lunes, 20 de julio de 2020

KHMER - "LARGA SOMBRA" (VARIOS SELLOS, 2017)


KHMER (sobre el nombre no comento nada, sólo tenéis que hacer una búsqueda rápida por internet),  es una banda de Madrid con músicos ya curtidos en la escena (Escuela de Odio, El Ego, Another Kind of Death, Desert Icons, Sounds of Silence, El Ego...). Vienen a formarse en 2012 que es cuando sacan su Demo debut y un año después se marcan un Split con After Forever en el sello Long Legs Long Arms, que es el que recoge su Nubes que Anuncian Tormenta (masterizado nada más y nada menos que en los Finnvox). Sigue otro Split en 2015 con Livstid acompañado de una recopilación de todos sus trabajos (estamos en el 2016 o así) y en 2017 este Larga Sombra que es el álbum en el que voy a profundizar. 

Antes, quiero hacer una reflexión; cada vez que me encuentro propuestas de metal extremo con retazos Crust, Hardcore y Punk (se mezcle con Death, se mezcle con Doom o Black), tengo que retrotraerme inexorablemente a lo que me parece una pieza angular de todos estos sonidos en España, el tremebundo Split a 4 bandas WATERLOO (con Mayúsculas). Another Kind of Death, Adrift, Moksha y Moho, un Póker de Ases que reventaría estilos en 2006 (editaba Underhill Records). Un clásico cuya estela casi 15 años después sigue más que activa. 


Si los sonidos Crust que venían de Barcelona o Madrid eran pútridos como el vapor de agua de un cuerpo en descomposición, no menos cierto es que propuestas norteñas como Ictus, Despeñaperros o los excelentes Keziah aportan toda esa mugre arrastrada tan característica del Sludge. A lo que voy... si el Black Death se mezcla con las bandas/estilos que os he comentado arriba el resultado no serán gélidos páramos nevados con guitarras cortantes sino una suerte de instrospectivo muro de sonido que roza el Shoegazing Urbano, a ratos nihilista, a ratos existencial. A eso suenan KHMER.

En Larga Sombra la formación queda establecida así: Olaia Can Kill U (cuerdas de tripas en número de 4); Michel Vigo (panderetas de tímpanos estirados); Iván Ferro (seis tendones en un mástil) y Mario C. Vaises (cuerdas vocales fenestradas). Se edita en todos los formatos posibles resaltando un impresionante artwork del propio Mario C. Vaises que casa a la perfección con el contenido de las letras y el espíritu de la banda. Grabación en los ya clásicos Kollapse Studios y como cortesía al sello japonés Long Legs Long Arms se incluye textos en japonés. Y sí, es una coedición enorme por lo que al final de la reseña incluyo el bandcamp del sello que me ha proporcionado la copia.


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* CD: Violence in the Veins, WOOAAARGH, Long Legs Long Arms.
* LP y Box LP: WOOAAARGH, Long Legs Long Arms, In My Heart Empire, Halo Of Flies, The Braves Records.
* Cassette: Violence In The Veins, Catmouth Records, Wooaaargh.
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"Larga Sombra" abre como un ciclón con detalles de Black Death melódico a la sueca. Guitarras ultramelódicas, base rítmica muy apretada/técnica y registros de voces que si te pones a analizarlas fuera de contesto no están tan lejos de los primeros In Flames o Dark Tranquillity. Curioso cómo a pesar del injerto de pasajes Crust la raíz sueca sigue resaltando en muchos de estos proyectos aunque eso sí, los cambiantes riffs de guitarra tienen un marchamo algo más hardcoreta de lo habitual. Muy bueno el cambio de tercio final y giro hacia un medio tiempo que hace resaltar la crudeza de las voces. 


Impresionante el doble bombo cuando entra "Perdiste el Filo", himno Black Crust con velocidades de vértigo donde para mí la verdadera protagonista es la impresionante percusión. La afiladísima línea de la guitarra corta con la precisión de un bisturí, contrastando con las melodías pseudoacústicas del interludio "Corriendo Tras el Fuego...", pausa de hidratación atmosférica y vuelta a la bilis mascada de "El Ardor de la Crueldad". Si pegas bien la oreja a los auriculares y sigues las intrincadas progresiones de todos los instrumentos te das cuenta que se roza el Math Rock aunque esas pausas (que no son tal... son como cavidades virtuales) y subidas de 0 a 100 a quien me traen a la cabeza son a At the Gates.

El segundo tramo del disco incluye temas más experimentales. La flotante "A Este Lado de la Luna" se basa en percusiones atmosféricas sobre una pátina de distorsión a las guitarras; acoples, semi codas rasgadas resultado de diseccionar pequeños pasajes Black... todo hasta que en el minuto 2 o así se da pie a una cadencia (impresionantes los platillos) cuasi oriental. El único defecto o pega que pongo es el tracklist... personalmente "Lo que Deja Cicatriz" hubiera quedado mejor al inicio del disco con temas como "Perdiste el Filo". Para mí el sucesor natural de "A Este Lado de la Luna" es "Soledad", temazo de Black atmosférico con cierto regusto a bandas norteñas como Numen (leves detalles).


El álbum se finiquita con "...para Ver el Mundo Arder", brutalífica continuación del otro instrumental del disco y que tira por una onda más Post Hardcore y Sludge. Una nana herrumbrosa con toques a Neurosis o Sons of Otis y que crece con una intensidad extraña; por alguna razón se me viene a la cabeza que tiene estructura de Haiku Japonés y acto seguido estoy pensando en Obake de Hands of Fatima. Problemas mentales personales aparte, KHMER son una muestra del impresionante estado de salud que vive la escena del Metal extremo patrio y su Larga Sombra un must-have en toda regla.

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