Abrí la puerta de la cochera y allí estabas tú, lanzando fríos destellos cromados que captaban la atención de mis todavía dormidas retinas. Pintado con colores imposibles cual rayo de luz que atraviesa un prisma, y de superficies redondeadas y amables que invitan a la conducción; a la conducción sobre un mismo punto y eje perpendicular pero rápido y veloz en mi cuentakilómetros mental.
Vehículos anfibios de desconocida fabricación, helicópteros que nunca despegarán el vuelo, coches de carreras que nunca ganarán nada... todos en la línea de salida de un frío y añejo chiringuito de playa.
Sin dudarlo un momento introduzco mi mano en el bolsillo y consigo la tan ansiada moneda; gasolina metálica para tus entrañas que rugen por comida y movimiento porque sí, hace demasiado tiempo que no te mueves... porque hace demasiado tiempo que ninguna tierna alma se digna a posar sus cuartos traseros en tu frío y cavernoso mundo interior.
Imaginaciones dormidas que yacen en un húmedo lugar a donde va a parar todo lo analógico que desechan los niños. Oscuro cementerio de juguetes no homologados que nunca pasarán una nueva revisión, porque ya hace tiempo que han sido sustituidos por la más avanzada, pequeña y rápida tecnología de la cadena de ceros y unos.
A duras penas, sentado en tu interior, vivo mil y una aventuras que aunque amables y triviales, no carecen para mí de sensación de peligro. Aventuras que duran lo que dura una moneda. Aventuras que duran lo que tus padres digan que dura. Aventuras que aventuras que ya no se producirán jamás, porque por desgracia has cruzado la fina línea que separa la niñez de la adolescencia, la adolescencia de la madurez, la madurez de la idotez.
Sí señor, para mí, tú siempre seguirás siendo...
UN PUTO CLÁSICO.
Ole Antonio. Muy poético y nostálgico este relato de lo que fueron para todos nosotros momentos inolvidables de nuestra niñez. Ahora lo disfrutarás con tu niño, todavía quedan algunos de estos carricoches.... Ve preparando muchas monedas para Marcos, jeje. Me ha gustado mucho. Enhorabuena¡¡¡
ResponderEliminarGracias Antonio... algún día dedicaré otro a los videoclubs de mi barrio... ja, ja... gracias de nuevo y un abrazo!!...
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