Aquí estoy, sentado delante del ordenador con mi UNICORNIBOT de papel de aluminio en la cabeza... qué gozada... cómo siento, veo y escucho el mundo de otra manera. KHRISNA y sus pastelitos de mantequilla me embargan en un eterno éxtasis de Gopis danzantes... coño, si hasta parece que estoy viendo Saturno detrás de mi ventana. Eso sí, cuidado con establecer contacto con la Estrella de La Muerte, que están ofreciendo contratos de limpieza de hangares por cuatro perras...
Si los MONTY PYTHON hubiesen hecho un grupo de Math Rock, Psicodelia y Post-lo que sea sin duda habrían usado el papel de aluminio para vestir sus cabezas. Cuatro jinetes del apocalipsis con la rudeza de un leñador Canadiense, Gayoso (guitarra), Toño (bajo), Gon (guitarra) y Guille (batería) forman UNICORNIBOT, grupo instrumental que lleva ya dándonos la tabarra desde hace prácticamente 5 años ya. Curtidos en mil batallas, forjadores de un rock instrumental bellamente preciso, variado y poliédrico, UNICORNIBOT son uno de los últimos bastiones del rock de calidad y con proyección en nuestro país.
Qué diablos voy yo a escribir de esta gente que no se haya escrito ya... y es que vengo siguiendo su trayectoria desde su impresionante HARE KHRISNA (2010) pasando por DALLE! (2012) y ahora este MAMBOTRON (cortesía de MATAPADRE RECORDS y un tremendo portadón a cargo de Yoan Puisségur).
Once píldoras sin adulteraraciones ni modificaciones genéticas entre los 2 minutos y los 4 minutos de duración llenos de riffs de guitarra precisos como una puta línea trazada con escuadra y cartabón, un bajo y batería a ritmo trigonométrico endurecen el asunto con ecuaciones de segundo grado. Música retorcida y circular como la maldición de THE RING, un humor que ni las cintas de chistes de gasolinera hubieran soñado nunca con poseer (véase algunos títulos de los temas: ALMAX PURO STYLE, DAVID CONTRA SALSÓN, PARACERTELAMOL...).
A ratos complicados, a ratos frescos y psicodélicos como ir a la playa y encontrarte 45 grados a la sombra y el agua llena de medusas... UNICORNIBOT han alcanzado un estado de gracia y soltura que se demuestra tema tras tema, y es que no es fácil transmitir tantas sensaciones con canciones de tan corto minutaje.
MAMBOTRON se disfruta preferiblemente del tirón, con el estómago en ayunas y la conciencia alterada (cómo lo hagas es cosa tuya). Es adictivo y provoca tolerancia (tendrás que subir la dosis) y está contraindicado para oyentes que busquen algo fácil y no tengan en sus cocinas papel de aluminio...
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