Aunque quizás no era el ambiente adecuado para una propuesta tan oscura como la de MIRAFLORES, la descarga visceral de su sonido ayer en el SMS FESTIVAL dejó bastante claro que como te descuides esta gente te saca la espina dorsal de un tirón por el culo.
En el artificialmente creado SOHO malagueño, ese experimento fallido de locales cerrados, tapias pintadas con cuatro graffitis y aires pseudo-turísticos, MIRAFLORES se cagaron en los espíritus invocados de los Stooges, los Mc5, Can y The Birthday Party. Una descarga eléctrica de Noise Rock de tintes satánicos y militarismo Kraut que posiblemente suene mejor en los espacios cerrados de un viejo Búnker abandonado que en los ambientes happy fiesteros que dejaron los belgas TGMS.
Y es que no lo puedo evitar, la cabra tira al monte, y este que firma esta pequeña crónica es enemigo de los ambientes y sonidos felices. No soporto la felicidad musical, y es la razón que me lleva a pensar que programar a un grupo como MIRAFLORES a las 8 de la tarde es un error de peso, pero bueno, eso son otros temas. MIRAFLORES son las gafas de sol de tu puta cordura y créeme, aunque sea peligroso mirar al sol durante un eclipse, nunca la ceguera fue tan elevadora y demencial.
Crudos, ruidosos, penetrantes como un taladro industrial, teñidos de percusiones Motorik y con un cantante creado con los genes de Iggy Pop, Damo Suzuki y Mick Jagger (pero con el deje de SATYRICON en su disco VOLCANO), MIRAFLORES son tan atávicos como descubrir el fuego.
Tan gruesos, oleosos y adictivos como un mazapán en Agosto. Tan oscuros como las algas que se crían en los desagües salitrosos del Guadalhorce... y créeme, tan recomendables como columpiarte desnudo en un columpio calentado con un soplete.
Cuando muera quiero que oficien mi funeral y canten SHAKE THE PRESSURE.
Gracias de antemano.
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