CIVITAS MORTIS trae su quinta entrega de música electronica adimensional en prístino CD con acabado de lujo... y cuando digo acabado de lujo me refiero a que están cuidados todos los detalles, inclusive la calidad de la bandeja/caja del producto (algo no muy habitual hoy día). Es un gustazo que el sello de Écija retorne a este formato tras una larga serie de ediciones en cassette, y más con un petardazo tan bueno como HYMNE, que aúna Darksynth con toques de Funk, toques retrofuturistas y más cositas que iremos viendo ahora más adelante.
El sonido seco con graves que implosionan me lleva de cabeza al Disco Funk setentero, pero no tocado de la forma habitual sino muy sutilmente deconstruido en hilachos a Justice, Daft Punk y, para más lío, con pizzicatos, líneas de bajo demenciales y orgánicas que se asoman (aunque solo sean las cejas) al enigmático pebetero sónico de Carpenter. Otra de las razones por las que este doble EP me ha resultado tan adictivo es su base rockera. El uso de baterías electrónicas reales en algunos tramos y el coqueteo con ciertos atisbos de rock a lo Simonetti/Goblin refuerzan la sensación de eclecticismo pero sin perder en ningún momento el hilo conductor del Techno Synth etérico.
El compacto se divide en dos partes muy diferenciadas. El disco se abre con los nueve cortes del disco Vectorian Age, para luego completarse con los seis que fueron el Ep Faust (editado en digital por Burning Owl de Francia) y para mis orejas ajadas el cambio es sustancial así que vamos a empezar por el final.
Faust hace honor a su nombre y es una suerte de Ópera Synth sobre el mito de Fausto. La atrayente portada está diseñada por el propio Hymne y es una pasada... como mezclar el submundo de Nicolas Winding Refn (The Neon Demon o Drive) con la visión de Goethe del Mito de Fausto. Abre de forma bombástica el homónimo "Faust" en el que uno casi que puede imaginarse a un apuesto y ricachón joven universitario bailando en los 90 tras haber vendido su alma al diablo. Tras la maraña de bases techno flota un groove de música Disco que se mezcla con una forma de componer que (al menos para mis orejas) es clásica.... es decir, Música Clásica. Hay que afilar bien los tímpanos para captar determinados movimientos pseudo-orquestales. Fantástica la ensoñadora pieza "Cosmic Nature" que roza la New Age por momentos. La estructura/base la lleva las cuatro cuerdas del bajo, una batería muy orgánica y unos sintes que parecen sacados de la época gloriosa de la música electrónica de Vangelis, Jarre o Tomita (salvando las distancias, se entiende). Entra una guitarra al final y todo va girando hacia el Prog electrónico.
Otro movimiento de Clásica (parece que estoy escuchando un crescendo de violines/cello) en "Alquemist" y más presente todavía en "Electric Odyssey". Techno Synth orquestal muy trabajado, melódico y atractivo, bailable sin duda, y con ese aire retro apocalíptico tan típico de este género musical (y atentos a la línea de JazzFunk que se marca el bajo). El corto "Faustown" hace de puente hacia la demencial "Censure" donde se asientan todos los elementos que hemos ido escuchando de bajos, voces sampleadas, techno y electro funk a raudales. Si a estas alturas de mi vida me pusiera lentillas os juro que me ponía una azul y otra roja.
Pasemos ahora a Vectorian Age. Tras una crepuscular "Intro" cortísima (se queda a medio camino y da la sensación de que acaba antes de tiempo), entra como un cañón "Tempest Riders", otra vez con un bajo (fretless o tocado como tal) que vertebra todo el asunto. Si tuviera que cortarme un pezón con un cútter diría que me suena parecido a la época última de Goblin antes de que Simonetti se lanzara al Italo Disco... es decir, toda esa teatralidad italiana está presente aunque "User" sea puro disfrute Arcade.
Sigue "Above Myself" en modo cósmico. Devaneos espaciales al más puro estilo electrónica francesa hasta que entran las bases bailables y una pequeña melodía de sintetizador que es una delicia. HYMNE no aburre un solo instante y mantiene el pulso hasta que llega un corte de regusto clásico (por Clásico entender ochentero y cinematográfico) con el mejor título que he visto en mucho tiempo: "Your Mind is a Myth", con una voz femenina en Off que te repite un mantra sináptico como una advertencia de esas de películas de ciencia ficción de Serie B (o sea: "no abras la puerta majarón que se te va a llevar la la gravedaaaaaaad!").
Final de órdago con "Crummer" en caída libre, desgastando suela bailando en la Estación Espacial Fausto hasta el fin de los tiempos, allí donde DJSatán pincha "Disturbium" jugando a meterte miedo en el cuerpo con sus mefistofélicas ráfagas de sintetizadores, generadores de ritmos desbocados y guitarras sampleadas.
Y recuerda que siempre, siempre allá donde estés TE ESCRIBIRÉ A LA TIERRA.
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