sábado, 8 de febrero de 2020

MICHEL DES AIRLINES - "DOSSIERS DE CABINE 2011-2014" (EDICIONES TORACIC; TD81, 2019)


Quizás creáis que es viento cósmico lo que peina hacia atrás vuestros flequillos pero no; son mis orejas batiendo de forma sincopada con la alegría que siempre me invade cada vez que recibo una entrega nueva de las Ediciones Toracic. Sí, sé que a día de hoy hay sellos como Verlag System, Geometrik, Rotor, Munster Records y otros haciendo una grandiosa labor de rescate de uno de los músicos de electrónica más versátiles y auténticos de este país.

He escrito mucho sobre mi obsesión (sana o no, no lo sé) de Miguel A. Ruíz, y no voy a repetirme). A lo que me refiero es a que tengo una predilección difícil de explicar con esos CDR marca de la casa que fabrica Miguel con un inusitado cariño, de forma artesanal, siguiendo una misma línea argumental en cuanto a colores (en los últimos destaca una rugosidad hipnótica del papel), formas de impresión y demás que me tienen encandilado. Michel Des Airlines (Michel Delacroix para los íntimos) me voló la cabeza en 2018 con Orbiteur (reseña aquí) y el previo Le Voyage Cranien de 2016.


Curioso que cada trabajo de Ruíz sea distinto del anterior, bien sea bajo el contexto Orfeón Gagarin o cualquiera de las decenas de colaboraciones que pueden provocar un dolor de cabeza entre los coleccionistas mas acérrimos (sudé sangre para conseguir el magnífico vinilo de 1991 Encuentros en la Tercera Edad). En lo plástico se nota a leguas que es un pionero y que viene de fabricar ediciones en cassette en plenos años 80. Las portadas son minimalistas y si no supiera quién es mi mente se iría a la Música Concreta, al Fluxus o quizás a la industria propagandísta soviética. Pero no, esto es cañí como una jodida Sota de Bastos

A pesar de ser un pionero, sus colaboraciones con jóvenes promesas denostan un espíritu inquieto como pocos y os recomendaría especialmente Wüste Land de Zytoscape con Giron (aquí), los discos de Dekatron II colaborando con Sentionaut y, ya que hablamos de este último, vamos a ir adentrándonos en los entresijos de Dossiers de Cabine y es que incluye tres temas que se editaron en el Split de Michel Des Airlines junto a We Are the Hunters ("Devil´s Tower", "Return of the Space Gods" y "Globular Clusters").


Pasamos a la música. Escuela Berlinesa pura y dura con efluvios de esas paraciencias que entraron por las fronteras españolas desde Francia con las Pseudociencias y el estudio arqueológico paracientífico de lo ProtoHispánico, de las Líneas de Nazca (o El Lugar Donde Viven los Videntes) y en definitiva, lo que me gusta llamar "las otras pirámides" en referencia a esas moles peruanas en comunión con complejas urbes enterradas en la selva y que muchas de las cuales siguen viviendo el sueño de los justos en espera del machete que las descubra. 

Michel Huygen (sí, otro Michel) lo captó a la perfección en su música de Neuronium (no hablo de lo que hace ahora porque no me interesa la música homeopática. Carlos Guirao o Santi Picó posiblemente tuvieron pesadillas febriles con todo esto y una atenta observación de las hipnopómpicas pinturas de Tomás C. Gilsanz podrían acarrear perderse en un laberinto existencial de puro vértigo. Los que confunden electrónica planeadora con la New Age deberían flagelarse con la lista de la Nurse With Wound de Stapleton y leer con atención nombres como Patrick Vian (si pudiera tirarle de las orejas a Stapleton le diría que pusiera a Michel (otro Michel) Magne... y ojo que todo esto no es para quitarle méritos a Jarre, Vangelis y nombres más conocidos en cuanto a lo franchute o griego, o Schulze y Tangerine Dream en cuanto a lo alemán.


Dossiers de Cabine (2011-2014) está compuesto con Doepfer eurorack modular & sequencer, Kawai 110F synthesizer, Roland JX3P, Waldorf Microwave, Roland Strings RS202, EMU Vintage Keys, Arturia Minibrute, Roland TR606. Posteriormente se masteriza en Estudio Syncoxis y se abre con la maravillosa "Devil´s Tower"

Vientos espaciales sobre los que empiezan a burbujear las sinusoidales ondas en espiral características del estilo. La versatilidad de Ruíz hace que sus temas no paren quietos nunca y salga de su zona de confort por lo que siempre hay un pie en la experimentación; al menos tres capas que se van trenzando en una textura post apocalíptica que habría hecho masturbarse a más de un escritor de Sci Fi de los 60. Me encanta como rompe el tema en el minuto 3 con una opalescente melodía al más puro estilo John Hassell y el Cuarto Mundo... perdonadme pero esto está a la altura de cosas del susodicho y de Brian Eno, pero volvemos a aquello de la Sota de Bastos.


Sigue "Return of the Space Gods" en una tesitura parecida (fueron compuestos para el split con We Are The Hunters) pero es más insistente. Los sonidos suenan vintage como una postal comida por lepismas y el título del tema es puro Von Daniken. No tengo el número de teléfono de J.J. Benítez pero con esto se inspira el tío para 20 partes más de Caballo de Troya. Alucinantes los efectos que emulan voces y la sensación siempre de estar cayendo en "Lenticular Forms"; melodías convexas de pátinas épicas (no sé si me explico) mientras una insistente y mínima forma melódica irrumpe como un metrónomo. Al minuto 5 he trasformado ese soniquete en una voz robótica recitando en cuneiforme. Sublime.

"Critical Mass" es quizás el corte más asequible y simple en estructura. Por momentos parece que estuviera destinado a bailarse en una discoteca estelar porque tiene incrustaciones de Música Disco al modo de vetas en un meteorito... pero ojo, que otra de las virtudes de Michel Des Airlines es meterte en cada tema atisbos oscurísimos que se asemejan al Dark Ambient (unas veces en primera línea, otras veces al fondo de forma sutil). Planeadora como pocas es "Solstice Mission"... luminosa, evanescente y con recitado en francés que pone los vellos como escarpias. Música y voz se alían para conformar una de las sensaciones más álgidas del disco (para mí la sensación es como el jodido solo ese de saxo que se marca Pierre Gossez en Rendez-Vous y su funesto significado).


"Uranus Frequen Flyer" me recuerda a Orfeón Gagarin y aunque es electrónica al ciento por ciento hay pasajes que parecen de Rock Progresivo. Fantástica los sonidos aflautados sudamericanos de la intro de "Tiwanaku" (seguro que Don Jiménez del Oso usa la melodía para hacer programas allá donde esté). Quien haya llegado hasta aquí debería parar y reflexionar sobre la cantidad enorme de melodías trascendentes que Ruíz despliega... con lo que hay aquí otros graban diez discos.

El tramo final de órdago. Homenaje a Albedo 0.39 imagino que inconsciente en "Ferrite Starseeds" y "Globular Clusters" (también del Split citado), que sigue la senda de todo lo escrito. La palabra Pionero es preciosa y me voy a quedar con su segunda acepción de la RAE: "Grupo de organismos animales o vegetales que inicia la colonización de un nuevo territorio".... ¿Quiénes somos y de dónde venimos?... ¿Somos el producto de una Panspermia inimaginable?... al caso me da lo mismo, porque nunca, nunca se recreará mejor el sonido del Cosmos que con las notas que estos músicos (Michel Des Airlines incluído) sacaron de sus potenciómetros.



viernes, 7 de febrero de 2020

LIKE DRONE RAZORS THROUGH FLESH SPHERE - "SACRED QUIETUS + MAGISTRA QUINTESSENCE" (ZAZEN SOUNDS; ZZS028/ZZS041, 2019)


El hermético Corpus Musical de LIKE DRONE RAZORS THROUGH FLESH SPHERE es leyenda del underground patrio, o al menos lo es entre los que salen del 4 por 4 de los grupos de siempre. Podría hablar de Drone, de Doom o Ambient, además de que el proyecto lleva activo desde 1999, pero si yo he sido capaz de llegar hasta LDRTFS, vosotros también; los caminos iniciáticos son personales tan intransferibles como la masturbación. Para el coleccionista como yo, siempre ha sido una pesadilla poder acceder a las ediciones limitadísimas de este proyecto y se cuentan con los dedos de una mano (de dedos amputados) las entrevistas que ha concedido CG SANTOS (me tendría que remontar a la excelente y añorada publicación Reacciones Negativas).

Pues bien, el sello independiente Zazen Sounds de Grecia (en su plantel tenéis nada más y nada menos que discos de Puissance, Equimanthorn o Arditi) ha editado Sacred Quietus que cuenta con la particularidad de haber sido grabado sin instrumentación eléctrica. Grabado en 2010, y con dentro de un contexto acústico y espiritual bastante religioso, inspirado en el Wu Wei (la filosofía Taoísta de la No Acción), y donde suenan diversos objetos percusivos fabricados con huesos, cuencos tibetanos, cello, violín y piano. 

Sacred Quietus dura más de 70 minutos y una editadísima parte fue Outro dentro del disco Death de TEITANBLOOD, y es ahora cuando ve la luz la grabación completa (con matices como luego añadiré). El layout es un extracto de la portada del citado Death de Teitanblood con autorización previa del mítico Timo Ketola (investigad vosotros que os llevaréis un patatús con su currículum). 


Al más puro estilo de compositores clásicos rusos o polacos en cuanto a sonido anguloso, nueve partes engloban un todo a modo de suite que se abre con "Abscission", descenso a los infiernos a caballo entre Penderecki y la música de Cámara más abyecta... picos de tensión del violín con contrapuntos salvajes y graves de un piano que suena a estertor cadavérico. A partir de aquí siguen "Dream Daemon Illumination", "Into the Golden Mist", "Celestial Arc Contagion", "Gateless Gate", "Welkin Lamentation", "Consecration Stellar Form", "Black Stars" y "Miserere". El Cello tocado con arco de forma insistente, lenta y lúgubre emula la meditabunda cadencia de un harmonium o una shruti box; los minutos se suceden y no te das cuenta del enorme trance sublime en el que estás inmerso. 

Hablaba de música oriental antes, pero ojo; la raíz aquí es europeísta en el sentido de que no se pierde la tonalidad y las escalas se asemejan más a la clásica contemporánea que a una Raga Hindú, el Gamelan o el Gagaku, por poner tres ejemplos que dinamiten vuestras seseras, pero sí que es verdad que flota en el ambiente una abstracta maraña que es más evidente cuando los instrumentos se juntan todos en una algarabía teratogénica.. ahí es cuando pierdes pie y aunque no haya electrificación, lo drónico te atrapa y subyuga, máxime teniendo en cuenta que Sacred Quietus es capaz de pasar en segundos de la complejidad al minimalismo de Cage o Riley. "Into the Golden Mist" si no me equivoco en minutaje es el ejemplo más claro de las partes más mínimas.


Precisamente la entrada y paso a "Celestial Arc Contagion" rompe con lo anterior y creo que la razón se basa en las espaciadas notas de piano y tratamiento lejano que se le da al sonido. Si fuese un evento bíblico estaríamos en la Parusía, y si fuese un sueño estaríamos en la fase REM. A estas alturas la inmersión es total y la mortaja hermética. La melodía la lleva el piano pero a un ritmo tan lento que requiere de la atención extrema del oyente. Esta parte central ("Gateless Gate" también) no sé si está procesada de alguna forma y me explico; el sonido no es eléctrico en ningún caso ni hay pedaleras, pero la sábana casi Ambient a la que se llega está tan deformada en esencia que, o bien se han usado procesamientos, se han mezclado decenas de capas, o por contra se roza directamente la electroacústica experimental (John Cage versión Tanatorio).

"Welkin Lamentation" vuelve a estar separado de la parte anterior mediante un golpe acampanado abrupto. Procesionario y litúrgico, rural en cierto sentido (campanas a muerto) y con extraños sonidos que emulan a algo salido de una cuerda vocal antropomórfica pero de otro mundo, y como de otro mundo son las texturas cósmicas de "Consecrated Stellar Form". Si alguien transpolara la partitura de una composición de Sunno)) o Earth y la pasara por el tapiz de lo clásico obtendríamos algo similar; un ir más allá del minimalismo sacro de Gorecki que aunque oscuro y lóbrego en formas, tiene resquicios de esperanza, luminosidad y enaltecimento pero en "Sacred Quietus", creedme cuando os digo que lo negro roza la ceguera ("Black Stars").

Podría finalizar la reseña con la descripción de "Miserere", el último movimiento de la obra; me niego a describir su ritual y despiadada belleza. Y que me quiten un diente ahora si no he escuchado durante milésimas de segundo unos cánticos femeninos o infantiles.


Al principio del texto os decía que había un matiz, y es que justo un año antes de "Sacred Quietus", Zazen Sounds sacaba el Split a cuatro bandas Magistra Quintessence donde LDRTFS se unía al NecroFolk experimental del alemán Satanael, el Black Metal de Black Moon y el recomendadísimo proyecto griego Shibalba. Para no romper la continuidad del texto, no os hablaré de los otros artistas, pero sí de los 20 minutos de LDRTFS en forma de "Solibus Orba", una pieza descartada de la misma sesión de grabación de "Sacred Quietus".

El digipack cuenta con artwork de Bertrand Jean Redon, siguiendo un poco la línea argumental oscurantista de Zazen Sounds del blanco y negro. "Solibus Orba" reúne las características de todo lo anterior comentado pero (puede que me equivoque) menos pulido; el sonido es áspero, con un pie el el ruidismo acústico, y con lo que me parece un bodhrán o similar al más puro estilo Martial y Neofolk (y chamánico). Sinceramente, no sé la razón del descarte pero puedo intuir que el estilo es más "musicalizado" y se sale de la onda más clásica de "Sacred Quietus"... o bien se pensó en la duración de un CD, que no hay que complicarse a veces tanto.

Termino aqui, recomendando que os metáis en LIKE DRONE RAZORS THROUGH FLESH SPHERE



miércoles, 5 de febrero de 2020

ELI GRAS - "TASMANIAN ROBINET" (LA OLLA EXPRÉSS; LOECD028, 2018)


La epidermis profunda del Underground Experimental Catalán parece inagotable, y hay personas que no sólo están implicadas en su exhumación sino que pertenecen en sí mismas (son células vivientes) a ese grosor sonoro en el que cuando te metes, ya no sales. Conocí a ELI GRAS de forma casual con su excelente y necesario habitáculo La Olla Expréss (o como organizadora del Festival NoNoLogic)  hace ya unos años con el primer volumen de la Barcelona Documents Musicals (y que ya va por el quinto volumen), pero tenía pendiente meterme de lleno en su música. 

Presentar a alguien como Eli Gras puede abarcar un libro completo y provocar más de un dolor de cabeza al escribiente, o al menos un artículo extenso y un par de píldoras de analgésicos para sobrellevar la cantidad exorbitante de información. Compositora, multiinstrumentista, ilustradora, diseñadora gráfica... a lo que yo añadiría inventora de artefactos electroacústicos, armas de destrucción sónica masiva y agente tutorial de bricolaje timpánico psicorrágico.


Enmarcada dentro de lo experimental, el dadaísmo, el electro pop y vaya usted a saber qué etiquetas más, sus orígenes se remontan a esa década de los 80 a la que me vais a permitir que defina como la Década de los PIONEROS. Para que os hagáis una idea, me da miedo lo que estoy escribiendo porque creo que no puedo hacer justicia con palabras a una artista conceptual y holística (Holi Gras me gusta llamarla) tan completa, así que os dejo dos enlaces imprescindibles antes de pasar a analizar el Ep Tasmanian Robinet:

Lo primero que me vino a la cabeza cuando abrí el sobre que contenía el precioso disco en formato Single fue la fotografía de Clara Garcés Serrahima. Tenía una sensación de Deja Vú intensa que resolví mediante psicotrópica alquimia.... lo que me estaba atormentando era la semejanza con ese artefacto extraño que representaba a un sol que SUN RA solía ponerse en sus fotografías (lo reproduzco por aquí abajo) y que si mal no recuerdo (coged esto como anécdota apócrifa porque tendría que comprobarlo), John Sinclair en el libro Sun Ra: Entrevistas y Ensayos (Editorial Libertos, 2011) comentaba algo de que era un objeto construido representativo del Dios Sol que tenían en la casa/comuna de Chicago... pero ya digo que no sé si me lo estoy inventando. Por cierto, dentro vienen dos láminas de papel metálico preciosas (una gris y otra azul) que os invito a poner bajo la luz de una lámpara.


Pasemos ahora a la música de Tasmanian Robinet. El grandísimo JAIME GONZALO pone el dedo en la tecla en esta reseña de Rock de Lux de 2018 en la que acierta de pleno al comparar algunos efluvios del Ep con Gilli Smith de GONG, que fuera pareja de (dios lo acoja en su Glissanda Gloria) Daevid Allen y cuya poesía cósmica impregnaba de surrealismo y onirismo al submundo hippiesco en el que habitaban. Sin embargo, más que compararla con GONG yo me iría a MOTHERGONG, su otro proyecto algo más desvinculado de Allen, o incluso PLANET GONG, que aunque más o menos tenían los mismos músicos, Gilli Smith ahondaba en una faceta menos Canterburiana y sí más popera (hasta el punto de que tocarían la electrónica y de ahí derivarían a idas de olla tan alucinantes como ASTRALASIA, pero eso eso otra historia).

Voy a ir más lejos... "Run Run", que abre el asunto, con su cadencia de harmonio y germano ambiente folk, me recuerda muchísimo más a NICO o cosas electrónicas del mítico sello alemán Monika Enterprise. Un sinuoso cruce entre el espíritu de los primeros SOFT MACHINE (antes del Jazz Rock) y GUDRUN GUT (toma ya, ya podéis venir a arrestarme). La música es letárgica, parece venir cargada de benzodiacepinas o de un sueño febril de David Lynch.


Tal como se dice en la contraportada, se trata de grabaciones Lo-Fi (masterizadas para la ocasión por Gavin Weiss) enmarcadas dentro de la música pre-computadoras de los 80/90. "Flores" es estructuralmente una nana con una insistente línea de bajo y algo que se asemeja a una flauta; a pesar de que se dice que es un instrumental, un cántico sincopado atraviesa el tema como un instrumento más.

Más cibernética resulta "Automatic Automat" que podría haberse encontrado en una baliza enterrada de apócrifos cortes de KRAFTWERK pero que no ceja en su empeño por reactualizar el sonido Canterburiano desde otro punto de vista. Una delicia minimalista tras la que viene la destilada "Monsters" encuadrada en el Minimalismo, la Música Concreta o la Toy Music. Los que tengáis cierta edad podréis relacionarla con las melodías de 8 bits que se hacían con el Commodore 64 y cosas así.

Vuelve la voz aterciopelada en "Leg´s Hairdresser", con un título que me tiene fascinado. Si me dicen que es una grabación perdida de The Wilde Flowers me lo creo... Folk en cierta medida pero urbanita, con guitarra y bajo autodidacta y cachivaches en un fondo musical que parece reproducido a la inversa. Sigue la bailable "Taxi", con unas letras que se te meten en el cerebelo y no te las arrancas ni con una lobotomía (I need a Taxi now....... it´s raining); samplers de tormenta, base rítmica electrónica y cierto humor Zappiano.

"Cops" es una cortísima outro que cierra un fascinante trabajo de una artista a la que tengo que seguir más la pista y de la que espero seguiros contando cosas muy pronto.



viernes, 31 de enero de 2020

P A N D O - "HIRAETH" (AESTHETIC DEATH; ADCD 052, 2018)


Desde Massachusetts os presento a una banda que me ha dejado con la mandíbula colgando. P A N D O, que así se llaman, son un dúo que sacaron en 2018 (bajo el auspicio de la discográfica de culto AESTHETIC DEATH) el álbum Hiraeth, encuadrado dentro del Ambient (uso de grabaciones de campo), el Noise y el Doom más abstracto (no porque no sea asequible, sino porque las estructuras no son las convencionales). 

El artwork del digipack de seis paneles se basa en esculturas y obras de Matt Gagne, integrante del grupo junto a Adam Bryant. El disco se graba y mezcla en Uncle D´s Artificial Rock Romance para luego masterizarse en Dead Air Studio por Will Killingsworth y a tenor del sonido (que se disfruta más con auriculares), el resultado es excelente.

Crípticos, herméticos y rituales, se mueven dentro de conceptos orientales budistas usando citas de obras como Buddhism Without Beliefs (Stephen Batchelor), The Practice of Dzogchen (Longchen Rabjam), el Tao Te Ching (Lao Tau), Zen and The Art of Motorcycle Maintenance: an Inquiry into Values de Robert M. Pirsig y algunos más.... a ello unid samplers de cantos monásticos tibetanos, algún tema de Joan Baez y grabaciones de cambo en Wat Phra St Ratana Mahathat en Tailandia. O sea, diversión exótica asegurada. Los títulos de los temas los he encontrado dobles. En unos sitios se nombran de una forma (discogs) y en otros de otra (bandcamp), así que me he atenido al digipack que tengo que coincide con discogs.


Los 16 minutos de "House Poem" se abren con motivos acuosos sobre los que empieza a hacerse paso lo que parece un harmonio o shruti box. Flotan aromas de pebeteros ardientes en una neblina de espiritualidad que roza lo psicodélico. A ratos parecidos a los dioses BONG, voces guturales de fondo cosiendo un telar catedralicio con un pie en el Funeral Doom. Curiosamente, cuando entra la percusión entra un riff de guitarra desértico con algo de Country, creeando un contraste muy genuino que me tiene tan liado que no sé si ponerme corpse paint o un gorro de vaquero.

Como si Yawning Man se mezclaran con Sunno))), como si Bong copularan con Jucifer, como si Oresund Space Collective grabaran con Monarch.... es complicadísimo de etiquetar esto. Irrupciones constantes de voces que parecen haberse grabado con un walkie talkie compiten en extrañeza con las guturalizaciones tirando del palo casi Black.... y todo mientras el Country se transforma en un Blues ponzoñoso con ecos ambientales que ya se mantienen hasta el difuminado Industrial Noise que finiquita el asunto. 


Sigue otro monolítico himno como lo es "Christmas Eve" que coquetea con el Trip Hop y la electrónica gélida que se estila en grupos noruegos de metal que se pasan al ambient (no pongo ejemplos porque esto sería interminable). ¿Hermetic Rap Doom?... podría ser, aunque es más fácil decir que tiene algo del Witch house. 

La canción se va volviendo épica en un crescendo que usa "Silver Daggers" de Joan Baez (1960) en versión procesada. Otros 16 minutos de "Horror Vacui" que recuperan las melodías agrestes de secano pero dándoles un toque espacial alucinante pero no quedando ahí la cosa, y para complicar el asunto, se mezcla con una base rítmica y repetición Lo Fi a las guitarras muy propias del Shoegazing. Precioso el interludio de flautas y ritmos orientales que nuevamente hacia el final se disuelve en un vibrátil fade out electroacústico con repuntes de una magnificencia excelsa. 


La más ligera  "Perambulation", pedazo de corte correoso de Blues Industrial que me trae a la cabeza aquel experimento de Bluebop de David Lynch con John Neff pero con un originalísimo abordaje de las voces al más puro estilo Gothic Doom de los 90; entre los samplers de conversaciones y las voces limpias contrastan con otras más rasgadas en una sublime cacofonía que me ha conseguido ponerme los vellos de punta.

"Submerged" cierra esta obra maestra que me tiene encandilado; un collage soberbio en el que con sutilidad y de forma orgánica se mezclan cantos tibetanos con una homilía (creo que en francés) y sonidos diversos. Soberbio.

Sé que tienen otro disco más reciente titulado Negligible Senescence que intentaré pillar cuando pueda. Si eres de orejas abiertas, esto tienes que escucharlo.

lunes, 27 de enero de 2020

JOSEP LLUÍS GALIANA - "ELECTRO ACOUSTIC PIECES 1999/2019" (LÍQUEN RECORDS LRCD013, 2019)


CAPÍTULO I: En el que se habla sobre la Electroacústica como concepto y asistimos a una colonoscopia en vivo a través de la campana de un saxo.

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          La electroacústica, en comunión con cosas como la Música Concreta o el Jazz Contemporáneo forman una suerte de triunvirato en ocasiones tan hermético como el estudio de la cábala. Mi acercamiento a estos géneros ha sido a través del Free Jazz y la Electrónica, por lo que creo que en cierta medida he tenido la ventaja de que mis hímenes timpánicos perdieron su virginidad hace eones con tanto aluvión de sonidos agrestes. 

He de agradecer a mi escaso acervo musical el no tener demasiados conocimientos académicos que hagan que me pierda en una vorágine inabarcable de términos a la hora de definir la (perdonad la redundancia) hora de música que el grandísimo Josep Lluís Galiana nos ofrece en esta recopilación de experimentos electroacústicos titulada Electro Acoustic Pieces (1999-2019) y que supone un salto cualitativo importante en lo que a las ediciones físicas de LÍQUEN RECORDS se refiere. Un precioso digipack a tres paneles con libreto interior plagado de información que hace casi ridícula cualquier exposición con ínfulas literarias que yo pueda hacer desde aquí.

He visto a Josep tocar en directo, lo he leído en sus escritos, pero reconozco que desconocía su faceta electroacústica, palabra que cada vez se me antoja más vacua e inútil, porque no define para nada lo que luego te encuentras en el disco. Es decir... si el Post Rock es un saco inútil (que me perdone Simon Reynolds), la Electro Acústica sirve para hablarnos de la cópula entre algo que se enchufa y otra cosa que no... así que lo mismo puedes hacer la grabación de campo de una batalla de pedos y distorsionarlos que poner un micrófono dentro de la aspiradora de tu casa. Así pues, perdonad si intento eludir tan diáfana etiqueta y me limito a dar rodeos prosaicos sobre sensaciones más que sonidos.


Lo que sí me gustaría recalcar es que hace no demasiados meses encontré un filón de música yanqui de los primeros noventa proveniente de universidades de prestigio sonoras (no tengo ganas de levantarme y coger los CDS, pero si os metéis por ejemplo a investigar el sello CAPSTONE, fundado en 1986, sabréis de lo que os hablo). En dicho sello, me llamó poderosamente la atención una serie de experimentos con clarinetes y Tape Collaging a cargo de "doctores" que lo mismo te componían una suite clásica que te inventaban un nuevo instrumento pseudoelectrónico como tesis. Imagino (parto desde el desconocimiento) de que aquí en España habrá cosas parecidas... os invito a que os leáis (y escuchéis los 4 CDS) del ya casi agotado libro La Mosca Tras La Oreja de Llorenc Barber y Montserrat Palacios

El bueno de Josep sabrá de lo que hablo porque él mismo es una institución en su campo y a saber académico no lo gana nadie (puedo probarlo, pero tampoco tengo ganas de levantarme y poneros aquí datos sobre sus escritos y demás... meteros en EdictOràlia y buscad Escritos Desde la Intimidad). Tengo pendiente adquirir cuando la vorágine mental y económica en la que estoy metido me deje impresionantes tratados sobre el tema como IMPROVISACIÓN LIBRE (El gran juego de la deriva sonora) del propio JosepTercera Corriente, El nuevo Jazz valenciano del siglo XXI de José Pruñonosa o Jazz en España de Antonio José Izquierdo entre otros. Creo que si sigo leyendo más sobre música acabaré ingresado en cualquier sala extraña platicando idiomas inventados de raigambre cuneiforme, pero dejadme que sintetice estos dos párrafos en la reflexión final que quería hacer.

CAPÍTULO 2: donde se hace como que se reflexiona pero en realidad no se llega a nada, y donde animo a la Carrera de Periodismo a manifestarse de alguna forma y a que me expliquen qué es la Musicología.

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          La reflexión es la siguiente. Si existe literatura específica y discos de un nivel alucinante; si existen acciones sonoras (performances o como queráis llamarlas), ¿por qué me da la impresión de que el Avant Jazz, la Improvisación Libre y lo Experimental (meted también si queréis el ruidismo soberbio de Javier Piñango o Juan Antonio Nieto) vive en una ourobórica guerra de guerrillas de la que es tan difícil salir?. Si Amiri Baraka hablaba de la New Thing y el surgimiento del Free Jazz como algo totalmente rompedor y a contracorriente, y a día de hoy seguimos igual, ¿dónde queda la poderosa inventiva de los músicos avanzados de nuestro país?. ¿Por qué siguen viviendo en una corriente subterránea que discurre debajo de otras corrientes a su vez subterráneas?. 

Es más... lo que es una cortesía hacia mi persona (me refiero a que un grupo o músico me mande desinteresadamente su trabajo) encierra una doble lectura. LA MUERTE TENÍA UN BLOG es simplemente un sitio donde se escucha música, y se vierten opiniones SIN ÁNIMO DE SENTAR CÁTEDRA, Y que a la postre son sesgadas porque no hay Staff ni nada parecido. es MI OPINIÓN sobre lo que escucho lo que aquí leéis, una veces acertada, otras un despropósito. Pero el problema no es ese, el problema es que al parecer nadie o casi nadie se atreve a adentrarse en estos terrenos experimentales en este país y hablar/escribir de ellos más allá del corta y pega desdeñoso que para mí es un insulto enorme al artista. 

Esa gran alegría que siento cuando un artista o grupo me envía su trabajo encierra una amarga realidad, y es la de que lo avanzado/arriesgado/experimental en nuestras fronteras queda relegado a museos, galerías y actos tan subterráneos que ni siquiera el pasar de los metros se escucha en dichos habitáculos. Por lo tanto, ¿qué es lo que queda?... ¿un triste blog como representante literario de prensa apócrifa escribiendo sobre algo que debería estar enseñándose en escuelas?. O bien estoy totalmente equivocado y desconozco otros sitios donde se escribe de estas músicas, o eso que los hindúes llaman Kali Yuga se ha afincado por las Universidades Periodísticas.

Odio, odio profundamente esos homenajes de traje y pajarita al que estos músicos son obligados a acudir como si fuesen especies raras provenientes del espacio exterior. Instituciones de prestigio los invitan a hacer actos para 4 pseudointelectuales mientras yo aquí, ciudadano de estatus medio, coeficiente intelectual normalito tirando a mediocre y que he dejado mi piel durante mi juventud para comprar discos sacrificando muchísimo, tengo los vellos de punta escuchando "Oil Sonorities" de 1999. He acudido a conciertos de este tipo con 2 personas más y el estado de trance y comunión de la música indica que para nada es indescifrable... que su discurso no es obtuso ni complicado. Se trata de una propuesta SENSORIAL en la que es preciso/necesario dejarse llevar, y me da la sensación de que los Neo Melómanos ya no quieren sensaciones. Sólo quieren que sus discos se reediten en plásticos y gastarse los cuartos en cables chapados en oro. Al fin y al cabo, la palabra melómano empieza por melón, y un melón en la cabeza es lo que tienen algunos y algunas.

Hacedme caso o qué diablos, no me lo hagáis. No necesito para nada de vuestra palmadita en la espalda para absolutamente nada. Hay músicos dejándose la piel en este país SIN ÁNIMO DE LUCRO, sólo por el placer de explotar ese quiste pasional creativo que tienen dentro. Ese inquietante peristaltismo mental que los lleva al borde de la psicorragia creativa aunque se dejen el pellejo en ello... esa, y no otra, es la razón que lleva a Josep Lluís Galiana a trascender el límite de sus posibilidades hasta que dicho límite se convierte en zona de confort y acaba necesitando de nuevos límites, y esos nuevos límites ni siquiera están empezando a verse en el horizonte.

No son más que esbozos, cosquilleos que el artista siente o sueña febrilmente en su inquieta psique. Mientras tanto, a las cuatro de la mañana aquejado de insomnio, los "espacios musicales" o como se llamen de las cadenas de televisión nos muestran inocuos abordajes de Jazz Standard a cargo de músicos alquilados que ponen medias sonrisas y llevan boinas y pañuelos al cuello. Si Amiri Baraka levantara la cabeza, sería para dar cabezazos.

Después de esta enorme verborrea, paso a analizar el disco.

CAPÍTULO 3: donde parece que hago como que entiendo de algo pero pongo mis carencias por escrito, y donde al final a lo único claro que llegaréis es a que se trata de un disco de obligada adquisición.

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          Dos centésimas de segundo. El lector marca la duración de 66:58 y por una debacle temporal nunca podría llegar al 66:6, cosa interesante a tenor de la música que vamos a analizar. Es en ese paso imposible del 0:58 al inexistente 66:6 donde habita "N - on - O", pieza compuesta por Luigi Nono y que discurre a base de mistéricos contrastes que van desde sonidos de olas hasta una vorágine humana de grabaciones de campo, pasos, vientos huracanados, ladridos de animales y ambiente de mercado... todo flotando sobre un acople electrónico muy grave y vibrátil que imprime algo ominoso al ambiente. Antes de todo esto, irrumpen unos sostenidos tonos de saxo con un agudísimo eco que lentamente adquiere una interesante textura que recuerda a un acordeón. 

El jugueteo de "Maquillatges de la Realitat" se construye a base de un intenso procesamiento de notas en lo que podría ser una sordina inventada en Saturno. Muy cerca de la música concreta o las deconstrucciones del Dadaísmo, la pieza está incluida en el disco Colección AMEE, Volumen 01, Valencia. Quienes hayan entrado en el universo de las Toy Pieces de Zorn, Ikue Mori o Cobra sabrán a lo que me refiero. 

Maravillosas las palabras del libreto sobre Aram Slobodian y el concepto del Tercer Tiempo o Tiempo Geológico (os aguantáis y os compráis el disco para saber de lo que hablo) para el corte en tres segmentos "Evidencias Slobodianas"; angular, bizarro y cargado de acampanados sonidos que parecen de objetos de bronce para ser desplazados repentinamente por una melodía de saxo que da la impresión de estar acelerada en tempo. Esta pieza apareció aquí (otro disco apuntado en mi libretita que tengo que buscar, y que me ha llevado a esto) y que fue creada bajo los auspicios de la AMEE (Asociación de Música Electroacústica de España). 


Sigue "Suite Pour Saxophone Tenor Solo Ops, Op. 2" que se divide en 6 partes donde cohabita la dulzura y siempre expresiva paleta del saxo tenor, que siempre me ha gustado pensar que es la extensión natural y propia del cine Noir clásico, de alcantarillas humeantes y de tipos y tipas trajeadas en la Gran Manzana. Sin embargo, según el libreto, la raíz principal es barroca y de origen francés. Ops, diosa de la fertilidad, esposa de Saturno, es homenajeada en una composición que conforme avanza se vuelve más abstracta... como si al lirismo inicial lo hubiéramos puesto en una mesa de disección en una Morgue sonora. Se presenta aquí la versión completa (en Luscinia se sacó la versión amputada del tema... ya sabéis, por aquello de la Morgue y tal). Destaco el arrastrado cariz oriental de "Avec Une ´Elégance Grave et Lente"... como un drone de saxo emulando a una Shruti Box.

Jorge Gavaldá y Josep Lluís Galiana usan sus nombres para titular al siguiente corte "Gavaliana", y además demuestran lo bien que casan los instrumentos de viento con la manipulación electrónica. Lo que a priori parece aceite y agua se mezcla en un torno magnífico que corrompe molecularmente las notas de saxo para crear una muzak de histriónicos efectos que parecen sacados de un viejo film de sci fi de los 50. Cage, Xenakis, Glass y el retrofuturismo tanto aquí como en "Ops, Op. 1", ocho minutos de una composición para cuarteto de saxofones a base de material sonoro de los componentes del Mediterranean Electroacustc Saxophne Quartet. Maestría absoluta en partes que recuerdan a guitarras, otras a percusiones... recursos inacabables con toques violentos que podrían recordar al Downtown Neoyorquino, sobre todo cuando irrumpe una doble/triple melodía (tenor, soprano y alto) con acercamientos a algunas partes de The Lounge Lizards.


Vuelvo a traer a colación a Llorenc Barber y Montserrat Palacios que organizaron el Festival Nits D´aielo Art donde a Miguel Molina se le dio el V Previo Cura Castillejo. Molina, investigador arqueólogo de las vanguardias musicales del siglo XX, profesor de arte sonoro en La Facultad de Bellas artes de la Universidad Politécnica de Valencia, es homenajeado en un collage de un minuto de duración en "Claro... Improvisar (A Miguel M.)"... dadaísmo y descomposición alucinantes. Como contraste, unas espaciadas notas de saxo envueltas en eco emulan a esas alarmas y sirenas de plantas petrolíferas en alta mar. Saxo tenor mas toda clase de recursos para "Oil Sonorities", la pieza más antigua del disco (1999) pero interpretada en 2001 por Galiana y Gregorio Jiménez a la electrónica y que sin dudarlo la más oscura de todo el disco. 

El tenor de Galiana se establece en los sonidos barítonos y en la comunión que se ejerce con los recursos de Jiménez  (roza el Noise y el Industrial) se crea una introspectivo y oleoso flujo sonoro que me recuerda a proyectos actuales como los DEAD NEANDERTHALS, THE MOUNTFUJI DOOMJAZZ CORPORATION o THE KILIMANJARO DARKJAZZ ENSEMBLE pero claro, "Oil Sonorities" es más antiguo. Cuando el tenor se queda solo parece metido dentro de una ciclópea cuba metálica y si lo escuchas con auriculares a alto volumen sobrecoge. Me encanta cuando los músicos tocan lento y con leves esbozos son capaces de abrir la psique del oyente en un abanico de fuegos artificiales. Atentos al clímax final que ya lo quisieran para sí la mitad de bandas del palo oscurantista en sus múltiples variantes.


"Em-mor(das)sax" es un encargo de Sergio Sánchez (República Ibérica Ruidista) a modo de contestatario panfleto sonoro contra la Ley Mordaza. Notas que siempre se acotan (mordazas) que en conjunto queda más como una homilía sindical obrera. Es curioso, pero "Recurrences", el tema que sigue, me parece más "amordazado" que el anterior. Ambiental, fusión perfecta de músico con instrumento, roce de saliva contra metal y de viento como percutor de un gatillo recurrente para suicidios sónicos.

Una de las virtudes de la electroacústica cuando hay saxos de por medio es que suele resultar una música triste y opresiva. "Us & Them E5 Human Tide", narrando el drama de las pateras que cruzan el Mediterráneo, podría ser la musicalización del dramático cuadro "La Balsa de la Medusa" de Théodore Géricault. La melodía principal es espiritual a lo Coltrane e invita a la reflexión. Preciosa pero dura en su concepto. La pista escondida "Two Girls" con una actuación de 1999 en la Sala del Club Diario Levante con el sintetizador de Joan Martínez `Mey´ y Jesús Salvador `Chapi´ tocando algo así como un bodhran nos mete de lleno a Galiana en el Cuarto Mundo de JOHN HASSELL para redondear lo que me parece un disco de adquisición obligada. 



domingo, 26 de enero de 2020

ABIGORUM - "EXALTATUS MECHANISM" (SATANATH RECORDS / DEATH PORTAL, 2019)


ABIGORUM (San Petesburgo) se forma como one man band en 2012 y poco a poco se va ampliando su plantel con músicos alemanes. A los teclados/batería de Aleksey Korolev (También en los excelentes TAIGA, que los reseñé aquí), se une el bajo de Sandra Batsch y las guitarras/voces de Tino Thiele, del que recientemente he reseñado su debut en solitario bajo el proyecto TROND (aquí). Tras Spectral Shadows, fantástico split con STRIBORG (aquí), lanzan ahora su nuevo disco como banda completa que me ha dejado con la mandíbula colgando.

Satanath Records en coedición con Death Portal sacan Exaltatus Mechanism, potentítismo artefacto de Black/Doom atmosférico y ambiental que se sirve de unos medios tiempos tan decadentes como hacerse una infusión con algas de río. El artwork de Luciana Nedelea es ya marca de la casa... un bodegón necrótico de estructuras óseas en blanco y negro. 


45 minutos que definen un álbum muy correoso y arrastrado con ese género tan complicado del Black/Doom por bandera y que tras un montón de escuchas he de decir que como mejor se disfruta es con auriculares; la razón de ello son unos pequeños detalles burbujeantes de teclados y efectos que cohabitan en una segunda capa del sonido y que son audibles a la perfección en plena oscuridad y con cascos. Decía que el Black/Doom me parece un género complicado por una sencilla razón... cuando se toca lento, se está más expuesto a que los defectos salgan a relucir y si encima tocas en formato trío, tienes que tener muy claro cómo quieres rellenar los espacios que se crean entre nota y nota.

ABIGORUM salen victoriosos sin duda. "Grau Und Schwarz" es un monolítico arranque donde sobre ese fondo fangoso flota la voz acre de Tino Thiele, que ya tuve oportunidad de disfrutar en TROND. Efectos extrañísimos de los sintes compiten con un riff de guitarra muy al estilo de BETHLEHEM y por ende rozando eso que llaman el Suicide Black o Dark Metal si me apuráis. Excelentes dobles voces susurradas y un acojonante, malsano clímax han llevado a este proyecto a un salto cualitativo muy notable. No hay a penas espacio para respirar en la maraña de sonidos de la banda, que gustan de temas cortos pero intensos y circulares al estilo de "Maskenball"; la guitarra exuda otra tremenda melodía depresiva mientras la base rítmica marca un fúnebre tempo que me recuerda a los míticos ALASTIS

(Pit Art del cd)

Atentos a cómo aborda la guitarra el comienzo de "Jetzt", doblándose a sí misma al estilo SUMMONING. Los efectos de los que os hablaba van y vienen como acoples acusosos sobre una batería lejana y marcial... cuando estalla el tema, lo hace rozando el Funeral Doom. Densos, pétreos e hipnóticos... es alucinante cómo han mutado ABIGORUM su sonido hasta fundir de forma tan sutil el Black con el Doom. 

No llegan al nivel afilado y al borde del suicidio de ATARAXIE, DEINOCHYUS y bandas así, sino que lo funden todo en una especie de simplistas bases que me traen una y otra vez a ALASTIS a la meolla. "Für Die Ewigkeit" suena más distorsionado, con esas percusiones marciales propias del Pagan y con BURZUM por bandera. "Königreich Dunkelheit" o "Der Ángstliche Mensch" parecen versiones apócrifas y bastardas de BURZUM... algo así como si encontraras una grabación perdida de Vikergnes en unos Neo Pergaminos de Qum¡rán en el año 3040. Impresionante la voz de Thiele adaptándose al ritmo calmo y mántrico de la música o recitando homilías desde un púlpito de huesos. 

Todo lo que vive, tiene que morir y Exaltatus Mechanism se desangra con otro riff mortuorio marca de la casa en "Krieg"; impulsos percusivos que son extertores pre-mortem, efectos electrónicos como arritmias en un jodido electrocardiograma en una bradicardia maligna y voces de difuntos que llegan de lejos invitándote a que abrazes sus exangües manos. Fríos líquidos exudativos execrables en el sudario musical de "Über Dich", que sólo cambia su dirección para introducir un recitado que pone los pelos de punta ("Oder was denkst du / Über deine freiheit / Oder was denkst du / Über deine freuden") y como punto final, la pátina ambiental de "Das Kloster" con un recitado al más puro estilo Black Nórdico.

Un discazo el que se han marcado ABIGORUM. Da la impresión que los 45 minutos se basan en una misma melodía, y eso a mí, que soy de neuronas semi muertas, me encanta.


martes, 21 de enero de 2020

KOSTADIS / UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS - "SPLIT" (SWEETOHM RECORDINGS, 2018)


Hoy os traigo un Split de dos proyectos alucinantes que se retroalimentan del underground mas críptico y hermético. Por un lado, KOSTADIS, excelente música experimental en solitario desde Atenas de Kostadis Michail (de bandas tan diversas como Duke Abduction, Lost Bodies, Masine Like Koma, o Wham Jah) que se nutre de la electroacústica más perversa, y por el otro los insanos checos UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS de los que os hablé en por aquí con motivo de su otro Split con CALF. La edición corre a cargo del recomendadísimo sello SWEETOHM RECORDINGS de Karditsa en un vinilo con artwork doble incluido el insert.

La Cara A es de KOSTADIS. 20 minutos alucinantes grabados y masterizados entre 2017/2018 con sintes modulares, grabaciones de campo, drum machines, objetos diversos, manipulaciones de cintas y voces. "Fragments", que así se llama el tema (y que técnicamente es su tercer trabajo en solitario), cuenta con un fantástico artwork de Panagiotis Spoulos y alterna tanto pasajes crípticos que rozan el ruidismo con bellas partes acústicas (mas procesados diversos). 


Música concreta elevada a su enésima potencia (con sutil regusto Gamelán y Balinés) y por ende transformada en suerte de suite abstracta en la que cada ruido es sobrealimentado al límite de lo imposible. La comunión íntima establecida entre los chasquidos y chirridos descarnados y las melodías contemplativas que discurren en paralelo son un todo fragmentado pero compacto... una revisión sonora del Golem de Meyrink que o te destruye o te lleva al Nirvana. Puestos a comparar, me recuerda a Cyclobe en algunos detalles para al rato sonarte a algo parecido al Kraut Berlinés. 

De inicio soterrado pero de eclosión intensa, KOSTADIS demuestra un soberbio uso de recursos de todo tipo que van más allá de la simple masturbación aleatoria de potenciómetros. Mini melodías con objetos de bronce (al menos me lo parece), bases rítmicas de cariz oriental, instrumentos de viento deformados y algunos exabruptos que rozan el ruidismo emulsionan de forma conjunta a una música que roza a partes iguales lo espiritual y lo electrónico. Magnífico.


La Cara B son dos cortes de UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS. "Hüzün" es un término turcos para la tristeza existencial mientras que "Hùzūn" (尊重  en chino) es la palabra para respeto y valor. La impresionante portada (The Bridge Builders) es obra de Karel Hladik. La fascinación por la propaganda, lo surrealista, las ideologías religiosas y militares son llevadas al particular terreno de los eslovenos (en cierta forma a nivel plástico/contextual recuerdan a Laibach).

Petr Habrych y Willhelm Grasslich (este último como ente ideológico, artista multidisciplinar al cargo del movimiento Pravěk Noise Section que os invito a investigar) tejen una maraña de Drone electrónico con puntos de conexión al Power Electronics. Ambientes electrificados que van, vienen y se sienten de forma física en el plexo solar.


Una catarsis deconstructivista a través de un Noise tan espacial que por momentos podría recordaros a algunos de los discos más herméticos de Acid Mothers Temple o Kawabata Makoto en solitario. Como intentar orinar en un wáter instalado en lo alto de un tornado, la música de UNCLE GRASHA´S FLYING CIRCUS destila un humor tan negro que sería como reírse de los pedos de un cadáver en putrefacción. El segundo de los temas, "Hùzūn", una delicia en modo loop de acaramelados roces metálicos de sierras marciales al más puro estilo de Die Krupps en su mítico debut de 1981 Stahlwerksinfonie o cualquiera de los exabruptos propios de Throbbing Gristle



jueves, 16 de enero de 2020

OCTOBER EQUUS - PRESAGIOS (OCTOBER XART RECORDS, 2019)


Pues haciendo cálculos son unos 6 años desde que le había perdido la pista al guitarrista Ángel Ontalva, más o menos coincidiendo con los últimos trabajos que se editaron de OCTOBER EQUUS, tanto Permafrost como el fantástico Isla Purgatorio que tirando de memoria salieron aproximadamente en 2013. 

También de memoria creo que por aquel entonces se creó el sello OCTOBER XART y saldrían obras  relacionadas más pequeñas y experimentales como fueron Sorginak (con Mark Egea), Valimonster (con Vasco Trilla) y el altamente avanzado Land Of Rain And Steel. Por aquella época empezó a irrumpir de forma exponencial el formato digital, coincidiendo si mal no recuerdo con el autoexilio ruso de Ontalva y reconozco que andaba algo desconectado en cuanto a los trabajos que iba editando... eso sí, seguía religiosamente sus acuarelas, dibujos y estampas costumbristas de tierras rusas que me siguen fascinando sobremanera.

El Jazz Rock, el Rock en Oposición, la música de Cámara e incluso el Zeuhl forman un póker extraño que pocos músicos han llevado a combinar de forma exitosa. Se me ocurren bandas ya consagradas como los algo olvidados Senogul, Sinouj y sus sonidos más mediterráneos, los canterburianos Amoeba Split, agrupaciones más recientes como los brutalmente adictivos afrofunk Outer Space y los sevillanos Larsen C. and the Millenials... todo pasando por las combinaciones con la música tradicional catalana de Kaulakau o la internacional propuesta a través de los sellos Margen y Cuneiform de Planeta Imaginario


Hay más, pero más enclavados en el Jazz o la improvisación y sería convertir esto en un texto de música homeopático diluido hasta el infinito... y además de toda esta fauna musical surgen ramas combinatorias hacia Discordian Records y grabaciones de Ethno Jazz y sería bastante farragoso meterse en esas lides. Quizás mencionar el fabuloso Filthy Habits Ensemble donde se ponía música a Stravinsky y se abordaban todos los palos imaginables.

El caso es que Presagios, que así se llama el nuevo disco de OCTOBER EQUUS, reúne a su formación original mas aditamentos varios en los avatares de Yolanda Alba Rodríguez (flauta), John Falcone (fagot), Pablo Ortega (cello), Piotr Talalay (batería), Víctor Rodríguez (teclados), Amanda Pazos Cosse (bajo) y Ángel Ontalva (guitarra). La grabación, composición y masterización pasa por Amanda y Ontalva, con paradas en los Estudios La Koudra (Pablo Canalís) y los VXM Studios en Astrakhan (Rusia) y es que Piotr Talalay es uno de los músicos que han compartido hermanamiento con el exilio ruso de Ontalva. Sobre los que han puesto pasta para la grabación no hablo porque son conocidos y no quiero aparecer muerto en una cuneta con un tiro en la sién...


De lo que tengo que hablar es del inmenso artwork del disco, obra de Ángel Ontalva, y que a modo de postales psíquicas simbólicas han dado un salto de calidad impresionante desde las primeras ilustraciones que recuerdo. Paso a la música.

Presagios suena terriblemente atemporal. Si me lo ponen de sopetón y sin datos no sabría decir la fecha de grabación y eso para mí ya es un punto a favor. OCTOBER EQUUS siempre se han beneficiado de ese tipo de sonido, usándolo como arma a favor y coadyuvante de la tenebrosa sábana gótica que imprima carácter a su propuesta. Ya pasaba con Charybdis o Saturnal, suerte de ominosas bandas sonoras progresivas pero muy opresivas... angulares en extremo, (característica de la música de Cámara o la Clásica contemporánea) y capaces de subyugar al oyente atrevido que se adentre en las complejas pero siempre sugerentes melodías de la banda. 

En cuanto a etiquetas es complicado. Si bien resalta el Avant Rock a lo Fripp, Henry Cow, Art Bears y demás, siempre he pensado que se trata de una propuesta muy europea por un lado, con ese sustrato canterburiano, pero con la osadía del downtown neoyorquino menos bilioso y agresivo... eso por decir algo, porque luego se ponen en plan poliedro y te acuerdas del Zeuhl, de Magma y de otras especies francesas como Eskaton. Me salto la referencia ineludible (comodín del público y del reseñador siempre) a Zappa, nunca la usaré... siempre he pensado que la mitad de la discografía del de Baltimore es innecesaria; un bodevil de chascarrillos interminables que tapan la verdadera esencia de los grandes músicos que lo rodearon. Pero bueno, eso son opiniones muy personales y de nuevo quiero evitar a toda costa eso del tiro en la sien y la fría cuneta....


El disco se abre de forma descomunal con "Pneuma", alternándose en breves ráfagas todos los instrumentos como si cada uno necesitase del otro para avanzar creando una música que indica movimiento y avance, todo dentro de una estructura pseudo Noir a lo Henry Mancini pero de base rock. Poco a poco se van concretando las melodías, los vientos encuentran su sitio y la guitarra se abre paso de forma sinuosa entre la base rítmica. Lejos de eso que llaman virtuosismo, esto es más música de conjunto (aunque se repartan las composiciones más o menos de forma pareja entre Rodríguez y Ontalva). OCTOBER EQUUS abrazan el Canterbury desde una perspectiva mucho cargada de los claroscuros del tenebrismo. 

Un pequeño solo impresionante de flauta con una insistente nota de teclados parte en dos el tema, brillando un pequeño crescendo en la parte final sobre marciales percusiones y un riff circular de la guitarra. "Intermitencias", con ese claustrofóbico aire aceitoso que da el fagot se refuerza con el cello y la fortísima batería que entra segundos después. Imposible describir la cantidad de detalles; el conjunto de los instrumentos se acercan a la sinfonía de una suite y sólo los electrificados requiebros de la guitarra en comunión con el resto indica que esto es algo compuesto y no improvisado. El protagonista en "Singular", pequeña pieza de orfebrería, es el sintetizador como hilo conductor el que cose una sábana de volutas minimalistas en una juguetona melodía que contrasta con "Estelas" que me recuerda a los finlandeses Alamaailman Vasarat por su cercanía a lo circense y regusto por lo oscuro. Me encanta el repetitivo ritmo del bajo, machacón como un yunque.


"Ceniza" es el que más me recuerda a la improvisación libre. Pequeños motivos sobre los que se explayan los instrumentos resaltando la pegada de la batería y pequeñas irrupciones esquizoides cuasi espásticas de flauta, guitarra y teclado... energía motriz que contrasta con la mistérica y lenta "Ígneo", cercana al Jazz Fusión con bajo/batería llevando el peso de la estructura  y un teclado que suena a Hancock pero amortajado en Funk lúgubre. Como Univers Zero marcándose una versión ska de Madness... vale, lo retiro que aparezco en la cuneta otra vez.

Preciosa la lírica "Oculto", pequeño puente casi Folk hacia "Presagio" donde Ontalva demuestra que no necesita masturbar con mil notas y acordes el mástil de su guitarra; con sólo varios arpegios sostenidos rozando el glissando (que dios guarde a Daevid Allen) y con el apoyo de una lenta batería y un sutil teclado se tiene la sensación de flotar. Un momento... OCTOBER EQUUS tocando Cool Jazz?... bang!!, tiro en la sién y a la cuneta, aunque resucito para narraros un final de órdago con toques a Downtown/Knitting Factory en el susodicho tema, para pasar a la teatralidad expresionista de Henry Cow y similares en "Secrag", corta pero intensa. Me da la sensación que con el nivel que hay en este disco otros sacarían 30 trabajos.... bárbaro.


Como se me agotan los adjetivos, los calificativos y el lenguaje en sí, os emplazo a que escuchéis los once últimos minutos formados por la épica "Céfiro", que por momentos me ha recordado a Epic de Kamashi Washington (Afro Space Fucking Jazz) o a una versión más progresiva del Avant jazz de Chicago (por cierto, tremendo el clima del Cello en todo el disco, casi siempre acompañado por el fagot y que juntos, especialmente en este tema, parecen una reactualización de una banda sonora Blaxploitation pseudo sinfónica para sibaritas) y "Sombra", un excelso reflejo de todo lo anterior destilado/condensado en una abigarrada muestra de a qué nivelazo llega una banda que me temo, y en base a la idiocia periodística de este país, seguirá habitando en el extranjero y el boca a boca de los amantes de "las otras músicas", sea lo que sea eso.

No es un presagio, es una puta realidad.











martes, 14 de enero de 2020

DAMIEN DE COENE - "SANS TITRE" (ANOXIA RECORDS, 2019)


DAMIEN DE COENE es un proyecto relativamente reciente desde Oridzia (Guipúzcua) anclado dentro del árido mundo del Harsh Noise Wall y que si no me equivoco es en Marbre Negre donde se daría a conocer con el ya agotado Springtime Depravity. Si cogemos el Japanoise y lo extremizamos más; si cogemos las soflamas bélicas, depravadas y perversas del Power Electronics y lo reducimos a un puro empuje de glitches y pocos o ningún cambio en la maraña indiscernible de golpeteos metálicos, quizás entonces podamos entender a qué niveles llega el Harsh Noise Wall. 

Sin  cambios, inalterable, sin voces... partículas metálicas que te golpean como un monolito psíquico donde la textura es el eje y punto de referencia hacia estados alterados de consciencia. 60 angustiosos minutos donde el paso de un corte al otro es un exabrupto que tiene la particularidad de cardiovertir mi psique al modo fábrica. 


Editado por Anoxia Records en una cassette con carátula de plástico sobredimensionada con artwork de Joseba Agirrezabalaga que casa a la perfección con lo que nos vamos a encontrar en la cinta. Es muy difícil entender la sensación casi física cuando escuchas esto a un volumen considerable; sólo apuntar que los 30 últimos minutos me han dejado la médula absolutamente solidificada. 

Una catarata de ruido en pleno descenso/caída libre inacabables gracias a una sobrealimentación llevada a niveles de extremismo tales que corrompen y pudren al sonido. No apto para casi nadie que su sano juicio, pero necesario a su vez como caleidoscopio sensorial que debe experimentarse al menos una (o varias veces) en la vida. 

Como nadar eternamente en un mar de estropajo metálico sin horizonte y pretender llegar sano y salvo a puerto.