No puedo afirmarlo con rotundidad pero conociendo la cinefilia de JAULA al menos una yema de un dedo pondría en el fuego. Pienso que OPHÜLS está relacionado (o no) con la figura del dramaturgo y cineasta Max Ophüls como bien podría reflejarse en la sugerente y teatral portada del disco The Demons editado en formato digital por SENTENCIA RECORDS y que quien me conoce detrás de la pantalla sabe que estoy frito en que tenga repercusión física.
La razón por la que este disco no ha trascendido más del boca a boca en los medios es posiblemente su carácter difícil, hermético y rizando el rizo, yo creo que porque hay que pagar para obtenerlo siendo un archivo digital. Mi opinión sobre todo esto me la guardo porque ya digo que mi granito de arena he intentado aportar para que la edición física viera la luz (de alguna u otra manera).
The Demons son 53 minutos divididos en 7 cortes que funcionan a modo de suite. Ni es electrónico del todo, ni se acerca lo suficiente al metal para considerarlo afluente de SUNNO))) o algo así, pero sí que mantiene ese toque mágico y lánguido en las guitarras junto a un vibrátil procesado del sonido que lo mandan de inmediato a la sección de Rara Avis. A lo largo de todos estos años he encontrado artefactos extraños que mezclaban el Doom Drone con la electrónica pero pocos tan líricos como este experimental y olvidado trabajo de JAULA. A veces pienso que su sobrenombre es real hasta el punto de que su potencia y arte creativo están metidos dentro de unos barrotes de hierro que sólo él se permite abrir. Un encierro pactado con sí mismo sin carcelero jugando el más extraño juego de roles que pueda darse.
Si algunos temas son construidos a golpe de cizalla (`Destructive Policies´ e `Invisible Spectrum´), otros son delicadas piezas de orfebrería ambiental decadente como `Red Snow´. Curiosamente, el título de este tema es el mismo que el de un corto del serbio Luka Popadic que fue presentado en el Max Ophüls Filmfestival Saarbrücken de 2014, pero seguramente todo este metaficción masturbatoria mía y nada que ver con la realidad.
La abstracta y noir futurista `The Eye´ es un monolito de Noise Industrial de raíces noventeras a lo CONTROLLED BLEEDING, ESPLENDOR GEOMÉTRICO o WHITEHOUSE pero con una doble capa que subyuga detrás de la cortina de ferretería que nos impacta en los tímpanos. Es como si JAULA se hubiera hecho violinista pero sin violín; sustituyéndolo por una radial que toca con un hilo de acero engarzado en el arco de madera. Música clásica para tiempos que no existen.
La monstruosa y corta `Wolves´ es una mermelada de guitarrazos que más quisieran para sí O´Malley, Dylan Carlson y la madre que los parió. Notas acopladas, sostenidas y moldeadas en un torno. Un Shawarma que no es de pollo ni de cordero sino Metal Mixto... estaño, cobre, zinc y otras aleaciones que disparan chispas fulgurantes en los fuegos artificiales atávicos y primordiales de los primeros herreros. Sigue la épica `Early Morning On Fire´ tan variada como el tránsito de un estropajo metálico electrificado por una tubería de plomo... "Meditación trascendental versus Peristaltismo/Psicorragia.... Usos, contraindicaciones y beneficios". Sólo en los minutos finales se atisba una especie de score melódico desenfocado como el fotograma de una película de los años 20.
Si crees que tienes suficiente, te queda el Country Industrial de "Magnetic Fields". Folk doom para máquinas cibernéticas. Pastoreo de ovejas eléctricas que sueñan con no se qué de androides y en sumas cuentas, un temazo oscurísimo que deja en pañales a la mitad de cosas de electroacústica oscura que están surgiendo en estos años.
Por momentos parece como si Penderecki hubiera sido invocado con una Ouija con potenciómetros y estuviese dirigiendo una orquesta de muertos en otro plano. Ordalía de violines, cuerdas y músicos que tocan con los espasmos tónico clónicos de la animación stop motion. Los demonios joder, los demonios...
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