Siempre me pareció curioso que las técnicas del momento no permitieran hacer un verde correcto para The Incredible Hulk allá por el año 1962. Harto de grises y verdes y sus aleaciones pigmentosas, Goldberg decidiría colorear en color batracio para la posteridad, y algo así es lo que le sucede a la portada de Standing Stone de OLIVER, disco de culto puro y duro (luego analizaremos eso), y que a la postre su portada estaba planeada en color azul (llegaron a salir copias en dicho color) pero claro... año 1974, letras negras sobre azul... aquello era complicado de leer así que se decidiría ese verde oliva que podéis contemplar y que hostias, tampoco ayuda demasiado a los nervios ópticos. Por cierto, no deja de ser curioso que la autoedición saliera bajo el auspicio de OLIV RECORDS, de Oliver, pero que haga referencia al color oliva de la portada. Y diréis... joder, vaya mierda de introducción. ¿De qué estará hablando el tipo este?. Pues os estoy relatando el envoltorio de un disco de culto de Acid Folk, Psych Blues y bizarradas varias que ha exhumado para gloria del coleccionista el sello Guerssen.
Puede parecer extraño que haya entrado a contaros de este disco por la portada, pero no es baladí que la gran mayoría de `pressings´ privados de Psych rural de los 60 y 70 contara con este tipo de portadas planas y simples, como así demuestran las infames reediciones bootlegs y piratas de Erebus o Radioactive o Bamboo y Phoenix (estos sobre todo en la escena japonesa) aunque para tranquilidad de todo el mundo, James Plummer ya fue condenado en 2005 mediante juicio de rigor tras denuncia por la familia de Hendrix y es que claro, una cosa es sacar sin derechos discos de granjeros sin nombre, y otra de Hendrix... cosas de la vida. Sigo un poco más.
(reedición de 1992)
Toda esta reflexión sobre cubiertas y colores viene a colación de que no puedo quitarme de la cabeza la portada de Fith Flight y su único disco, Into Smoke Tree Village (1970), otra rareza de guitarras fuzzeras y órganos a cargo de cuatro compañeros de instituto; la simpleza de AWOL de Black Orchids o la simple pero efectiva cubierta de Under The Burning Sun (1978) de VIIth Temple, especie de remedo apocalíptico de The Doors. Agrupaciones de hippies cristianos (Wilson McKinley, 1971), granjeros con banjos, experimentadores de proto drone en el 76 (Cosmic Beam Experience de Francisco), adoradores de excrementos (Does Their Own Stuff! de Hot Poop, 1971)... y es por todo ello que me atrevería a decir que si el Garaje Rock era moneda común, todo el resto que iba saliendo era la calderilla y todavía mejor, dentro de esa calderilla se colaban auténticas monedas de oro y una de ellas es sin duda OLIVER. ¿Y cuál es el nexo de unión en todo este submundo?. Pues generalmente se cumplen una serie de premisas que son: tiradas autoeditadas, oscuridad absoluta en torno a sus miembros hasta que no llegan las reediciones ilegales y por lo general, el descubrimiento fortuito de algún coleccionista en mercadillos, almacenes o algún máster de cinta incluso en un altillo.
Sigamos. ¿Y quién es Oliver Chaplin? La década de los 70 estuvo absolutamente plagada en Inglaterra y Norteamérica de músicos y bandas que durante veinte años habían sido impregnados del nacimiento de `otra forma de música popular´; el nacimiento de un estilo (rock) y su consabida evolución hacia la Psicodelia, el Prog o el Folk Rock y bueno, esa forma contestataria de ir contra el sistema imperante. Las vacas sagradas son harto conocidas y poco hay que hablar de ellas; tenemos a los Captain Beefheart, a Syd Barrett, el pantanoso Blues de Robert Johnson... y es que hay algo casi intachable en las tres décadas que van del 50 al 70; era raro la familia, viniera de donde viniera y tuviera el estatus social o racial que fuera, que no hiciera sus pinitos con algún instrumento. La música era parte de la educación, aunque otra cosa son los resultados, evidentemente. Oliver Chaplin, con tres hermanos más habitando una granja en Suffolk, van moviendo sus inquietudes (sobre todo guitarra) hasta formar bandas locales como The Rebels, The Avengers o Giles and Oliver (con uno de sus más avezados hermanos a la guitarra) pero todo eso ya lo tenéis en el excelente texto de Richard Allen que viste el libreto.
En esta micro-escena de granjas también se daba eso de las competiciones y las Battle of the Bands del Garage se veían reflejadas en enfrentamientos con otros vecinos, caso de Ivan Pawle que llegara a ser teclista de Dr. Strangely Strange. La familia Chaplin se muda al mágico entorno de Gales a otra granja en las montañas Preseli de Pembrokeshire donde se cree que partieron originalmente las piedras de Stonehenge que imagino tendrá algo que ver con el título Standing Stone. Estamos hablando de localización telúrica en lo atávico pero también en lo sonoro, con maravillosos festivales donde campaban a sus anchas The Incredible String Band o vecinos de la talla mental de ni más ni menos que Nik Turner de Hawkwind y tampoco es desdeñable la conexión con el Canterbury a través de esos dos enormes monolitos que son los dos primeros álbumes de Soft Machine.
Al mismo tiempo que Oliver Chaplin entra en la universidad, su hermano convierte una especie de mansión cercana a la granja en una comuna hippy al igual que estaba ocurriendo en Alemania (desde Amon Düül, Faust, Sinoah o Kalacakra) hasta América con Yahowa o Sun Ra como padre cósmico egipcio en el Jazz. Pues bien, pillan un sistema de sonido y junto a su hermano empieza las mini giras por pubs, fiestas o largas improvisaciones al estilo de los citados Yahowa 13 pero sin la mística acuariana de aquellos (digo esto porque las Jams en la mansión podían prolongarse durante días), con varios instrumentos por allí tirados y la posibilidad de unirse a la marabunta sonora para quien andara por allí. Se suceden actuaciones, formación de grupos y mira por donde, en plena aparición del Progresivo el hermano Chris empieza a trabajar para la BBC con máquina para corte de vinilos y contactos con Decca y es precisamente aquí donde Standing Stone empieza a forjarse de una manera tan particular que me recuerda a la primeriza magia de Conny Plank para hacer trucos de estudio en el Kraut cuando no había recursos. Efectos de guitarra, una Fuzz Box, TEAC reel to reel de 4 pistas y bastante trabajo de postproducción para conformar 200 copias de un Lp (digo 200 pero he encontrado datos que van desde las 200 a las casi 500).
(test pressing original)
Escuchado a fondo el álbum, es inevitable que se te venga a la cabeza los Captain Beefheart pero claro, según Chaplin, todo lo que escuchaba era el Blues de Robert Johnson, Chuck Berry y Elvis Presley (por ahí he leído que el primer disco de música que compró fue allá por 1991). Interesante es la referencia a Magical Power Mako de la hoja promocional de Guerssen con lo que coincido plenamente porque los experimentos del joven Mako en su época pre-adolescente en la excelente caja Hapmoniym que abarca del 72 al 75 tiene muchísimo de este espíritu musical y economización de los recursos que se escucha en Standing Stones. Por lo demás, finales de los 60 y hasta mediados de los 70, el mundo musical fue una auténtica eclosión de pus excéntrico donde afortunadamente, y gracias a casualidades imposibles, podemos disfrutar de tamañas obras a día de hoy. Digo esto porque hasta 1990 en un mercadillo no aparece una copia y el álbum no empieza a reivindicarse como pieza de culto (no es esta ni la primera ni la última vez que algo así ocurre); la distribución por parte de su hermano Chris a la BBC y a radios, los escasos contactos con John Peel y la casualidad de que Virgin todavía no era un sello sino una tienda, llevaron a Standing Stone al ostracismo y posterior olvido. Hay una salvajísima anécdota en el libreto donde Oliver explica la frustración ante el vuelco total de Virgin hacia el Tubular Bells de Oldfield... no era común discos de semejante calado grabados por un solo músico (ambos se graban en el 73).
¿Qué es lo peor que le puede pasar a un álbum de estas características?. Pues que lo que a todas luces iba a ser un disco `oficial´, por causas del destino acaba bajo la etiqueta de `edición privada´, que básicamente es lo mismo que decir que te la comprarán tus colegas y tus padres. Además (imaginad la época) son discos con nulo trabajo de artwork y que no ayudan visualmente ya no solo a venderse sino a reconocer el estilo. A pesar de que la pareja de Oliver tenía muchos contactos musicales (desde trabajar en Glastonbury hasta Hillage o Zappa), o de incluso ganarse el beneplácito de JJ Cale en un olvidado Pub en Highbury (llegó a invitarle a una Jam session impresionado por la técnica y versatilidad a la guitarra), Chaplin dejó pasar el tren pasivamente hastiado de la industria musical y bueno, no es hasta ahora que GUERSSEN saca la segunda reedición usando como fuente el master original (hubo una previa en 1992/1995 en Lp y Cd respectivamente) con trabajadísimo libreto con fotos que no verás en ningún sitio y un texto brutal acompañando tanto al CD como a las diferentes versiones del LP.
Resulta también intrigante la existencia de una tercera edición de 300 copias no sé si autofinanciada por el propio Chaplin de extrañísima portada de la que poco o nada sé (imagino que será de los 90 tras descubrirse el disco y ante las peticiones del disco original por coleccionistas, quizás Chaplin se fabricara una tirada para satisfacer tanto al bolsillo como al oyente, que comer tenemos todos que comer)... aunque investigando parece que las `liner notes´ son de David Wells del conocido sello Grapefruit así que no sé que pensar.
(reedición francesa posiblemente a cargo del propio Oliver, numerada a mano y de 300 copias)
"Off on a Trek" es una corta pero preciosa apertura con la acústica en plan Folkie y voces con tono que me recuerda algo a un cruce entre Bolan y Sergius Bolowin... aleación perfecta entre Blues y Folk que se continúa magistralmente con la lisérgica "Trance", con efectos fuzzeros pero ojito que no hay sonidos sintéticos aquí... todo proveniente de la grabación directa de la guitarra hacia un micro y ese mágico enlace que surgió en los 60 conocido como `Direct Injection Guitar´. Es por tanto de reverenciar el enorme trabajo de mezcla y trucos diversos en el estudio de su hermano Chris Chaplin, creo que figura totalmente a reivindicar en este álbum que hace que no se note (ni falta que hace) la ausencia de una base rítmica. Lo curioso de este corte es lo moderno que resulta.... casi parece anteceder el rock desértico con tintes Proto Grunge que vendría casi que 15 años después aunque no nos engañemos, aquí lo que prima es una acidez que ríete de un zumo de exudado de pilas de litio. Indudable la calidad de Oliver a la guitarra soltando un riff tras otro y caracoleando con voz cazallosa.
(una de las nuevas ediciones de GUERSSEN)
Creo que no lo he dicho pero hay sonidos de insectos pululando alrededor de las seis cuerdas y no sé en qué medida son la base (nuevamente trabajo de Chris) de ese cuasi drone extrañísimo que rodea la introspectiva "Flowers on a Hill", de preciosa melodía de guitarra pero con un trasfondo sobrio impresionante en la retaguardia y cortísima aparición de una flauta para unir el corte con la helada "Freezing Cold Like an Iceberg", donde aquí sí que se me viene a la cabeza Magical Power Mako... al menos al inicio porque luego vira todo hacia un Blues Folk extraterrestre cuyos efectos de reverb, distorsión y ecos analógicos (con incursión en el Lo Fi) harían las delicias de Lynch. Maravillosa al estilo campestre "Royal Flush", otra vez con flauta y un sonido de la guitarra acústico alucinante que se torna eléctrica y ponzoñosa como si se hubiera registrado mientras Chaplin tocaba con ella metida dentro de una ciénaga de lo pegajosa que resulta. La forma en que se pasa del Blues al Folk sin duda te llevan a los inicios del Canterbury, a los The Incredible String Band, Fairport Convention y tal, pero aquí todo es tan rarísimo que me quedo con la similitud con Captain Beefheart y sus excéntricas (estentóreas) vocalizaciones... poneos "Cat and the Rat" y decidme que esto suena a año 74 porque para mí el tiempo ha dejado de medirse con las medidas que tenía instauradas en mi cabeza. Rarísima la guitarra, la distorsión y cierto aire a Chrome pero ultra ralentizados y sin percusiones y sí, sé que en la época hay artefactos mutantes de este tipo (ejemplo clásico, The Unicorn de Peter Grudzien de ese mismo año 1974 que os recomiendo encarecidamente).
(primera edición azul o la prueba de mi oculista cada vez que me gradúo la vista)
No quiero ni imaginar cómo habría sonado Oliver Chaplin con una banda completa de músicos. "Instamatic" se dobla entre guitarra y banjo con todo ese rollo acelerado que imprimía Scott Joplin al Ragtime (pero en piano evidentemente) aunque me quedo con las experimentales "Telephone" o la más posterior "Multiplex". Mandíbula colgando a la altura de la hierba del campo, uso un filamento de esparto como hilo dental. Una bastardada DIY que es una puñetera genialidad y con tantos detalles que no quiero describirla. Prefiero que la experimentéis.... la música y las semi-mascadas vocalizaciones que tela, tela marinera. Tan rústico como hacerme una trenza con los cojones cogiendo prestado el huevo de un amigo como tercer elemento en discordia. Siguen joyitas como "Getting Fruity" algo más normales dentro de la brutal anormalidad de Standing Stone o dicho de otro modo, cómo hacer la austeridad una virtud ("Tricycle", el Blues del Delta al ralentí de "Motorway" o la pseudo-balada "Primrose") y darle una hostia a la industria musical. Nada, absolutamente nada en este álbum suena normal y se intuye incluso ese aroma mental de Syd Barrett en "In Vain" con percusión de dedos sobre madera y tonadilla cargada del temblor de dedos de los primeros y brutales antidepresivos.
El tramo final es de órdago. De los casi cinco minutos de "Orbit your Factory", que perfectamente podría haberse grabado por Devendra Banhart ayer, sosegada, pastoral y con pájaros de fondo (impresionante cómo va mutando la guitarra a una melodía oriental de corte árabe muy sutil) a la vanguardia rocosa en "Tok Tic", con un truco de cintas haciendo un curioso sampler percusivo que acompaña todo como si de Trip Hop en clave Lo Fi de la edad de piedra se tratara.
"Where´s my Motorbike" termina la leyenda de un álbum absolutamente imprescindible para rastreadores de la escena Acid Folk (rural o no) de una época difícil de repetir.
https://oliverchaplin.bandcamp.com/album/standing-stone
https://guerssen.com/es/producto/standing-stone-ltd-green-vinyl/