidad, como una barrera psicológica entre la víctima y el asesino... y en última instancia como un arma, con ese espejo lupa y ese trípode afilado que no son sino el inicio del género SLASHER, que floreció durante la década de los 80.
Un genuino clásico sin el que no se comprende películas como TESIS, que no son más que reactualizaciones de EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO para los tiempos modernos, y que nos demuestra que si escarbamos en la historia, siempre hay un precedente de todo.
Un genuino clásico sin el que no se comprende películas como TESIS, que no son más que reactualizaciones de EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO para los tiempos modernos, y que nos demuestra que si escarbamos en la historia, siempre hay un precedente de todo.
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