Este mismo año os hablaba del tremebundo disco "Nemesis" que se habían marcado CONFABULATON QT con la formación de A.L.GUILLÉN / ANTONIO MURGA / SANCHO CAMPOS y ANDRÉS GONZÁLEZ. Creo que de cara al próximo texto que nos ocupa sería bueno que releyerais dicho texto antes de continuar para poner las coordenadas en un mapa percusivo particular en el que nos vamos a meter de lleno:
Pues bien, la Obleah Ungida titulada "The Lion And The Horse" ha sido editada por GRUPPO UNGIDO (Oblea Ungida#26/mónada ungida 20) en formato digipack con una preciosa portada de ANTONIO VIEIRA bajo diseño general de MARIPI RODRÍGUEZ. La duración del disco... la friolera de 9 minutos en total repartidos a lo largo de 8 cortes de minuto y pico de duración cada uno y que funcionan mejor en su conjunto; a modo de suite percusiva o algo así.
Sobre la biografía de SANCHO CAMPOS podéis consultar y leer en profundidad aquí.
Si hace poco os escribía sobre un disco de percusión pura y dura ("Imatges" de JESUS GALLARDO), en esta ocasión el grado tribal y bizarro se acentúa en modo superlativo, consiguiéndose una suerte de viaje rapidísimo por una selva nocturna en la que sólo los más versados serán capaces de captar la infinidad de detalles. En este país tenemos grandísimos percusionistas dentro de la improvisación y el Free Jazz... el propio Jesús Gallardo, Avelino Saavedra o Javier Carmona son bastiones y columnas de un templo en el que SANCHO CAMPOS es otra de sus bases imprescindibles.
Una vez que le damos al play nos vemos metidos en una especie de pulso tribal constante y mantenido que no decae, reforzado por algunos punteados de platillos y los cascabeles en segundo plano. La caja hay ocasiones que suena marcial y militarizada, pero en otras adquiere la inmanencia de una vieja danza africana. Cuando uno cierra los ojos y se deja llevar por el acelerado tempo pierde pie y de tal forma que se alcanza una especie de drone percusivo muy curioso con pocas variaciones durante todo el disco. La técnica es contenida y abigarrada... barroca diríamos porque todo suena apretado dando la sensación de que si cogiésemos el disco y lo ralentizáramos se expondrían mil y un trucos de percusión difíciles de captar en las primeras escuchas.
El detalle de sintetizador en "Mr Zam Zam" rompe brutalmente el disco dando un aire de rareza considerable al asunto (me hubiera gustado más momentos como este). Conforme nos adentramos en el tramo final los aires tribales y danzarines se tornan abstractos y ya un no sabe si está en África o en una Jam session con SUN RA en las estepas áridas de Plutón.
Disco bastante complicado de asimilar debido a su corto minutaje, que comprime en 9 minutos toda tribal danza ancestral que podría tener sus orígenes en cualquier parte del mundo. Su objetivo es comunicar, manifestar lo salvaje a este mundo mediante el exorcismo de lo percusivo. Al menos es lo que yo he captado.
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