Disfruto en estos momentos de un cargadísimo Necro-Café y deslizo unas líneas aquí y allá... las de aquí sobre cine y las de allá son con un músico de Pensilvania con el que estoy hablando del Culto a Priapo y los monumentos funerarios megalíticos, no os extrañe que incluso empiece a divagar sobre rocas en el cine fantástico, enterramientos Neolíticos en el Albéniz o incluso Cine de Terror Normando-Céltico-Gallego.
El asunto es que me levanté ayer a las 6 de la mañana para trabajar y excepto una leve parada para una ducha en casa, y a pesar de que me dio tiempo de hacerme un bocadillo que pensaba comerme en la primera sesión no almorcé.... estaba deslizando sutilmente el bocata de salchichón al inicio de Club Zero cuando un mensaje en la pantalla advertía de que la película iba sobre trastornos alimenticios y tal. Por alguna razón me pareció irrespetuoso comer mientras veía la película (no es broma) y volví a enfundar el pan en el macuto.
El estado de alteración al que llegué a las inmediaciones del Campamento Base Albéniz era considerable. Exceso de cafeína y estrés, inmensa alegría por ver a personas que veo anualmente (con algunas no tengo confianza para hablar pero me da igualmente una grandísima satisfacción verlas al pie del cañón año tras año) y ese calorcillo agradabilísimo de estar `in the heat of the moment´. Como siempre dar las gracias de corazón (en asistolia) a la organización completa (desde la gente de programación y prensa hasta los de Tanato-maquillaje) por hacerme partícipe otra vez (van 13 ostras....) de este carrusel de emociones tan fabuloso que es FANCINE.
Quisiera perdir sinceras disculpas a las personas que por mi culpa se quedaron ayer sin el cartel de `Cuando Acecha la Maldad´. Hacía mucho que no pedía un póster (el último fue `Jacinto´ y con la vorágine de la clausura hace dos años lo dejé allí) pero este me hacía especialmente ilusión. Prometo darme un hachazo en vuestro honor cada vez que lo mire y así el Karma se apiadará de mí por tan insolente acto de deshonor ayer. De verdad que me dio muchísimo corte el asunto así que le he mandado un Guasap a DANTE por si puede ampliar algo los círculos del purgatorio o inventar alguno para mí (ya sabéis... como los niveles del Candy Crush pero adaptados para `inadaptados´ como yo).
Antes de que esto se me vaya de madre, voy directo a las sesiones.
CLUB ZERO (JESSICA HAUSNER; FRANCIA, 2023)
`Una profesora de nutrición acepta un trabajo en un colegio de élite y crea un fuerte vínculo con un grupo de cinco alumnos, dando pie a una relación que acaba adoptando un cariz peligroso.´
Vuelta al Festival de la laureada cineasta austríaca Jessica Hausner tras la perla de `Little Joe´ de 2019, Lourdes (2009) o esa rara avis que os recomiendo buscar de `Hotel´(2004) que es todo un rompecabezas Lynchiano. Con una limpia y aséptica fotografía a la británica (ayuda muchisimo que haya sido grabada en el St. Catherine´s College de Oxfor), el fabuloso guión de Hausner es de esas tramas que puedes ir abriendo en capas de cebolla para conectar lo social con lo psicológico especialmente en este extraño Kali Yuga temporal en el que estamos inmersos.
Con un trasfondo ecologista/consumista y llevando al extremo posturas como el veganismo extremo o la falta de vínculos emocionales en determinadas familias de bien, el film avanza con el ritmo implacable de la banda sonora de Markus Binder que se viste de orientalismo (las influencias del Gamelan o la música de corte Gagaku japonés son evidentes) para subrayar momentos que podrían entroncar a la perfección con el cine de Gavras o Yórgos Lánthimos (`Kynodontas´/`Canino´).
Ayuda muchísimo la enigmática presencia de caras conocidas como Mia Wasikowska y por extraño que parezca, para mí son los padres los que más ayudan a hacer creíble el necesariamente forzado argumento. El largo plano final mientras se suceden los títulos de crédito y que puede conectar perfectamente con la icónica escena de Jesucristo en la Última Cena (en mi psique, se entiende) es excepcional, como excepcional es ese tono sectario/místico que seguro os hará reflexionar bastante.
CUANDO ACECHA LA MALDAD (DEMIÁN RUGNA; ARGENTINA, 2023)
`En un pueblo remoto, dos hermanos descubren a un hombre infectado por fuerzas malignas que está a punto de dar a luz a un demonio. Desesperados por evitar la entrada del Mal a su pacífico mundo, los hermanos descubrirán la terrible verdad: es demasiado tarde.´
Como agua de Mayo esperaba ver cómo evolucionaba Demián Rugna tras la muy prometedora Aterrados de 2017 que con sus defectos y virtudes, convertía lo simple en efectividad pura y dura. `Cuando Acecha la Maldad´, que viene precedida de su galardón correspondiente en Sitges, es sí o sí un clásico instantáneo y un ejemplo de lo que funciona y de lo que no... un espejo en el que otros cineastas de postín debieran mirarse para aprender por qué productos ultra caros a veces no aprientan el gatillo salival del siempre sendiento fan del cine fantaterrorífico. Digo yo que no sería yo el único cuando la sala estaba llena y el Sold Out se había puesto ya desde el día anterior.
Que la factura de la película tiene esa pátina inconfundible del fantástico argentino aporta muchísimo. Esa mezcla de Horror Folk y Road Movie son llevadas con precisión de director de orquesta para hacer que todo encaje como una sinfonía... da igual si es perfecta o no lo es (nada es perfecto) porque el ritmo narrativo es tan potente que el espectador se siente vapuleado de un lado a otro. Posiblemente si el tempo no hubiera sido tan rápido hubiera perdido fuelle, pero la soberbia interpretación coral (no quiero destacar a nadie en particular, pero para mí Ezequiel Rodríguez está inmenso) transforma lo inverosímil en terror en vivo y en directo.
`Cuando Acecha la Maldad´ no da concesiones. Hay tensión, hay casquería y hay mucha mala baba que es lo que a veces se les olvida a otros realizadores. Aunque hay que salvar las distancias estilísticas tiene esa frescura del primer Balagueró (para mi gusto ya soltó el fuelle de la bilis hace tiempo) o el ya bastante inocuo Paco Plaza. No distingue de edades (ya lo hico Ibánez Serrador) y para mí entronca con muchas escenas distintas... sin más, no me podía quitar de la cabeza a Can Evrenol en la demoledora cinta turca `Baskin´.
Podría estar hasta mañana escribiendo de la película, pero creo que la experiencia directa es la mejor reseña en este caso. Y por supesto, Uriel es el mi nuevo ICONO de terror.
EN ATTENDANT LA NUIT (CÉLINE ROUZET; FRANCIA/BÉLGICA, 2023)
`La familia Feral planea parecer normal y amigable cuando se muden al nuevo vecindario. Sin embargo su hijo, Filemón, se acerca a su nueva vecina, Camila y su sed de sangre crece lo suficiente para que su diferencia se vuelve imposible de ocultar.´
Cuando el cine francés de terror decide darle una vuelta de tuerca a los viejos miedos y a los viejos arquetipos lo hacen con su particular modo de ver las cosas. Los viejos miedos, los viejos terrores (vampirismo cogido con pinzas ultra dramáticas) se viesten de gala en una película que circunstancias personales me hizo saltar las lágrimas (es algo muy muy personal y no lo voy a contar aquí). Huyendo de adolescentes productos a lo `Crepúsculo´, sin la crudeza de otras vueltas de tuerca como `The Addiction´ de Abel Ferrara, Cèline Rouzet como la magnética Élodie Bouchez que siempre me ha parecido la versión algo más amable de la perturbadora Beatrice Dalle (`Al Interior´, 2007).
El tono in-crescendo de la narración tiene un epílogo urdido a fuego lento aunque en líneas generales y a pesar de haber entendido a la perfección esa dicotomía entre las nacientes pasiones adolescentes dentre Camila y Filemón, la resolución final no me ha terminado de convencer pero ya digo que en sí no es un defecto sino cuestión de gustos. Por lo demás, el acentuado tono dramático que impone Rouzet y esa crítica soterrada entre la unión familiar ante la adversidad extrema en contraposición con las vidas de postín es un acierto, sobre todo porque afortunadamente no busca la sensiblería por mucho que agunos medios insistan en tildarla de drama adolescente.
Nuevos pero viejas encarnaciones del terror. La sangre es vida que diría Marion F. Crawford aunque `En Attendant la Nuti´ quizás la sangre es la muerte en vida. Muy recomendada.
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No sé si habré elegido bien las películas diarias, pero así de bote pronto el primer día ha sido de 10. Mañana más. Que la Providencia os conserve en formol existencial y que no dudéis que sois parte importante en que el olor característico de las salas de cine no se acabe convirtiendo en una leyenda urbana de tradición oral. Sin ser un experto en gestiones, noto a FANCINE más fuerte que nunca y poco a poco pero inexorablemente (no sé cual es la solución), el Albéniz se le va quedando pequeño y esto es muy, pero que muy positivo.
Hasta mañana (que es hoy).
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