Como habréis adivinado, hoy estoy hablando de Juan Crek, q(r)ue con(qr)e(k)tamente en el álbum que hoy reseño se encarga de: programación, simulador, neutrón, piedras, saxo, efectos y voz. No quiero ni me atrevo a profundizar más en biografías porque acabaría entrando en Los Clonicos o el infinito catálogo de producciones ochenteras bajo el nombre Juan Crek.
Por otro lado, tenemos a Andrés Noarde (programación, sintetizador, guitarra, piano, theremin y voz) que entrelaza su cordón umbilical con el anterior en Omé Acustic allá por 2011 en el plano artístico, aunque vinieran conociéndose desde el lejanísimo 1988 con la publicación de Espejo Rapidísimo Qinqen de Macromassa (cuidadito que todavía se nos puede alargar más esto si nos metiéramos en Discos Esplendor Geométrico) y la compilación Barcelona Ficción Romance. Lo cierto es que lo de Omé Acustic viene a durar hasta 2017 y me hago la pregunta, ¿qué parte tiene aquí que ver la añorada figura de Víctor Nubla como molécula bilocativa que una a ambos músicos?. O dicho de otro modo... ¿es Crek Noarde una continuación biofísica de Crek Nubla en otro plano alquímico?.
Vaya usted a saber según que cosas porque Ome Acústic, grupo de improvisadores bajo la premisa de `prohibidas las amplificaciones eléctricas´ se acaba como llega unos siete años después, naciendo luego algo así como Associació Cultural OME (hay mucho rastreo de todo esto en la web) que, si no se me ha ido la cabeza demasiado, recoge el único testimonio físico (en varios directos) de Ome Acústic en Quietisme, editado en 2015 y que pone fin al asunto. Entraríamos ya en el proyecto Crek Noarde y su disco debut Romperse sin Arder, inmediato antecedesor del que hoy os traigo. Por cierto citar que Noarde produciría el que a la postre fue el último trabajo de Nubla justo antes de su óbito en 2020 (Macromassa Sucede Allí).
Vale, nos centramos. DISCOS BELAMARH que se está haciendo todo un catálogo de pequeñas grandes joyas edita en un precioso digipack Un Discreto Vigor (fabuloso diseño gráfico de Anton Molina). Se graba en Maybe Someday Studios en plena pandemia como así lo atestigua la genial frase del libreto: "Juan Crek y Andrés Noarde mantuvieron un distanciamiento mínimo de 30 kilómetros durante el proceso de grabación". La masterización es de Marc Parot en Grabaciones Silvestres y el sonido.... veamos... imaginad una especie de mezcla entre Coil y las gimnopedias de Satie; los collages imposibles de Nurse with Wound o a un ya totalmente dejado psíquicamente Daevid Allen... o qué diablos, hablando de psiquismos, imaginad a Psychic TV pasados en algunos momentos por férreos riffs de guitarra casi industriales, extrañísimos pasajes a lo AMM y paro ya porque posiblemente os esté complicando la vida. En resumen podríais coger la Nurse With Wound List y meter todos los grupos en un Alambique... las gotas destiladas seguramente recogen residuos de todo y de nada.
Estructurado en dos suites separadas (vaya usted a saber por qué), tenemos a la fría SUITE UNO / Oslo contrastando con la calenturienta SUITE DOS / Acapulco en 8 y 7 cortes respectivamente. La primera de ellas, 27 minutos que se abren lisérgicos y que pasan por las psicóticas guitarras de "Hoguera Cibernética", inicialmente terrenales aunque para cuando entra la robótica voz susurrante a medio camino entre Aviador Dro y Diseño Corbusier ya estoy totalmente descolocado. Virando hacia una suerte de dadaísmo, se funde en una fantástica outro con lo que parece un arpa sampleada.... y de ahí a la marcial "El Autobús Sincero" solo hay un pasito.
"Nuvolat" y sus experiencias cercanas a la muerte me recuerdan a proyectos más actuales (en una Neo Barcelona Experimental) de Víctor Hurtado en QA´A, Huan, Futuro de Hierro o Dame Area, pero un poco menos críptico. Seguimos con la sintética "A las Ocho lo sé Todo", al más puro estilo Antonio Murga o el extrañísimo sonido que tenían los canarios DUE (antes Quaxar) aunque los niveles de abstracción musical, como los del Litio en el cerebro, van en aumento con la difuminadísima coda "Seguro de Repetir", con marcados acentos de Música Concreta, Stockhausen y minimalismo (sobre todo a través de lo percusivo y las espaciadas notas de guitarra); así y todo, el contraste que se ejerce sobre una base más sinfónica de teclados Ambient es muy curiosa. "Trasiliencia" ahonda todavía más en el minimalismo mezclándolo con toques sutiles de Noise. Tempos bizarros a lo Cassiber y una circense melodía abotargada remiten al primer Zorn. Así sonarían los estertores de una caja de música muriéndose en el cementerio de las cajas de música (vale, ni puta idea de si existe algo así). Finiquita esta primera parte la homónima y electro-homínida "Un Discreto Vigor", (con colaboración de Daniel Blanco al Novation Bass Station II)... puro zumo de teclados Casio robados en un bazar de Gibraltar. Ah!, de fondo se escucha agua.
SUITE DOS / Acapulco se va a los 40 minutos. Abre "Pulse", curiosa manera de mezclar una base rítmica en modo metrónomo y melodía de guitarra de corte latino. ¿Resultado?... pues como si un Mariachi cibernético tocara las maracas y el ukelele mientras te meten en tu sepultura de Titanio. World Beat para gente muerta. Estoy casi seguro que si la aceleras, la pones del revés, y le alternas la melodía A y C, por D y E, obtendrías todo un temazo Hit de Telenovela. Sigue la cósmica nana "Mantis Marina"... preciosismo vibrafónico, Ambient Dodecafónico, hipnotismo Dórico-Jónico y en suma, maestría experimental que invita al espasmo Tónico Clónico.
Crek Noarde alcanzan un nivel de compenetración altísimo y especialmente el piano de Noarde en "Albarán" y "Déjame Vivir" (esta última con guitarra de Santi Rovira y piano de Daniel Romera) son una delicia. Ecos a Satie sin duda, con flujo de neutrinos estallando en el fondo, se une lo electrónico con lo acústico y no se duda en acaramelarse si hay que hacerlo. Faceta más que intimista en sendos temas que podrían sonar tanto en una película teratogénica de Berlanga o en una donde se bailen Tangos del revés. Ojito a la impronta española del piano y los silbidos o la belleza de las guitarras porque son para ponerse un habano en el ano y echar el humo por la boca.
Podría seguir describiendo lo que me parece una obra de arte y clásico instantáneo de las músicas arriesgadas (lo mismo podría haberse grabado en los 90); la New Wave de "Lotería de Piedras Corazón", la sinuosa "Mail Art Broke my Heart" (con trazas a Coil) con un pie dentro de la Easy Listening / Lounge.
En cuanto a "Norte Revisitado", ya la escuchas cuando pilles el disco:
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