jueves, 27 de octubre de 2011

EL RECUERDO MÁGICO

Hay momentos de nuestra infancia y adolescencia que se quedan grabados a sangre y fuego en nuestra memoria y retinas. Momentos que poseen su propia y especial aura mágica sobre la que nada podemos hacer; el poder evocador de los recuerdos imprime de carácter al momento, construyendo el llamado RECUERDO MÁGICO.
De recuerdos mágicos y otros menesteres me gustaría hablar en las siguientes líneas. Todos tenemos unas escenas de películas grabadas en la memoria, que por unas razones u otras nos han acompañado en nuestro crecimiento hasta la madurez. Son escenas que casualmente no funcionan fuera de contexto, ya que cuando las vuelves a ver años más tarde, no son lo que eran, ya que hemos idealizado el recuerdo y convertido en "otra cosa" aquella escena que nos producía tal o cual sensación. La mente es pues única para adornar recuerdos e imbuir de fantasiosidad a una determinada escena de película... (no quiero entrar en los recuerdos de vivencias porque ahí entraríamos dentro del área de la psicología, el pensamiento y la filosofía).
Pues bien, yo quiero aquí reivindicar el recuerdo horrorífico de una escena que tengo jodidamente grabada en la memoria. Para colmo, hace poco la volví a ver y las sensaciones evocadas fueron las mismas... puede que alguno recuerde la escena:
Un niño durmiendo en su cuarto... una llamada... y otro niño arañando el cristal de una ventana... ¿no la recordáis?... ¿no sabéis de qué película hablo?. Bien, os refresco la memoria en el siguiente vídeo. Y por cierto: FELICES PESADILLAS.

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