La friolera de 1.100 páginas tiene La Cúpula, el último éxito literario del prolífico Stephen King, y la verdad es que tengo que decir que me han pasado como un suspiro.
La Cúpula es tremendamente adictiva y una vez lo empiezas, para bien o para mal ya no lo dejas hasta que lo terminas. Según palabras del propio Stephen King, La Cúpula es un proyecto que inició en 1976 y que abandonó ante la enormidad del asunto, volviéndolo a retomar prácticamente 30 años después, con un Tito King mucho más curtido y recuperando la mala leche de antaño, que ya se echaba en falta.
Como he dicho, el libro para mí recupera la esencia perdida del Rey del Terror, con esa a veces desesperante manía (para mí virtud) de alargar algunos acontecimientos y situaciones hasta el límite de lo impensable, lo que dota a sus narraciones de mayor verosimilitud en detrimento de otros escritores que son más directos y van al grano.
También es destacable que en La Cúpula, Stephen King deja un poco de lado su aspecto sobrenatural de libros como "Historia de Lisey" o "Duma Key", para reflejar el lado más mundano de las relaciones interpersonales, cual Gran Hermano a lo bestia; aunque el tema no sea el más original del mundo, sí que lo es su forma de abordarlo y de magnificar los detalles más nimios, hasta el punto de que cuando terminamos un libro de King, podemos adivinar perfectamente qué reacción tendría cualquier personaje ante una determinada situación, tal es la cantidad de detalles descriptivos de sus pensamientos, pasado y síntesis del personaje que el autor realiza.
La Cúpula en esencia parte de una historia sencilla: Chester´s Mill, pueblo del Condado de Castle Rock, es rodeado repentinamente por una cúpula transparente de origen desconocido y prácticamente indestructible, con todas las consecuencias que ello puede acarrear: escasez de víveres, cambio climático en el interior de la cúpula, resurgimiento de antiguas rencillas entre sus habitantes... en definitiva, todo un caldo de cultivo para que Stephen King desarrolle su mala leche innata como en sus obras épicas It o Apocalipsis. De hecho, La Cúpula es una de sus obras más extensas y según dice el al final del libro, el manuscrito original era aún mayor...
Para algunos pues, La Cúpula puede ser un auténtico tedio interminable, pero para aquellos que gustan del estilo de King, seguro disfrutarán de lo lindo con sus paranoias mentales y capacidad para mantenerte en vilo.
El final?... bueno, esa es otra historia. Tal y como el final de Lost, los habrá que disfruten de lo lindo y los que se caguen en la madre que parió a King... personalmente, un 10, y es que tras reflexionarlo tranquilamente, La Cúpula no podía terminar de otra manera más que como termina. Mejor o peor, eso debes de decidirlo tú si es que te atreves a embarcarte en esta monumental odisea, que como casi todas las obras del Rey del Terror, ya tiene su réplica televisiva (con mayor o menor acierto, ya que la mayoría de las adaptaciones de King a la pantalla son auténticos bodrios, salvo excepciones que se convierten contrariamente en obras maestras del cine... curioso).
Lo dicho: EN CHESTER´S MILL TODOS APOYAMOS AL EQUIPO...
Lo has descrito muy bien. Me reitero en todo lo que has dicho (sin que sirva de precedente)
ResponderEliminarYO TAMBIÉN APOYO A KING! KING KING... HURRA!
Ana de Michael
Completamente de acuerdo contigo, a mi también se me pasó en un suspiro, a pesar de su enormidad y la disfruté un montón, fue hace tres veranos que la leí y guardo muy buen recuerdo.
ResponderEliminarSaludos, me encanta tu blog.
Muchísimas gracias.
ResponderEliminarUn saludo!