sábado, 8 de julio de 2017

BLOOMING LÁTIGO / VOR (SALA VELVET; 7 de JULIO)



La historia es como sigue. Va uno e intenta cuidarse de una contractura del copón. Aterrizo en la Sala Velvet impregnado de relajantes musculares y benzodiacepinas varias y me digo... oye, tú, el que está ahí, no te muevas demasiado. Tranquilito y cuídate esa espalda. 

Vale... y empiezan BLOOMING LÁTIGO y me digo, "para qué mierda quiero el cuello", mañana dolerá, pero da igual, porque es imposible no sentirse apabullado por la energía telúrica de esta banda o magnética presencia de Xavier Castroviejo, poseído por células de Steve Austin de TODAY IS THE DAY mas la socarronería del primer GREG GRAFFIN (cuando era un jovencito en los BAD RELIGION). 

Pero vaya, que todo es hablar por hablar. BLOOMING LÁTIGO son como irte de safari y darte cuenta de que los malditos elefantes van a pasar por encima tuya. Sí, son esos de las dos baterías y un bajo... pero es que esa base rítmica tan particular es una engrasada máquina industrial. He vertido ríos de tinta digital sobre ellos y la verdad es que los calificativos ya se me van agotando. La versión de "La Polla Records" que por cierto no reconocí (Xavier me lo comentó después) transformando punk en apocalipsis y en cierta medida recordando a esa visceralidad que teñía la música en los 90, lentitud noise de la que hace que cagues alguitrán. BLOOMING son técnicos pero brutalmente bailables y si tienes narices a ver si puedes seguir los pasos de Castroviejo, posiblemente el frontman más difícil de fotografiar en directo.

Yo no sé como me las apañé, pero cuando llegué a casa y fui a orinar tenía los cojones reliados en un nudo marinero.





VOR vinieron con la misión exclusiva de joder los oídos de la gente. Los huesecillos timpánicos otrora jóvenes y felices del personal se convirtieron en harina. Prescindiendo de sus partes más experimentales de "Tu Clave Es Jonás", se concentraron en una suerte de putrefacto Noise Grind Sludge lo que sea atronador. Se rompían los parches, se movía la alfombra, se caían los micros... a esto se le llama intensidad. Las trazas levemente kraut y cósmicas del disco se transformaron en extremismo puro y duro y me consta que había gente que se salía porque no podía aguantar el volumen del sonido.

Si peinas canas verías cosas a lo BURNING WITCH por ahí o también la malsana textura del "Sadness Will Prevail" de los TODAY IS THE DAY (otra vez)... o a los primeros MOSS con HELLHAMMER. Temas más grindcore contrastaban con requiebros Doom de esos que ponen "sigue buscando, hay miles de collarines cervicales gratis". Un directo devastador de una banda en ascenso.

Genial conocer a la salida a los organizadores de eventos como el SOUTH BANGERS FEST y poner cara a la impersonalidad de Facebook. Llegando a casa me doy cuenta de que parece que tengo un maldito grillo metido en el oído izquierdo... no sé si es real o un acúfeno, pero como soy inquieto y por naturaleza voy a indagar con el punzón.





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