Acabo de terminar el libro SANTOS Y FRANCOTIRADORES de Luis Boullosa y voy a intentar convenceros de que os compréis el libro... así, por la puta cara.
Luis hace extensible una especie de proyecto catártico personal en el que entrevista a una serie de personajes del más soterrado panorama musical patrio, y lo hace elegantemente, sin el corsé del formato pregunta-respuesta que tan anquilosado resulta a día de hoy. Luis no se anda con contemplaciones y no se corta un pelo en dar su opinión (que no siempre comparto) y su punto de vista, porque básicamente, SANTOS Y FRANCOTIRADORES pertenece a un mismo proyecto personal que se inició con KARATE PRESS y que de algún modo culmina en un nuevo inicio que es este libro.
En cierta conversación con Luis llegué a decirle que creía que su libro iba a ser el nuevo número de KARATE... un número hipotético en el que habría mandado a la mierda a los colaboradores y se hubiese puesto él solo el traje de predicador dominguero. Tampoco sé si esto es algo demasiado aventurado, pero cumple una premisa que me contó un librero a propósito del día en que compré EL PÉNDULO DE FOUCAULT de UMBERTO ECO. Me dijo: "si logras pasar del primer capítulo, vas a disfrutar muchísimo y vas a tener una experiencia totalmente distinta a lo que estás acostumbrado; no te arrepentirás del esfuerzo".
Y dicha premisa se ha cumplido totalmente en el libro de Boullosa. Sin comulgar con todos los artistas (algunos directamente he de reconocer que no los conocía siquiera), el libro (que no es de lectura fácil, ni falta que le hace) tiene la particularidad de "filosofar" sobre la escena musical en nuestro país, y de algún modo resultar a la vez muy autobiográfico. De tal suerte, nos encontramos en una especie de viaje en el que acompañamos al autor por sus filias y obsesiones, entremezclándose pasado, presente y futuro de los artistas con notas, divagaciones, y un sinfín de recursos estilísticos que si a priori era demasiado escéptico de que funcionara, tengo que dar mi brazo a torcer y decir que me ha resultado precisamente la principal baza de las prácticamente 400 páginas que componen el tomo.
Luis Boullosa pone sobre la palestra a una serie de personajes como son Rafael Berrio, Xavier Castroviejo, Josele Santiago, Marco Serrato, Javier Colis o Mursego.... y muchos más (no voy a ponerme ahora a dar datos estrictos, pillad el libro) y los convierte en personajes de una Coda; una Ópera dramática en clave de Rock en el que se debate sobre muchísimos aspectos. Y claro, uno puede preguntarse cómo puede tal conglomerado a priori distinto de músicos aglutinarse bajo un mismo leit motiv y convertirse en un todo; dicho de otro modo, ¿cómo coño es que realmente funciona lo que Luis quiere transmitirnos?...
No es SANTOS Y FRANCOTIRADORES entonces un libro al uso, pero sí que es libro al fin y al cabo (vaya, que no es una silla, ni un destornillador ni un supositorio), compuesto de letras que HAY QUE LEER, y digo esto porque estoy hasta las narices de gente que habla sin leer o escuchar algo; gente de postín y rancio abolengo que vive del cuento; gente que vive y debería morir (culturalmente hablando). Conforme la lectura avanza, mi curiosidad es multiplicada exponencialmente y voy picoteando discos, artistas, referencias... y tengo la sensación de estar creciendo y aprendiendo, y que en contra de toda apuesta, no es otro libro más de música de corta y pega.
Es algo distinto, te guste o no.
Recuerdo que hace años postulé la posibilidad de una escena sevillana de artistas experimentadores, y que sus protagonistas (en un extinto foro ya), negaban mi afirmación. Dije que alguien tendría que hablar de todo aquello algún día... convertirse en bardo de una escena (sí, lo siento, pero para mí es escena) y ahora cuando leo sobre Serrato, Castroviejo, Orthodox o Pylar en un libro, casi que se me escapa una lágrima y me digo: MALDITA SEA, ES QUE SE LO MERECEN.
He vivido y mamado desde los mismos inicios a Orthodox, Blooming Látigo o Pylar, hasta el punto de que podría contar aquí algunas anécdotas (o incluso poner grabaciones que dudo nadie que se lea el libro de Boullosa sepa que existan). Leer sobre el via crucis personal de gente que tiene tanto que decir como Marco Serrato o el siempre interesante Xavier Castroviejo es un auténtico LUJO, y si es dirigido por una batuta que separ orquestar, el éxito está asegurado. El maremágnum vitae de Javier Colis, el malditismo ahora domesticado de Alfaro, el pus acumulado de Emilio Cascajosa de Miraflores o la militancia político/kraut del renacido Niño de Elche.
Pero hablemos de éxito. Los artistas mueren, y los libros sobre ellos aparecen de la nada. Seamos coherentes porque hay demasiada morralla en las estanterías y mientras estas palabras están vomitándose digitalmente aquí, alguien estará en una buhardilla copiando y pegando información para hacer el último bestseller de Bowie, Ozzy o qué se yo. Pero es que la clave está bajo nuestras narices... el subtítulo del libro es SUPERVIVENCIA, LITERATURA Y ROCK&ROLL, así que como si se tratara de un nuevo paradigma, esa tríada se convierte en el nexo de unión de la disparidad estilística tratada.
Son estos músicos, pero podrían haber sido muchísimos más, y enroco directamente con el capítulo final del libro, que para mi gusto se convierte en prólogo y si quisiéramos, podríamos leer en bucle SANTOS Y FRANCOTIRADORES. Estoy convencido de que en cada lectura le sacaríamos algo distinto.
Realmente me importa poco que te lo pilles o no. Yo le he disfrutado mucho y lo que cuentan son las experiencias así que borrad eso que he puesto de convencer y haced lo que os de la gana. Yo advierto que el libro es más que interesante.
Es una joya del periodismo musical; distinto, visceral y arriesgado como lo es KARATE PRESS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario