Puedo imaginarme al buen de Jon "Metalion" Kristiansen recibiendo aquellas viejas promos en cinta de cassette en Oslo. Una ciudad que se suele adormecer a las 5 de la tarde, donde hace un frío que te quita las ganas hasta de tocar el mástil de una guitarra. Slayer Magazine recogería las primeras eclosiones del Black Metal nórdico, que de forma ultraprimitiva no dejaban de ser garajeras versiones de un Thrash Proto involucionado y ruidoso. Hoy, a 9 de Agosto de 2020, aquel género cuyo epicentro nórdico (Suecia y Noruega) no ha parado de brotar en todo el planeta (estoy a la espera de encontrar alguna banda de Black Metal de Corea del Sur, a ver si puede ser), es un fenómeno que ha pasado por tantas etapas como uno quiera imaginarse.
Yo, que más quisiera poder sentir en mis carnes la emoción que tenía que sentir Jon Metalion al abrir su jodido buzón, me encuentro en el mío un paquete que viene nada más y nada menos que de Anchorage, Alaska hace que me embargue la emoción del sentir, del rasgar, del sacar y del poner. Oler una cassette que ha sido tratada con amor por el sello LYCAEAN TRIUNE y que coeditaría aquel impresionante, malsano disco del que os hablé hace poco llamado That Which Whets the Saccharine Palate de la banda YALDABAOTH, otro de los grandes fichajes/descubrimientos de AESTHETIC DEATH (reseña aquí).
Os estoy hablando de la banda THEY LEAPT FROM BURNING WINDOWS y su Demo 2020. No es Black Metal nórdico, pero viene de una de las zonas más heladas y agrestes zonas de Alaska. Si algo define a los 30 minutos que dura el trabajo es un sonidazo inhóspito, helado, arrebatador como clavarte una astilla o estalagtita de hielo en una víscera. Un tempo rápido, implacable y sucio donde unas guitarras cortantes como el filo de un bisturí trazan estrías en la espina dorsal del oyente. Lo que llevo años sin escuchar de bandas Noruegas es aquí captado a la perfección; voces que se mimetizan con el tono agudo de la afinación de las guitarras con algún contraste más gutural (como mandan los cánones) haciendo de contrapunto vertebral a temas que se desarrollan y fluyen como venas rellenas de mercurio líquido.
Pocos datos biográficos puedo dar salvo que son un duo y se conectan con los Yaldabaoth y sobre todo Arria Paetus. La demo se graba en Lycaean Triune at the Unsafe Space en Anchorage, Alaska y se mezcla por Will Killinsworth (Dead Air Studio). El impresionante logo Old School de la portada (que casi que es la portada entera en sí) es de nada más y nada menos que Christophe Spazjdel (Emperor, Borknagar, Moonspell, Old Man´s Child... creo que lo mejor es que os paséis por aquí porque son 30 años diseñando Logos). THEY LEAPT FROM BURNING WINDOWS ya tenían una demo previa de 2015 (Slash Your Flesh, Drink To Death), un par de temas en algún recopilatorio de 2017 (Fairview Fog) y pare usted de contar. Por cierto, en una búsqueda exhaustiva sólo he encontrado 28 bandas de metal extremo en Anchorage, 9 o poco más haciendo Black Metal.... nada, un dato que dejo ahí para los estadistas.
Abre "Intro" al más puro estilo años 90. Riffs de guitarras crean un sucio y visceral fondo; una melodía minimalista en un hipnótico trémolo compite con el sonido de fondo del viento hasta que llega un `fade out´ con sonido de pasos en la nieve. Sin pausa arrancan los diez minutos de "Ceo Dlúth" con todo el viejo magnetismo ancestral del Black nórdico. Doble bombo inhumano acompañando a una percusión versátil, que lejos de estancarse un solo segundo va revolviéndose dentro de las dificultades de tocar a semejantes velocidades (Marduk, viejos Satyricon, Carpathian Forest...). De fondo aparece y desaparece una sutil sábana de teclado atmosférico mientras la voz tiene el tono/timbre de una griega que se abre en el hielo; un ciclópeo `Crevasse´ que transcurre inexorable y que se desgañita soltando letras que masturban a la Madre Naturaleza.
Un breve pasaje ambiental nos sirve para coger fuelle. Se baja el tempo y se discierne ese soniquete del teclado. Aparecen voces limpias al más puro estilo Pagan y luego vuelta a la paquidérmica parte principal (uno de los puntazos del tema en esta parte es que se deja al mismo volumen los sonidos de viento creando una sensación impresionante). Entre todo el maremágnum brillan unos apabullantes solos de guitarra muy melódicos en modo bucle haciendo que resalte el bajo que durante toda la grabación se reduce a cumplir su labor rítmica.
Dos toques de campana y empieza "Jamais Vu" con dobles voces imprimiendo cierto cariz Death al acabado; a pesar de la distorsión todo sonido es perfectamente audible (un 10 a la producción para mi gusto) y tras varias pasadas a la cinta te das cuenta que hay un muy buen nivel técnico, sobre todo en este corte que está plagado de detalles difíciles de captar por la velocidad a la que se toca.
"Bitterant" rompe con lo anterior empezando de forma más lenta, y manteniendo un tiempo algo más lento reminiscente a los primerísimos Dimmu Borgir del For All Tid. También puede recordar a algunos de los primeros discos de Darkthrone o la visceralidad de la escena austríaca (Belphegor en etapa primigenia). Base rímica, teclados y guitarras formando una muralla de crudeza que incluso se permite incursiones breves pero acertadas en el Death (me lanzo a la palestra y nombro a Dissection).
El tramo final es "Decay", tocada a la velocidad de la luz que termina en leves toques de piano que se continúan en la mayestática "Outro". Pisadas, viento y decadente piano para poner el broche de oro a lo que me ha parecido un ejercicio de estilo que va a sorprender a más de un oyente que se entretenga en condiciones en la cantidad de detalles del bordado sonoro de una demo que podría funcionan perfectamente como disco oficial.
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