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Fernando Brox a la Flauta travesera y efectos; Eneko Alberdo a la Guitarra eléctrica y efectos y Juanma Nieto a la Batería y percusiones presentaron ayer su FERNANDO BROX TRÍO ARREBATO, suerte de paleta estilística, ecléctica minimalista con leves toques de improvisación donde sin duda la fuerza de su actuación recayó en esa primera parte donde recreaban el submundo opresivo del segundo film de ZULUETA.
Partes procesasdas de flauta a través de pedaleras de efectos daban un cariz ambiental al asunto, con reminiscencias al MILES eléctrico pero sin llegar evidentemente al grado de sublimidad de aquel. Los ambientes etéreos de la flauta unidos a la amabilidad de los toques de batería y la guitarra tocada con bastante contención ayudaron a construir una especie de banda sonora alternativa para mi gusto demasiado preciosista para la suciedad de la presencia en pantalla de PONCELA y CECILIA ROTH.
El resto de la actuación transitó entre agradables recreaciones de JOE LOVANO, temas propios e incluso una versión de los BEATLES. Sonaron bien, pero soy de los que gustan asomarse al abismo de vez en cuando y no me quitaba la sensación de que quería algo más agresivo (también es cierto que estaba impaciente por ver a DOMINIC LASH y eso me influyó bastante). Toques de Jazz Fusión e incluso de la New Thing del ARCHIE SHEPP más accesible parecían flotar por allí. Otro de los puntos álgidos tras el inicio fue el tema propio "Nana" donde sí hicieron gala de ese minimalismo que me gusta que pasa del lirismo a la abstracción en cuestión de segundos. Versatilidad, calidad y calidez en una fusión plástica muy bonita con ciertos toques al DON CHERRY de su etapa más enclavada dentro de la World Music.
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Me duele el alma de recomendar el maravilloso segundo disco de DOMINIC LASH QUARTET, de nombre tan sugerente como "Extremophile", y que reseñé por aquí hace un tiempo; deciros que no voy a mentar nombres e influencias porque ya lo hice en profundidad con mayor o menor acierto aquí:
A la mala baba que se gastan los ingleses en su Free Jazz hay que unir varios factores. Uno de ellos es que se trata de un cuarteto en el que cada una de sus partes lleva acumulada un currículum que da para talar tres bosques, y la otra que el pivote sobre el que gira todo y que es la percusión demencial de JAVIER CARMONA no parece tener fin en su forma de expresarse. Lo he visto hacer maravillas con un set completo y con tres piedras y dos cachos de metal. La fuerza de TEJERO al saxo ya la he comentado más de una vez por ejemplo con SPUTNIK TRIO (aquí y aquí) como en esta absoluta obra de culto que es "Spain Is The Place" en la que se añadiría COLIN WEBSTER (aquí).
Sobre DOMINIC LASH y ALEX WARD podríamos estar hablando tres días, así que mejor que consultéis internet y terminamos antes. Paso a definir la actuación que dieron ayer con mis palabras.
Imaginad un PUÑO AMERICANO. El puño americano tiene cuatro huecos para cuatro dedos, y el quinto o pulgar queda libre. DOMINIC LASH QUARTET ayer fueron un puño americano, y el público, el Sparring de lujo al que agredir. Cuando uno se enfrenta a la fuerza de un cuarteto semejante y pone una y otra mejilla sabe que es difícil que la fuerza con la que te van a arrear está perfectamente repartida en cada nudillo, pero depende de nuestra pose y nuestra "blandura" el sufrir una agresión mayor o menor... traspolada esta metáfora a la música, DOMINIC LASH QUARTET siempre golpean con sus cuatro armas, dejando las aburridas improvisaciones solistas típicas del Jazz para crear un conjunto de base eminentemente Rock (no se me entienda mal, espacio hay para los solos, pero lo que prima no es la verborrea egocéntrica del músico sino la música fluyendo como un cable trenzado sobre sí mismo). Así dicho, el oyente tiene la ocasión de abrir sus poros y recibir el flujo en sus cuatro vertientes, o angular un poco la cara para captar detalles de uno u otro músico... pero ojo, ellos, los cuatro músicos, siempre te arrearán con todo.
El inicio del concierto fue quizás la parte más abstracta, con la base rítmica construyendo letanías apócrifas en cascada mientras el saxo rodeaba con su lluvia de saliva unos temas que tal como dijeron era la primera vez que tocaban en directo. A partir del tercio final se desató la locura, con esas melodías pegadizas de "Extremophile" que van creciendo con una intensidad que te desbarata a nivel molecular para crear luego homúnculos tuyos que se parecen a tí, pero no son tú.
La guitarra por cierto una maravilla que se compenetraba hasta con la Presión Atmosférica de la sala. No es Jazz, no es Rock... quizás Jock o Razz o algo así. El caso es que verde es la portada de "Extremophile", verde es el Brócoli, y verde es la bilis que soltaban ayer estos músicos. Impresionante el bis "Halt The Busterman" de su primer disco adaptado sin piano para la ocasión... como si a MANCINI le hubiera dado por el Free. SUBLIME.
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