martes, 20 de febrero de 2018

MAMÍFERO - "MAPA" (EL MUELLE RECORDS EMR033; 2018)


Desde la cartografía básica en dos dimensiones a las nuevas tecnologías de la fotografía aérea, podríamos decir que seríamos incluso capaces de encontrar un determinada vellosidad intestinal si a poco que nos ponemos le sacamos jugo al GPS. MAPA es el nuevo trabajo de MAMÍFERO, la encarnación más salvaje y reptiliana del artista malagueño NACHO JAULA que bajo mi punto de vista (y oído). es sin dudarlo el músico que más está transformando el anquilosado género de la electrónica industrial y similares. La forma personal en la que JAULA aborda sus trabajos trasciende el añejo concepto de (permitidme la redundancia) "disco conceptual"

Un acojonante "yo me lo guiso yo me lo como"  lógico porque para qué buscar el toque mágico final en otros cuando realmente el mago eres tú. Sin embargo, en esta ocasión él no masteriza y lo deja a JULIO SENMOVE que hace una estupenda labor añadiendo un toque de crudeza agria que atemporiza el disco en la dureza intermedia entre MERZBOW  o SUNNO))) y la acritud beligerante de los primeros ruidistas como MIGUEL A. RUIZ o RAFAEL FLORES.

Tengo el placer de conocer personalmente a JAULA y haberlo visto tocar ya unas cuantas veces, y por tanto me puedo permitir el lujo de decir que su concepto/visión multidisciplinar de la música le pega siete vueltas a todo lo que se está haciendo ahora en estos ámbitos. 

Cada nueva obra suya vive y respira por sí misma, ya sea en solitario o con otros proyectos compartidos (véase FORCEPS o VERANO), y para lo que otros necesitan un arsenal de cachivaches, Nacho sustituye con una poderosa inventiva. Da igual si de seis cuerdas de la guitarra le quedan tres o si en el último momento le falla un pedal, porque el músico que sabe lo que está haciendo construye su castillo de notas desde su psique, no desde la técnica del manuel de instrucciones del potenciómetro de rigor. 


MAPA es un disco muy personal de una persona altamente sensible así que decir que se limita a cambios personales, miedo al vuelo y esas cosas se me antoja vacuo. Basta fijarse en la forma en que está trabajado a mano uno por uno los digipacks (editados por EL MUELLE RECORDS en su edición 033 pero con un cierto aire de independencia). Corcho que se asemeja a la tierra... por encima un sobre que contiene el cd, pero con la particularidad de que el sobre está hecho con un mapa de esos que teníamos en los colegios. Por encima, haciendo de carcasa que todo lo bordea, una gomaespuma blanca como las nubes, de textura algodonosa, y con forma de ondas que también recuerdan a olas. Todo está parido con dolor e interrogantes y la sugerente fotografía que adorna el interior y la mirada de Nacho son comunicación no verbal en estado puro. 

Una pieza orgánica de 33 minutos de duración a base de guitarras, Casiotone, grabaciones de campo y ambientes y el aliño particular de los juguetes acústicos que suele desplegar JAULA en sus discos. Un pulso drone netamente industrial nos indica que nuestro viaje comienza en una maldita ferretería o en el corazón deshumanizado de una fábrica metalúrgica. Sobre esa base crujiente de chasquidos y vibración física (porque se siente en el cuerpo a determinado volumen), se deslizan notas melódicas separadas entre sí el tiempo suficiente como para permitirme decir que el disco es de tempo lento, y eso para el que me conoce sabe que me puede. 


Interferencias de lo que parecen ser ondas de radio o una vieja radio militar retransmitiendo desde hace décadas desde un submarino hundido en la Segunda Guerra Mundial arropan unas subidas y bajadas agudísimas que podrían corresponderse a corrupciones/perversiones en un arco voltaico manipulado por energías telúricas. Aquí es donde la maestría de JAULA se revela en todo su esplendor; la capacidad de hacerte sentir la electrónica en el tuétano y gracias a los cielos ridiculizando eso que llaman LoFi que tanto se lleva  ahora pero que sólo es una escusa para enmascarar la falta de talento. Aquí todo se nota y siente con una nitidez arcaica y primitiva (vuelvo a destacar la masterización de SENMOVE) y si uno se va al minuto 11 se queda con el culo pegado al asiento; una melodía de juguete industrial obsesiva y siniestra te agarrota los dientes con un loop simple pero urdido con una mala leche bestial que deja a la altura del betún a la gran mayoría de majaraderías electrónicas que se hacen hoy día. NACHO JAULA es  "l'enfant terrible" en su género y se nota en muchos aspectos.

Capas y capas que conforman una Suite oxidada que lleva el ritmo percusivo de una sierra de calar mellada cortando un hueso denso. Si tengo que definir el miedo en estado puro con la música, los siguientes cinco minutos lo clavan a la perfección. Sobre todo ese sustrato corrompido se va haciendo hueco una luminiscente pista de aterrizaje que se acaba de mimetizar cuando todos los sonidos se disuelven y funden en la misma fragua. 

Baja el nivel de ruido y aterrizamos en una ordalía electroacústica marca de la casa (estamos en el minuto 20) con la insistencia de un timbre de un viejo teléfono que suena en una casa en la que sus habitantes murieron hace décadas. No me dan miedo los muertos, sino el no conocer quién es el que llama; qué noticia tiene que comunicar en un entorno que hace tiempo se paró en el polvo. Un polvo que se solidifica en estalagmitas de sonido cuya luz es capaz de atravesar creando sombras chinescas, abstractas... la sombra del cambio. Nada es como la mente te hace ver, pero desgraciadamente el condicionamiento es el juguete que empala nuestra existencia desde el primer llanto a la última exhalación. Esa disolución del ego se mantiene hasta que finaliza la obra, dejándote exhausto y con un Jet Lag tan acusado como viajar entre KALI YUGAS.


Dice JAULA: "bucearé por los mapas hasta llegar a tí". Creo que todos y todas tendríamos que salir a su encuentro para no agotar su oxígeno. No es solo que se lo merezca, sino que tú como oyente te haces un favor entrando en su universo. Píllatelo o no te lo pilles. A mí me importa un comino y estoy seguro de que a Nacho también. Su música no busca el podio de la comercialidad y el reconocimiento (aunque lo merezca con creces) porque al fin y al cabo las personas como JAULA precisan cauterizar sus heridas con el arte, y si el arte se enquista y no sale a la luz mueren... y esa es la causa última que les mueve. Su medicina catártica personal no busca el beneplácito del oyente sino la sana mansedumbre del periodo meseta en una crisis de ansiedad.


2 comentarios:

  1. Arnal no lo podría decir mejor.... A sus pies coronel, que seguro que están a la sombra de su sombrero. BESOS.

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