Para quienes no sepan de dónde venimos, les recuerdo que hace un par de semanas hablaba con Juan Aathma sentados sobre el añejo polvo de un Sol Muerto. No soy dado a repetirme, así que ahí os dejo muchos detalles técnicos y conceptuales del flamante Dust From a Dark Sun, la nueva obra de arte de una de las bandas quintareferenciales en lo que a sonidos oscuros se refiere. 39 minutos editados por Ardua Music en vinilo y cd, con portada de Robert Hernández que bien podría casar en cualquier escenario de Dead Space, el Survival Horror espacial por antonomasia.
Abre el disco las percusiones tribales de civilizaciones desconocidas "Cosmos", una muralla asfixiante sobre la que se abre la curtidísima ya voz limpia de Juan... imaginaos un cruce entre los Reverend Bizarre, Candlemass y Tool, con temática necro futurista y efectos de tecnología teratogénica de sintetizadores que ululan en la retaguardia. ¿Es posible tocar Traditional Doom mezclado con Space Rock setentero en el año 3.000?... yo creo que sí... ya lo hicieron los suecos KRUX. La base rítmica Chamani y Alejandro funciona como si llevara 3 eones tocando juntos, adaptándose a la perfección a los recovecos futuristas que deja el sinte de Juan en la fastuosa apertura de "Impending Fate".
No han perdido esencia AATHMA y si sus anteriores discos hablaban de Civilizaciones Antiguas y desaparecidas, en este nuevo disco subliman ese concepto y le dan una vuelta de tuerca más (os recomiendo nuevamente leer la entrevista). La voz de Juan es el combustible de una nave que se desplaza en "Impending Fate" con acetábulos propios de los Monster Magnet pero mucho más introspectivos. Las letras, un Haiku hipnótico estelar que caracolea entre destinos perdidos, crepúsculos decrépitos y naturaleza exangüe. Un temazo tremendo que sin solución de continuidad se une a un riff de guitarra grueso como gruesa es la percusión... algo así como los Candlemass del King of the Grey Island pero con una inusitada frescura aportada por unos sutiles arreglos pseudo experimentales que se van descubriendo conforme escuchas más y más el álbum.
Desde lo más recóndito del universo, "Blood Hands" se retroalimenta en psicodelia, fuzz y zumo de cactus electrificados para esófagos a prueba de ígneos cócteles y sobrecargas de alimentación voltaica. Rock desértico de un desierto que no pertenece a esta época... un desierto cuya arena se ha sustituido por el polvo de huesos de cien humanidades extinguidas. Humedad relativa en sincopados requiebros de una guitarra setenteramente Hard que se lanza a un solo en estilete que cava en los restos polváceos buscando agua donde sólo puede manar la sangre. Plúmbeas notas de bajo que se agiganta cuando se acopla en cópula a la batería hasta que se obtiene cierto regusto Progresivo (como unos Mars Red Sky tocando un viejo tema de Aathma, no sé si me explico).
Ominoso inicio para "A Black Star" que resalta todavía más la brutal masterización de Víctor García en los Ultramarinos Mastering. A la brutalidad de la base rítmica, que roza el Thrash de Sepultura pero más estilizado, se le añade ese toque siempre rural que da la Lap Steel (Chamani), formándose un curioso contraste que desemboca en un pasaje de puro Heavy Psych (controlado y sin llegar al desfase) para volver a la melodía inicial, al pegadizo estribillo y un fade out de la lap steel. Colabora Greg Dale a la guitarra en la inmensa "Embrace the Ocean", que inevitablemente me trae a la mente a los añorados Warchetype o Great Coven. Fabulosa la voz de Juan pasada por cierto deje de Vocoder que, llamadme loco, me recuerda a Brendan Perry en el electrónico disco en solitario Ark o por qué no, a los estribillos de los renacidos Dead Can Dance en Anastasis, disco que marcó la vuelta de los Australianos y no, no se me olvida que estamos en un disco de Doom... aunque para eso ya está el cierre monumental "The End of my World" que abre todo un abanico de posibilidades con ese fantástico uso de la steel guitar y reitero, afortunadamente huyendo del Stoner pero quedándose lo mejor del género como esa mirada a las estrellas de gente sabia como los Yawning Man o toda la escena texana.
El Doom Metal es una sensación, no una etiqueta y lo he dicho en mil ocasiones. NO ES FÁCIL tocar lento, NO ES FÁCIL cantar en estos estilos con un registro limpio a la voz, pero Aathma hacen que parezca fácil en Dust From a Dark Sun. Aathma han grabado un clásico instantáneo que te entra desde los poros y se te clava como un parásito intestinal y tratamiento no voy a darme porque me gusta estar colonizado por estos sonidos.
Uno de mis discos del año.
https://aathma.bandcamp.com/album/dust-from-a-dark-sun
https://arduamusic.bandcamp.com/album/dust-from-a-dark-sun
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