Hoy ha sido el día del despiste. La cosa es que tenía las entradas para The End y no había calculado bien los tiempo; ya un poco más calmado dentro de este carrusel constante que es Fancine, me doy cuenta de que se me pisaba casi 25 minutos con la siguiente película. Consigo cambiarla para Twiligh of the Warriors, luego me calzo Night Call y cuando salgo.... me doy cuenta de que se me han desplazado otra vez 25 minutos para poder ver (última oportunidad) Death is a Problem for the Living. Quizás un poco de IA para abarcar todas las variables no hubiera venido mal, pero como soy de vieja escuela, a mi lado tengo a Don Boli Bic que al ritmo que va la humanidad veremos a ver si no desaparece la letra escrita.
Van pesando las sesiones en las cervicales y se va poniendo alrededor de los ojos esa pátina colorada tan característica del Yonqui Cinematográfico. Cojo un revólver de esos de tambor y lo cargo con 6 ibuprofenos... voy a pegarme un tiro a ver si consigo quitarme el dolor de cabeza que empieza a asomar.
Sin prisa, pero sin pausa, esto es un breve esbozo de mis opiniones:
Twilight of the Warriors: Walled in (Soi Cheang / Hong Kong; 2024)
En el Hong Kong de los años 80, la ciudad amurallada de Kowloon funciona como lugar seguro para todo tipo de pandillas y refugiados. Hasta allí llega Chan Lok-kwun, un hábil luchador que se embarcará en una violenta venganza al ser estafado por el jefe de una temida Triada.
Dos horas de guantazos volantes y lo que hacen los efectos digitales.... tener todavía al bueno de Sammo Hung (toda una leyenda) repartiendo a diestro y siniestro en esta cinta en la que Soi Cheang cambia el registro de su anterior y policiaca Limbo (2021) o la más reciente (que no he visto) Mad Fate (a su vez una especie de Spin-off de Mad Detective). El resto es sencillo de contar; si eres adicto al cine de Hong Kong ochentero, esto va a entusiasmarte porque no ha perdido un ápice de su encanto: coreografías, saltos, peleas imposibles, vaciladas alucinantes... eso sí, llega un momento en la película que a nivel audiovisual me anestesio y tengo que evadirme mentalmente.
Muy bien realizada técnicamente, pocas pegas se le puede poner a una película con tanto encanto. Villanos con pelados alucinantes, dientes de oro, cicatrices anormales y poderes extraterrenos de Kung Fu vienen a ser los protagonistas actuales que se movían por esas cintas de videoclub en los 80 en los que escuelas de artes marciales y los malos malísimos se enfrentaban de forma redentora en los últimos 30 minutos. Amistad y tortazos a tutiplén.
Night Call (Michiel Blanchart / Bélgica, Francia; 2024)
Mady, un joven estudiante que trabaja de cerrajero por las noches, recibe la llamada urgente de una chica para abrir una cerradura, pero la puerta que la joven quiere abrir no es la suya. En una ciudad en crisis por las protestas raciales, Mady solo tendrá una noche para encontrarla y demostrar su inocencia.
Debut al largometraje de Michiel Blanchart que se ve que tenía un buen fondo económico para rodar un thriller que conecta más con la simpleza del cine americano. La película la resumo rápido en un `corre que te pillo´ intrascendente que no la salva ni la presencia de actores conocidos; guión facilón, previsible, fotogramas nocturnos impecables y poco más voy a añadir. Me cuesta creer que haya realizadores que quieran imitar el cine de Hollywood de malos malísimos corriendo sin freno detrás de una bolsa de dinero.
Eso sí, te la presentan con unos buenos 15 minutos primeros para diluirse como un azucarillo. Para olvidar sinceramente y una verdadera lástima aunque imagino que los ultra adictos a la acción nocturna la disfrutarán bastante.
Else (Thibault Emin / Bélgica, Francia; 2024)
Anx, un hombre introvertido, y Cass, una mujer segura de sí misma, acaban de iniciar un romance. Poco tiempo después, estalla un misterioso virus en el mundo que provoca que los infectados se fusionen con su entorno. Atrapados en su apartamento, la pareja debe enfrentarse a esta terrible amenaza.
Hacía mucho tiempo que un debut no me dejaba tan clavado al asiento como esta impresionante Else. Body Horror, pandemias, metafísica y una espiral alucinante a nivel visual que viene a ser el equivalente a mezclar Tetsuo con el Cronemberg existencialista. Intimista y de ritmo pausado, claustrofóbica a muchos niveles, la película tiene un implacable ritmo que te mastica y regurgita en sus cambios corporales, en unos efectos visuales muy analógicos y una trama que parece urdida por Ligotti, Lovecraft, Kafka y Mariana Enríquez a partes iguales.
Desde unos créditos iniciales que parecen un viaje por las capas tegumentosas de un libro de medicina, al desangelador clímax final que se torna drama cósmico, Thibault Emin se ha marcado un debut de esos que no dejan indiferente. Eso sí, hay que tener estómago para algunas partes que, si bien no es tanto lo que se ve, si es crudo lo que sugiere y ahí doy un 10 al diseño de sonido que ayuda a que la imagen se te vaya metiendo por los poros hasta que el espectador se funde (nunca mejor dicho) con la pantalla. Película a Concurso que parte como una de mis favoritas junto a Maldoror.
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