miércoles, 25 de diciembre de 2019

PYLAR - "HORROR CÓSMYCO" (HUMO INTERNACIONAL; HUM017, 2019)


I.  ////////// Non Relinquam Caput Pupa //////////

"Entre las angustias de los días que siguieron está el mayor de los suplicios: la inefabilidad. Jamás podré explicar lo que vi y conocí durante esas horas de impía exploración, por falta de símbolos y capacidad de sugerencia de los idiomas".

Lovecraft


Antes de comenzar a meterme de lleno en con una de las bandas que están revolucionando la escena de la música a nivel nacional e internacional, quisiera citar a Simon Reynolds en la introducción e su libro de mini-ensayos Después del Rock, Psicodelia, Postpunk, Electrónica y Otras Revoluciones Inconclusas con el objeto de que el sabio lector se de cuenta de la tremebunda bajada de calidad que vive el periodismo musical hoy día. Dice Reynolds

"En consecuencia, la prensa musical tuvo una enorme influencia, y determinados escritores -los impulsivos, los aquejados por complejos mesiánicos - disfrutaron de un prestigio y de un poder que hoy resulta difícil de imaginar (...) Esta combinación de activistas críticos (....) sirvió de combustible a un síndrome de evolución de carácter arrollador. Una tendencia competía con otra y cada nuevo desarrollo se veía rápidamente seguido de una etapa reactiva o de un viraje brusco.  (....) Emergió una nueva generación de periodistas musicales, cuya escritura parecía estar hecha del mismo material que el tipo de música que defendían. (....) Algunos grupos existían más en el nivel de las ideas que en el de las propuestas plenamente realizadas, pero sin embargo marcaban la diferencia por su sola existencia y por tener buenas apariciones en la prensa".

Ojito con lo que acabáis de leer porque entronca directamente con todo el acervo musical que nos está dando PYLAR en nuestro eje temporal, con la salvedad de que en esta ocasión, la prensa (especializada o no), no sabe cómo diantres acercarse a la propuesta de un grupo que se sale completamente de los estándares. Dicho de otro modo, hay bandas que no se merecen la prensa que aquí se estila, y esto ya se está convirtiendo en un mal endémico que va a ser difícil de erradicar. 


Leyendo toda la diarrea literaria que está saliendo a propósito de su nuevo Horror Cósmyco, uno se da cuenta del bajísimo nivel del que escribe críticas musicales (me incluyo, no vayáis a creer que uno va de sobrado). Los reiterados usos de adjetivos son comodines que lo mismo le valen para un disco de Sludge que para otro de Black Metal, y para lo nuevo de PYLAR, pues lo que se hace directamente es mezclarlos todos para intentar que el oyente tenga una sensación de peligrosidad/amenaza que en el mejor de los casos lo que hace es moverse dentro de una pueril sucesión interminable de idiocias a la enésima potencia. Críticas literarias que más parecen un copia/pega de unas y otras y que parten de la base de una búsqueda de hemeroteca sí... pero por las hemerotecas de los diccionarios de sinónimos.

La culpa de todo este momento extraño de la crítica musical la tiene la irrupción de una corriente/moda de escribir en la que cada pluma se cree digna heredera tentacular de lo Lovecraftiano, y por tanto, se acaba todo desviando hacia lo Numinoso y olvidándose de lo que también importa, que es el análisis musical tanto del producto en el momento en el que sale, como su correlación con todo lo que le rodea en el pasado (del futuro ya se preocuparán otros). 

Decía también Reynolds que los periodistas musicales de la década de los 80 aprovechaban sus textos para ofrecer pequeños ensayos artísticos (sobraba muchísimo espacio en revistas como NME o Melody Maker), y por ende, surgió esa corriente tan potentísima de popes de la escritura musical, con tal grado de influencia que creaban/derrocaban escenas y hacían surgir términos, etiquetas e incluso eran capaces de predecir el futuro de la música.

Antes de adentrarme en la nueva obra de PYLAR, simplemente diré: Non Relinquam Caput Pupa.


II. ////////// Horror Cósmyco o la Infección del Lenguaje //////////

"All my two-dimensional boundaries were gone
I had lost to them badly
I saw that world crumble and thought I was dead
But I found my senses still working

And as I continued to drop through the hole
I found all surrounding
To show me that joy innocently is
Just be quiet and feel it around you"

5D The Byrds

(fotografía de Elena Lenguas)

Primera parte de una trilogía, PYLAR se adentra por otros derroteros más experimentales si cabe tras su celebérrimo A Ella Te Conduce la Sagrada Espyral. Su discurso cambia de coordenadas; una vez empapados de los mitos y creencias (de arena y piedra) Atávico/Tartésicas y sus conexiones con la Diosa, irrumpen abruptamente en lo Cosmogónico y el Terror Ancestral del miedo al Cosmos. Apoyados por la séptica prosa de Francisco Jota Pérez, que le viene como anillo al dedo a esta nueva fase dentro de la evolución de la banda, convierten su tejido y maraña de sonidos en una espesa mortaja donde hay unos cambios más que evidentes. 

Los teclados son más espaciales, se juega más con esa angulosidad efervescente del Kraut electrónico pero sólo en determinados y puntuales momentos. Por contra, destacan varios pasajes donde irrumpe por vez primera una suerte de ritmos Sludge en las guitarras que recuerda a una malsana recreación de los MOHO, LORDS OF BUKKAKE y bandas similares, pero dentro de una producción mucho más embarrada... y es que uno de los aciertos de este Horror Cósmyco es la producción (en los Atlantes territorios de LA MINA). La excelente cubierta y todo el artwork es obra de Gonzalo Santana y la edición vuelve a ser de HUMO INTERNACIONAL tanto en CD como LP.

El uso que se hace del violín, la trompa y los teclados es realmente complicado de desenmarañar y si no me equivoco, esa ha sido la intención de la banda... una mini orquesta tan procesada que no me atrevo a separar lo que es un violín en plena descomposición del paquidérmico soplido en sordina de la trompa... al fin y al cabo, yo lo que quiero es que el golpe sea tan potente que me noquee, así que no soy de los que necesitan establecer qué suena a cada instante y en cada lugar.

Eso sí, cada instrumento está en el mismo plano de la voz, pero sin que nada se tape, por lo que el efecto psicodélico (o psicotrónico, ya que estamos) se multiplica a la enésima potencia. Discurren los 40 minutos como una pútrida Aurora Boreal que trajese mierda y miseria porque otro de los grandes aspectos de este trabajo es que lo épico se ha borrado por completo para sustituirlo por un discurso del Miedo en Gravedad Cero


En anteriores entregas de la banda, asistíamos a un diálogo supraterrenal entre Joseph Campbell, Robert Graves, Alan Moore y Gimbutas, pero con la irrupción de ciertos parámetros Black metaleros, PYLAR ha decidido entrar en esa corriente de insania estelar de Ligotti o Lovecraft que tan bien le sienta al Black Metal funesto de Deathspell Omega, Blut Aus Nord, Portal, Altarage o incluso Teitanblood.... es decir, los elementos progresivos de identidad de la banda se mantienen pero se mezclan con furiosos arranques angulares de blast beats y voces guturales (otra novedad) que desplazan ligeramente los furibundos cánticos rituales de anteriores trabajos.

El Universo Musical que nos ofrece PYLAR en Horror Cósmyco está empapado de miedo. Una de las grandes premisas Lovecraftianas.... o una de las que se me antoja más aterradora es esa de los ángulos irreconocibles/no euclidianos o lo que es peor, mirar hacia el cielo y no reconocer las constelaciones. No puede el Ser Humano imaginarse una forma más extrema de perder pie que no encontrar sus coordenadas en el Universo.

PYLAR aprovecha esa sensación de miedo y pavor para llevarla a su terreno y por lo tanto equiparar lo Macrocósmico con lo Infinitesimal en una alegoría que si aunque no funcione para la eternidad, sí que lo hace para los 40 jodidos minutos que dura el asunto.

II. ////////// Timor Amoris Generat Mundus Vacuus //////////
"Poisonous gardens, lethal and sweet,
Venomous blossoms
Choleric fruit, deadly to eat.
Violet nightshades, innocent bloom,
Omnivourous orchids
Cautiously wait, hungrily loom
You will find them in her eyes,
In her eyes, in her eyes".

The Garden Of Unearthly Delights, Dorothy Moskowith

(fotografía de Elena Lenguas)

Abre el disco "Tinieblas y Fulgor". Tenebroso in-crescendo cinematográfico donde la trompa se aliena con teclados y efectos que parecen masturbaciones de un Korg MS120 sobre la que se van sumando redobles de batería y una guitarra mucho más atmosférica que en anteriores discos. La voz de Lengua de Carpa parece llegar de otro plano de la realidad, cosa que se repetirá a lo largo de todo el disco hasta el punto de que parece que estuviésemos ante un disco instrumental.

En el minuto 5 ya están todos los elementos en la palestra y en esa clásica subida  de ritmo en PYLAR siempre me acuerdo de los SWANS y su forma de abrir los conciertos... los instrumentos se van sumando hasta que el muro es impenetrable provocando una experiencia embriagadora a la par que inmersiva. Los devaneos mántricos dan lugar a la machacona, metálica irrupción de un riff de guitarra pétreo (podría soportar el peso de todo el Universo); el violín sobrevuela con notas cortas pero angulosas a la pesadez herrumbrosa de una batería que marca un pulso al más puro estilo YOB, SONS OF OTIS, SUNNO))) y otras bestias pardas del estilo.

Para el minuto 6 todo se ha convertido en una psicodélica coda con extructura Sludge. Las cuerdas vocales de Lengua de Carpa se han petrificado y juegan de forma dual con entonaciones Black y chillonas homilías propias del Hardcore... pero claro, todo eso dentro de un Muzak insano con tantas capas que para llegar a la base tendriamos que pasar por quirófano. 

Otro de los aspectos a destacar es la trompa, que suena tan lejana que podría ser el chirrido de electrones derrapando en una puta carrera de partículas e isótopos. Atentos a la bestial forma de finiquitar el tema. Cerrad los ojos y buscad como en una sopa de letras los instrumentos; canta el violín, la trompa hace coros esporádicos mientras el Universo se está pudriendo y tú no te estás dando cuenta. El agua que buscamos para la vida es el exudado de una inmensa, abismal úlcera que se está comiendo metastásicamente la Realidad. 

(fotografía de Elena Lenguas)

"La Nada (se Cierne sobre Todo)" se mete de lleno en la experimentación. Toques fúnebres de la guitarra recuerdan a algunos proyectos como Funeral Moth, los arranques lentos y febriles de Monarch y cosas así, pero PYLAR han llegado al punto en el que es casi imposible compararlos con algo concreto sin jugarte el prestigio. Una percusión minimalista, idas y venidas de sábanas de teclados, una plañidera voz y la sensación de estar asistiendo a un cruce entre la primera fase comunal de AMON DUUL y las partes más tribales de NEUROSIS

La Cara B se abre con "Negros Abismos sueñan mi Muerte", que me suena a ORTHODOX por los cuatro costados en su inicio, aunque abruptamente se lanza a una cabalgada llega de detalles, con una histriónica línea de trompa y violín en diálogo cuneiforme compitiendo por la cordura. Salvaje el doble bombo y los registros vocales que alternan entre la guturalidad y el timbre característico del black. Cambios de ritmo y un sonido eclesiástico que no sé que diantres es que lo inunda todo como poliuretano; y es que hay algo de fondo que suena como un órgano tocándose dentro de una catedral fabricada en la Estación Espacial Internacional con piedra de meteoritos. 

El disco se cierra con lo que es el mejor tema en mi opinión. Un circense ambiente marcado por la cabaretera, afrancesada melodía de un violín en estado de gracia sonando casi como un acordeón, marca el inicio de "Tenebrosa Armonía" que lenta, inexorablemente se va cargando de toques industriales a lo Killing Joke de su nueva etapa y la sensación de estar metidos dentro de un Tiovivo que va a la deriva atravesando un Agujero Negro. Una batería sublime liderando la faceta más avantgarde de PYLAR y dejando la sensación de que este tema es el puente hacia el segundo volumen de la trilogía que está por llegar. 

Voy a cerrar la reseña con un trozo del excelente texto de FRANCISCO JOTA PÉREZ que capta a la perfección con su maravillosa forma de escribir el sonido de Horror Cósmyco:

"Érase una vez una transformación por vaciado de excrecencias de la evolución y ahí se espeja ahí
nada perdura ahí las lunas se tiñen de aceite de sombra ahí en los hígados podridos de la nergía indómita ahí donde finaliza ahí el límite no se encuentra".





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