Nanuk el Esquimal (Nanook of the North) es un documental (casi que diría el primero de la historia) mudo rodado en 1922 por Robert J. Flaherty que se pasaría prácticamente dos años de su vida conviviendo allá por la Península de Ungava (Despeñaperros para arriba, todo recto) con Allakariallak (Nanuk) y su familia haciendo pues eso, cosas de esquimales como cazar una morsa, encender fuegos y tal. No voy a entrar en su validez como docudrama porque es un debate cinéfilo amplio y complejo con sus detractores que consideran que Flaherty reimagina `a su modo´ cómo era la vida en el Norte de Canadá pero lo cierto es que años más tarde, acaba resultando el perfecto telar de imágenes sobre el que anudar una maravillosa banda sonora que el saxofonista, compositor, escritor, editor y gestor cultural (añadiría más cosas, pero con un click accedéis a su currículum) Josep Lluís Galiana decide intervenir performáticamente para aunar música e imágenes bajo encargo del Instituto Valenciano de la Música allá por 2007.
¿Qué hace Galiana? Pues sabe perfectamente que la familia lo es todo y para ello busca a unos esquimales íberos concretos conocidos de Despeñaperros para Abajo como la ENSEMBLE IMPROMPTU (desconozco si quedan copias, pero os recomiendo contactar con Josep e indagar si Instinct de 2005 y Khroma Akustikós de 2007 siguen disponibles porque son dos verdaderas joyas). David Herrington (trompeta y tuba), Jorge Gavaldá (guitarra procesada), Gregorio Jiménez (electrónica en vivo), Remigi Roca (contrabajo), Osvaldo Jorge (tabla india y percusión étnica), Galiana (composición, dirección musical y saxos) y Pep Llopis a la dirección artística son convocados de forma mediúmnica por el propio Llopis al festival L´aula d´altres Músiques en el Auditorio Carmen Alborch donde junto a la Filmoteca Valenciana proyectan la película mientras la Ensemble Impromptu `genera en puro directo bajo un andamiaje sutil preestablecido´ la música que la arropa. Años después, y para delicia del respetable oyente, LÍQUEN RECORDS edita este maravilloso CD de (efectivamente) 79 minutos que justos son los que dura el film de Flaherty.
A grandes rasgos y de forma general, Nanuk L´esquimal funciona perfectamente como álbum independiente de la imagen así que queda plenamente justificada su edición. La música aun perteneciendo al espectro de la libre improvisación es mucho más amable de lo habitual, con partes que rozan la Clásica Moderna, Cámara, la World Beat e incluso la música concreta de tal suerte de que una composición `en vivo y en directo´ mediante determinados parámetros. Por ejemplo, asignar sonidos y timbres a personajes o situaciones concretas (vale esto tanto para los seres humanos como para animales o situaciones) hace que se repitan a modo de `scores netamente cinematográficos´ algunas partes dando una sensación marcada de musicalidad o mejor dicho melodía. Lo abstracto y atonal se convierte en cotidiano y amable gracias a la disposición de una especie de guión musicalizado que acaba desembocando en un cromatismo cargado de atmósfera. Dicho de otra manera, la partitura musical deja los espacios libres adecuados para la improvisación como suele ser habitual en estos estilos pero de forma concentrada y quizás un pelín más restrictiva para que lo agreste sea eso... agreste y no salvaje o el fuego no se tranforme en incendio.
La banda sonora se divide en 12 bloques que un poco a vola pluma voy a iros describiendo. No creo que tenga sentido ser exhaustivo e ir tema por tema ya no sólo porque no tengamos la imagen correspondiente del documental sino porque puede ser algo tedioso. Como os comenté, se trata de música bastante comedida en lo agresivo y donde prima lo `descriptivo´. Partes solistas como esas cuerdas con arco de la apertura se unen a una percusión de corte muy étnico y tribal. Pausada, con mucha tabla india (muy buena en "Segona Conducció") y subrayados estratégicos de una tuba que está magnífica. Brillando sobre ese pasaje aparentemente sobrio (mejor dicho, asordinado) brilla el saxo de Galiana (por ejemplo en "Introducció") en su ejecución de corte casi New Thing (por alguna razón me recuerda a Archie Shepp).
La electrónica se funde con el resto de instrumentos y por momentos me da la sensación de haber ralentizado `in extremis´ a Les Baxter o Esquivel sobre todo en los pasajes donde todos los instrumentos fluyen juntos. No es el caso por ejemplo del áspero discurrir de percusión y electrónica de "Primera Conducció" pero es magnífico como el procesado que se le ha dado tanto a la guitarra como a la electrónica permita la antropomorfización de los sonidos que se despliegan. No entramos en el Noise, pero os aseguro que sólo un puntito le falta y nos quedamos en la Concrete o, si me tiráis del pezón izquierdo en un momento de debilidad, os diré que el flotante Ambient del Cuarto Mundo de John Hassell exuda algo de su lisergia dentro Nanook of the North.
Como suele suceder en todo aquello que se proyecta en blanco y negro, hay pasajes de los instrumentos de viento ("Nanuk i el Gramofón") que son Cool Noir Jazz o incluso se roza la Cartoon Music (la puntillista, silente y con mucha sordina "Nanuk va de Pesca") aunque bien es cierto que el magnífico trabajo del contrabajo de Remigi Roca lleva al conjunto a un encomiable nivel que es algo así como añadir las cuatro cuerdas de Mingus a Don Cherry y Ed Blackwell (MU). Vuelvo a insistir con el contrabajo con la sobriedad al arco (casi Música de Cámara) y eterismo electrónico mientras arremetidas controladas de la tuba luchan contra una percusión que se va abriendo en abanico en "Nanuk Navega per la Mar a la Caça" en un bello in crescendo muy británico en ejecución (no desentonaría esto dentro del catálogo de EMANEM en las mil y una rotaciones de John Stevens / Barry Guy / Paul Rutherford / Trevor Watts o los experimentos de Evan Parker en Psy).
Como suele ocurrir con la vida de todo esquimal que se precie, los elementos Tierra, Fuego, Aire y, sobre todo este último, será el protagonista de "L´arribada de L´hivern (sons eòlics)" que es un pequeñísimo puente minimalista. A estas alturas del disco pasa prácticamente de todo; pasajes muy sinuosos y tribales o justamente lo contrario (la ausencia de lo percusivo per sé) y así transcurre desde la monolítica y percusiva "Segona Conducció" ejemplo de lo primero a su reverso tenebroso instrospectivo como muestra de lo segundo en "La Familia de Nanuk dins de L´iglú") y aprovecho para decir que Nanook of the North es un álbum de conjunto, no de individualidades; la elección de qué instrumentos son los que tocan en cada parte es muy acertada y ya no sólo qué instrumentos, sino cual se decide dejar en un segundo plano. Un diez a la dirección musical.
Galiana despliega sus recursos técnicos en un soliloquio de saxo soprano en "De Matinada" que como adjetivo particular, está embebido de crepuscular belleza de sutileza étnica. Transcurre en segundo plano un obsesivo contrabajo al arco y alumbrantes sonidos electrónicos incluyendo (no sé si de la guitarra o qué) motivos melódicos que recuerdan a un arpa además de la sensación de que algunas notas `van hacia atrás´ contra un río musical (el resto de notas) del mismo modo que los salmones.
Ecos a una mezcla entre las Rabih Abou-Khalil y el Klezmer radical Zorniano para la monumental de 13 minutos "Nanuk arpona una Foca"). Aquí es donde confluye de forma soberbia todos los recursos manejados por Ensemble Impromptu pero girando hacia el Free Avant Jazz.
Quedan 9 minutos pero como homenaje a Nanook, me callo.