Por cuestiones imagino que pecunarias, la tremenda cuarta dosis de zumo de acetábulo onírico de BROKE LORD, titulada Visone Chiaro, había quedado metida en el cajón ostrácico (no existe la palabra pero ya se me entiende) en el que las grandes ideas sin financiar quedan metidas. Y era una pena porque la manera en la que el Folk Oscuro y el Post Punk lánguido (de ese que se mezcla con el Dub) de su debut, Death of a Flower de 2016 que me atreví a reseñar a pesar de que ya lo habían expresado a la perfección con aquello de `A circular post folk tale about inner chapels, lost grooms, the joy of martyrdom, desolated gardens and the second coming of Jesus under a female form. Broke Lord is Broke´. ¿Ha evolucionado BROKE LORD con los posteriores álbumes? Mi impresión es que no... o sí, a ver.
Creo que la única diferencia estriba en unos cuantos grados en el sextante musical que usan y cuál sea la droga elegida. Si quieres algo duro y urbanita, pues le das al crack y te vistes de la Velvet Underground o de Suicide amaestrados previamente con escopolamina. Sin embargo, si te encuentras estiloso le das al canuto y te sale esos requiebros folkies que abundaban en Nazul Says (2018), quizás lo más cerca que han estado de unir el Folkopop pastoral Popol Vuhliano con el poetrodominatrix ambiente a lo Lydia Lunch. Siguiendo con las drogas, estaba claro que no podíamos eludir el tabaco, las capuchas que ya se saben que vienen impregnada de LSD y el alcohol... y ahí brilló incólume la gospeliana colonoscopia dentro de las tripas infectas de I Am the Phantom Limb (2019), disco que llevaba al límite las influencias de los trovadores crooners de chistes de gasolinera como Waits, Lanegan, Cohen, Dylan y tras alegres personalidades.
Y así llegó, como el hijo no deseado, Visone Chiaro que algo me da que se estaba cociendo a la par que el muy diferente y radical The Healing Wars Vol.1 de DIGITAL MOTHER. Dicho de otra manera, había nacido un niño bonito, y el hermano ya estaba adolescente y difícil de tratar. ¿Con quién te vuelcas? pues ya se sabe. La lástima es que Visone Chiaro era (y es) jodidamente bueno y como el tiempo es algo que fluye (no sé la dirección), me parece todo un acierto que Luis Boullosa haya decidido lanzarlo en edición `existente´ o que `existe´, que es como yo llamo a los discos porque parece ser que hay otra manera de llamarlos en las que no puedes tocarlos pero eso a mí me huele a tabú, pecado y soberbia. Y aprovecho para quedarme a gusto con esto: `oh, hemos sacado un vinilo y queremos que nos reseñes´, `bien, mándalo´.... `uy, no puedo, es vinilo y es limitado y es......... oiga, oiga? a colgado el teléfono, Coronel? (Y Coronel Piensa: sí, sois bienos, pero hay 2.000.000 de bandas out there y mi tiempo no es ORO, mi tiempo es de COBRE porque odio el oro, y ay de aquel que quiera hablarme de sus tesoros áureos)´.
Bueno, que me voy por las ramas.
Visone Chiaro se graba / mezcla el 27 de Noviembre de 2022 por el psicodruida Raúl Pérez en La Mina (Sevilla), y con masterización de Cem Oral en los Jammin' Masters. La edición formato Digipack (fácil de mandar de promo, bonita, barata y biensonante) que respeta la estética monocromática anterior con una fotografía de portada y otra de contraportada (imagino que de Elvira Jardón). A la sazón, aquí la banda la forman (o deforman): Asier "Houston" Maiah y Juangui Acosta a las guitarras; Antonio "Young Gandalf" Moreno a la batería; Raúl Pérez con teclados, sintes y weird noise; Elvira Jardón a las voces en coro y Sir Luis Boullosa al monóculo eléctrico, bajo y voces.
A nivel sonoro son los Broke Lord que conoces, pero con algunos ajustes en sus tornillos como ese deje rastafariano y Dub elegante que se mezcla con la calima desértica produciendo himnos tan destacables como la magistral "Shall I Come to Salisbury?", mitad Dub, mitad Post Punk de drogados hasta la bradicardia, brilla una obsesiva base rítmica cargada de groove y unos estribillos a dos voces entre un cada vez más laringectomizado Boullosa y la etérica Jardón. Mención a parte para los juegos de guitarra marcadísimos, circulares y esos riffs expedicionarios buscando la sobrecargada atmósfera que impriman los viejos Yawning Man cuando eran más primitivos que una púa de Sílex.
Sigue el marcado ritmo del bajo arropando a una sincopada guitarra y unas voces creo que compartidas entre un procesado Luis, los coros que suenan a los acompañamientos de Leonard Cohen a cargo de Elvira y un `sea quien sea´ Prince Map. Resultado... pues un tema muy sorprendente y vocal, con una manera de vertebrar la melodía muy, pero que muy original y es que lo mismo se te vienen a la cabeza Television que una antigua grabación Roots Reggae y todo ello sin perder el aire `cuenta cuentos´ trágicos a la Inglesa (como las canciones para beber en tabernas pero con final necrótico). Muy interesante también cuando Boullosa se pone gótico el tío en la parte final del tema rozando la mezcla entre los Bauhaus y un Peter Steele un metro más bajo de lo habitual. Llevado a los extremos y conjugando el Dark Folk con un ultra triposo ritmo rastafariano, se desliza la deslumbrante "Mouse Work for Mouse (feat. Mauzzza)" con una línea muy buena de teclados en la lejanía al más puro trabajo alquímico de Scratch Perry y letras pulitzerianas: `When you unite Africa Back / Can I keep Madagascar / Mouse friend with the Penguins there / Penguins work for no Master´.
Vuelta a las campestres acequias del Folk Pop (daría para un artículo cómo Broke Lord han ido depurando el Neofolk en algo menos marcial y con más impronta crooner) en una brillante interpretación a las voces en "Moon is Everybody's Friend". Sencillo pero bello, contrasta con el tratamiento órfico de la steel guitar en el onírico inicio de "The Room Without Us", exudativa pieza catártica para sacarse espinas de amor teledirigidas que acaban matando... y rematando. Me encanta cómo se mete la tormenta de distorsión con una segunda guitarra en la retaguardia de manera muy sutil; como un mal pensamiento o un impulso destructivo autolimitado que acabara en coito (consentido, SIEMPRE). Y es que lo cósmico no siempre viene de fuera; a veces vomitamos estalactitas de semen estelar y efervescencias ovulares que demuestran que nuestro tubo digestivo alberga (para lo bueno y lo malo) todo lo necesario para una panspermia que llegue a buen puerto (Despeñaperros para abajo, luego hacia el cielo y más allá!).