sábado, 1 de enero de 2011

CARIES DE LOS 80

99 % azúcar y un 1% mierda radioactiva, las chucherías de los 80 jodieron nuestros esmaltes dentales hasta convertirlos en brutales hormigueros donde cabían ingentes cantidades de bacterias. Roe que roe, nosotros, hijos adoptivos de una época kiosquera, donde en cada esquina había un pequeño puestecito de dudosa reputación, gastábamos nuestras pequeñas dotaciones en coloridos caramelos sin saber lo que nos esperaba.
Los 80 destruyeron nuestras dentinas, encías y raíces hasta el límite de lo imposible. Las chucherías pasaban la mayor parte del día a pleno sol por lo que se fermentaban hasta adquirir una consistencia oleosa que las hacía más ricas y nutritivas.
A continuación, daremos un breve repaso por las más emblemáticas, algunas de las cuales han desafiado a los tiempos y han durado hasta nuestros días. Sacad los duretes y las pesetillas que nos vamos juntos al quiosco a ponernos las botas:

EL PALOTE



De sabor a fresa y textura de piedra, los palotes rompían dientes y muelas por igual hasta que poco a poco se iban ablandando en la boca... Albunos dicen que traían premio en su interior pero posiblemente ésto sea una leyenda urbana de dudosa procedencia. Su precio era de 5 pesetas y eran un complemento nutricional tremendo para las tardes de nuestra infancia.

CHURRUCA



Los frutos secos churruca casi nunca se consumían recién hechos. Por lo general, y misteriosamente, siempre tenían un saborcillo añejo posiblemente debido a su larga estancia en quioscos a pleno sol. Los kikos churruca eran duros hasta lo infinito, pero con un sabor altamente adictivo. Actualmente tienen el record Guinness a la chuchería que más dientes a roto...

POLOFLASH KELIA VS OTRAS MARCAS



Los poloflash, o mejor dicho, poloflanes, fueron otro producto que nos acompañó en las tórridas tardes de verano en la que hacíamos guardia en la calle desde las tres y media de la tarde. Era una época en la que los niños jugaban en la calle y las deshidrataciones estaban a la orden del día. Los había de varias marcas, pero destacándose sobre todas ellas estaba Kelia, que tenía una textura agradable al paladar al contrario que otras marcas que eran puro hielo congelado con aromas. Los había incluso de 5 duros para los más adinerados, mientras todos los demás mirábamos con deleite como el menda de turno se zampaba aquel ladrillo helado...

CARAMELOS NATA



De una textura durísima y un precio irrisorio (una peseta), los caramelos nata eran un clásico para los pobres. Calidad, precio y durabilidad en un solo producto, sus llamativos envoltorios provocaron más de un ataque epiléptico. Algunos decían que no eran caramelos, sino mármol puro destroza esmaltes...

TICO-TICO



El Tico-Tico sabor sandía fue todo un descubrimiento. Su refrescante sabor exótico era el súmum del placer y era uno de los favoritos de los niños. Su precio era de un duro y su textura suave y blanda al contrario que su homónimo palote.

PETA-ZETAS



Fabricado con residuos explosivos, los PetaZetas destruyeron lenguas y paladares. Existía una leyenda urbana que decía que si los mezclabas con coca-cola explotaban en la boca...
Una de las golosinas más imbéciles que han existido, pero divertida y adictiva como ella sola. Su sabor era acaramelado y en ocasiones venían pegados al sobre por el calor que lo derretía.

BOOMER KILOMÉTRICO



No sé si realmente medía un Kilómetro, pero se hacía largo de consumir con cojones. Tenía tanta fresa azucarada que tenías que cerrar los ojos para soportar el sabor. Uno de los destroza dientes y provoca caries más potentes de la época. Se dice que fue un producto sacado al mercado por dentistas de la época que querían hacer el agosto...

FRESQUITO y ESCALOFRÍO



Los fresquitos y los escalofríos eran puro yeso efervescente que cerraba gargantas. Decían que estaban fresquitos y que quitaban la sed, pero lo que provocaban era un maremágnum de polvo y arena en tu garganta difícilmente soportable. El Fresquito incluía una piruleta para ir mojando en el polvo de la golosina... Se cree que los escalofríos dieron lugar a los IBUPROFENOS efervescentes de la industria farmacéutica.

BOLITAS DE ANÍS



Para los más pobres estaban las botellitas y figuritas de plástico rellenas con bolitas de anís. Algunas de las formas (véase el niño de cabeza roja) daban un miedo que te cagas. Otros eran botijos, sifones... las bolitas de colorines eran duras y de sabor añejo, pero duraban mucho y eran baratas.

CHIMOS



Los chimos eran la quintaesencia de las golosinas. Eran caros por lo que el que los tenía no los compartía. Todos querían el de color morado así que se provocaban auténticas jaranas para quedarse con él. Quizás de aquí venga la famosa leyenda de los verdes y los morados de los pueblos... Por cierto, no tenían nada que ver con CHIMO BAYO...

CHICLE CHEIW



Por último pero no por ello menos importante, los chicle Cheiw de fresa y de menta fueron clásicos de su tiempo y duraron una buena temporada antes de aparecer el Boomer. Su sabor duraba exactamente 30 segundos, tras los cuales el chicle se convertía en una auténtica goma blanda que se iba descomponiendo lentamente en tu boca...

Hasta aquí hemos llegado con nuestro corto recorrido por una época inolvidable de nuestra infancia más añeja. Los quioscos poco a poco se han ido trasformando en antros más sofisticados que ya no tienen el encanto de antes. Así pues, como todavía me quedan algunos Fresquitos de los 80 caducados, voy a abrir uno y me voy a bajar a la calle a ver si veo a algún amigote para compartirlo.... NO PIQUI!!!!

2 comentarios:

  1. Qué regresión compañero!!!
    A los adinerados que podían adquirir los poloflanes de a 5 duros, el karma los castigaba con cortes en las comisuras de la boca, por agonías...
    No sé si conocerás el chicle "Premio" que realmente tocaba de vez en cuando (te daban otro, vaya) y con el que timábamos a la inocente tendera que no retiraba el envoltorio agraciado (la pooooobre) Un abrazo!!!

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  2. JA,JA...! No te preocupes, el crimen ya ha prescrito!
    Un abrazo.

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