LIQUEN RECORDS sigue afianzándose como punta de lanza en lo que a Improvisación Libre, Experimentación, Free Jazz y Avantgarde se refiere y este nuevo proyecto PARCOURS no se queda atrás en cuanto a calidad con acercamiento cercano a la electroacústica (de libro) que ellos mismos definen a la perfección: "la unión de la música `tradicional´desde un lenguaje contemporanio junto con la música más `tecnológica y de nueva creación´ a través del sonido electrónico"... por tanto, no es de extrañar que el álbum responda al nombre de Noves Tradicions. Aconsejaría pasarse por la página de Liquen para ahondar en tema de créditos y detalles, fabulosamente explicados y mucho más detallados de gente que sabe de esto mucho más que yo.
La edición y producción (junto a la propia banda) es de Joan Gómez Alemany que además se reparte la labor compositiva junta a Voro García y Marc García Vitória. La dupla Parcours viene a estar conformada por Helena Otero Correa (saxofones) y Miquel Vich Vila (percusiones) e insisto en ahondar conocimiento curricular aquí. Para no aburrir con detalles inacabables, nos lanzamos de lleno a la música.
Muy sutil en su inicio, con vientos asordinados compitiendo con la percusión en arábigo aroma cuasi sufí hasta el punto de que el timbre alcanzado por el saxo soprano se asemeja en muchos tramos a una flauta Ney. La tribal percusión (sobre todo el uso de Tabla) recuerda también en diversos momentos a los percusionistas del Sur de India que tan bien se acompasa con el enfoque percusivo de sílabas del Konnakol. Conforme el corte va tomando cuerpo, entramos en ese submundo extrañísimo que habitaban Cherry (en las partes más asordinadas el saxo se torna trompeta, y en las partes medias tiene esas sibilancias características de la flauta) y Blackwell en MU... o los primerísimos trabajos abstractos bajo auspicio de la AACM de Chicago. Tangencialmente a los ritmos orientales ocurren cosas más juguetonas como el lírico tramo final, todo bajo un tempo bastante sosegado y un uso peculiar del silencio como instrumento / elemento bisagra con aroma a Klezmer.
(PARCOURS)
A continuación se pasa a la Suite Azhan compuesta por "Azhan I" y "Azhan II", ambas para saxo alto y percusión, y obra de Joan Gómez Alemany; contextualizada de nuevo, "Azhan I" es `la fórmula que se utiliza en el Islam para convocar a los fieles a la oración. Usualmente la recita el muecín desde el minarete de la mezquita. Esta obra parte de una música «tradicional» sin querer recrear esta, para poder reflexionar desde la contemporaneidad. La fuente de inspiración de este trabajo es un viaje a Tierra Santa que realizó el compositor, entre finales del 2017 e inicios del 2018, poco después de la Tercera Intifada. Allí pudo apreciar la mixtura cultural de las tres religiones monoteístas (islam, judaísmo y cristianismo) en su convivencia y tensión. La obra se inspira sobre todo en el canto árabe, pero también en una relectura del instrumento judío shofar, del mismo modo que en la sonoridad de la campana asociada a las iglesias cristianas. Aunque estos elementos sonoros son un punto de partida, las nuevas técnicas instrumentales y la improvisación tienen un papel muy importante´. 13 minutos absolutamente arrebatadores que se abren con tono altísimo del saxo en sábanas drónicas de corte acústico que es casi un Pranayama meditativo. Quien haya escuchado a los muazzines llamando a la oración, o ese tono particularmente agudo del Shofar, hagan pie con más facilidad en una composición a priori bastante árida a las orejas pero que se va arropando de melodía con uso de cuerdas (no sé el instrumento) y tonos graves y reverberantes que se alternan con ráfagas de percusiones.
Sin llegar a la sobriedad, "Azhan I" se reviste de cierto carácter litúrgico, fascinante allá por el minuto 5 por cómo se compenetran los instrumentos y llenan el espacio reinante sacralizándolo; otra vez el silencio invita a la mirada interior hasta que vuelven a flotar en la superficie tramas y texturas de difícil identificación como notas de saxo alargadas hasta el infinito con recursos percusivos que apelmazan el sonido en estructuras no electroacústicas pero que si me dicen que lo son me lo creo (ese sempiterno roce de platillos). Siguen los 15 minutos de "Azhan II" como segundo movimiento natural, sin toques abruptos ni caída libre, sino un simple roce del arco en lo que podría ser la misma الحجر الأسود, al-Hayar-ul-Aswad o Kaaba, dándose paso luego a un introspectivo solo de saxo, algo lúgubre pero luminiscente al mismo tiempo... como esa sensación de opresión natural al contemplar un paisaje agreste. Fantásticos las acumulaciones en ráfagas de notas (trémolos, aunque ruego me perdonéis mi falta de cultura musical) en un endiablado sonido sinusoidal que podría durar hasta el mismo final de los tiempos. Para cuando entra la percusión estamos dentro de ese plano estelar que Rashied Ali y Coltrane cohabitaron en Interstellar Space, pero con menos Free (aunque arremetidas hay algunas). No hace falta que lo diga pero por muy abstracto que se torne el asunto, si destilas cualquier pasaje del álbum remite sin duda al Oriente Medio, sobre todo a mitad del corte, donde sube mucho la intensidad sin perder el norte (o sur) melódico.... porque estamos ante un disco muy, pero que muy mediterráneo (aunque algún toque Gamelan asoma por momentos). Fabuloso el gong y su diálogo mediúmnico con los vientos... entran las campanas y el sincretismo sonoro se mimetiza en forma de música atemporal y atávica.
La guinda del pastel la ponen dos cortes compuestos por Mar García Vitória. "The P Project" para saxo barítono y electrónica. Copio y pego: `dedicada a Adrien Lajoumard, lleva a cabo una fuerte simbiosis del sonido acústico del saxofón con el sonido de origen electrónico, retro-alimentándose mutuamente. La obra es una especie de simulación de un conjunto de jazz en el que los sonidos del saxofón recrean los roles que podrían tener una batería o un bajo, y la electrónica está programada para que reaccione a lo que sería una «improvisación escrita para saxofón´. Sorprendente desde su marcial y épico inicio, con elementos loopeados y retroexpandidos hasta crear un inmenso abanico de Agatha Christie Jazz o lo que es lo mismo, no puedes fiarte de lo que tus oídos te dicen al igual que el asesino en sus novelas podría ser hasta el propio lector. El procesamiento es tal que la electrónica se come al saxo y este a su vez regurgita la electrónica derramando una pieza de cariz Noir sugerente, oscura y con un pie en el más abyecto Downtown Neoyorquino de la Knitting Factory.
Cierra "Microscopi 2b" para vibráfono y electrónica `creadas a partir del tradicional Bolero de Alcudia, y los motivos de manera casi científica. A la vez, estas miniaturas formantes son sintetizadas por la electrónica en campos sonoros que las engloban y fusionan en un gran conjunto´. No puedo evitar sentir estar metido dentro de una caja de música donde tocara una vieja agrupación Balinesa de Gamelan, con ese fantástico vibráfono al más puro estilo Kenny Wollesen en sus múltiples proyectos en Tzadik (por ejemplo en The Dreamers), y diversos procesamientos electrónicos que transforman el todo en un teratogénico Lounge a lo Esquivel impregnado de opiáceos.
Poco más que añadir. Disco MUY RECOMENDABLE.
https://www.parcoursduo.com/inicio
http://liquenrecords.com/2020/11/26/parcours-noves-tradicions/
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