viernes, 15 de abril de 2011

LA TROMPETA



Revienten los muros y suenen trompetas,
toques de batalla, arqueros y cornetas...
Fin del mundo antiguo, arden los cielos,
cae Jericó en aciaga noche funesta.

Hermano contra hermano en pie de guerra,
empuñen las armas por religión, raza y tierra.
Así fue escrito y así fue cumplido,
fin de ciclo y vuelta a lo ya vivido...

Espirales de sangre y volutas de humo,
mundo de mugre y mares con grumo...
Contaminación y muerte estaban escritas,
profetas, santos, sacerdotes y eremitas...

Tal y como cae Jericó, la primera ciudad,
así cayó la última, sin nombre ni edad.
No hay vida, no hay muerte, solo frío.
No hay nadie, nada se siente, solo vacío...

Y así se cumplió lo pactado,
y el polvo cubrió las ruinas.
No recuerdas lo nunca vivido,
ni escribes lo nunca pensado.
No existes si no eres creado,
ni vives si antes no has muerto.
¿Crees que te librarás de volver?...
¿Crees que no volverás a nacer?...
Volverás a Jericó y su muralla,
y tocarás la trompeta de batalla.

Bajo un cielo color muerte,
buscarás calor y cobijo,
pero sentirás el frío y la desazón,
del hijo abandonado a su suerte...

Y tirada en la tierra quedó,
la trompeta que al mundo condenó.
Mas para volverla a tocar,
nadie habría de quedar...
¿Quien forjó la trompeta?...
¿Quién creó el sonido?...
¿Quién construyó la muralla
esconde la mano y calla?...
EL sabe que somos un error,
que la eternidad ha de pagar.
EL sabe que pariremos dolor,
y que la rueda volverá a girar...

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